Serie : Los Crímenes Rituales Judíos.
Parte IV : EL ESOTERISMO DEL TALMUD.
EL TALMUD Y EL ESOTERISMO JUDÍO.
El Talmud, a la espera de los hechos, nos dirá si los ritos sangrientos de los tiempos antiguos han podido perpetuarse durante los siglos hasta hoy.
En “El Judío Talmudista”, la obra de Rohling, desencadenó las más ardientes polémicas. Si las citas que hace del Talmud, señalando sus fuentes, hubiesen podido cuestionarse, el eco de esos cuestionamientos nos habría llegado mediante las obras recientes de los negadores del crimen ritual.
Lo importante es que sus citas quedan, haya ido él a las fuentes o que lo hayan hecho por él, Eisenmenger o Aaron Brimann, como pretende Strack.
El autor sostiene que consultó las ediciones del Talmud de Viena (edición completa), de Amsterdam (1644), ya pasablemente tronchada, de Sulzbach (1769), de Varsovia (1863), de Praga (1839), y que un número de citas no figuran en las ediciones nuevas (es inútil repetir las fuentes citadas por Rohling, y tantas veces citadas según él.
Solamente notar que el espíritu de esos textos es rigurosamente conforme al de los textos citados por los hebraístas que tuvieron entre sus manos viejas ediciones del Talmud, (el abate Pranaitis, los rabinos de Damasco y tantos otros cuyos testimonios se aportan).
En primer lugar hay que resaltar el desprecio del Talmud por los no-judíos, calificados de: extranjeros, goims (simiente de ganado), paganos, idólatras, etc.
En el Talmud se encuentran expresiones como las siguientes:
· “el semen de un extranjero no es más que el semen de un animal”;
· “un goym que golpea a un judío merece la muerte”,
· “el pueblo elegido es digno de la vida eterna, los demás pueblos son similares a asnos”,
· los israelitas solamente son llamados hombres; pero los idólatras provienen del espíritu impuro y son llamados cerdos”.
De acuerdo a Arabanel, una mujer extranjera, que no es hija de Israel, es un animal.
Es fácil adivinar qué moral deriva de estas distinciones.
Rabbi Alba no duda en decir que “Dios dió a los judíos poder sobre la fortuna y la vida de todos los demás pueblos”
El Talmud declara: “un niño de Noé que roba aún menos que un centavo, debe ser muerto. Pero se le permite a un israelita hacerle daño a un goi, puesto que allí donde está escrito: “No le harás daño a tu prójimo”, no leeremos “No le harás daño a un goy”.
Robar a un goy (no judío) está permitido, repite el Talmud.
Es lícito engañar a un goi y practicar la usura a su respecto, pero si vendes algo a tu prójimo (un judío) o compras algo de él, no te es permitido engañarlo.
Si un judío tiene un pleito contra un no judío, en un país donde mandan los judíos, darás una sentencia favorble a tu hermano, y le dirás al extranjero: “es así como lo quiere nuestra ley”. Si las leyes son favorables a los judíos dictarás sentencia favorable a tu hermano y le dirás al extranjero “es así como lo quiere vuestra ley”. Si no ha lugar a lo uno ni a lo otro se atormentará al extranjero con intrigas hasta que el judío gane la causa.
Rabbi Brentz escribe en el Judebalg (pg. 21): “si los judíos han viajado toda una semana y han trampeado a los cristianos a drecha y a izquierda, se reúnen el día del Sabbat y alardean de sus fechorías diciendo: “hay que arracancarle el corazón al goy, y el mejor de entre los cristianos debe ser golpeado hasta morir ...”.
Pasemos por alto las prescripciones talmúdicas sobre la usura para analizar las que tocan la vida humana:
· “hay que matar al más honesto de entre los idólatras”,
· “si se saca a un goy de la fosa en donde ha caído, se mantiene a un hombre en la idolatría”,
Maimónides dice: “está prohibido tener piedad de un idólatra, cuando se lo ve perecer en un río u otro lugar, si está cercano a la muerte, no se le debe salvar”.
Dice el Talmud:
· “es justo dar muerte al mineo (hereje)”.
Y los rabinos repiten: “el que hace correr la sangre de los impíos (no judíos) ofrece un sacrificio a Dios”.
En todas las citas es clara la INCITACIÓN AL CRIMEN RITUAL y es un deber suministrar las referencias de Rohling: Jalqût Simeoni ad Pentl, fol. 243, col. 3, y Middrach Bamidebar rabbâ, pg. 21.
La defensa “no matarás” dice Maimónides, significa que no se debe matar a un israelita, pero los goims, hijos de Noé y los herejes no son israelitas (Jad Chaz., hilch. Rozeach, y hilch. Melachim).
Por respeto a los lectores y por no ser necesario para nuestra demostración pasaremos por alto las prescripciones relativas a la mujer, aunque en ellas se muestra la sórdida inmoralidad del Talmud.
A modo de ejemplo sólo citaremos una de Maimónedes: “está permitido abusar de una mujer infiel” (no judía).
En cuanto a las prescripciones talmúdicas sobre el juramento, solo diremos que la restricción mental (tan imputada a los jesuítas por la prensa con fobia hacia los sacerdotes) está aquí muy bien preconizada.
El Talmud llama a Jesús un judío apóstata, y Maimónedes escribe: “se ordena asesinar y echar en la fosa de la perdición a los traidores en Israel y a los herejes (Minim) tales como Jesús de Nazareth y sus adherentes”.
El Schoulhan-Arouch, que ha quedado como el CÓDIGO DEL JUDAÍSMO, se dice: “que un judío que tuviera el poder debería, bajo un pretexto cualquiera, matar públicamente a todos los herejes”.
El abate Pranaitis, antiguo profesor de lengua hebrea en la Academia Eclesiástica Católica de San Petesburgo, dijo en su informe del crimen de Kiev: “En verdad, el Talmud está lleno de vivas recomendaciones en cuanto a quitar la vida a los cristianos. Quiten la vida aún al más justo entre los idólatras” (Tr. Aboda, XXVI, 2 Tas. y Ven. Sep. XIII, 3) y “quien hace correr la sangre de los impíos hace un sacrificio agradabole a Dios” (Tr. Aboda, XXVI, 2).
“Irán al cuarto palacio del Paraíso todos los que lloran a Sión y Jerusalén, así como los que exterminaron los restos de los pueblos idólatras. Van a ser distinguidos con la púrpura todos aquellos que hayan exterminado los retos de los idólatras” (Zohar, 1, 38 y 39).
