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Tema: El Crimen Ritual Judío

  1. #1
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    07 nov, 15
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    El Crimen Ritual Judío

    Serie : EL CRIMEN RITUAL JUDÍO



    INTRODUCCIÓN
    Este espinoso tema no es fácil de catalogar en ningún hilo de los abiertos, pero creo que en el que mejor encaja es en éste.

    De no ser así que los moderadores lo instalen en el que crean más oportuno.


    El Crimen Ritual fue una dinámica constante y bien conocida durante siglos, especialmente desde la irrupción del Cristianismo en la Historia. De estos crímenes hay cientos de pruebas, de diversos tipos en diferentes continentes y países:
    - documentales (juicios civiles, algunos de hace unas décadas),
    - documentales (juicios canónicos),
    - obras de arte (esculturas, pinturas, etc.),
    - monumentos (ermitas, basílicas, etc.)
    - referencias literarias e históricas,
    - actas de canonización de santos,
    - Encíclicas,
    - confesiones de conversos totalmente voluntarias.
    - confesiones de culpables del mismo, algunas voluntarias y otras bajo tortura. Cierto, pero no las desechamos porque indicaron el lugar dónde estaban los restos de las víctimas. La tortura podría invalidar el testimonio sino fuera por haberse hallado las pruebas y restos donde el acusado dijo, pues aunque hoy es un método que nos repugna, hay que reconocer que es imposible que conceda el poder de adivinación al que la padece.


    En España tenemos, entre otros, dos casos señeros: Santo Domingo de Val y el niño de La Guardia.

    Aunque probablemente ha habido muchos más, estos dos están bien documentados y los legajos de las causas aún pueden consultarse. Fuera de España también se han dado casos parecidos bien documentados.


    Hace unas décadas algunos aún recordamos la polvareda levantada en España por la revista de la Amistad Judeo Cristiana (nº 28, noviembre-diciembre 1969) en que se escribió que el culto a dichos santos, “son el ejemplo fósil de unas violencias que en nada nos honran. Sorprende que se conserven en España todavía, puede que olvidados pero aún de manera oficial, los dos mencionados cultos de los que lo único “evidente e histórico” es el suplicio de unos infelices israelitas españoles declarados reos de un delito IMAGINARIO” (no se menciona, lógicamente, el suplicio de los niños crucificados".

    Es sintómatico que en lugar de pedir que no se atribuya el delito a los judíos, al menos a la totalidad de ellos (algo obvio y lógico), se EXIGIERA la supresión del culto sin mencionar a los mártires.
    Aún más, La Amistad Judeo-Cristiana de Zaragoza, se dirigió al obispo Cantero Cuadrado de dicha ciudad, solicitando la abolición del culto a Santo Domingo de Val.

    Sin embargo al nombrarse una comisión destinada a esclarecer la veracidad del suceso se disipó la polémica de la que no se ha vuelto a hablar.
    Polémica que surge a raíz de un artículo de La Vanguardia, 14 abril 1970, en la que informaba de la petición de la Amistad Judeo-Cristiana, luego se sucedieron artículos en los que se aducía que "era ilógico un culto a unos niños del pasado".

    El 17 de abril la agencia CIFRA distribuía una nota fechada en Zaragoza, en la que se informaba de la constitución de una comisión que investigaría el suceso. Lógicamente la Amistad Judeo-Cristiana abandonó la polémica pues, por un lado es muy probable que se demostrara la autenticidad de los hechos y por otro se le había dado gran notoriedad a unos actos “convenientemente olvidados” hasta entonces.

    El tema de los crímenes rituales judíos siempre es temido por los hebreos. Cada vez que aparece algo, una nota de prensa, un artículo, un libro, sobre los crímenes rituales judíos, se desatan campañas, incluso de nivel internacional, inmensas y misteriosas.



    LA ODIOSA Y ESTÚPIDA LEYENDA.
    ¿Por qué en esta época en que hasta los más nimios detalles históricos son inadagados e investigados a fondo, sólo se oyen a propósito de los Crímenes Rituales Judíos las exclamaciones : “Fanatismo, Recuerdo de Barbarie de Edades Antiguas, Absurdo, … ?”

    Con este párrafo el historiador Edouard Drumont terminaba el prólogo del libro del también historiador Henri Desportes: “Le Mystère du Sang Chez les Juifs de Tous les Temps

    Es lo más claro y probatorio que se encuentra entre los que intentan refutar la acusación con un simple “Odiosa y Estúpida Leyenda”.

    Pero la Odiosa y Estúpida Leyenda debe ser muy tenaz para que un sólo número (inicios de 1913) del Universe Israélite incluya hasta tres partes telegráficos relativos a asesinatos rituales judíos en diferentes países.

    Se objetó que la posibilidad de un asesinato con fines rituales debe descartarse a priori (pues los sacrificios expiatorios o propiaciatorios requieren víctimas puras, no es el caso del cristiano a los ojos del judío).
    Pero el autor no dice que fueran sacrificios expiatorios o propiciatorios (se examinará esta cuestión más adelante).


    Según Drumont “tras el deicidio y la dispersión, en la abyección de la Edad Media, el judío vuelve a su tipo primitivo. Adora a Moloch en el ghetto, en su honor se inmola al niño que pudo arrebatarse. La verdadera fiesta, la fiesta completa es la que permite al judío asociar el odio que siente por todo lo que lleve el signo de Cristo, por todo lo que está bautizado


    Cristo, al establecer el Santo Sacrificio de la misa, en el que se ofrece Él mismo como víctima, abolió, para siempre, los sacrificios sangrientos de los antiguos tiempos.

    Es el judío, el que para mejor desafiar al verdadero Dios, se remonta hasta Moloch restableciendo el sacrificio humano al degollar, ya no un cordero o un ternero, sino un niño o adolescente, preferiblemente cristiano.



    ¿QUÉ ES UN CRIMEN RITUAL JUDÍO?
    Es el asesinato de un joven cristiano, perpetrado bajo ciertas condiciones, para procurarse sangre para los ázimos de Pascua. Así se clasifican bajo este carácter los martirios de niños cristianos, frecuentemente por crucifixión, realizados con odio y/o irrisión hacia Cristo.

    La razón ordena rechazar, sin examen, crímenes tan horrorosos, relegarlos a las leyendas oscurantistas. Pero no podemos porque se perpetraron, y peor aún, siguen PERPETRÁNDOSE actualmente.

    Los pasados tienen como garante de su exactitud a:

    - los testigos para los cuales no existían las mentiras de la prensa, testigos que sólo creían lo que veían con sus propios ojos, en ciuddes cuyos habitantes se conocían unos a otros y vivían todos apretados unos contra los otros.

    - hechos registrados por cronistas contemporáneos, atestiguados por monumentos conmemorativos, algunos aún existentes, perpetuados en obras de arte, esculturas, etc. Hechos que se cumplieron de forma casi idéntica en países muy alejados unos de otros y que en esas épocas tenían muy mala o nula comunicación entre ellos.

    - hechos perpetrados durante largos períodos de tiempo y épocas muy diferentes aunque muchos daten de la Edad Media, hubo gran número de ellos en los siglos posteriores: XVII, XVIII, XIX, XX y algunos son recientes y actuales.

    Veamos algunas de las objecciones típicas:


    OBJECIÓN: EN EL PASADO LA LEYENDA MAGNIFICABA UNOS HECHOS "INCIERTOS":
    Puede admitirse que en el pasado la leyenda haya añadido a los hechos detalles algo novelescos, pero es imposible negar la materialidad de los hechos mismos.

    En caso de recusarse a los testigos oculares, el relato de los cronistas, las piezas de archivo, los expedientes y legajos de los tribunales, etc. entonces habría que negar los acontecimientos de toda la Historia y afirmar que las grandes batallas, el proceso de los templarios, el asesinato del duque de Orleáns, etc. son invenciones fantasiosas.

    Pues los testimonios que merecen nuestra fe como para creer en la realidad de esos acontecimientos son del mismo calibre que los testimonios que afirman los asesinatos rituales judíos de niños cristianos.


    OBJECIÓN: LOS PRIMEROS CRISTIANOS COMETÍAN ESOS MISMOS CRÍMENES:
    Otras objeciones de los negacionistas del crimen ritual judío arguyen imputaciones idénticas dirigidas contra los cristianos de los primeros siglos. Pero esta acusación no ha persistido, como para los judíos, hasta las épocas medieval, moderna y contemporánea.
    Según M. V. Charrier (Croix, 2 junio 1911) en el mundo pagano era difícil distinguir a los cristianos de los judíos.
    El 19 de julio del año 64, Roma arde durante nueve días; el pueblo acampaba sobre el Campo de Marte cuando el azote, que todos creían conjurado, reapareció sobre el Pincio e invadió los caseríos provisorios donde se refugiaba la plebe, la multitud escapó de la ciudad, de las 14 regiones de Roma, 3 estaban consumidas, 7 desmoronándose, sólo se salvaron 4 (Dom H. Leclercq, en Les Martyrs, VI, prólogo, p. LXXVIII).
    El barrio judío pertenecía a una de las regiones incólumes. El pueblo romano acusó a los judíos que aprovecharon los favores vergonzosos de que disfrutaba la judía Popea, ante Nerón, su amante, y las acusaciones se descargaron sobre los cristianos. Se les declaró inocentes y se persiguió a los cristianos.

    Renan (autor que siempre ha negado el crimen ritual judío) no niega que sospecha de los judíos al urdir dicha maquinación contra los cristianos.

    En la sesión de la Duma (29 abril al 12 mayo 1911) en un debate preliminar sobre el crimen ritual de Kiev, M. Roditcheff leyó pasajes de historiadores romanos para demostrar que los primeros cristianos estaban bajo sospecha de los romanos de realizar asesinatos rituales.

    Muchos hebreos aplauden y repiten tales pasajes, pero no comentan la réplica del diputado Markoff: “Uds. han aplaudido el discurso de Roditcheff, pero al hacerlo, recordar que el joven André Ioutchinski perdió su sangre a través de 45 heridas “ligeras y acariciantes” ¿heridas hechas a este niño cristiano por un cuchillo judío?

    No les cansaré con las contestaciones de San Justino y Tertuliano en el momento de las presecuciones cristianas. Les diré, solamente, que durante los primeros siglos de la cristiandad, los poderes públicos confundían muy naturalmente al cristianismo naciente con el judaísmo y acusaban a los cristianos de lo que hacía la maldad de los judíos” (traducción según los documentos oficiales, por M. Jean de Labroquère, Indépendance del 1º septiembre 1911)


    OBJECCIÓN: BULAS PONTIFICIAS:
    Otra nueva objección surge de que un buen católico no podría ser heterodoxo y discutir un asunto decidido, definitivamente decidido, tajantemente, por sendas bulas pontificas.

    Se muestra en latín y francés (Strack, en un apéndice de su obra: “Le Sang et la Fausse Accusation du Meurtre Rituel”) las bulas de Inocencio IV, de Gregoio X, de Martín V y de Pablo III, además de una memoria del cardenal Ganganelli, más tarde Clemente XIV.

    Se encuentran en ellas una gran preocupación del papado por proteger la vida de los judíos bajo sospecha, lo que no sorprende pues en varias oportunidades los judíos, confiando en la mansedumbre de la Iglesia, buscaron ayuda y protección en la sede de San Pedro.
    Es evidente, los Pontífices precitados temieron que el pueblo deicida fuera víctima de acusaciones nacidas del odio que desencadenaban o sin fundamento.

    Pero analizando a fondo la bula de Inocencio IV es imposible encontrar en ella otra cosa que no sea una vehemente protesta contra la injusticia, la ilegalidad y la arbitrariedad.

    Pero ¿No hay nada en las bulas pontificias, más preciso, más probatorio, de dónde los negadores del crimen ritual puedan, legítimamente, sacar argumentos?
    Sí, el mismo Papa, y luego sus sucesores Gregorio X y Pablo III, en una bula de 25 de septiembre 1253, apunta directamente a la acusanción de crimen ritual, condenándola.

    Pero el protestante Strack que reprodujo tantas Bulas papales, curiosamente se olvida de citar la de Benito XIV, lo que nos previene en contra de sus críticas.
    Habiéndose esclarecido, dos grandes Papas, beatificaron a dos niños cristianos vícitamas de crímenes rituales judíos.

    En su misma gran obra “De la Canonización”, Benedicto XIV declara que el cuerpo del niño mártir está conservado en la iglesia de San Pedro, en Trento, con todos los instrumentos de su pasión (De Canonizat, Prati, 1839, t. 1, cap. XIV, p. 84).

    También es extraño que si los judíos tienen su conciencia tranquila, ¿por qué siempre estuvieron perseguidos, a través de los siglos y hasta hoy, por el temor de acusaciones de crímenes rituales?

