Catecismo mayor de San Pío X • La resurrección de los muertos
DE LA DOCTRINA CRISTIANA Y DE SUS PARTES PRINCIPALES
PARTE PRIMERA
Del Símbolo de los Apóstoles llamado vulgarmente El Credo
CAPÍTULO XII
Del undécimo artículo del Símbolo
240. ¿Qué nos enseña el undécimo artículo: la resurrección de los muertos?El undécimo artículo del Credo nos enseña que todos los hombres resucitarán, volviendo a tomar cada alma el cuerpo que tuvo en esta vida.
241. ¿Cómo sucederá la resurrección de los muertos? La resurrección de los muertos sucederá por la virtud de Dios omnipotente, a quien nada es imposible.
242. ¿Cuándo acaecerá la resurrección de los muertos?La resurrección de los muertos acaecerá al fin del mundo, y entonces seguirá el juicio universal.
243. ¿Por qué ha dispuesto Dios la resurrección de los cuerpos?Dios ha dispuesto la resurrección de los cuerpos para que, habiendo el alma obrado el bien o el mal junto con el cuerpo, sea también junto con el cuerpo premiada o castigada.
244. ¿Resucitarán todos los hombres de la misma manera?No, señor; sino que habrá grandísima diferencia entre los cuerpos de los escogidos y los cuerpos de los condenados, porque sólo los cuerpos de los escogidos tendrán, a semejanza de Jesucristo resucitado, las dotes de los cuerpos gloriosos.
245. ¿Cuáles son las dotes que adornarán los cuerpos de los escogidos?Las dotes que adornarán los cuerpos gloriosos de los escogidos son:
1ª, la impasibilidad, por la que no podrán ya estar sujetos a males y dolores de ningún género, ni a la necesidad de comer, descansar o de otra cosa;
2ª, la claridad,con la que brillarán como el sol y como otras tantas estrellas;
3ª, la agilidad, con que podrán trasladarse en un momento y sin fatiga de un lugar a otro, y de la tierra al cielo;
4ª, la sutileza, con que sin obstáculo alguno podrán penetrar cualquier cuerpo, como lo hizo Jesucristo resucitado.
246. ¿Cómo serán los cuerpos de los condenados?Los cuerpos de los condenados estarán privados de las dotes de los cuerpos gloriosos y llevarán la horrible marca de su eterna condenación.
Catecismo mayor de San Pío X
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