Ahora sí es comprensible que el mismo Talmud haya prescrito: “un Goi que escudriña la Ley (el Talmud) es reo de muerte”.
¡Cómo se comprende ahora que el papado haya hecho quemar tantas veces ese libro inmundo!
Incluso los propios judíos han expurgado ciertas ediciones.
Según Rohling: “al tomar entre manos un Talmud impreso en el curso del siglo XVIII uno se extraña al encontrar una gran cantidad de hojas en blanco o marcadas con un círculo. En las ediciones antiguas, esos lugares están llenos de invectivas contra Cristo, contra la Santa Virgen María, y contra los Apóstoles, así como por la declaración de que por no-judíos debería comprenderse, sobre todo, a los cristianos.
Cuando los cristianos se enteraron, y manifestaron su indignación, el Sínodo judío polaco ordenó (1691) reemplazar en el futuro esos pasajes por páginas vacías o por un círculo, y hacer esas enseñanzas oralmente en todas las escuelas, todo lo concerniente a los cristianos, como por ejemplo, que los cristianos estaban muy corrompidos, y que no se debía practicar para con ellos ni la justicia ni la caridad”.
Sixto de Siena, judío converso del XVI, indica los lugares del Talmud donde se encuentran los pasajes siguientes:
1º.- ordenamos que todo judío maldiga tres veces por día a todo el pueblo cristiano y ruegue a Dios confundirlo y exterminarlo con sus reyes y sus príncipes; pero que principalmente sean los sacerdotes quienes hagan estos ruegos en la sinagoga, en señal de odio hacia Jesús.
2º.- Dios ordenó a los judíos apoderarse de todos los bienes de los cristianos, tantas veces como puedan hacerlo, ya sea por el fraude, la violencia, la usura o el simple robo.
3º.- se ordena a todos los judíos mirar a los cristianos como brutos y tratarlos como animales.
4º.- que los judíos no hagan ningún bien, ni ningún mal a los paganos, pero que traten por todos los medios, de matar a los cristianos.
5º.- si un hebreo, al querer matar a un cristiano, mata involuntariamente a un judío, merece perdón.
6º.- si un judío ve a un cristiano en el borde de un precipicio, debe empujarlo hacia el vacío inmediatamente (Sixt. Semens. Bibliotheca sancta, ord. 1, pg. 124).
Tras estas irrefutables citas, lo más que puede concederse a los judíos es que el Crimen Ritual en vista de la consumición de la sangre, el crimen ritual pascual, no está prescripto en el Talmud.
Sin embargo, hay que tener en cuenta el texto discutido por el Gran Rabino Zadock-Kahn, relativo a la inmolación en víspera de Pascua.
También hay que recordar las conclusiones del sabio abate Pranaitis, doctor en Teología, profesor de la Academia Católica de San Petesburgo, encargado de un informe sobre el crimen ritual de Kiev, en razón de su gran conocimiento de las lenguas en las que están escritos los libros santos judíos.
Tras un número de citas, el abate Pranaitis concluye:
“I.- la ley religiosa de los judíos no prohíbe asesinar a los cristianos, sino que alienta y ordena dichos asesinatos. En consecuencia, desde el punto de vista de la ley, no hay obstáculos para que estos asesinatos sean cometidos.
II.- la ley religiosa judía atribuye a la sangre en general, y a la humana en particular, una importancia enorme, importancia SIMBÓLICA, MÁGICA Y MÉDICA.
III.- ella (la ley) hasta permite el empleo de esa sangre como alimento”.
La primera conclusión no es discutible.
En las otras, sin duda, el sabio abate se apoya en los mismos textos que llevaron a Strack a confesar: “la prohibición de consumir la sangre, tomada al pie de la letra, no concierne, es cierto, más que a la sangre animal, o para ser más exactos, la sangre de los animales hemotérmicos” (cuadrúpedos y pájaros).
En la ley del Pentateuco no está expresamente prohibido consumir sangre humana, pero esto no quiere decir que esté permitido (Le Sang, pg. 140).
Por lo que podemos CONCLUIR:
1º.- la consumición de sangre humana NO está prohibida a los judíos por sus leyes.
2º.- la inmolación de los cristianos está EXPRESAMENTE RECOMENDADA, como sacrificio agradable a Dios. Y el autor pretende, que en este caso el crimen sea en realidad un crimen ritual.
¿Debe decirse que la Pascua sangrienta es un mito, una leyenda o el hecho de algunos enajenados?
Demostraremos que procede de PRESCRIPCIONES RABÍNICAS, pero es comprensible que los rabinos no quieran poner por escrito esos horrores.
Entonces ¿Qué testimonios podemos tener?
1º.- las declaraciones de rabinos conversos, que enseñan que las prescripciones relacionadas con estas abominables prácticas se transmiten oralmente.
2º.- las confesiones recogidas de judíos acusados de crímenes rituales. Son los testimonios que presentaremos.
Se juzgará la imprudencia de ciertos abogados de Israel, que no temieron afirmar que jamás un judío converso había revelado dichas prácticas.
El autor tiene la fortuna de tener entre las manos un libro, que desde hace mucho tiempo es imposible de encntrar: Relation Historique des Affaires de Syrie Depuis 1840 Jusqu'en 1842, de Achille Laurent.
Además de los preciosos documentos sobre el crimen ritual de Damasco, que deberé usar, este volumen contiene, traducido del griego, un muy interesante “Extracto de un opúsculo cuyo original, impreso en lengua moldava (1803) por un ex-rabino converso al cristianismo ortodoxo, que se hizo monje a los 38 años y fue publicado en 1834 en Napoli di Romagna (Nauplía, en Grecia), 3ª edición, Giovanni de Georgio, traductor de lengua moldava, y bajo el título de Ruina de la Religión Hebraica”.
Algunos autores, incluido Achille Laurent se abstuvieron de citar el nombre del ex rabino, sin pensar en el descrédito de publicar una obra anónima. El nombre del ex rabino es Neófito y es muy conocido en Grecia.
Declara Neófito:
CAPÍTULO 1º: Relativo al misterio, hasta ahora escondido, de la sangre que los judíos toman a los cristianos y al uso que le dan, con pruebas seguras, sacadas de las Sagradass Escrituras.
... pero en ninguna parte encontró conocimiento del misterio antihumano que observan los israelitas entre ellos, y si fue escritor algo, fue … es decir que ha sido afirmado que los israelitas matan a los cristianos y toman su sangre, lo que han declarado varios de ellos; pero en ninguna parte he leído qué se hace con dicha sangre ...