    Es uno de sus escritores (a propósito de la celebración de Pesach) quien dice: “en la Edad Media, la ceremonia tomó un carácter todavía más secreto, y por lo tanto más íntimo: es un gozo melancólico que hay que esconder al cristiano que espía, el espíritu oscurecido por horribles sospechas. Llega al fin, la comida tan abundante y tan feliz que uno se olvida que la matza es el pan de la miseria, el pan que recuerda tantas miserias: miserias de la opresión faraónica, miserias de nuestro martirologio tantas vecessecular, y la más triste de todas tal vez, la de la infame calumnia del asesinato ritual, que costó la vida de tantos inocentes, y que Beiliss “expía” todavía en una cárcel rusa, en honor del tricentenario de los Romanoff” (Univers Israélite, 18 abril 1913, p. 128-129).

    Infame Calumnia”, se dice pronto pero cuando hay textos explícitos y cientos de hechos que vienen a apuntalar la acusación, parece un poco somero.


    OBJECCIÓN: PROTESTA COLECTIVA DE LOS RABINOS:
    ¿Podría hacernos dudar una protesta colectiva de rabinos?
    La última data de hace unos 130 años: “ante Dios y ante los hombres, hacemos la declaración solemne que ninguna prescripción de sangría humana con finalidad ritual se encuentra en nuestros libros de leyes, ni en ninguna otra obra literaria judía.
    También, para rechazar esa odiosa imputación, nos dirigimos a todas las Academias eruditas del Oriente, a todas las Facultades de Teología de Europa para provocar una consulta de estudiosos no-judíos.
    Esperamos con calma el veredicto de un tal cenáculo de sabios.
    A nuestros correligionarios, les rogamos guardar y consrvar la paciencia, la calma y la dignidad hasta que, con la ayuda de Dios, la situación se haya aclarado y que se logre la verdad, y que el derecho y la justicia hayan alcanzado su victoria.
    Pedimos insistentemente a nuestros correligionarios que eviten toda polémica inútil y excitante, que se guarden de toda amargura y que se adorne con la modestia; que hagan prueba de la elevación de su alma y que practiquen la caridad aún con respecto de sus enemigos, será entonces cuando habremos logrado desarmar a nuestros enemigos y cambiarlos de manera de hacerlos nuestros amigos”.

    Dado en Budapest, en el Sanhedrin, el 5 de julio de 1882.
    Por delegación de la Asamblea de todos los rabinos de Hungría.
    Menachem Katz, gran rabino de Deutsch-Kreutz, presidente.
    Leopold Lipschitz gran rabino de Abandji.
    Szanto, escribano.

    Esta protesta se hizo tras uno de los crímenes rituales más patentes, más incuestionables que se haya registrado: el crimen de Tisza Esslar.




    MÉTODO DE LA PRESENTE OBRA Y OBJETIVO DE LA MISMA.
    Tanto para el examen del Talmud como para el de los hechos no le es posible al autor indagar en las fuentes originales que le son totalmente inaccesibles. Pero felizmente otros lo hicieron por él, tanto los de un bando como los del otro. La modesta tarea del autor será confrontar las contradicciones. Ayudándome de los autores que han resumido el debate el autor aportará algunos nuevos elementos de hechos conocidos, testimonios y hechos ignorados hasta ahora y hechos históricos más recientes.

    El autor no seguirá a los que le precedieron en estos estudios haciendo un largo historial del crimen de la sangre, del holocausto ritual a través de los tiempos y los pueblos. Apartará del debate todo lo que toque a la magia y supersticiones psicológicas. También dejará de lado las masacres, genocidios, profanaciones y actos de crueldad colectiva.

    En los dos bandos, tenemos:
    - Henri Desportes (Le Mystère du Sang),
    - André Baron (Les Societés Secrètes, Leurs Crimes),
    - Rupert (L'Eglise et la Synagogue),
    - Strack (Le Sang et la Fausse Acusation de Meurtre Rituel), etc.

    y otros muchos autores que trataron ampliamente esos temas.

    Me centraré en el marco indicado.

    Primero pasaré revista a todos los que se constituyeron en esta materia como abogados de Israel, examinando el valor de sus argumentos, método y crítica.
    Segundo, veremos en qué medida el Talmud, código de las prescripciones rabínicas, puede legitimar, excusar o prescribir el asesinato ritual.
    Tercero haré un inventario lo más completo posible de los hechos, pruebas que los sostienen, centrándome en los crímenes contemporáneos.

    Y será el lector el que juzgará si el asesinato ritual debe ser rechazado a priori como Una Odiosa y Estúpida Leyenda.



    En el momento de acabar este preámbulo (1913) el judío Beiliss de Kiev, está detenido desde hace dos años por el asesinato, realizado según todos los ritos, del pequeño cristiano Ioutchinski.

    Un erudito ruso, de paso por París, me da detalles característicos del asunto.
    Cuando la madre del pequeño ya no tiene dudas de la desaparición de su niño, su primer pensamiento fue publicar un anuncio en prensa, pero se dirigió, a un diario judío.
    El escriba judío al que se dirigió ¿estaba más enterado sobre el asunto que la madre? ¿por la proximidad de la Pascua tuvo la intuición de lo sucedido?
    Lo cierto es que encontró natural denunciar a la madre ante la policía por la desaparición del hijo. El funcionario ruso no es tan antisemita como se presenta pues aceptó la denuncia y la madre fue arrestada y encarcelada quince días lo que permitió borrar todas las pistas.
    Cuando pregunté a mi interlocutor, especialmente bien enterado del asunto, qué consecuencias habría, qué sanciones se esperaban, respondió:
    - “gracias a las mentiras y la gritería de las agencias telegráficas y la prensa judaizada, Ud. no puede imaginar, en Francia, el poder que tienen los judíos en Rusia; que acción ejercen, como en su país, sobre todos los asuntos de la vida nacional. Tenga por seguro que no habrá ninguna información exacta sobre la cuestión de Kiev. En mi país el jurado es designado, por sorteo para tres meses, lo que permite, lamentablemente, todas las presiones, todas las compras de conciencia. La lista en la que serán elegidos los jueces de Beiliss está compuesta en sus tres cuartas partes por lacayos de los judíos”.
    - ¿Y qué sucede con el derecho a la recusación?
    - ¡Oh!, ¡tan poco!, el fiscal tiene derecho a recusar tres jurados sobre un total de 36. La parte civil, ¡ninguno!


    En este asunto de Kiev, el carácter ritual del crimen es tan patente que el jurado deberá responder afirmativamente en lo que atañe a la naturaleza del asesinato, pero el jurado no llevará su independencia hasta condenar al judío Beiliss.

    Estas líneas, escritas meses antes del veredicto, se cumplieron totalmente.

    El diario Le Journal publica (30 junio) un despacho de su corresponsal en San Petesburgo: “la Corte de Justicia de Kiev acaba de confirmar el primer juicio pronunciado contra un israelita llamado Beiliss, acusado de haber asesinado a un pequeño cristiano, Andrés Ioutchinski, con el fin de mezclar su sangre al pan de la Pascua. El ministro de justicia dio la orden de hacer juzgar al acusado inmediatamente.
    El cuerpo de la víctima fue encontrado hace dos años, exangüe y horriblemente mutilado, mostrando 47 heridas.
    Dos expertos: Dr. Sikovski, Profesor de la Universidad y el abate Pranaitis (autor de El Talmud Desenmascarado) encontraron, de común acuerdo, que el asesinato de Ioutchinski debía considerarse un CRIMEN RITUAL TÍPICO, tal como parecen querer persistir en cometer ciertas tribus israelitas”.

    Sólo se trataba de un cierre de instrucción y su remisión a un Tribunal criminal; pero los judíos, tan duchos en entremezclar los hilos hacen que la Agencia Internacional de Roma ya haya publicado la información de esta manera: “el Tribunal de Kiev acaba de confirmar la requisitoria fiscal contra el judío Beiliss, acusado de asesinato ritual.
    Se dice, sin embargo, que el tribunal de Varsovia va a juzgar nuevamente este asunto, para sustraer el proceso a la competencia del jurado”.

    NUNCA se trató de remisión ante otra Corte: el proceso siguió su curso normal, pero había que insinuar, con intermediarios no sospechosos, que el gobierno ruso buscaba un tribunal complaciente.

    Los diarios doctrinarios de Israel, por otro lado, metían sobre otro punto. Así el Univers Israélit (27 junio 1913) publicaba una nota: “Kiev.- la nueva instrucción relativa al asesinato del niño Ioutchinski está terminada y el fiscal decidió la remisión de Beiliss ante la corte de Kiev. Mantiene, a pesar de los peritajes de los médicos más reputados, la acusación ritual. Parecería que el ministro de justicia lo ha querido así. Se piensa que el asunto será dilatado y no pasará antes del otoño. ¡El desgraciado Beiliss está en prisión desde hace dos años!”.

    Los profesores citados por el Journal , afirmando el crimen ritual, son bien conocidos y estimados por todos los científicos de Europa. Pero para desacreditar de antemano el testimonio
    - a Sikowski se le presentó como una especie de alocado, maniático, etc., y


    - al abate Pranaitis se le recusaba como juez por su calidad de abate, menospreciando su erudición que lo había llevado a ser designado como auxiliar natural del científico Sikovski.

    La imprudencia o error del Journal al hablar de “Crimen Ritual” sería rápidamente enmendada con alegatos aparecidos en Humanité (y luego, el mismo texto, días después, en Univers Israélit) bajo forma de protesta por la Alianza Israelita Universal:


    Sr. Director:

    En vuestro número aparecido hoy, pulican un despacho de San Petesburgo … su corresponsal se refiere al peritaje del profesor Sikovski, de la Universidad de San Petesburgo, que dice haberse perpetrado “un crimen ritual típico, tal como quieren persistir en practicar aún ciertas tribus israelitas”
    La inutilidad de la acusación del asesinato ritual ha sido desde hace tiempo establecida.
    En lo que concierne al caso especial, numerosos expertos médicos examinaron las actas de la autopsia y los informes de los expertos rusos. El Sr. Lacassagne, profesor de medicina legal de la Facultad de Lyon, y el Sr. Thoinot, profesor de medicina de París, se expresan sobre el informe del profesor Sikovski : “de ninguna manera discutiremos el informe del Dr. Sikovski, que nos parece, a nosotros y nuestros colegas, una obra aventurada … y tras analizar minuciosamente todos los escritos de orden médico-legal sobre los que se apoya la acusación de asesinato ritual, los profesores Thoinot y Lacassagne concluyen que la hipótesis del asesinato ritual ejecutado para procurarse la sangre del niño es insostenible …
    Es fácil imaginar lo que podían saber del crimen de Kiev los señores Thoinot y Lacassange, de París y Lyon, pero no importa, tienen razón a priori. No han visto nada, contra los científicos rusos que estaban presentes y dispusieron de todos los elementos y escena del crimen. Pero unos señores, desde miles de kilómetros de distancia pontifican, tajantemente, sobre la no ritualidad del crimen del que sólo leyeron (supuestamente) unos expedientes”.

    Como el abate Coubé dijera en su obra: Almas Judías : la raza judía se especializó en profanar hostias … se podrían citar cientos de sacrilegios de ese tipo … El judío talmúdico busca matar a Jesús al matar en sus discípulos la fe, la pureza, toda virtud, llevándolos a la apostasía … vilipendian el clero.
    Escupe sobre el Papado en los diarios que dirige o comandita … a veces la infamia va más lejos. Mata al cristiano, y particularmente al niño cristiano … Los asesinatos rituales continúan … El Moloch del Talmud, que no es otro que Satán, está siempre ávido de sangre cristiana”.

    Las citas de reprobación fueron numerosas, probando la sensibilidad de Israel ante la acusación y los medios “preventivos” que usa, extraños a todo método crítico, la opinión es prefabricada y moldeada para difundirla por sus canales (casi todos).

    El procedimiento no varía, los que no vieron nada (excepto, tal vez un expediente) merecen todo crédito, obviamente siempre que sea favorable a los judíos, los otros reeditan simplemente una calumnia infame, pese a que la escena del crimen, las pruebas y/o testigos confirmen lo contrario. Sólo los que admiten, sin dudar, la denegación judía merece ser incluida en el grupo de “gente honesta”, los demás son unos antisemitas, nazis, o cualquier otro calificativo ad hoc.

    Los “Archives Israelites” no podían dejar de opinar en el tema y un hombre que en Israel se escucha al igual que un Pontífice, el Sr. Prague, se encarga de decir que es una infamia, en el artículo: “La Loca Acusación” (10 julio 1913), apoyándose en la opinión de unos médicos que juzgan una situación a miles de kilómetros de distancia. Repite, también, que el Talmud y toda la literatura rabínica se erige contra la sangre como meta religiosa, afirmación que falta demostrar, tan es así que demostraremos lo contrario.

    El Sr. Prague da por inocente a Beiliss. Pero éste judío no está juzgado, sólo acusado, lo que no impide que todo Israel lo considere ya inocente pues su presumido crimen es molesto e infamante para el judaísmo.

