Totalmente de acuerdo con Hyeronimus. Desde mi punto de vista, siendo castellano, siempre me han producido bastante rechazo esas manifestaciones "explosivas" de sentimientos, aunque con el tiempo he comprendido que esa peculiar idiosincrasia forma parte del alma de una mayoría de los andaluces. No tiene por qué ser malo siempre y cuando, como dice Hyeronimus, detrás de una forma haya un fondo que la sustente.

Particularmente yo en Semana Santa y otras celebraciones prefiero la solemnidad, la austeridad y el recogimiento individual o colectivo, siempre con ademán de profundo respeto y continente. Es una preferencia personal, entiendo que la religiosidad se puede vivir de muchas formas y que hay muchas personas que prefieren manifestarla de forma muy expresiva y dinámica.

Eso sí, independientemente de que se sea andaluz, castellano o de donde sea, creo que el montar una gran juerga donde corre el alcohol está fuera de lugar. Donde yo vivo cuando se hacen danzas tradicionales o se baila ante la Virgen se estructura un grupo de danzantes que lo hacen uno frente a otro, con cierta solemnidad y orden y bajo la expectación de los fieles. Caso de tratarse de una romería se procesiona a la ermita de la Virgen, pero no se va consumiendo alcohol por el camino ni otros excesos.