En cuanto a mí, que por gracia divina recibí el santo bautismo, y que me encuentro, por la forma evangélica de la vida monástica, despreciando a los judíos orgullosos e impuros, y con la idea de ser útil a los cristianos, yo que era su rabino (doctor) y maestro, yo que conocía sus misterios, yo que los mantuve cuidadosamente secretos hasta el día en que fui bautizado y que los abandono de ahora en adelante, los publico con buenas pruebas y buenos testimonios.
ANTE TODO HAY QUE SABER QUE EL MISTERIO DE LA SANGRE NO ES CONOCIDO POR TODOS LOS JUDÍOS, SOLAMENTE por sus RABINOS, KHAKHAMS (doctores), LETRADOS y FARISEOS, que llaman hasseidem, que lo guardan celosamente.
Los HOMICIDIOS DE CRISTIANOS POR JUDÍOS SE FUNDAN EN TRES MOTIVOS:
1º.- el gran odio que alimentan contra los cristianos, creyendo que por ese medio del asesinato cometido sobre uno de ellos, hacen un sacrificio a Dios, así como lo predijo Jesucristo salvador, cuando decía a sus discípulos: “Viene la hora en que cualquiera que los mate, creerá hacer algo agradable a Dios”.
2º.- supersticiones o magias, que los judíos hacen con esa sangre.
3º.- las sospechas que tiene los rabinos de que Jesús pudiera ser el verdadero Mesías, haciéndolos creer que rociándose con sangre cristiana, se salvarán.
En relación al odio hacia los cristianos está escrito en el Himi'ip, Pentateuco de Moisés, libro II del Éxodo, lo que sigue: “el Faraón hizo enganchar los caballos a su carro, tomó su tropa con él, así como 600 carretas de trigo, sobre cada una de las cuales ahbía capitanes(Exodo,cap. XVI, v. 6 y 7) con el fin de perseguir a la nación israelita”.
Este pasaje da lugar al rabino Salomón, que conduce a los judíos al fondo de los abismos del infierno, para preguntar: ¿Dónde habían tomado los egipcios los caballos para la persecución? Pues el granizo había hecho perecer a todos los animales (Ibid. Cap. IX, v. 19).
A lo que el mismo rabino responde: que está escrito que aquellos de entre los egipcios que creyeron que el granizao iba a caer, habían retirado las bestias a sus casas (Ibid. Cap. IX, v. 20) y con esos animales persiguieron a los hebreos.
Por lo que el rabino Salomón hace la siguiente observación: “aprendemos allí que a la más suave de las serpientes hay que privar su cabeza de cerebro, y matar al mejor de entre los cristianos”.
Se espera de cada judío que mate a un cristiano en vista de salvarse por cometer tal acción.
Pese a todos los beneficios y bondades que los judíos reciban de los cristianos los odian y detestan su fe, oponiéndose a las Sagradas Escrituras que falsamente interpretan.
Respecto al precepto de Moisés (Éxodo): “escúchame, hombre santo, y no comas carne lacerada por los animales feroces de los campos, tírala a los perros” el rabino Salomón explica este pretexto de la siguiente manera: “Monsés no solamente quiso que tal carne pudiese ser tirada a los perros, según él, se le puede vender a los cristianos. Moisés menciona a los perros, y de ninguna manera a los cristianos, a fin de que comprendan por su silencio que los perrors son preferibles a los cristianos” (hay que recordar que los autores modernos traducen la palabra goy, no judío, por cristiano).
Y en la pag. 18 (Éxodo, cap. IX, v. 7), Demostraré, con más de una prueba, que Dios rechaza los sacrificios de los israelitas, como dice el sabio Salomón, el sacrificio de los impuros es cosa abominable al Señor (Ibid. Cap. XV, v. 8)
Hasta ahora mencioné EL Primer Motivo: EL ODIO QUE LOS JUDÍOS ALIMENTAN CONTRA LOS CRISTIANOS Y SUS CAUSAS QUE LOS LLEVAN A ASESINARLOS.
El que quiera profundizar sólo tendrá que leer el cap. XXXIII de la obra del médico Paolo, encontrará todo el odio del que están penetrados los judíos contra los cristianos, y lo relativo al asesinato de los niños cristianos.
Indiqué como segundo motivo LAS SUPERSTICIONES, es decir las OPERACIONES MÁGICAS QUE LOS ISRAELITAS HACEN CON LA SANGRE CRISTIANA, pero hay que recordar que LA NACIÓN ISRAELITA SE ENCUENTRA BAJO LA MALDICIÓN DIVINA, como castigo de no haber querido reconocer el Cristo. Y esta maldición fue pronunciada, contra ellos, por Moisés: “El Señor, dijo, te golpearé con las úlceras de Egipto de …, con sarna, con picazones incurables ...” (Deuteromonio, cap. XXVIII, v. 27) y añade, el Señor te golpeará con úlceras peligrosas sobre los ojos y sobre los muslos, y no podrás sanar, estarás cubierto con ellas de la cabeza a los pies (Ibid. Cap. XXVIII, v. 28).
…
En cuanto a los rabinos, estos malos sujetos han supuesto que rociándose, o cuidándose, con sangre cristiana encontrarán un remedio eficaz. Además tienen otra maldición de Dios, ya que todo el pueblo dijo a Pilatos: “¡Que su sangre recaiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!”.
En los casamientos israelitas, se usa someter a los jóvenes esposos a un ayuno severo, durante el cual no pueden ni beber, y en la noche del día de la boda, el rabino se presenta y le da a cada uno de ellos un huevo cocido, en el cual, en lugar de sal, puso la ceniza de una tela quemada que anteriormente remojó en sangre de un cristiano martirizado.
Tras quemar la tela, recoge las cenizas que ponen dentro del huevo. Mientras los recién casados comen este huevo, el rabino recita algunos versículos, con el fin de que los jóvenes puedan engañar a los cristianos y sean bienvenidos por éstos al punto de apropiarse del fruto de su labor, no pudiendo siempre lograr matarlos …
Por eso LOS JUDÍOS SE ESFUERZAN EN ENGAÑAR A LOS CRISTIANOS APODERÁNDOSE DEL FRUTO DE SUS PENAS Y SUDORES, IGUAL QUE SI ABREVARAN SU SANGRE.