    El Sr. Prague, incluso va más lejos: “la víctima del fanatismo religioso, no es Ioutchinski, caído bajo los golpes de asesinos vulgares que mutilaron y maquillaron el cadáver para hacer creer, y el caso no se presenta por primera vez, en un crimen ritual, sino del desgraciado Beiliss, cuya inocencia estallaría a la luz, si fuese juzgado con la imparcialidad que reclama la terrible acusación que pesa sobre él”.
    Última edición por donjaime; 28/12/2015 a las 12:21
    ReynoDeGranada dio el Víctor.

  2. #2
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    Re: El Crimen Ritual Judío

    Serie : Los Crímenes Rituales Judíos




    Parte II : LOS ABOGADOS DE ISRAEL.


    LOS NEGACIONISTAS DE LOS CRÍMENES RITUALES JUDÍOS.
    Toda la argumentación de los negadores del CRIMEN RITUAL JUDÍO se encuentra en una opinión resumida en una fórmula: “¡es una estúpida leyenda!


    Para no hacer las cosas tan simples tomaremos encuenta, también, los alegados de refutación de los filosemitas. Si bien hay que notar que alcanzan menos a los hechos que a las prescripciones del Pentateuco y/o del Talmud. Y hay que reconocer, honestamente, que ahí los negacionistas de los crímenes están en un terreno que les es más favorable.


    No porque dichas prescripciones puedan molestar la demostración de los crímenes, como analizaremos, sino porque, por una parte éstas pueden oponerse a aquéllas, y por otra que las enseñanzas talmúdicas OBLIGAN a los judíos bajo REGLAS ESTRICTAS aún cuando sus enseñanzas sean o parezcan CONTRADICTORIAS.


    Este terreno erizado de obstáculos y barrancos es propicio a los escondites y emboscadas, el que eligen los que no confían, plenamente, en su causa y argumentos.


    Por tanto, lo primero será llevar a estos individuos y sus argumentos a terreno llano y descubierto. Luego pasaremos por el tamiz los procedimientos críticos de los abogados de Israel, nos limitaremos a nuestra época y discutiremos solamente casos de crímenes rituales contemporáneos.




    FRANZ DELITZSCH
    Intentó refutar la obra: “El Judío Talmudista” de Rohling. La polémica duró varios años y se precisaría un volumen entero para analizarla.


    Vilipendiado, injuriado, calumniado, Rohling había decidido depositar una demanda por difamación. Sus adversarios consideraron que habían triunfado al retirar aquel su demanda en las vísperas de los debates, pero están obligados a reconocer que Rohling sólo hizo dicho trámite ante el pedido del ministerio austríaco, y pensando en interés de la paz pública.


    Una edición de Rohling que tengo a la vista, y que citaremos cuando lleguemos a las enseñazas talmúdicas, está presentada al público como sigue: “El Judío Talmudista. Resumen breve de las creencias y prácticas peligrosas de la judería. Presentado a la consideración de todos los cristianos por el Sr. Abate Augusto Rohling. Doctor en Teología y Filosofía, Profesor en la Universidad de Praga. Obra enteramente revisada y corregida por el Sr. Abate Maximiliano de Lamarque, doctor en Teología, canónico en Monte-Giuliano.
    RECOMPENSA DE 10.000 FRANCOS AL QUE PUEDA PROBAR QUE UNA SOLA DE LAS CITAS DE ESTA OBRA ES FALSA”.


    Hay que reconocer que la recompensa es bastante tentadora, incluso para los judíos, hace más de 125 años que espera un beneficiario.


    Respecto a los errores que según Delitzsch y Bloch, reducirían a cero la obra de Rohling, veamos lo que dice su erudito revisor: “antes de publicar esta obra, quiero hacer la siguiente declaración:
    Hace algunos años ya que apareción en Munster (Wetsfalia), una obra del Sr. abate Rohling, titulada “Der Talmud-Jude”.
    El libro causó sensación, pero no gozó de una larga existencia. La judería, con su enorme poder puso toda su maquinaria en movimiento para provocar, por parte de las autoridades, su confiscación. Como motivo para tal acto de violencia se alegó que el libro contenía algunos errores, verdaderamente insignificantes.
    Durante 10 años trabajé y estudié el libro a fondo, y tras haberlo vuelto hacer y corregirlo, de acuerdo a las fuentes, lo presento de nuevo a la atención del pueblo cristiano”.


    Es decir, “errores insignificantes, de acuerdo a las fuentes”, según el abate Lamarque tras un estudio concienzudo de años e indagar las fuentes. Pruebas de más peso que las simples injurias de Franz Delitzsch y Joseph Bloch.




    RENAN:
    Incluimos a Renan entre los negadores del crimen ritual judío porque muchos negadores usan su afirmación en el Bulletin de l'Alliance, (1883, t. I, p. 31): “uno de los rasgos característicos de la religión israelita es la prohibición de usar sangre en la alimentación humana …”


    Esta excelente precaución en una época inspiraba el respeto a la vida y fue conservada por el judaísmo con un escrúpulo extremo, aún en épocas y en estados de civilización donde no representa ás que una molestia. ¿Y se quiere que el israelita fervoroso, que moriría de hambre antes que comer un pedazo de carne no desangrado, se alimente con fruición de sangre en un festín religioso? ¡Es algo monstruosamente inepto!”


    Alimentarse de sangre, festín religioso”; falsas invenciones para las necesidades de una mala causa. ¿Qué tienen que ver prescripciones higiénicas, de las cuales los judíos ya no hacen caso alguno, qué relación hay entre la matanza de animales y un rito o simple asesinato realizados por ODIO A CRISTO Y SUS SEGUIDORES?


    “Precaución excelente en ciertas épocas para inspirar el respeto a la vida” diece Renan. Y ahí está, que lo haya querido o no, una grave acusación contra los instintos de “la primera aristocracia del mundo”.
    Al estudiar la constatación de esas tendencias de las prescripciones talmúdicas (enumeradas por el Sr. Plista) es difícil concluir con Renan por un simple y despreciativo epíteto que aunque es un procedimiento de discusión cómodo no es en absoluto probatorio.
    En el caso de la acusación de la destrucción de Roma por los cristianos, Renan, no niega sospechar que fue obra de los judíos (Croix, 2 junio 1911, V. Charrier) en esta odiosa maquinación.
    Por lo visto el Sr. Renan no adjudica siempre a los judíos el mismo horror a la efusión de sangre, dejando patente cuán vacilante es su crítica.
    Nosotros no recusamos los testigos, simplemente discutimos sus testimonios.




    TEODORO REINACH.
    El Sr. Teodoro Reinach prologó el libro del Sr. Strack: “Le Sang et la Fausse Accusation de Meurte Rituel”.
    En nuestro tiempo, no puede producirse ninguna manifestación del pensamiento sin la estampilla (CENSURA) de alguno de los tres hermanos Reinach. “Han llegado de Francfort del Maine especialmente para sacar el genio francés del caos y guiarlo hacia la luz”
    El mayor, Joseph, está encargado de nuestra Historia de ayer, ver la de mañana.
    Teodoro tritura la Historia Antigua, vela sobre nuestro idioma,
    Salomón, modestamente se dedicó a la guardia y enriquecimiento de nuestro tesoro artístico.
    Es la omnisciencia en tres personas.
    Pero en el examen se encuentran desechos.
    Joseph escribió una Historia del asunto Dreyfus. Resulta que Henri Dutrait-Crozon precisó varios volúmenes simplemente para meniconar los “errores” y las “falsedades” en que incurrió Joseph.
    Y al hablar de la ciencia y consciencia de Teodoro y Salomón, basta recordar la historia de la tiara de Saitapharnés. Para Salomon era una enojosa recidiva.
    Hace tiempo pretendió haber descubierto e imponer a la admiración francesa una estatuilla de Baroussé-Roussé pero sería llamado al orden por el historiador francés, el Sr. G. de Mortillet, ante la Sociedad de Antropología.
    El sistema de discusión, habitual en los judíos, especialmente en los hermanos Reinach, es: “Si Uds. no están de acuerdo conmigo, son unos imbéciles y hombres de mala fe”. Se volverá a encontrar el “argumento” en Teodoro cuando trate el Crimen Ritual.


    Entre otros “errores” el Sr. Reinach en una sola nota del prólogo (pags. XX, XXI, y XXII) comete dos errores que legítimamente pueden considerarse falsedades al hablar del crimen de Damasco (asesinato ritual judío del Padre Tomás y su sirviente) Reinach parece colocar su refutación bajo la autoridad del Sr. Thiers al escribir: “los cónsules de las distintas potencias europeas tuvieron opiniones difetentes en este asunto, unos dejaron hacer favoreciendo a las autoridades egipcias; pero el representante de Austria protestó enérgicamente contra los medios violentos usados en el hallazgo de la verdad y reclamó una instrucción criminal más acorde al siglo XIX” (el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, el Sr. Thiers, anunció que ordenaría ir a un vicecónsul a Oriente para enterarse del caso).
    El Cónsul de Francia en Damasco había resistido hasta el final los argumentos judíos, era uno de los muchos para quienes el aseinato y el crimen ritual eran pertinentes.


    Pero Reinach da a entender que el Sr. Thiers desconfía del representante y sospecha de su lealtad por lo que envía a otro funcionario y estar más informado.
    En oposición a este “error” hay documentos oficiales: “... El superior diplomático del Cónsul de Damasco, el Sr. Cochelet, Cónsul de Egipto, se pronunció en favor del Cónsul de Damasco ¿Debo sacrificar al Cònsul de Damasco y al de Egipto por una aserción del Cónsul de Austria?
    … Nunca sostendré a los agentes franceses en contra de los agentes extranjeros poque sí, pero hasta que sus faltas sean demostradas, cuanto más sean atacados por los agentes extranjeros más los sostendré. Creo que en esta circunstancia estoy más enterado sobre la verdad que ninguno de Uds. se han traducido y estudiado con cuidado las actas de la justicia turca.
    La opinión del Cónsul inglés es favorable a la del Cónsul francés como se me informa desde Londres …
    Y que los israelitas son más poderosos en el mundo de lo que pretenden ser y en este momento están haciendo reclamaciones ante TODAS las Cancillerías Extranjeras, con un celo y ardor extraordinario en los trámites …
    Nuestro Cónsul sólo tiene apoyo en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia …”


    Al comparar el texto oficial con la alegación del Sr. Reinach se ve cómo hay que calificar dicha alegación y lo que vale la causa defendida de esa forma.
    La propia nota del Sr. Reinach, comenzaba así: “Se sabe que el juicio del tribunal árabe fue anulado por Méhémet-Alí (el Jedive) ...

    Cuando el documento oficial, el decreto del Jedive dice: “por lo expuesto y por el pedido de los Sres. Montefiore y Crémieux que se han acercado a nosotros como delegados de todos los europeos que profesan la religión de Moisés, hemos reconocido que desean la puesta en libertad y la seguridad para los judíos detenidos así como para los que han huído a causa del examen del asunto del Padre Tomás, monje, desaparecido en Damasco … y su sirviente Ibrahim.
    Y como forman parte de una tan numrosa población, no sería conveniente rechazar su petición, por lo que ordenamos que se ponga en libertad a los prisioneros judíos, y se de seguridad a los fugitivos para su retorno ...


    Mehemet-Alí no anula el juicio sino que además se guarda muy bien de dejar claro que se pudiera creer en la inocencia de los judíos condenados tras confesar el crimen.


    Crítico e historiador, el Sr. Reinach queda juzgado también.


    Como todos los negadores de los crímenes rituales, el Sr. Teodoro Reinach hace gran caso de las Bulas pontificias y cita: “... al lado de estos testimonios venidos de tan alto …” escribe a continuación de las mismas.


    Lo que no le impide, al hablar de San Simón y del bienaventurado Andrés: “acerca de esos casos, Gaganeli no estaba libre, ya que decisiones pontificales habían reconocido los dos pretendidos mártires, Simón y Andrés”.


    Es decir, se coloca bajo la autoridad que le parece indiscutible en unas ocasiones, pero la niega en otras.




    H. L. STRACK.
    Es el autor, protestante, del libro: “Sang et la Fausse Accusation de Meurte Rituel”, el mejor libro sobre la cuestión según el Sr. abate Vacandard.


    En primer lugar, el autor colocó el libro bajo el patronazgo del Sr. Teodoro Reinach y cuando precisó obtener información sobre el crimen de Acuta, se dirigió al Dr. Samuel Kohn (del que es, razonablemente, pausible dudar de su imparcialidad).
    Al abrir la obra sale una oleada de epítetos injuriosos sobre Rohling, Desportes y el Osservatore.


    Strack se ufana en reducir a cero la lista de 154 crímenes rituales, sin embargo, sólo comentó media docena de ellos, no los enumera todos, y pasa muy rápidamente sobre uno de los crímenes rituales modernos que mejor pueden establecerse, el de Tiesza-Esslar.


