Efectivamente. Y,obviamente, su ejemplo no solo se sigue dando la vida en defensa de las convicciones católicas; también se honra cuando el funcionario prefiere renunciar a su cargo antes que avalar una ley que va contra el orden natural o ejerce su oposición de conciencia ante alguna decisión o norma que atente contra los principios del catolicismo. Estos gestos, en los políticos y autoridades, sirven para que los ciudadanos seamos aún más conscientes de las iniquidades de las normas y decisiones políticas que a veces se aprueban; además de servir de ejemplo que puede dar lugar a una eventual reacción del pueblo contra esas medidas. Pero, lamentablemente, hoy pocos políticos y funcionarios tienen verdaderas convicciones, a lo más, tal vez,solo simples posturas que a la menor dificultad pueden ser dejadas de lado. Hoy todos han hecho suya esa famosa frase de Marx (del que vale la pena, Groucho): "Estos son mis principios. Y, si no le gustan tengo otros."Ojalá todos los políticos imitaran su ejemplo. El mundo sería otro.
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