Relacionar todo el odio del judío hacia los cristianos sería demasiado extenso, para no cansar al lector, algunos ejemplos:
- Llaman a la Iglesia: touma (contaminada), Moihak (letrinas).
- Denominan a los cristianos goi (impío, idólatra).
- El niño cristiano se designa por Scheighin (pequeña lombriz) y las niñas Siskela (lombriz en femenino).
- Los monjes y eclesiásticos cristianos se denominan Galeh (que sacrifican a los ídolos).
- Durante la Navidad de Nuestro Señor y la fiesta de la Epifanía, los judíos no tocan sus libros, los cubren y pasan las dos noches jugando a las cartas y blasfemando a Cristo, a su madre y todos los santos. Llaman ciegas a esas noches.
- Los niños judíos antes de aprender el alfabeto deben aprender blasfemias contra los cristianos, con el fin de que sepan, cuando pasan cerca de una iglesia cristiana, decir: ¡Que sea maldito el lugar contaminado de los contaminados, e impuro de los impuros!.
- Está escrito en el Talmud: “si algún judío que pase por frente a una iglesia cristiana ovlida pronunciar dicha injuria a la distancia de 10 pasos, no está obligado a volver atrás, pero debe decirla en el lugar en que recuerde haber pasado cerca de la iglesia”.
- Cuando los judíos ven pasar un cristiano muerto, camino de su sepultura, están obligados a decir: “hoy ha muerto un impío, que mueran dos mañana”.
Su odio es tal, que según el Talmud, los únicos calificables con el nombre de hombre son los judíos.
Jesús, por el amor del cual yo me separé espontánemanete de ellos, es testigo que al escribir esto no estoy animado por ninguna pasión contra ellos, lejos de eso, grito para ellos … El pueblo que era la élite del Señor, lleno de gracia y de santidad, poseedor de un reino, está dispersado ahora por el mundo, como lo anunció Jeremías …
Ciertamente la nación judía está llena de astucia y engaños. Cuando un cristiano penetra en la casa de un israelita, éste lo recibe amigablemente, y lo despide cuando se va; en ese caso, el israletita debe repetir esta frase: “que las enfermedades, las afliciones, y los malos sueños destinados a mí, o a cualquiera de mi familia, puedan caer sobre la cabeza de este cristiano que acaba de salir”
Publico esta obra por dos motivos:
1º.- para que algún judío, escuchando estos detalles a cristianos, sienta arrepentimiento y mire a sí mismo y reconozca la verdad.
2º.- para los cristianos, viendo en qué error y en que desgracia divina está sumergida eternamente la sinagoga, den gracias a Dios a cada instante por no haber nacido en ese abismo de erorres de los israelitas.
El Tercer Motivo de los asesinatos de cristianos por judíos es la sospecha de los rabinos de que Jesucristo puede ser el verdadero Mesías.
Los rabinos conocen perfectamente las profecía, igual que Caifás reconoció que Jesús era el auténtico Mesías, y sin embargo lo hizo crucificar. Los rabinos más malévolos aún hoy lo reconocen, pero no quieren reconocer a Jesucristo, a causa del orgullo que los domina y siguen un camino oblicuo.
En el momento de la circusión de los niños, el Khakham (doctor) toma un vaso de vino y le añade una gota de sangre cristiana con una gota de la de un niño circunciso, después de hecha la mezcla, el Khakham, sumerge su meñique en ella, e introduciéndolo dos veces en la boca del niño, pronuncia estas palabras: “yo te lo dije, tu vida está en tu sangre”.
El motivo de mezclar la sangre de un circunciso con la del cristiano MARTIRIZADO es que ignoran que el Profeta dijo dos veces: “Yo te lo dije, tu vida está en tu sangre”.
Entonces, si la palabra del profeta alude a la sangre de Cristo, quien retiró del limbo a los niños no bautizados, el judío no bautizado será salvo por la sangre del cristiano martirizado (que ha sido bautizado) y cuya sangre se vertió, como la de Cristo, con torturas.
Si en lugar de eso, se refiere a la sangre del circunciso, el niño será salvo por su propia sangre.
El 9 de julio, aniversario fúnebre de la pérdida de Jerusalén, los judíos se ponen dicha ceniza sobre la frente y comen un huevo en el cual ponen de esa ceniza: a esta comida le llaman: seida-amapheseihas.
En época de Pascua, cuando preparan sus ázimos hacen un pan al que añaden un poco de la ceniza precisada, y en la noche en que comienza la fiesta, desués de haber blasfemado y de haberse emborrachado, cada israelita, aún el más joven, debe comer un pedazo de este pan ázimo, preparado con la sangre de un cristiano martirizado, y el pedazo debe tener el grosor de una oliva, a este pan se le llama ephikoimon.
Cuando muere un judío, el Khakham toma la clara de un huevo, le añade un poco de sangre de un cristiano martirizado y rocía con esta mezcla el lugar en donde está el corazón del muerto pronunciando los versículos de la profecía de Ezequiel: “Derramaré aguas puras sobre ustedes y serán limpiados y los despojaré de toda vuestras impurezas”
Independientemente de lo anterior, el 14 del mes de adar (febrero), en momentos de la celebración de la fiesta en conmemoración de Mardoqueo y de Esther, quienes los libraron de las manos de Aman, fiesta llamada del Purim; los israelitas cometen homicidio en señal de odio a la memoria de Aman, si logran matar a un cristiano, en memoria de Amán, el rabino hace algunos panes con miel en forma triangular al que añaden un poco de sangre del cristiano asesinado, y si el rabino tiene algunos amigos cristianos, les manda un pedazo: ese envío se llama mesloi-mounes.
Es esa sangre derramada que el profeta Jeremías tenía en vista cuando decía: “Hasta en las palmas de tu mano se descubre sangre de vidas de pobres inocentes”.
El profeta Ezequiel aún es más claro: “Así dijo el Señor vuestro Dios: Uds. comen la carne con la sangre”.
En esa misma noche (fiesta Purim) no hay un solo judío que esté en posesión de sí mismo; se hallan presa de la furia y entonces se cumple la maldición de Moisés: “El Señor golpeará con ceguera, demencia y espanto”. En esta circunstancia, tratan de arrebatar niños cristianos, los retienen encerrados hasta su Pascua, posterior al Purim, para tener la sangre del cristiano martirizado.
Para los ázimos, para la celebración del Purim, la sangre del cristiano martirizado no es necesaria; sólo deben tratar de matar a un cristiano en memoria de Amán (aquí podemos comparar estos pasajes con los detalles publicados por el Universe Israelite del 21 de marzo 1913 sobre el tema de las celebraciones de la fiesta del Purim).