    En la mayoría de veces su trabajo se limita a encontrar, en los trabajos de Desportes o del Osservatore, un error de fecha, o una falta ortográfica en una localidad extranjera, cuando todos sabemos la dificultad para ponerse de acuerdo en cómo deben escribirse en francés las localidades extranjeras.
    El Sr. Strack pretende que se ha cometido un error al escribir Londres en vez de London, con esa base invalidaría todo el caso del crimen, sus testimonios y documentos.


    Hablando de Desportes y del Ossevatore, el Sr. Strack escribe (pg. 206): “En el caso nº 102, escriben Orkul, en Hungría, en lugar de Orkuta” pero resulta que el propio Sr. Strack, tan sólo 25 páginas más adelante escribe: “el asunto nº 102 sucedió en Acuta, Hungría”. Esto es coherencia, es decir, ver la paja en ojo ajeno y no saber de la viga propia.


    Y sobre los mismos autores escribe (pg. 205): “Caso nº 103. Coloca a Thorn (Prusia Oriental) en la provincia de Lieja, copiando así otra errata de Desportes”
    Pero el Thorn en cuestión está en Linburgo (Holanda), lugar que Prusia aún no ha anexionado, que sepamos.


    Strack escribe (pg. 176): “acuso aquí, públicamente al canónigo y profesor imperial y real austríaco, Augusto Rohling de perjurio y de falsedades groseras”, palabras de grueso calibre que resumen una acusación concreta, sólo queda probarla.
    Y es ahí, donde Strack parece tan molesto donde se precisa una tenaz voluntad para poder seguirlo en sus inducciones y deducciones, veamos, dice Strack: “declaro que Augusto Rohling dio numerosas pruebas de su crasa ignorancia en los juicios que hizo sobre la religión y literatura judías; añado que las abundantes citas de laliteratura talmúdica y rabínica que deslumbran al profano, fueron copiadas, de la obra de Eisenmenger: “El Judaísmo al Descubierto” y en parte le fueron indicadas por otros, principalmente por Aaron Brimann”.
    De ser así, serán Eisenmenger y Aaron Brimann los convictos de falsos testimonios.


    En la pg. 170, Strack, previene: “ni el celo de los iniciados entre los polemistas cristianos, ni la mirada agudizada por el odio de los renegados judíos, ansiosos de probar su adhesión a la nueva religión por medio de un odio fanático hacia los judíos, han podido, en estos escritos, descubrir algo que probara o confirmara la acusación del crimen ritual”.
    Bien, pero entonces ¿por qué ensañarse contra el pretendido colaborador de Rohling: Aaron Brimann?
    Sería mucho más convincente cualquier mínima prueba de falsedad que tanta acusación sin ella.


    Strack dice que “en el libro de Eisenmenger: “El Judaísmo al Descubierto”, no se da una imagen exacta del judío fiel al Talmud, porque el autor se coloca en un punto de vista simplsita en la elección de sus citas ...
    Pero una cita es una cita, independientemenet del punto de vista del autor, y lo importante sería probar que las citas están disfrazadas si es que estamos hablando de falsedades.
    Pero Strack continúa: “... y el lector está también en posición de ejercer un cierto control, ya que Eisenmenger siemrpe da el texto hebreo o arameo y frecuentemetne reproduce largos pasajes


    O no sabemos leer o el párrafo anterior es un homenaje a la conciencia de Eisenmenger. No podemos rendir homenaje a Strack que en tales condiciones sólo reconoce al lector un cierto control. Si Eisenmenger se mostró tan concienzudo ¿Cuál es el reproche hacia su copista, Rohling?


    Strack, acusador vehemente, tenía el deber de suministrar, al menos una sola cita de Rohling para compararla con el texto de Eisenmenger para añadir su contexto y probar, de haberla su alteración, pero no lo hizo ¿por qué?


    Strack, sin embargo, intenta refutar una cita apoyándose en un texto en hebreo (pasaje de Babilonia del Talmud) posiblemente la única cuerda para el arco de nuestros contradictores. Strack traduce:
    Cuando un hombre muere dejando un hijo menor a sumadre y que los hermanos herederos del padre dicen: que se críe con nosotros, mientas que la madre objeta: que se críe conmigo, hay que dejarlo a su madre y no a sus herederos naturales. Ya que podría suceder (de cacuerdo a los precedentes citados en el Bera-Koth 2 a) que lo degüellen la víspera de Pascua (14 visani) , el 15 siendo día de Pascua”.


    Hay que reconoce que Strack acusa a alguien de intención fraudulenta. Pero si relee la carta del Sr. Gran Rabino Zadoc-Kahn donde se cita el pasaje, en lugar de “ya que podría suceder” se leerá, sorprendentemente: “ya que sucedió una vez”.
    El Sr. Strack seguramente no quería apuntar hacia el difunto Gran Rabino, pero es a él a quien alcanza su crítica aunque trate de establecer que es un único antecedente, de un caso único.
    Para una vez que nuestros contradictores intentan una refutación apoyada en un texto, no tienen suerte.


    En otro lado, Strack (pg. 182) reprocha a Rohling haber publicado “La Cuestión Judía y la Opinión Pública” bajo el nombre del abate Dr. Clemens Víctor. ¡Qué importa! (y lo dicen los eternos usadores de nombres falsos y alias) Lo importante es demostrar que esa publicación de Rohling contiene falsedades y justifiquen la acusación del Sr. Strack.


    Lo cierto es que la publicación de Victor exibe un extenso conocimiento de la literatura judía, y muy probablemente no sea obra de Rohling, sino de un converso (probablemente Brimann) por lo que Rohling tendría derecho a negar ser su autor.
    Si fue Brimann el autor de la obra firmada por Victor ¿Por qué Strack acusa a Rohling de ocultarse bajo un seudónimo?
    Y si realmente fue Rohling el autor porqué acusa, Strack, en otro lado, de ignorancia crasa y falsedades groseras al escritor al que ahora adjudica un conocimiento extenso sobre literatura judía?
    Tales contradicciones bastan para condenar la causa que pretende defender Strack.


    Pero Strack no aporta argumentación, datos, ni nada sólido en que cimentar tanta acusación e improperio.
    Excepto tal vez una nota, pg. 177, en que sobre Eisenmenger dice: “espero poder exponer en detalle mi opinión sobre Eisenmenger en una próxima ocasión”, entonces ¿para qué escribió una obra de 400 páginas?


    Es hora de analizar las pruebas que bastan para formar la convicción del Sr. Strack, es ésta: “si existiese un dogma cualquiera, prescribiendo el empleo de sangre cristiana, nadie se privaría y forzosamente se vertería todos los años


    No creemos que ningún autor haya pretendido jamás decir que en los ázimos pascuales debía contenerse, necesariamente, sangre cristiana ni que existieran prescripciones formales y explícitas, ni que los judíos del mundo entero sean adictos a esas abominables prácticas.
    Lo que se dijo, y dice, es que los judíos podrían haber interpretado e interpretar, y de hecho lo han hecho así, ciertas prescripciones talmúdicas basándose en la tradicción oral.


    La extraña amplificación de Strack no justifica su inmediata deducción de que el sacrificio humano sea necesario cada año. Pero sí tenemos derecho a CALIFICAR COMO CRÍMENES RITUALES A TODOS LOS ASESINATOS CUMPLIDOS POR AMOR HACIA CRISTO.


    Sigue Strack: “Entonces se debió haber registrado, sobre todo en los últimos cien años, en Europa donde los judíos viven dispersos entre la población, un considerable número de casos apoyados sobre pruebas irrefutables. Pero esas pruebas faltan.
    La acusación debió formularse por todos lados. Debía encontrarse dicha acusación en todos los siglos desde la fundación de la religión cristiana, al menos desde que fue dominante en el Imperio Romano.
    Y bien, esta acusación no aparece en ningún lugar, ni en ningún tiempo”.


    Strack pasa revista, el mismo, a una larga serie de acusaciones producidas en todas las épocas y en todos los lugares. Lo único que le falta al Sr. Strack es ser acusado de error por su propio prologuista el Sr. Teodoro Reinach.


    Sobre la oferta de 10.000 francos hecha por el Osservatore Romano a quien encontrara errores, el Sr. Reinach dice en nota de la pg. XVIII: “uno de los árbitros designados por el Osservatores era el jesuíta romano C.A. De Cara, al que atribuye por error (aunque bajo reservas) artículos publicados en 1881 y 1882 en la Civilta Cattolica. Puedo decir que Cara es un investigador amigo del autor y completamente extraño a tales artículos y las maniobras del Osservatore”.
    Es decir, el Sr. Strack recusa como juez (por estar prevenido contra él) a un investigador amigo de su prologuista Teodoro Reinach.

    Es tiempo de dejar al Sr. Strack en compañía de otro yerro y para que se ponga de acuerdo con el autor de su prólogo, con el Gran Rabino Sr. Zadoc-Kahn y consigo mismo.




    EL ABATE VACANDARD.
    Este negacionista merece una consideración especial, es sacerdote, tiene cierta reputación y es el último en llegar al coro contradictor de los negadores del crimen ritual judío. ¿Usará un método científico serio, algo más que denegaciones o descalificaciones sin más?


    En agosto 1911, el Sr. abate Vacandard, de la diócesis de Rouem, publicó un estudio sobre La Question Du Meurtre Rituel Chez les Juifs, que recogió la Revue du Clergé Française.
    Muy juiciosamente considerando el hábito que lleva colocó, de alguna manera, el estudio bajo el patronazgo de Monsechor Duchesne.
    Cita en forma de epígrafe este pasaje de la Historia antigua de la Iglesia, que extrae de una carta de lector: “La tontería humana que las mantiene (las calumnias de inspiración religiosa) es inexpugnable. ¿No vemos renacer en cada instante y erigirse contra los judíos la estúpida acusación de asesinato ritual?”


    Odiosa y estúpida leyenda”, “estúpida acusación”: el matiz apenas es perceptible y aunque esta opinión emana de un tan alto personaje, exigimos otra cosa antes de caer muertos.
    Historiador, Monseñor Duchesne procede de la libre discusión, y el Sr. Vacandard invoca un autor que tuvo escaramuzas con la Congregación del Index. El Sr. Vacandard marcha por la senda de Monseñor Duchesne.


    En un opúsculo nos pone en guardia contra los precedentes críticos del Sr. abate Vacandard. Se titula: “Apostolicité des Eglises de Provence. Lettre Ouverte à M.L'abble Vacandard”, en él se lee: “... Ud. ignora que se ha respondido, hace ya largo tiempo, y victoriosamente, al opúsculo que Ud. produce un poco ingenuamente, como el juicio de la historia.
    Ud. ignora la obra concienzuda y muy bien documentada del Sr. abate Berenguer, cura de San Víctor en Marsella: “Les Traditions Provençales, Réponses aux Arguments de M.l'abblé Duchesne” (Marsella, 1904), … donde se devela, una tras otra, todas las faltas a la verdad dadas por un adversario que sigue paso a paso, y al cual no deja en pie ninguna de las alegaciones equivocadas, oponiendo a inducciones precipitadas, los textos, los monumentos, las certezas, objetivas irresistibles: argumentación perentoria a la cual los maestros de la crítica de esta escuela, o no contestan porque se creen por encima de todo, o se esconden detrás de consideraciones desdeñosas como: apócrifos, son los textos; fraudulentos, los hechos que nos condenan, etc.
    Ud. ignora, también, Sr. abate, las notas u observaciones tan finas, tan llenas de sentido del humor, con una impecable dialéctica y un espíritu bien francés del Sr. abate Marbot, antiguo Vicario General de Aix, provenzal por adopción y de corazón, originario de la Martinica … Y tantos otros … ¡Cuánto ignora sobre estas materias, donde, sin embargo, opina tan prontamente!”


    Dice, por ejemplo, que los tres escritos de Vezelay son del XI, pero no existe ningún manuscrito de Vezelay de esas fechas, los más antiguos son de la segunda mitad del XII. El aserto es del Sr. Paul Meyer, miembro del Instituto; seguramente no recusará Ud. su testimonio …


    Y tras varias rectifaciones más, ésto:
    Se encuentra, a fin, esta frase tomada en préstamo como el resto a su Maestro, ya que es su único criterio: “La Cripta de San Maximino no es otra cosa que la sepultura de una familia galo-romana del V o VI. Una sepultura del mismo estilo se encontraba en la Gayole, cerca de Brignoles, no lejos de San Maximino”.
    ¡Es extraño que esté tan poco al corriente de lo que se publica, aún en el Officiel! (31 marzo 1910): Reunión de las Sociedades Científicas en la Soborna, Comunicación del abate Sr. Chaillan.
    Sepa que la tumba de la Gayole data del final del I, a más tardar inicios del II. Es la decisión formal de los señores de Rossi, Edmundo le Blant, y Camilo Jullian, del Instituto.
    Cayó en la trampa que siempre, in verbo magistri, Ud. nos tendía …


    Resulta que el Sr. Vacandard demostró ser: ligero, imprudente, falto de documentación, críticio negativo, … y ¿debía ser el Sr. Vacandard uno denuestros adversarios en el debate del crimen ritual judío?


