Me parece muy bien. Un cura es un cura, y como se decía sobre la mujer del César, no solo debe serlo, sino parecerlo. Los católicos debemos despojarnos de cualquier tipo de complejo y hacer pública nuestra Fé, empezando lógicamente por los curas. Cura con sotana y las 24 horas del día, cerca de la gente y más cerca de los que, precisamente, más lejos están de Dios Nuestro Señor.