Para celebrar la Pascua, deben en memoria de Cristo, torturar a un cristiano, así como fue torturado Cristo. Es para eso que buscan a los niños pequeños por asimilación con el Cristo, que había conservado su inocencia.
El Espíritu Santo dijo, por boca del profeta Jeremías: “entre mi pueblo se encontraron impíos, que al igual que los cazadores de pájaros, colocan trampas para prender a los hombres” (Jeremías, cap. II, V. 34).
Hablaré también del motivo de la confección de los panes triangulares mezclados con miel, que los judíos hacen para la fiesta del Purim:
Los panes triangulares mezclados con miel y sangre cristiana, están confeccionados como una burla hacia los cristianos, a causa de su creencia en la Santísima Trinidad, con el fin de que Dios humille a todos los cristianos que confiesen la Trinidad ...
El USO DE MATAR CRISTIANOS Y RECOGER SU SANGRE NO ESTÁ ESCRITO EN NINGUNO DE SUS LIBROS. LOS PADRES Y LOS RABINOS COMUNICAN LA PRESCRIPCIÓN DE VIVA VOZ Y POR TRADICIÓN A SUS HIJOS A QUIENES CONJURAN, con la amenaza de las más grandes maldiciones de conservar el secrto sin revelarlo ni a sus esposas, a riesgo de reicbir los más horribles castigos y de correr grandes peligros.
Cuando alcancé la edad de 13 años, época en la cual los judíos acostumbran colocar sobre la cabeza del niño un cuerno llamado tiphilm, como símbolo de fuerza, mi padre me dijo que me pusiera ese cuerno, y fue entonces cuando me descubrió el misterio de la sangre, conjurándome por todos los elementos de no divulgar ese misterio NI A MIS HERMANOS, repitiendo en varias ocasiones: “cuando estés casado, cualquiera sea el número de tus hijos, no les revelarás a todos este misterio: sólo a uno, al que sea más juicioso, al más inquebrantable en materia de religión. Sólo a él le harás la confidencia”.
También me prohibió hablar de ello con ninguna mujer: “Que sobre la tierra, me dijo, no encuentres nunca asilo hijo mío, si alguna vez revelas este misterio; aún en el caso de convertirte al cristianismo, que la desgracia sea contigo si lo develas”.
El autor ha reproducido este testimonio por ser poco corriente y pese a la imperfección de sucesivas traducciones.
Los judíos sólo encontraron una respuesta a las abrumadoras revelaciones del monje Neófito, antiguo rabino: compraron en bloque las ediciones del libro en donde aparecían y no se ha vuelto a saber de ellas.
Se nota de qué cómoda manera protestan los rabinos negando que el tal rito de la Pascua sangrienta figure entre sus libros santos: el ex-rabino citado es de la misma opinión y aporta las razones. Pero como dirían los juristas de la Sinagoga: testis unus, testis nullus, por esa razón citaremos otros testimonios, tan precisos, tan formales, tan abrumadores.
Es de notar, también, que el MISTERIO DE LA SANGRE, empezó a ser conocido en la Edad Media, aunque sin las precisiones aportadas por el monje Neófito.
En su Vie de Philipe-Auguste, Rigord, capellán y biógrafo de ese rey, informa: “este príncipe había oído decir, frecuentemente, a los señores que habían sido educados con él en la Corte, que todos los años, el Jueves Santo o algún otro día de la Semana Santa, los judíos de París, como desprecio a la religión cristiana, degollaban a un cristiano con sentido de sacrificio en un lugar subterráneo. Como perseveraron mucho tiempo en la realización de esta maldad diabólica, habían sido convictos varias veces en tiempos de su padre, y consumnidos por el fuego”.
Así es como fue muerto y crucificado, por los judíos, San Ricardo, cuyo cuerpo reposa en París en la iglesia de San Inocente, en un lugar llamado Champeaux, y en donde oímos que se hacían muchos milagros por la intervención de San Ricardo”.
Para evitar la acusación de oscurantismo volveremos a los testimonios de nuestro tiempo.
Un viajero muy conocido y apreciado, el conde de Durfort-Civrac que recorrió Siria en 1840, cuando se produjo el crimen ritual de Damasco, escribió a nuestro cónsul en esa ciudad, el conde de Ratti-Menton, una carta de la que extaemos:
“En mi paso por Lattakhieh, recogí documentos bastantes curiosos de boca de una joven judía que quiere convertirse. Se los envío y Ud. hará con ellos lo que juzgue conveniente. Estas confesiones son positivas, y no han sido arrancadas por medio de torturas”
El documento recogido y redactado por el conde de Durfort-Civrac del que se hace garante de sus datos dice: “Ben-Noud, joven judía de 20 años, nació en Lattakhieh. Su padre, llamado Mourad, nativo de Alepo, vivía sucesivamente en las diferentes ciudades donde le llamaba su comercio.
Con 6 ó 7 años Ben-Noud que iba de Lattakhieh a Tarcouss con una de sus tías, pasó por Antioquía antes de reunirse con su padre. Recuerda perfectamente haber visto allí, en la casa donde se albergaba, a dos niños suspendidos del cielo raso por los pies. Uno podía ser de unos 5 años y el otro sobre 12. Corrió, llorando, asustada, a decirle a su tía lo que había visto: ésta le contestó que no era nada más que un castigo impuesto a los niños, mandándola seguidamente al bazar para distraer su atención. A su vuelta, los cuerpos habían desaparecido, pero vio la sangre en uno de esos vasos de cobre que los árabes usan para lavar la ropa.
Sobre unos 8 años después (1834) Ben-Noud que ya tenía 14, vivía en Trípoli con una de sus parientes tras la muerte de su padre. No habiendo olvidado ningún detalle de una horrible escena que presenció desde lo alto de una terraza en la que estaba escondida, atraída por la curiosidad.
Un viejo de barba blanca, en quien reconoció a un cristiano, probablemente habitante de Alepo (por su vestimenta) fue invitado por los judíos con quienes comerciaba a comer naranjas e un pequeño patio vecino a la sinagoga de Trípoli. Se le ofreció el narghileh (vino-café) y en el momento en que le estaban tratando con mayor cortesía, varios judíos se tiraron encima de él, lo amordazaron, le ataron los brazos tras la espalda y lo colgaron por los dedos de los pies del mismo árbol donde habían arrancado las naranjas para ofrecérselas tan gentilmente.