    L'Ami du Clergé, (29 agosto 1912) hizo un análisis del estudio del Sr. Vacandard sobre el crimen ritual judío, y allí también, en forma muy mesurada, se le reprocha su ligereza y la audacia de sus declaraciones.
    Esta nota de la publicación, de la que el Sr. Vacandard no recusará la autoridad, relativa a los pequeños mártires Andrés y Simón:
    El Sr. Vacandard hace mención en varias oportunidades, de los milagros realizados por estas víctimas de los judíos, pero está claro que no le inspiran una excesiva devoción.
    A propósito del Bienaventurado Lorenzino de Valrovina, encontrado muerto en 5 abril de 1485, dice: “Como hizo milagros, se sacó en conclusión que lo habían matado los judíos”.
    Para el Binaventurado Andrés, otro niño inmolado en 1462 en Rinn, (Tirol), no se encuentran documentos escritos antes del XVII (antes de 1619) por lo tanto ¡leyenda!. La madre había hecho inhumar tranquilamente al niño, pero he aquí que empiezan a estallar los milagros “sobre su tumba ignorada: esos milagros, dice Desportes, dieron que pensar al pueblo. Cuando en 1475 se supo que el niño inmolado por los judíos deTrento era honrado allí en calidad de mártir, se pensó en venerar en culto público, la memoria del pequeño Andrés …
    Los milagros recompensaron la fe de los fieles “tal es la leyenda según Vacandard”.


    El Sr. Vacandard nota, en la pag. 353, que “la beatificación no compromete la infabilidad de los pontífices romanos”; sin duda, sin embargo guarda su valor que es considerable, aún desde el punto de vista de la crítica histórica. En la pag. 351 dice: “que la inscripción en el Martirologio romano no tiene más valor que la que puede darle el compalidor del Martirologio”, a eso llamamos ir rápido en materia de ejecución.


    ¿Sería excesivo juzgar como prematuras y un poco audaces estas deducciones de un sacerdote?


    Guardémonos de toda prevención, de todo juicio temerario y veamos el estudio del Sr. Vacandard de quien la Revue du Clergé Française nos ofrece el texto.
    Pag. 303: “en definitiva, el libro que nos ofrece con más autoridad un historial completo aunque sumario, del Prejuicio de Sangre a través de los años, es la obra de un sabio cristiano (protestante), el Dr. Strack, profesor de Teología de la Universidad de Berlín”.


    Es interesante notar que este sacerdote, “crítico negacionista”, va a buscar su inspiración en un protestante, negador por esencia.
    Y ya sabemos la “autoridad” del método “crítico” del Sr. Strack. Tanto que veremos como cae en las mismas afirmaciones que su gía.
    Dirá (pag. 320): “que ni un solo crimen ritual fue establecido jurídicamente, en tanto que Teodoro Reinach confiesa una condena a muerte, olvidando las múltiples condenas de Damasco” que un decreto de gracia no sabría borrar y tantas otras como mencionaremos.
    Dirá que “las confesiones de los criminales judíos pierden todo su valor por el hecho de conseguirse bajo tortura”, olvidando que en Damasco, principalmente, estas confesiones guiaron las búsquedas y llevaron al descubrimiento de restos de víctimas y añadiendo mil precisiones verificadas in situ y reconocidas como exactas, sobre el crimen, precisiones que ninguna tortura podría haber hecho inventar a un inocente. También olvida que algunos acusados confesaron crímenes anteriores por los cuales no estaban encausados y del cual los autores no habían podido ser descubiertos.


    (pag. 446) Invoca testimonio de Strack: “en realidad, todos los judíos conversos que conocen a fondo los usos rabínicos, son unánimes al negar la práctica del asesinato ritual
    Pero, no obstante, es sabido que Strack acusa a dos judíos conversos de haber documentado a Rohling.


    Nosotros mismos tenemos que invocar el testimonio de judíos conversos. Aquí el sacerdote autor, habalndo del crimen de Trento, cuya víctima, el pequeño Simón, fue beatificado por la Iglesia.
    Allí se revelan en todo su esplendor, las tendencias y el sentido crítico del Sr. abate Vacandard.


    (pag. 439): “el 20 de junio de 1478, Sixto IV declar que tomando el proceso en sí mismo, se lo podía considerar como rite factum. Solamente rehusó a autrorizar el culto del pequeño Simón y recomendó al obispo no perseguir más en uninguna forma a los judíos, no impidiéndoles tampoco sus ritos. Algunos vieron en esta advertencia una prueba de que el Papa no creía en la culpabilidad de los judíos de Trento
    ¿Qué parece querer probar el autor?
    1º.- que el Papa censuró al obispo de Trento que instruía el proceso, ya que lo invitó a cesar en la persecución.
    2º.- que el Papa, negándose a autorizar el culto, estaba en oposicón al Papa Sixto V que ratificó el culto.

    Pero,
    Primero: Sixto IV censuró tanto al obispo de Trento que (como dice Desportes) aprobó la conducta del obispo en un Breve pontificio en donde declara que todo fue hecho rite et recte (Bula 12 de las calendas de Julio de 1.478), lo que reconoce hasta Vacandard.

    Segundo: Sixto IV se opone tan poco a Sixto V que es el propio Sixto IV “... quien ordena la instrucción del proceso de canonización destinando para esta instrucción a tres cardenales y dos obispos” según la Bula (de 1.480).


    El Sr. Vacandard no podía ignorar estos ellos, entonces ¿por qué los silencia? ¿no extraña que hayan de litigarse estas causas ante un sacerdote?


    Pero qué debe esperarse de un autor que hablando de la crucifixión del pequeño Hugo, en Lincoln, crimen confesado por el judío Copinus que declaró que cada año, SIEMPRE QUE FUESE POSIBLE, LOS JUDÍOS CRUCIFICABAN UN NIÑO POR ODIO Y DESPRECIO HACIA JESÚS, de un autor que concluye, rápidamente, “La autenticidad de esta perversidad pudiendo ser comprobada, no encuentro que sea una cuestión de asesinato ritual”.


    Contra este crimen de Lincoln no hay más protesta que la del Sr. Vacandard. NINGUNA otra. Crimen en que el culpable principal confiesa y Vacandard escribe: “la autenticidad de esta perversidad pudiendno ser comprobada ...
    Y al informar que el judío Copinus y algunos de sus cómplices fueron ejecutados, el Sr. Vacandard añade: “algunos sufrieron solamente los horrores de la cárcel”. ¿Acaso no debería Vacandard reservar su piedad para la víctima?


    ¡Y estos son los que nos reprochan no ser objetivos!. Pero Vacandard aún va más lejos.
    Hablando del pequeño Andrés de Rynn, beatificado por la Iglesia por los milagros que se produjeron sobre su tumba y por haber sido martirizado hasta la muerte por el odio judío hacia Cristo, el Sr. Vacandard dice tras reproducir el relato de Desportes: “Tal es la leyenda. ¿Hubo un niño asesinado en Rynn? Se puede admitir tal cosa sin por eso estar seguro que el crimen fuera cometido por los judíos”.


    El celo de los abogados negacionistas les hace perder frecuentemente todo sentido de la mesura.


    Este prólogo sólo quería esclarecer las posiciones propias y establecer que ninguno de nuestros contradictores podía seguir fríamente los hechos y los textos a los que únicamente pueden, o saben, oponernos epítetos injuriosos, argucias y las más injustificables recusaciones.
    ReynoDeGranada dio el Víctor.

  3. #3
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    Re: El Crimen Ritual Judío

    Serie : Los Crímines Rituales Judíos.




    Parte III : EL TALMUD.

    Extraña que actualmente aún se discuta la existencia del Crimen Ritual Judío, y de la manera en que lo constata, autoriza o lo absuelve, si no lo prescribe, El Talmud.


    Pero hay múltiples razones para esta aparente incertidumbre.

    Se puede pretender, como comentan los conversos, que las prescripciones del rito sangriento han quedado en la TRADICIÓN ORAL, y que la más elemental prudencia impide consignarlas en textos.

    También es sabido que El Talmud fue, en varias ocasiones, expurgado de sus violencias contra los cristianos, y en ciertas ediciones los espacios en blanco son lagunas que remedia la erudición (oral) del rabino.


    Hay condensaciones del Talmud, como el Schulchan-Arouch, que ahora se presenta como el verdadero código moral de los hebreos.


    Y para aumentar la confusión queda el alegato de que los ritos sangrientos son costumbres de algunas sectas cismáticas y fanáticas, no de todos los judíos. O que el asesinato ritual nunca fue netamente definido, que algunos sólo atribuyen este carácter a los crímenes que tienen por objeto procurarse sangre para los ázimos, mientas que otros clasifican bajo esta denominación, legítimamente, según criterio del autor, los crímenes cometidos por los judíos por odio hacia Jesucristo.


    El Sr. Teodoro Reinach, tan afirmativo sobre el espíritu de tolerancia del Talmud escribió de Rabbi Aschi: “Nacido en Troyes, compuso sus sabios comentarios sobre la mayoría de los libros del Talmud, monumento de una ciencia infatigable, sin el cual la gran compilación babilónica sería más o menos ininteligible” (“Histoire des Israelites”, pg. 101)

    Mainónides, “el águila de la Sinagoga”, y tratado como heresiarca ¿no fue expurgado tras su muerte?


    Se comprende qué fácil es equivocarse, perpetuar la incertidumbre, aportar argumentos en un sentido y otro, según que se ahonde en tal o cual fuente. Esa elasticidad generó una discusión especial en estos debates y que se puede observar entre todos los negadores del crimen ritual. Salvo muy raras excepciones, éstos nunca se abocan a un texto que los molesta para probar la falsedad o la alteración de la cita; no, traen otro texto para confrontarlo con el anterior.

    Invariablemente argumentan: ¿Cómo el Talmud podría decir eso, si en otro lado dice aquello?Y esta maniobra se ve facilitada por las propias contradicciones del Talmud, cuyas prescripciones obligan aún cuando sean contradictorias.


    Que además sean autores judíos los que explotan esta ambigüedad, resulta explicable, pero es más difícil de explicar que sea un abate el que cándidamente les siga el juego.

    Entonces ¿es factible ignorar esas contradicciones propicias para la escapatoria?, Rohling, citando sus fuentes (El Judío Talmudista, pgs. 15-16) informa: “Pero; como sucede que los rabinos se contradicen entre ellos, Menachem previó esta dificultad con la increíble declaración “que todas las palabras de los rabinos, de cualquier época o generación, eran las palabras de Dios, así como la palabra de los Profetas, AÚN CUANDO SE CONTRADIJERAN, que el que contradice a los rabinos pelea contra ellos o el que murmura en contra de ellos, disputa y murmura en contra de Dios mismo”.


    Muchos otros libros judíos enseñan que aún las palabras y las declaraciones completamente contradictorias de los rabinos vienen del cielo, y que quienquiera se burle de esas palabras será castigado con el infierno.

    Los rabinos que componían el Talmud exigen la misma fe y creencia para sus doctrinas contradictorias. Es así que el Talmud contiene un largo informe sobre las disputas continuas de las escuelas de Hillel y de Sammai. Que se trate de una mosca o de un camillo, de cuestiones fútiles o graves, las opiniones de las dos escuelas están siempre opuestas, y sin embargo el Talmud dice: “las dos opiniones son la palabra de Dios, la de Sammai y la de Hillel”.


    Cuando sobre un punto las opiniones se contradicen, y ante la pregunta ¿Cómo reconocer la verdad de la Ley? El Talmud responde: “Es Dios quien pronunció todas las palabras, procurate orejas similares a embudos, y un corazón que escuche la palabra de los que defienden y de los que permiten”.


    Y según Rohlin eso equivale a decir: “ya que todo es palabra divina, haz lo que tu corazón desea, siemrpe que la ejecución sea posible”.


    Y podemos suponer que los negadores del crimen ritual judío sólo han sacado de el Talmud lo que es favorable a sus tesis, ya que pueden elegir: algunos lo hicieron así.


    Dice Prague, una autoridad judía: “... y para colmo, Ud. habla a ese cristiano de buena fe de Talmud, como de un libro que respira el amor al prójimo, sin distinción de origen, alzará los hombros y lo tratará de visionario iluminado. Y sin embargo no hay nada más cierto. El judaísmo no merece, de ninguna manera, la reputación de intolerancia que se le ha hecho, y el Talmud no predica en forma alguna el odio hacia los cristianos, como se publicó tantas veces.
    Estas citas, tomadas al azar en la obra del Sr. Rabino Emilio Cahen, quisimos mostrar que la tolearncia es una virtud esencialmente judía, y que el Talmud, tan desacreditado, ese gran calumniado, puede enseñar mucho, por su humanidad y amor al prójimo al Evangelio …” (Archives Israelites, 21 agosto 1.913).


    Pero no es el libro del Sr. Cahen lo que nos interesa aquí, sino el Talmud, del cual algunos pasajes, confiesa el Sr. Prague, son ásperos para los idólatras pero no para los cristianos.

