Por qué llevo a mis hijos a Misa Tradicional (II)
Santiago Llull
Aaay, la Santa Misa tradicional, misa milenaria, la misa que ha derramado
gracias abundantes y que ha forjado el alma de tantos santos y
doctores de la Iglesia:
San Francisco de Asís:
“El hombre debería temblar, el mundo debería vibrar, el Cielo
entero debería conmoverse profundamente cuando el Hijo de Dios aparece
sobre el altar en las manos del sacerdote”.
Santa Teresa de Jesús:
“Sin la Santa Misa, ¿que sería de nosotros? Todos aquí abajo
pereceríamos ya que únicamente eso puede detener el brazo de Dios. Sin
ella, ciertamente que la Iglesia no duraría y el mundo estaría perdido
sin remedio”.
En cierta ocasión, Santa Teresa se sentía
inundada de la bondad de Dios. Entonces le hizo esta pregunta a Nuestro
Señor: “Señor mío, “¿cómo Os podré agradecer?” Nuestro Señor le
contestó: “ASISTID A UNA MISA”.
San Alfonso de Ligorio:
“El mismo Dios no puede hacer una acción más sagrada y más grande que la celebración de una Santa Misa”.
Padre Pío de Pieltrecina:
“Sería más fácil que el mundo sobreviviera sin el sol que sin la Santa misa”.
“La Misa es infinita como Jesús…
pregúntenle a un ángel lo que es la misa, y el les contestará, en verdad
yo entiendo lo que es y por qué se ofrece, mas sin embargo, no puedo
entender cuánto valor tiene. Un ángel, mil ángeles, todo el Cielo, saben
esto y piensan así”.
San Bernardo:
“Uno obtiene más mérito asistiendo a una Santa Misa con
devoción, que repartiendo todo lo suyo a los pobres y viajando por todo
el mundo en peregrinación”.
No logro comprender por qué la prohibieron y la prohíben. Si señores,
prohibida, atengámonos a los hechos. Fíjense que aún a día de hoy a
algunos les niegan su funeral con misa tradicional, con excusas
variopintas claro.
A veces me dicen que si no es perjudicial apartar de la parroquia a mis hijos. Me dicen que me estoy arrinconando en un gueto.
¿Qué les puedo decir? Ya me gustaría, poder ir a misa tradicional en
mi parroquia, pero parece ser que no, que no es posible, parece que para
nuestros pastores no es menester promocionarla. Aun no entiendo por
qué. Si tantos grandes santos y que tan abundantes frutos han dado a la
Iglesia la amaban y la celebraban. Curiosamente, esas órdenes que
algunos de ellos fundaron, sufrieron una profunda crisis a partir del
CVII y de la reforma litúrgica. ¿Son estos los frutos del Concilio?
¿Acaso les parece a ustedes que a mi familia y a mi nos apetece
levantarnos a las 8:00 de la mañana todos los domingos?, ¿desayunar a
toda prisa, preparar el desayuno de nuestros hijos, vestirlos, preparar
el biberón de la pequeña, asearnos, salir con el tiempo justo? ¿Recorrer los 35 km y andar diez minutos hasta un escondido oratorio en
el centro de la ciudad?
En realidad, no, no nos gusta pegarnos el madrugón, pero les confieso
que realmente merece la pena, abundantes gracias son derramadas sobre
mi familia.
Contrariamente a lo que puedan pensar algunos, a los niños no se les
hace larga, les gusta, la aman. Y es que la entienden, entienden lo que
ven, ven a un sacerdote, que con sus gestos y pose pía sabes que lo que
está haciendo va en serio, que es sagrado. Saben que sucede algo real,
que el Sacerdote es Cristo mismo que se ofrece a si mismo al Padre. Es
algo vivo, y como es algo vivo, es algo real. No hay mejor catequesis
que ésta.
Yo amigos míos, si les es posible los animo a que vayan a misa tradicional y vean lo acogedor que resulta el gueto.
San Juan María Vianney (El santo cura de Ars):
“Sí supiéramos el valor del Santo Sacrificio de la Misa, qué esfuerzo tan grande haríamos por asistir a ella”.
Santiago Llull
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