Lo dejaron en esa posición desde las nueve de la mañana hasta el mediodía, (para que expulsara por boca y nariz toda el agua del cuerpo y algo considerado por los judíos como necesario para que la sangre adquiera ese grado de pureza que exige el uso al que la destinan, y es la explicación que da Ben-Noud).
Cuando los verdugos vieron que el pobre viejo estaba a punto de expirar, momento que esperan con sumo cuidado, le cortaron el cuello con uno de los cuchillos que usan los rabinos para degollar a sus víctimas, quedando el cuerpo suspendido hasta que toda la sangre cayó en el recipiente.
Según Ben-Noud, dice que oyó que el cuerpo fue metido en un cajón que se tiró al mar, probablemente tras trocearlo”.
Tres años después de este episodio, Ben-Noud vino a Lattakhieh en donde uno de sus tíos, Aslan, la casó casi por fuerza con su hijo Chaloum. Desde entonces ha sido muy desgraciada por la miseria y malos tratos a que era sometida por su marido. Durante ese tiempo casi nunca comió carne, puesto que los judíos solo pueden alimentarse con carne de animales matados por el rabino, y era muy raro que algún rabino viniera a Lattakhieh en que sólo había unas pocas familias judías. Pero durante esos tres años se le envió, regularmente, desde Alepo, el pan ázimo necesario para la Pascua.
Ben-Noud explica que hay dos clases de pan ázimo, los unos se llaman mossa, y los otros mossa guesira (en sirio guesira = degollar). El mossa guesira, similar al anterior excepto en que contiene una mezcla de sangre humana, en pequeña cantidad para no dar ningún gusto ni color particular. La sangre no se amasa con la harina, se unta al pan con ella cuando ya está hecho.
Los judíos comen este pan ázimo durante los siete días de su Pascua, sólo usan el mossa cuando les falta el mossa guesira.
En la noche de víspera de su Pascua, muy pocas familias judías dejan de crucificar un gallo. Se le clavan las alas a la muralla, y se le atormenta de todas formas: cada uno de los asistentes le pincha con un punta de hierro, para burlarse de la pasión de Jesucristo, y todo entre grandes explosiones de risas.
Un rabino que estaba el año pasado de paso en Lattakhieh en la época de Pascua, presidió esta bárbara ceremonia que se realizó en casa del Sr. Bélier que albergaba a la familia Chaloum por caridad.
Si en vez de un gallo los judíos pudieran, crucificarían un cristiano, algo más acorde con sus deseos.
Los judíos tienen dos fiestas durante las cuales llenan a los cristianos de improperios. Y los judíos más tímidos son los que suelen mostrarse más encarnizados y crueles en la realización de los horrores.
Hace dos meses que esta mujer (Ben-Noud) vino a refugiarse en casa del Sr. Bélier, diciéndole que ya no podía vivir con su marido; que quería ser cristiana, y que si se negaba a recibirlaa, se convertiría en turca.
Desde entonces un rabino ha pronunciado la nulidad de su casamiento, que no había sido consagrado de acuerdo a los principios de la ley.
Cuando se empezó a hablar de la muerte del padre Tomás (crimen ritual judío en Damasco) se le hicieron muchas preguntas a Ben-Noud, que siempre negó que tales rumores pudieran ser ciertos. Pero confesó cuando se le mostraron las cartas de Damasco que le hicieron conocer la verdad.
Conde de Durfort-Civrac
Los judíos que niegan siempre, y siempre han negado, las confesiones (Dreyfuss pese a repetirla tres veces) hubieran querido negar la existencia de Ben-Noud, que adquirió cierta celebridad por sus revelaciones, habrían negado la buena fe del Sr. Dufort-Civrac pese a todas sus magníficas referencias, pero … hay un pero: todos estos dichos fueron también verificados y confirmados por un oficial prusiano que también viajaba por Oriente, el barón de Kalte que publicó la siguiente carta:
“Ud me perdonará si me tomo la libertad de escribirle desde Alejandría, donde me encuentro desde hace un mes ya que debí interrumpir mi viaje por Siria, que yo esperaba extender tanto por el sur como por el norte. Los acontecimientos políticos me forzaron a retomar la ruta de Egipto, de otra manera hubiera vuelto a Damasco para dirigirme a Houran, la Mar Muerto y a Palestina.
En Lattakhieh no dejé de ver la célebre judía Ben-Noud, que vive en casa de la Sra. Lanusse y se llama ahora Catalina, estando a punto de ser bautizada. Tas algunas dudas iniciales me contó lo mismo que al conde de Civrac. Me dio, en realidad, más amplias explicaciones, entre otras cosas que la secta judía que hace uso anualmente de ese horrible pan ázimo se llama Koci, en tanto que las demás sectas lo comen sólo en las fiestas muy importantes.
El Sr. Barker, antiguo cónsul general de Inglaterra, a quien vi en Suedieh, me contó una cantidad de hechos similares: nadie está más persuadido que él en cuanto a que los judíos asiáticos cometen esos asesinatos todos los años en honor de sus dioses sanguinarios.
Alejandría, 6 febrero 1841
De Kalte.
Otro testimonio, con el raro mérito de presentar todas las garantías de sinceridad procede, también por confesión espontánea y de la presión de un interrogatorio judicial, de un neófito que obedece al horror de su antigua superstición.
Ben-Noud, todavía judía, no siente la necesidad de liberar su conciencia. Hasta opone gran resistencia, desmiente, cuando se la interroga sobre el crimen ritual, solamente tras leer las confesiones de judíos de Damasco se decide: “Y bien, sí, es cierto, y ésto es lo que sé, ésto es lo que vi con mis propios ojos”.
Aún 7 años después, a punto de convertirse en cristiana, aún duda nuevamente antes de confirmar al Sr. Kalte lo que ya había contado al Sr. Dufort-Civrac.
Pero hay más testigos del SANGRIENTO ESOTERISMO JUDÍO.
Aunque parezca increíble está disponible el testimonio de un RABINO EN PLENO EJERCICIO, RABINO CALIFICADO ADEMÁS POR LOS JUDÍOS COMO UN CÉLEBRE DOCTOR.
Para poder negar el crimen ritual judío en todos los tiempos y en todos los lugares, pese a tanta evidencia, los rabinos se basan en la ausencia de todo fanatismo en la nación judía.