    Al parecer el Sr. Prague ignora que Maimónides escribía: “los cristianos que siguen las instrucciones de Jesús son todos idólatras, a pesar de las diferencias de sus doctrinas, y de acuerdo a las enseñanzas del Talmud, se debe obrar respeto a ellos, como se obra ante los idólatras”.


    Y otros muchos autores judíos tuvieron la sinceridad de confesar el carácter RENCOROSO y VENGATIVO de el Talmud, entre ellos el Sr. Bernard Lazare, con tanta autoridad, al menos, como el Sr. Prague: “se ha acusado a este libro (Talmud) de antisocial, y hay algo de cieto en dicha acusación … Si es antisocial, es en el sentido que representa un espíritu diferente del de las leyes en vigor en los países en que vivieron los judíos, y que los judíos quisieron seguir su código antes de seguir aquel al cual estaban sujetos todos los miembros de la sociedad … En un momento de la historia, pareció fatalmente antihumano, ya que mientras todo cambiaba, él quedaba inmutable (El Antisemitismo. Su Historia y Sus Causas, pg. 328. Versión en castellano editada en Buenos Aires en 1.974 por Ediciones La Bastilla).


    Y aún más: “el Sanhedrín de Jabné reglamenta las relaciones de los judíos y de los mineos (herejes). Pero los mineos son los judeo-cristianos … Llegó el día en que el judío de Europa sólo tuvo un enemigo: el cristiano que le perseguía … el goi de los Macabeos, el mineo de los doctores se convirtió en el cristiano, y al cristiano se aplicaron todas las palabras de odio, cólera, de desesperanza furiosa que se enontraba en el libro” (El Antisemitismo, pgs. 18, 291 y 292).


    Y otra opinión judía, muy diferente, del erudito hebraizante que niega que el Talmud contenga una sola línea autorizando el asesinato ritual: “lo que hace la superioridad del judaísmo sobre las demás religiones, es el Talmud, libro siempre abierto a las adiciones, armonizándose así con los tiempos … No discuto que contenga pasajes violentos contra los cristianos, pero los cristianos no siempre fueron tiernos con nosotros”.


    No nos detendremos en la pretendida superioridad de una religión cuyos intérpretes se alejan o acercan del texto según convenga, y porque esta discusión no entra en el marco de este estudio.


    Considerando lo que precede, podemos concluir, con toda justicia y buena fe, que el Talmud encierra los principios de la más amplia intolerancia y del más abominable sectarismo. Que habiéndose adaptado a los tiempos, igualmente debió adaptarse a los distintos lugares, y a los individuos, y que cada uno puede enconrar allí la excusa de una fechoría o el estímulo para una buena acción.

    Tras probar que es VIOLENTAMENTE ANTICRISTIANO, tendremos que examinarlo y ver si también es ANTIHUMANO e INMORAL. Pero antes definamos, con precisión, qué es el Talmud.


    Al no haber surgido ninguna controversia sobre la elaboración del Talmud, es lícito elegir la definición e historial que nos parezcan más precisos y completos, como el del Sr. G. de Lafont de Savines (Revue Action Française, 15 julio 1.911), haciendo notar que este autor no está en contradicción con los más afamados historiadores y eruditos, ni con Rohling, ni Desportes, ni con Rupert, ni con Gougenot des Mousseaux, ni con Rohrbacher, etc.

    El Talmud se compone, principalmente de:
    1º.- Mischna o Deutoros.

    2º.- de los Toxiphot, suplemento de la Mischna.

    3º.- de la Ghemara (comentarios).

    4º.- de las conclusiones de la Ghemara (comentarios de los comentarios).

    5º.- de numerosos comentarios o Berachoth, Bereschit-Robath, Sifra, Zohar.

    6º.- de un número incalculable de obras escritas por los rabinos o Doctores célebres, tales como el Ypdah-zakach, la Mischana-Thora, el Mozé-Hebouchim, el Schoulhan-arouch, etc.


    TALMUD DE JERUSALÉN:
    La Mischna es la ley repetida o segunda ley, así llamada por repetir el Pentateuco de Moisés (primera ley), aclarándolo y comentándolo. Su autor es Simón Judas, llamado el santo, príncipe de la cautividad y patriarca de Tiberíade, que lo escribió entre 190 y 220 de la Era Cristiana. La Mischna tiene por meta explicar las dificultades de la primera ley y llenar sus lagunas. Esta primera ley talmúdica fue aprobada y publicada por el Sanhedrín, o Consejo de los Rabinos de Tiberíade.

    Tras la promulgación de la Mischna, los Thanaim o intérpretes inspirados de la Thora desaparecieron para hacer sitio a los Amoraim, o sabios traductores de la ley.
    En el primer cuarto de siglo de nuestro era, un discípulo de Judas, Rabbi-Johanan, reunió, en un solo libro todas las adiciones hechas a la Mischna, añadiendo él mimso un comentario (la Ghemara).

    La Ghemara y la Mischna forman el Talmud de Jerusalén.


    TALMUD DE BABILONIA:

    Como estos textos eran insuficientes par prever las relaciones entre ellos y los extranjeros, hacia el 470 (un siglo tras la Ghemara) Rabbi Aschi y su colaborador Rabbi Abina publicaron nuevos libros cuya santidad fue mencionada por el Sanhedrin de Babilonia. Estos nuevos escritos contienen gran cantidad de explicaciones, parábolas, fábulas, a las que los discípulos de Rabbi Aschi añadieron muchos apéndices o Conclusiones de la Ghemara.

    Al conjunto de estos libros con la Mischna y la Ghemara se le denominó Talmud de Babilonia. Y su autoridad es mucho mayor que la del Talmud de Jerusalén que a su vez es mayor que la de la ley de Moisés.

    Maimónides escribió: “ todo lo que contiene la Ghemara de Babilonia es OBLIGATORIO PARA TODO ISRAEL. Y se obligaba a cada ciudad, a cada comarca a conformarse a las costumbres establecidas por los doctores de la Ghemara, a seguir sus decisiones y a conducirse según sus instituciones; ya que todo el cuerpo de la Ghemara fue aprobado por Israel entero.

    Los jueces que han establecido estas instituciones, esos decretos, esas costumbres, pronunciando esas decisiones, eseñando esas doctrinas, formaban unas veces la universalidad de los doctores de Israel, otras la mayoría. Son ellos los que habían recibido, por tradición, los fundamentos de toda la ley, de generación en generación, remontándose hasta Moisés, que la paz sea con él .

    Y Bernard Lazare dijo en su obra El Antisemitismo, hablando de los judíos, que el Talmud es su alma, la expresión de su nacionalidad.


    Pero como dice Rohling, el judío reformista, mientras dice que el Talmud no es para él el libro de la ley, recurre a ese libro cuando el caso lo requiere, considerándolo como su Código y colocándolo por encima de la Biblia. No hay que perder de vista las doctrinas en las cuales los rabinos, los superiores espirituales en Israel, son educados e instruidos. En los seminarios rabínicos es el Talmud el objeto principal de sus estudios.

    En muchas ciudades hay Sociedades Talmúdicas, que bajo la dirección de los rabinos, animan a sus miembros para que lean asiduamente el Talmud. Y los que no lo hace asiduamente encuentran a muchos de sus hermanos en Israel que se encargan de inculcarles lo que enseña el Talmud. ¿Para qué todo eso si no es para ponerlo en práctica?

    La revista de los judíos: Archives Israelites, declara, formalmente que “reconocemos al Talmud su superioridad absoluta sobre la Biblia de Moisés” (nº 25, pgs. 150, 1.864).

    Y el Dr. Kroner se adhiere también a la doctrina según la cual el Talmud es superior a la Biblia y en varias ocasiones aprueba, completamente, la enseñanza talmúdica en contraposición con la postura de la Biblia. Así admite, únicamente por la fe del Talmud “que es permitido a un judío robar a un no-judío, o de violentar a una goia (no judía), y que reivindica en este caso para Judá el mérito de conservar la Biblia por el Talmud”.


    Es frecuente que judíos cándidos se extrañen de prescripciones que no habían descubierto en la Biblia. Así en una carta aparecida en un diario de Esmirna (L'Echo de l'Orient, dos judíos escriben, 18 abril 1.840): “si la religión judía está enteramente basada en la Biblia, como lo hace creer el Sr. Gran Rabino, le rogamos nos indique el texto que sirve de apoyo a las prácticas siguientes:

    1º.- ¿dónde se encuentra que el uso de la carne está prohibido cuando el buey, la cabra o el carnero no fuera degollado por mano de un rabino?
    2º.- ¿Qué el vino está prohibido siempre que hubiese sido fabricado o tocado por una persona que no profesara la religión israelita?
    3º.- ¿En dónde está el texto de la ley, que en los días de Sabbat prohíbe al israelita caminar si es portador de una llave, de un alfiler, de un reloj, o de cualquier otro objeto que no le sea absolutamente necesario?
    4º.- ¿Que se diga en qué parte del Testamento se lee que los que emplean su tiempo en la lectura del Talmud (el anacronismo solo es aparente, pues ciertos autores pretendían que el Talmud había sido previsto, incluso por Profetas) aunque sean ricos comerciantes, serán eximidos de los impuestos debidos a la comunidad israelita y al gobierno mismo y que los pobres deberán pagar por ellos?


    El Rabino Isaac Abnab enseña que "la base de la religión judía es la ley oral o la tradición de los Padres, pero no la ley escrita por Moisés".

    Según Rupert: “Arabanel y los maestros más estimados de la sinagoga sostuvieron la misma opinión; adelantan que la ley oral contenida en el Talmud ha esclarecido las dificultades de la ley mosaica y llenó sus lagunas. En el libro Horcoim se establece que todos los que se burlan de los maestros de la sinagoga, o dicen algo contrario a sus enseñanzas, serían echados al fondo del infierno para ser atormentados”.

    Los rabinos también enseñan, respecto del Talmud, “que si se encuentra algo en el libro que salga del orden natural o sobrepase nuestra inteligencia hay que culpar a la debilidad del entendimiento humano pues si se medita profundamente se observa que el Talmud no contiene más que la pura verdad”.

    Consecuentemente, los que violan los preceptos de lor rabinos deben ser castigados más severamente que los que violan la ley de Moisés. El infractor de la ley de Moisés puede ser absuelto (absolvi potest), pero el que viola los preceptos de los rabinos debe ser castigado con la muerte (morte moriatur).



    Seguiremos un método de discusión.
    PRIMERO: demostramos que ninguna cuestión previa podía legítimamente sernos opuesta, que la “odiosa y estúpida leyenda” sólo constituía una opinión a priori a cargo de los judíos, admitiendo que sea una opinión.
    SEGUNDO: suministramos la prueba de que los abogados de Israel estaban todos sujetos a caución, los unos por la ausencia de sentido crítico y por enojosos antecedentes, los otros por una obstinación evidente.
    TERCERO: ahora queremos evitar ese esconderse siempre posible ante adversarios cambiantes y caprichosos. “El Talmud ya no tiene ninguna autoridad para los judíos de hoy, a lo sumo es un libro venerable”. Sería un alegato audaz, pero no queremos dejar ni siquiera esa posibilidad.


    En un estudio del Sr. de Lafont de Savines se reunieron cierto número de textos probantes, algunos ya informados por Rohling:
    · "la enseñanza oral, es decir, el Talmud, tiene el mismo valor que la Thora" (Tr. Rosch-Haschana, fol, 19,1).

    · "los que estudian la Thora hacen algo parecido a una buena acción, una acción sin valor. Los que estudian la Mischna hacen una acción verdaderamente virtuosa y serán recompensados. Los que estudian la Ghemara practican la más grande de las virtudes" (Baba Metzia, f. 33, c. 1).

    · "la Thora es similar al agua, la Mischna al vino, y la Ghemara al vino aromatizado" (Soph, f. 13, 2).

    · "los pecados conta el Talmud son más graves que los cometidos contra la Thora" (Tr. Sanhedrín, f. 88, 2).

    · Maimónides: “el temor al rabino es el temor a Dios”.

    · Rabbi Aschi: “Hijo mío, presta atención a las palabras del rabino más que a las de la Thorá” (Yad. Chag. Talm Thora, f. 5, 1).

    · Rubbi Aschi enseña: “si el rabino dice que tu mano derecha es tu mano izquierda, y que la izquierda es la derechas no debes apartarte de su palabra; pero con más razón cuando te dice que tu derecha es la derecha y tu izquierda es la izquierda" (sobre el Deuteromonio, f. 17, 11).

    · "estas contradicciones deben ser aceptadas sin murmurar, ya que todas las palabras del rabino viene de Dios” (Tr. Chagiga, f 3, 2).

    · "los santos rabinos en la tierra son más sagrados que los ángeles del cielo" (Tratado Sanhedrín, f. 17, 11).

