Esta "simpatía por el Diablo", no es nada nuevo en la Historia. Ahí está el mito de Prometeo. Pero sin lugar a dudas quizás uno de los más propagadores de Lucifer fue el súbdito de la pérfida Albión, Jhon Milton, quien con su obra "Paraiso Perdido" hizo un gran trabajo por hacer simpático al Mal, bueno, más que él sus divulgadores. Gustavo Doré se encargaría de poner imágen a ésta obra y con ello contribuyó -y de qué manera- a popularizar a éste "bicho" (nos referimos a Satanás, no a Milton).
Después, en el XIX, las sectas -de todo tipo y condición-pero sobre todo las masónicas y las espiritisas y demás raleas, hicieron el resto. Los Rolling Stones, como decía al principio, se enorgullecían de ser llamados "sus satánicas majestades".
Resumiendo, qué casi nadie que hable de Lucifer (sin mencionar expresamente a San Miguel Arcángel, Prícnipe de las Milicas Celestiales), lo esculpa en piedra u otro material, o le rinda poemas, está libre de culpa, pues en definitiva, lo qué está haciendo es rendir tributo a su figura y su obra.
Personalmente erradicaba esa estatua -y como apunta Hyeronimus, quitaría también los grifos- de Madrid. Su destino estaría mucho mejor, hecha gravilla, para asfaltar los muchos baches que hay en La Villa y Corte.
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