Puede verse en el momento que escribo estas líneas (octubre 1913) a los diarios profundamente anticristianos como el Humanité y la Lanterne, que de ordinario viven de las denuncias de pretendidos excesos de fanatismo religioso, elevarse con indignación ante las acusaciones hechas contra el fanatismo judío. Sólo Israel tiene el poder mágico de transformar de un día para otro las blasfemias de esos diarios en defensa del altar, judío, claro.
Sin embargo es contra el fanatismo judío contra el que truena el rabino. No es anónimo, es un rabino célebre en Israel y no es el autor el que informa de tales acusaciones, las toma de un diario doctrinario judío: el Univers Isreaélite. Acaso ¿Puede haber un testimonio con maś garantías?.
Según el Universe Israélite (Vi, pgs. 241-3, 1868) un predicador judío se ha librado a “una crítica violenta contra el fanatismo religioso, entre el mismo pueblo judío”; luego, contándonos los hechos más odiosos y más absurdos, atribuíbles a los israelistas de una célebre y gran comunidad de Galitzia, añade a manera de conclusión:
“Nos lamentamos por las persecuciones que debieron soportar los judíos … pero … elogio de antemano el hombre que nos muestre el horrible cuadro del fanatismo judío”.
Este rabio procede de los Profetas y da con el látigo al rebaño que quiere corregir de sus vicios; pero esta actitud no impresiona al Universe Israélite que lo trata -imitado por los Archives Israélites- como cómplice “que se ha comido el anzuelo”.
“Y ese rabino acusador, denunciador y calumniador de sus hermanos, que provoca entre ellos el odio y el desprecio de los pueblos” ¿quién es? Es, “y sentimos gran dolor al decirlo, ¡el célebre Dr. Adolfo Jellineck, predicador en Viena! ¿Cómo podemos quejarnos todavía de los ataques y persecuciones extranjeras cuando vemos un orador de nuestro santuario, un pastor de Israel, golpear así su rebaño con todas las armas envenenadas y mortíferas de la denuncia y de la calumnia?”.
Pero como hace notar Gougenot des Mousseaux, el rabino habla de lo que ve, de lo que sucede bajo sus ojos, en tanto que el Universe Israélite niega lo que ignora aunque no puede juzgarlo inverosímil.
Durante el proceso de Damasco, 1840, el cónsul de Francia, Sr. de Ratti-Menton, recibió del conde de Suzannet la siguiente carta: “llamo su atención sobre este hecho: hace alrededor de un año llegó una caja a la aduana que un judío vino a reclamar. Se le pide la abra: se niega y ofrece primero 100 piastras, luego 200, después 300, hasta 1.000 y llega hasta 10.000 (unos 2.500 francos).
El empleado de la aduana persiste, abre, y descubre una botella de sangre. Ante la interrogación, el judío responde que es costumbre de ellos conservar la sangre de sus grandes rabinos y personajes importantes. Se le deja ir y parte hacia Jerusalén.
Es un hecho conocido por todas las autoridades y el aduanero que hizo el descubrimiento vive en Damasco”.
El Sr. Ratti-Menton, buscó al jefe de la aduana pero se entera que ha muerto (los testigos de las infamias de Israel suelen tener una vida corta, más propiamente una muerte precoz). Su sucesor, que había sido su socio, sólo recordaba, vagamente, el episodio, creía poder asegurar que la caja encerraba no una botella sino una docena de frascos conteniendo una substancia líquida de color rojo, y que el reclamante judío, de Damasco, Aaaron Stambouli, había dicho que la sustancia era una droga eficaz en ciertas enfermedades.
Luego se producirá una coincidencia sorprendente, el judío portador de las botellas de sangre, Aaron Stambouli, estará implicado, un año después, en el asesinato ritual del Padre Tomás y su sirviente (Damasco), siendo reconocido culpable y condenado a muerte.
Otro testimonio de un hombre eminente y sabio orientalista: el ex rabino Drach. Achille Laurent lo cita, y luego Gougenot des Mousseaux sostuvo con el rabino converso largas relaciones amistosas.
Segunda Carta de un Rabino Convertido (la primera fue publicada en rústica, Roma, 1834, bajo el título Carta Sobre el Asunto de la Usura, por C.L.B.Drach) con fecha 20 octubre 1826 por Paul Louis Bernard Drach, ex Gran Rabino de Estrasburgo, Edición París, 1827, pg. 27:
“... el celo de esos doctores (los rabinos) llega hasta sacrificar con la muerte a todos aquellos que admiten la doctrina de la Santísima Trinidad, y en consecuencia a todos los israelitas cristianos …
El Talmud y las otras obras de los rabinos contienen una cantidad de arrebatos de violencia contra los cristianos y el cristianismo, y blasfemias abominables contra nuestro divino Redentor.
Desde que el conocimiento de la lengua hebraica se ha extendido por Europa, los impresores judíos tomaron la precaución de suprimir dichos pasajes, dejando muchas lagunas en su lugar. Sustituyen los nombres de Minim, Goym, Nahhrin (cristianos), Meschoumenedim Mourmrim (judíos conversos), etc. por otros nombres cualesquiera.
Pero los rabinos enseñan, verbalmente, lo que indican dichas lagunas y rectifican las palabras cambiadas adrede. En ocasiones restablecen, en sus ejemplares, con su mano, las supresiones y correcciones de los editores judíos, lo que ha ocurrido con el ejemplar que poseo”.
Las primeras ediciones del Talmud ofrecen el texto de este Código íntegro, así las de Cracovia, Venecia (1520), Amsterdam (1600),
Reproduzco la nomenclatura sólo para los hebraizantes que tengan la posibilidad de verificar las fuentes en viejas ediciones del Talmud:
Del Talmud: Ghabo de Azara, folio 4, verso (in-Thouhat). Folio 10 verso, folio 26 verso;
Sanhedrim: folio 57 recto; Horita, folio II recto (in Glossa-Yarki);
Hhoulin: folio 13 verso;
Baba-Kamma, folio 117 recto.
Maimónides: tratado del homicidio: cap. IV, p. 10. Tratado de la idolatría: cap. X, p. 1, Tratado de los Doctrores rebeldes: cap. III, p. 1., etc.
También son ilustrativos los extractos de los interrogatorios de los acusados en el crimen ritual judío de Damasco (según las piezas oficiales del proceso):
Extraído del interrogatorio de Mourad-el Fath'al:
Pregunta (Cónsul Francia): ¿Qué se hace con la sangre?
R.- se usa para el Fath'ir (fiesta de los ázimos).