    · de acuerdo con otros muchos rabinos, Jrabbi Menachem enseña que “Dios, el Señor, pide a menudo su opinión a los rabinos en la tierra, cuando en el Cielo se presenta una cuestión difícil en cuanto a la ley” (Tratado Sanhedrín, f. 11).


    Y para no alargarnos acabaremos con una cita contemporánea, del diario conservador de los principios de Israel (Univers Israèlite, del 18 octubre 1.912): “el principal aflujo se produjo en 1492, después de la expulsión de los judíos de España que buscaron refugio en el Este de Europa. Entre los que emigraron a nicópoli estaba el rabino Ephrai Caro, de Toledo, cuyo hijo Joseph fue el jefe religioso de la comunidad estableciéndose más tarde en Safed: es el autor del Schoulhan Arouch, que quedó como código del judaísmo


    Es hora de juzgar si hay buenas razones para desconfiar de las reticencias, recusaciones y ocultaciones de Israel.

    El Schoulhan-Arouch es, según la fecha el último de los comentarios de la Ley y del Talmud, puesto que Rabbi Josiel, lo escribió hacia 1.576, en Palestina.

    Rohling nos informa que en un Sínodo general en 1866, fue decretado “que a los ojos de los cristianos se rechazaría el Schoulhan-Arouch, pero que en realidad, todo judío debía atenerse a sus leyes en todos los países y en todos los tiempos; la decisión fue firmada por 94 rabinos, 182 abogados, 45 médicos y 11.673 judíos de distintas calidades”.

    Y al parecer el interdicto ha sido levantado pues un diario doctrinario de Israel puede proclamar, hoy, que el Schoulhan-Arouch “ha quedado como código del judaísmo.


    Así podemos concluir, como algo incuestionable e indiscutible que EL TALMUD ES CONSIDERADO MUY SUPERIOR A LA LEY MOSAICA Y ES EL VERDADERO CÓDIGO DE LOS JUDÍOS.




    CUESTIONES SOBRE EL TALMUD.
    Es hora de plantearse unas preguntas:
    · ¿Contiene el Talmud prescripciones inmorales, antisociales, antihumanas?

    · ¿Qué dice el Talmud sobre el Crimen Ritual? ¿lo menciona, lo prescribe, lo constata, lo alienta, lo prohíbe?


    Los abogados de Israel lo deniegan, a menudo, de forma furibunda. Es evidente que hay citas tanquilizadoras, pero omiten refutar las citas inquietantes, y es casi una confesión cuando se trata de un Código con prescripciones contradictorias.

    Veamos el prototipo de las protestas judías contra el crimen ritual, es debido a Crémieux, vicepresidente del Consistorio Israelita francés:

    Si la religión judía ordena de esa manera el asesinato y la efusión de sangre humana, levantémonos en masa, judíos-filósofos, cristianos, musulmanes; debemos abolir en los hombres que lo practican ese culto bárbaro y sacrílego, que coloca al homicida y al asesino en el rango de las prescripciones divinas” (carta al Journal des Dèbats, 7 abril 1840)
    Hermosas palabras, desafío audaz y … nada más.

    Interrogado por el l'Intermédiare des Chercheurs et des Curieux, el Sr. Ledrain respondió (30 noviembre 1903): “El asesinato ritual no aparece ni en la Biblia ni en el Talmud. ¿De dónde proviene entonces la acusación? … Nunca hubo asesinato ritual”.

    Pero la más minimoa refutacion valdría más que la simple y eterna denegación.

    Según Teodoro Reinach, Isidoro Loeb quería consagrar una gran monografía científica a la historia del prejuicio de la sangre: “lástima, dice, los voluminosos expedientes que había formado no satisfacían aún su insaciable curiosidad de historiador, pero la muerte vino a arrebatárnoslo antes de que se hubiera decidido a formar con ellos una obra”.

    Pero podemos, lícitamente, pensar que si el escritor judío no relaizó su trabajo, ni nadie emprendió la tarea de finalizar su obra, tal vez es que la búsqueda no les conducía al resultado deseado.

    Renan, con extrañas peticiones de principio, opinó procediendo por afirmaciones, o negaciones, considerndo como un hecho lo que precisamente era objeto del debate, prestando a sus contradictores afirmaciones extremas.

    Reinach, cita el Levítico: “cualquiera de la casa de Israel, o los extranjeros viviendo entre ellos, que comieran alguna clase de sangre, daré vuelta mi cara contra él, y lo sacaré de en medio de mi pueblo … No comerán sangre de ninguna carne; puesto que el lama de toda carne es su sangre, cualquiera que coma de ella será suprimido

    Pero ya sabemos que es el Talmud a quien incriminamos, ¿Por qué nos responden con la ley mosaica?
    Además debe mirarse si esa ley refleja siempre el mismo horror hacia la sangre y también se cita al Schoulhan-Arouch que “ordena tirar un huevo si se encuentra una gota de sangre en su yema” Pero ¿qué relación tiene una prescripción de higiene con las acusaciones a las que se les someten?.

    Maimónides, al comentar el Talmud “prohíbe tocar ninguna parte de un muerto

    ¿Pero por qué no habrá dictado la misma prohibición respecto a los vivos?

    Strack confiesa en la pg. 140: “en la ley del Pentatouco no se prohíbe expresamente consumir sangre humana, pero eso no quier decir que esté permitido Pero este autor, que se extendió sobre el prejuicio de la sangre a través de las civilizaciones sólo intenta la refutación en un solo texto, el que ya discutió el Sr. Zadoc-Kahn.

    Respecto al Sr. Vacandard ocurre la misma ausencia de refutación de textos, es una repetición de Teodoro Reinach y de Strack, con la pobreza del huevo maculado de sangre.


    El HOLOCAUSTO y EL CRIMEN RITUAL son una constante en los pueblos vecinos de los antiguos hebreos. Desde inscripciones cuneiformes de Caldea se testimonia la existencia del sacrificio humano en Babilonia. Los habitantes de Canáan, con quienes los hebreos tuvieron contacto de siglos, tenian la costumbre de inmolar sus propios hijos a los dioses, y sus marinos de Tiro y Sidón llevaron los sacrificios humanos a todas las playas de Asia, África y Europa.
    La Biblia provee otro testimonio:
    V3.- Y porque tenía horror, Señor, por esos antiguos habitantes de tu tierra santa.
    V4.- Porque hacían obras detestables ante sus ojos por medio de encantameintos y sacrificios impíos.
    V5.- Matando sin piedad a sus propios hijos, comiendo sus entrañas de hombre y devorando su sangre, iniciados, como estaban, en execrables misterios (Libro de la Sabiduría, cap. XII, ver Fillion, Biblia comentada, t. V, p. 46).

    La Biblia informa de un asesinato ritual teñido de dramático horror. Mesha, rey de Moab, del cual hay una estela notable en el Museo del Louvre, estaba sitiado por los reyes de Israel y Judá. La ciudad iba a sucumbir cuando Mesha tomó a su hijo mayor, que debía sucederle, y lo ofreció en holocausto sobre la muralla (IV Reyes, cap. III. v. 27).

    Para una documentación más abundante sobre el crimen sangriento a través de los pueblos y de los tiempos pueden consultar la obra del Sr. Andrés Baron: “Les Societés Secrétes, Leurs Crimes” (Daragon, edit.).


    Veamos ahora los JUDÍOS:
    Las monstruosas costumbres de los habitantes de Canáan habían pasado a los reinos de Israel y Judá.
    Encontramos un testimonio inesperado en el nada sospechoso de antisemitismo Larousse. Al buscar el término HOLOCAUSTO: n.m. (griego holocaustos, entermanete quemado). Sacrificio en uso entre los judíos, y en el cual la víctima era consumida entermanete por el fuego.

    Los abogados de Israel dirán: “Consumida” pero efusión de sangre ¡Jamás!. Esperemos.
    Aquí está Voltaire, no más clerical que Larousse, y su terrible apóstrofe a los judíos: “o renuncien a sus libros, o confiesen que vuestros padres ofrecieron ríos de sangre humana a Dios, más de lo que hizo jamás ningún otro pueblo” (Diccionario Filosófico, art. Judíos).

    No es relevante que Voltaire confunda Jehovah con Moloch, la acusación permanece. Y en la misma obra, en el artículo Tophetti precisará: “es en esta terrible soledad que los judíos inmolaron a sus niños en honor a su Dios que llamban entonces Moloch. Era una gra estatua de cobre, tan horrorosa como era dable hacerla. Los judíos hacían enrojecer esta estatua en un gran fuego, y echaban a sus pequeños niños en el vientre de ese Dios, de la misma manera que nuestras cocineras echan cangrejos vivos en el agua hirviendo de sus calderos”.

    ¿Autoridad cuestionable? Vale. Escuchemos entonces a Jeremías:
    V4.- llenaron ese lugar (Tophetti) con la sangre de los inocentes.
    V5.- y construyeron altos lugares a Baal para quemar a sus niños en holocaustos a Baal.

    Y el profeta Ezequiel dirige similares reproches a Jerusalén devastada:
    V17.- Y tomaste tus bellos adornos, hechos con el oro y la plata que te había dado, y has hecho ídolos con ello a los cuales te has prostituido.
    V20.- Tomaste a tus hijos y a tus hijas que tu me habías engendrado, y se los has inmolado para que ellos se los devoren ¿Te parecían poco tus prostituciones? (Ezequiel, XVI)

    Cuando los rabinos escribieron el Talmud no pudieron prever que confrontaríamos un día los sacrificios sangrientos del pasado con los actuales, ni que los abogados de Israel, arrinconados tendrían que negar esos sacrificios entre los antiguos hebreos.
    Por eso disertaban, libremente, sobre el funcionamiento de los sacrificios humanos en honor a Moloch.

    Y en la Biblia (IV Reyes, cap. XVII, v, 17,18):
    Los hijos de Israel sacrificaban a sus hijos y a sus hijas y los hacían perecer en el fuego. El Señor concibió entonces una gran indignación contra Israel y lo rechazó de ante su faz

    Y en el Versículo 38 del Salmo CV: “lo hebreos derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas que inmolaron a los ídolos de Canáan, y el país se infestó de asesinatos”.

    Y los abogados de Israel aún claman: ¡Así, en todo tiempo y lugar, los judíos sintieron una repugnancia invencible por la efusión de sangre y el sacrificio humano!
    Última edición por donjaime; 29/12/2015 a las 18:14
    ReynoDeGranada dio el Víctor.

  4. #4
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    Re: El Crimen Ritual Judío

    Serie : Los Crímenes Rituales Judíos.




    Parte IV : EL ESOTERISMO DEL TALMUD.


    EL TALMUD Y EL ESOTERISMO JUDÍO.
    El Talmud, a la espera de los hechos, nos dirá si los ritos sangrientos de los tiempos antiguos han podido perpetuarse durante los siglos hasta hoy.


    En “El Judío Talmudista”, la obra de Rohling, desencadenó las más ardientes polémicas. Si las citas que hace del Talmud, señalando sus fuentes, hubiesen podido cuestionarse, el eco de esos cuestionamientos nos habría llegado mediante las obras recientes de los negadores del crimen ritual.


    Lo importante es que sus citas quedan, haya ido él a las fuentes o que lo hayan hecho por él, Eisenmenger o Aaron Brimann, como pretende Strack.
    El autor sostiene que consultó las ediciones del Talmud de Viena (edición completa), de Amsterdam (1644), ya pasablemente tronchada, de Sulzbach (1769), de Varsovia (1863), de Praga (1839), y que un número de citas no figuran en las ediciones nuevas (es inútil repetir las fuentes citadas por Rohling, y tantas veces citadas según él.
    Solamente notar que el espíritu de esos textos es rigurosamente conforme al de los textos citados por los hebraístas que tuvieron entre sus manos viejas ediciones del Talmud, (el abate Pranaitis, los rabinos de Damasco y tantos otros cuyos testimonios se aportan).


    En primer lugar hay que resaltar el desprecio del Talmud por los no-judíos, calificados de: extranjeros, goims (simiente de ganado), paganos, idólatras, etc.
    En el Talmud se encuentran expresiones como las siguientes:
    · “el semen de un extranjero no es más que el semen de un animal”;
    · “un goym que golpea a un judío merece la muerte”,
    · “el pueblo elegido es digno de la vida eterna, los demás pueblos son similares a asnos”,
    · los israelitas solamente son llamados hombres; pero los idólatras provienen del espíritu impuro y son llamados cerdos”.

    De acuerdo a Arabanel, una mujer extranjera, que no es hija de Israel, es un animal.


    Es fácil adivinar qué moral deriva de estas distinciones.


    Rabbi Alba no duda en decir que “Dios dió a los judíos poder sobre la fortuna y la vida de todos los demás pueblos


    El Talmud declara: “un niño de Noé que roba aún menos que un centavo, debe ser muerto. Pero se le permite a un israelita hacerle daño a un goi, puesto que allí donde está escrito: “No le harás daño a tu prójimo”, no leeremos “No le harás daño a un goy”.


    Robar a un goy (no judío) está permitido, repite el Talmud.