P.- ¿Cómo lo sabe Ud.?
R.- Les oí decir (a los cómplices) que la sangre era para los ázimos.
Pregunta (coronel Hassey-Bey): Si Ud. no vio la sangre ¿Cómo sabe que era para usarla en los ázimos?
R.- pegunté con qué objeto se había derramado la sangre, y me contestaron que para la fiesta de los ázimos.
P.- ¿el asesinato del Padre Tomás sólo tuvo por motivo la religión? ¿Había razón para odiarlo, codiciaban su dinero?
R.- no conozco el motivo.
Interrogatorio de Isaac Arari:
Pregunta (El Bajá): ¿Cómo se realizó el asesinato del P. Tomás? ¿Cón qué fin fue muerto?
R.- Es cierto que hicimos venir al P. Tomás a casa de David, era algo ya planeado. Lo matamos para obtener su sangre; después de haber reocgido su sangre en una botella en lo de el Khakham Mousa-abbou-el-Afieh. Era con un fin religioso, la sangre es necesaria para el cumplimiento de nuestros deberes religiosos.
P.- ¿Era una botella blanca o negra?
R.- era una de esas botellas blancas llamadas Khalabiehs.
P.- ¿Quién le entregó la botella al khakham Abolu-el-Afieh?
R.- el Khakham Mousa Salonikli.
P.- ¿Para qué sirve la sangre en vuestra religión?
R.- se la usa en los panes ázimos.
P.- ¿Se distribuye esta sangre a los creyentes?
R.- No, se le entrega al principal Khakham.
Idem, los otros interrogatorios de los demás participantes.
El autor sólo ha buscado pruebas en los tiempos modernos. Dejó a propósito de lado la docuemntacón anterior al siglo pasado, principalmente las confesiones formales de los acusados del crimen de Trento relacionado con el uso ritual de la sangre humana.
Gougenot des Mousseaux suminsitraba, el mismo, esta CONCLUSIIÓN a sus estudios:
“ESTAS INMOLACIONES REALIZADOS POR JUDÍOS FRANCAMENTE ORTODOXOS EXISTIERON EN TODOS LOS SIGLOS. LA LEY RELIGIOSA DEL TALMUD SE LO PRESENTA COMO UN DEBER Y UN SINGULAR MÉRITO.
… su costumbre, basada en las leyes de la prudencia, es de negar con aplomo, el indecible aplomo que caracteriza en su boca toda ofensa a la verdad, ese acto que no cesó de levantar contra ellos la unánime reprobación de los pueblos. Pero la jsuticia humana los sorprendió mil veces en la realidad de los hechos. Las páginas más irrecusables de la historia, las sentencias de los tribunales laicos más eminentes y las más inatacables actas de la Iglesia, responderán hasta el fin de los tiempos a las denegaciones del judío.
Y cosa tan natural como digna de notar, esos hechos engendrados por una misma inspiración, una misma idea religiosa, se parecen de unamanera tan ostensible, que se observa que el intervalo de varios siglos no pudo alterar su fisonomía o modificar su carácter.
Rohrbacher, cuya autoridad es considerable, escrutó el Talmud, investigó el asunto del crimen ritual judío en su Historia de la Iglesia, y opina así: “por encima de la ley divina, por encima de la Biblia, el judío coloca una ley humana, una ley rabínica: el Talmud. ESTE TALMUD, NO SOLAMENTE PERMITE A LOS JUDÍOS, SINO QUE LES ORDENA Y LES RECOMIENDA ENGAÑAR Y MATAR AL CRISTIANO CUANDO SE ENCUENTRA LA OCASIÓN”.
Y tras citar extractos del Talmud y la opinión de un ex rabino converso, Rohrbacher concluye: “de acuerdo a esos principios de su Talmud y la enseñanza conforme de sus doctores, los judíos no pueden y no deben seguramente tener ningún escrúpulo al engañar y matar a los cristianos, del mismo modo como no tienen remordimientos de haber matado a Cristo.
Según la moral talmúdica, sólo la prudencia puede obligarlos a abstenerse (Historia Universal de la Iglesia, t. XVI, pgs. 407-8).
Rohling cita con referencias a personas que hicieron severos juicios al judío talmudista: Kant, Fichte, Herder, Schopenauer; Julián Schmidt, Menzel.
Dice: “todos están de acuerdo en reconocer que la judería, según el Talmud, es un gran peligro para el pueblo cristiano, y que ninguna precaución sería bastante para prevenirles de ese peligro”.
El dominicano R. P. Constant en su libro: Los Judíos Ante la Iglesia y la Historia (pg. 247): “El asesinato ritual está en posesión de todas las historias: en posesión de la historia de Francia con el niño San Ricardo; en posesión de la historia de Inglaterra con el niño San Guillermo, en la de España con el niño crucificado en Zaragoza: San Domingo, en la de Alemania con el joven Santo Werner de Wezel, de la de Italia con el niño San Simón de Trento, ...”
El autor cree haber establecido definitivamente:
1º.- que el Talmud, Código moral considerado en Israel como superior a la Biblia y la Ley mosaica, incita al odio y desprecio del no judío y del cristiano particularmente, preconizando su inmolación como sacrificio a Dios.
2º.- QUE HAY UNA ESOTÉRICA JUDÍA, DE TRADICIÓN ORAL, que preconiza el uso de la sangre cristiana en ciertas circunstancias, principalmente la confección de los ázimos.
El martirio de un cristiano por un judío, en cualquier época del año, es un CRIMEN RITUAL del mismo modo que la inmolación en vista de los ritos sangrientos de Pascua pues la ritualidad del crimen no está ligada a la absorción de la sangre fresca o calcinada.
¿HAY QUE CREER QUE LOS JUDÍOS DEL MUNDO ENTERO INMOLAN, O ESPERAN LA OCASIÓN DE INMOLAR A UN CRISTIANO? NO. Está entendido en el Talmud, cuando preconiza el delito contra cristianos, que el crimen SOLO DEBE REALIZARSE SI HAY GARANTÍAS DE IMPUNIDAD.
PARA EL JUDÍO, EL CRISTIANO ES UN ENEMIGO CUYA INMOLACIÓN ES SIEMPRE LAUDABLE, Y PARA EL JUDÍO EL PAN PERFECTO DE PASCUA ESTÁ ADICIONADO DE SANGRE CRISTIANA, AUNQUE DICHA ADICCIÓN NO SEA NECESARIA PARA LA CELEBRACIÓN DE LA FIESTA.
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