    Es lícito engañar a un goi y practicar la usura a su respecto, pero si vendes algo a tu prójimo (un judío) o compras algo de él, no te es permitido engañarlo.


    Si un judío tiene un pleito contra un no judío, en un país donde mandan los judíos, darás una sentencia favorble a tu hermano, y le dirás al extranjero: “es así como lo quiere nuestra ley”. Si las leyes son favorables a los judíos dictarás sentencia favorable a tu hermano y le dirás al extranjero “es así como lo quiere vuestra ley”. Si no ha lugar a lo uno ni a lo otro se atormentará al extranjero con intrigas hasta que el judío gane la causa.


    Rabbi Brentz escribe en el Judebalg (pg. 21): “si los judíos han viajado toda una semana y han trampeado a los cristianos a drecha y a izquierda, se reúnen el día del Sabbat y alardean de sus fechorías diciendo: “hay que arracancarle el corazón al goy, y el mejor de entre los cristianos debe ser golpeado hasta morir ...”.


    Pasemos por alto las prescripciones talmúdicas sobre la usura para analizar las que tocan la vida humana:
    · “hay que matar al más honesto de entre los idólatras”,
    · “si se saca a un goy de la fosa en donde ha caído, se mantiene a un hombre en la idolatría”,

    Maimónides dice: “está prohibido tener piedad de un idólatra, cuando se lo ve perecer en un río u otro lugar, si está cercano a la muerte, no se le debe salvar”.
    Dice el Talmud:
    · “es justo dar muerte al mineo (hereje)”.


    Y los rabinos repiten: “el que hace correr la sangre de los impíos (no judíos) ofrece un sacrificio a Dios”.


    En todas las citas es clara la INCITACIÓN AL CRIMEN RITUAL y es un deber suministrar las referencias de Rohling: Jalqût Simeoni ad Pentl, fol. 243, col. 3, y Middrach Bamidebar rabbâ, pg. 21.


    La defensa “no matarás” dice Maimónides, significa que no se debe matar a un israelita, pero los goims, hijos de Noé y los herejes no son israelitas (Jad Chaz., hilch. Rozeach, y hilch. Melachim).


    Por respeto a los lectores y por no ser necesario para nuestra demostración pasaremos por alto las prescripciones relativas a la mujer, aunque en ellas se muestra la sórdida inmoralidad del Talmud.
    A modo de ejemplo sólo citaremos una de Maimónedes: “está permitido abusar de una mujer infiel” (no judía).


    En cuanto a las prescripciones talmúdicas sobre el juramento, solo diremos que la restricción mental (tan imputada a los jesuítas por la prensa con fobia hacia los sacerdotes) está aquí muy bien preconizada.
    El Talmud llama a Jesús un judío apóstata, y Maimónedes escribe: “se ordena asesinar y echar en la fosa de la perdición a los traidores en Israel y a los herejes (Minim) tales como Jesús de Nazareth y sus adherentes”.


    El Schoulhan-Arouch, que ha quedado como el CÓDIGO DEL JUDAÍSMO, se dice: “que un judío que tuviera el poder debería, bajo un pretexto cualquiera, matar públicamente a todos los herejes”.


    El abate Pranaitis, antiguo profesor de lengua hebrea en la Academia Eclesiástica Católica de San Petesburgo, dijo en su informe del crimen de Kiev: “En verdad, el Talmud está lleno de vivas recomendaciones en cuanto a quitar la vida a los cristianos. Quiten la vida aún al más justo entre los idólatras” (Tr. Aboda, XXVI, 2 Tas. y Ven. Sep. XIII, 3) y “quien hace correr la sangre de los impíos hace un sacrificio agradabole a Dios” (Tr. Aboda, XXVI, 2).


    Irán al cuarto palacio del Paraíso todos los que lloran a Sión y Jerusalén, así como los que exterminaron los restos de los pueblos idólatras. Van a ser distinguidos con la púrpura todos aquellos que hayan exterminado los retos de los idólatras” (Zohar, 1, 38 y 39).


    Ahora sí es comprensible que el mismo Talmud haya prescrito: “un Goi que escudriña la Ley (el Talmud) es reo de muerte”.


    ¡Cómo se comprende ahora que el papado haya hecho quemar tantas veces ese libro inmundo!


    Incluso los propios judíos han expurgado ciertas ediciones.
    Según Rohling: “al tomar entre manos un Talmud impreso en el curso del siglo XVIII uno se extraña al encontrar una gran cantidad de hojas en blanco o marcadas con un círculo. En las ediciones antiguas, esos lugares están llenos de invectivas contra Cristo, contra la Santa Virgen María, y contra los Apóstoles, así como por la declaración de que por no-judíos debería comprenderse, sobre todo, a los cristianos.


    Cuando los cristianos se enteraron, y manifestaron su indignación, el Sínodo judío polaco ordenó (1691) reemplazar en el futuro esos pasajes por páginas vacías o por un círculo, y hacer esas enseñanzas oralmente en todas las escuelas, todo lo concerniente a los cristianos, como por ejemplo, que los cristianos estaban muy corrompidos, y que no se debía practicar para con ellos ni la justicia ni la caridad”.


    Sixto de Siena, judío converso del XVI, indica los lugares del Talmud donde se encuentran los pasajes siguientes:
    1º.- ordenamos que todo judío maldiga tres veces por día a todo el pueblo cristiano y ruegue a Dios confundirlo y exterminarlo con sus reyes y sus príncipes; pero que principalmente sean los sacerdotes quienes hagan estos ruegos en la sinagoga, en señal de odio hacia Jesús.
    2º.- Dios ordenó a los judíos apoderarse de todos los bienes de los cristianos, tantas veces como puedan hacerlo, ya sea por el fraude, la violencia, la usura o el simple robo.
    3º.- se ordena a todos los judíos mirar a los cristianos como brutos y tratarlos como animales.
    4º.- que los judíos no hagan ningún bien, ni ningún mal a los paganos, pero que traten por todos los medios, de matar a los cristianos.
    5º.- si un hebreo, al querer matar a un cristiano, mata involuntariamente a un judío, merece perdón.
    6º.- si un judío ve a un cristiano en el borde de un precipicio, debe empujarlo hacia el vacío inmediatamente (Sixt. Semens. Bibliotheca sancta, ord. 1, pg. 124).

    Tras estas irrefutables citas, lo más que puede concederse a los judíos es que el Crimen Ritual en vista de la consumición de la sangre, el crimen ritual pascual, no está prescripto en el Talmud.


    Sin embargo, hay que tener en cuenta el texto discutido por el Gran Rabino Zadock-Kahn, relativo a la inmolación en víspera de Pascua.


    También hay que recordar las conclusiones del sabio abate Pranaitis, doctor en Teología, profesor de la Academia Católica de San Petesburgo, encargado de un informe sobre el crimen ritual de Kiev, en razón de su gran conocimiento de las lenguas en las que están escritos los libros santos judíos.


    Tras un número de citas, el abate Pranaitis concluye:
    I.- la ley religiosa de los judíos no prohíbe asesinar a los cristianos, sino que alienta y ordena dichos asesinatos. En consecuencia, desde el punto de vista de la ley, no hay obstáculos para que estos asesinatos sean cometidos.
    II.- la ley religiosa judía atribuye a la sangre en general, y a la humana en particular, una importancia enorme, importancia SIMBÓLICA, MÁGICA Y MÉDICA.
    III.- ella (la ley) hasta permite el empleo de esa sangre como alimento.


    La primera conclusión no es discutible.
    En las otras, sin duda, el sabio abate se apoya en los mismos textos que llevaron a Strack a confesar: “la prohibición de consumir la sangre, tomada al pie de la letra, no concierne, es cierto, más que a la sangre animal, o para ser más exactos, la sangre de los animales hemotérmicos” (cuadrúpedos y pájaros).


    En la ley del Pentateuco no está expresamente prohibido consumir sangre humana, pero esto no quiere decir que esté permitido (Le Sang, pg. 140).


    Por lo que podemos CONCLUIR:
    1º.- la consumición de sangre humana NO está prohibida a los judíos por sus leyes.
    2º.- la inmolación de los cristianos está EXPRESAMENTE RECOMENDADA, como sacrificio agradable a Dios. Y el autor pretende, que en este caso el crimen sea en realidad un crimen ritual.

    ¿Debe decirse que la Pascua sangrienta es un mito, una leyenda o el hecho de algunos enajenados?
    Demostraremos que procede de PRESCRIPCIONES RABÍNICAS, pero es comprensible que los rabinos no quieran poner por escrito esos horrores.
    Entonces ¿Qué testimonios podemos tener?
    1º.- las declaraciones de rabinos conversos, que enseñan que las prescripciones relacionadas con estas abominables prácticas se transmiten oralmente.
    2º.- las confesiones recogidas de judíos acusados de crímenes rituales. Son los testimonios que presentaremos.
    Se juzgará la imprudencia de ciertos abogados de Israel, que no temieron afirmar que jamás un judío converso había revelado dichas prácticas.

    El autor tiene la fortuna de tener entre las manos un libro, que desde hace mucho tiempo es imposible de encntrar: Relation Historique des Affaires de Syrie Depuis 1840 Jusqu'en 1842, de Achille Laurent.
    Además de los preciosos documentos sobre el crimen ritual de Damasco, que deberé usar, este volumen contiene, traducido del griego, un muy interesante “Extracto de un opúsculo cuyo original, impreso en lengua moldava (1803) por un ex-rabino converso al cristianismo ortodoxo, que se hizo monje a los 38 años y fue publicado en 1834 en Napoli di Romagna (Nauplía, en Grecia), 3ª edición, Giovanni de Georgio, traductor de lengua moldava, y bajo el título de Ruina de la Religión Hebraica”.


    Algunos autores, incluido Achille Laurent se abstuvieron de citar el nombre del ex rabino, sin pensar en el descrédito de publicar una obra anónima. El nombre del ex rabino es Neófito y es muy conocido en Grecia.

    Declara Neófito:
    CAPÍTULO 1º: Relativo al misterio, hasta ahora escondido, de la sangre que los judíos toman a los cristianos y al uso que le dan, con pruebas seguras, sacadas de las Sagradass Escrituras.
    ... pero en ninguna parte encontró conocimiento del misterio antihumano que observan los israelitas entre ellos, y si fue escritor algo, fue … es decir que ha sido afirmado que los israelitas matan a los cristianos y toman su sangre, lo que han declarado varios de ellos; pero en ninguna parte he leído qué se hace con dicha sangre ...
    En cuanto a mí, que por gracia divina recibí el santo bautismo, y que me encuentro, por la forma evangélica de la vida monástica, despreciando a los judíos orgullosos e impuros, y con la idea de ser útil a los cristianos, yo que era su rabino (doctor) y maestro, yo que conocía sus misterios, yo que los mantuve cuidadosamente secretos hasta el día en que fui bautizado y que los abandono de ahora en adelante, los publico con buenas pruebas y buenos testimonios.
    ANTE TODO HAY QUE SABER QUE EL MISTERIO DE LA SANGRE NO ES CONOCIDO POR TODOS LOS JUDÍOS, SOLAMENTE por sus RABINOS, KHAKHAMS (doctores), LETRADOS y FARISEOS, que llaman hasseidem, que lo guardan celosamente.


    Los HOMICIDIOS DE CRISTIANOS POR JUDÍOS SE FUNDAN EN TRES MOTIVOS:
    1º.- el gran odio que alimentan contra los cristianos, creyendo que por ese medio del asesinato cometido sobre uno de ellos, hacen un sacrificio a Dios, así como lo predijo Jesucristo salvador, cuando decía a sus discípulos: “Viene la hora en que cualquiera que los mate, creerá hacer algo agradable a Dios”.
    2º.- supersticiones o magias, que los judíos hacen con esa sangre.
    3º.- las sospechas que tiene los rabinos de que Jesús pudiera ser el verdadero Mesías, haciéndolos creer que rociándose con sangre cristiana, se salvarán.


    En relación al odio hacia los cristianos está escrito en el Himi'ip, Pentateuco de Moisés, libro II del Éxodo, lo que sigue: “el Faraón hizo enganchar los caballos a su carro, tomó su tropa con él, así como 600 carretas de trigo, sobre cada una de las cuales ahbía capitanes(Exodo,cap. XVI, v. 6 y 7) con el fin de perseguir a la nación israelita”.
    Este pasaje da lugar al rabino Salomón, que conduce a los judíos al fondo de los abismos del infierno, para preguntar: ¿Dónde habían tomado los egipcios los caballos para la persecución? Pues el granizo había hecho perecer a todos los animales (Ibid. Cap. IX, v. 19).
    A lo que el mismo rabino responde: que está escrito que aquellos de entre los egipcios que creyeron que el granizao iba a caer, habían retirado las bestias a sus casas (Ibid. Cap. IX, v. 20) y con esos animales persiguieron a los hebreos.
    Por lo que el rabino Salomón hace la siguiente observación: “aprendemos allí que a la más suave de las serpientes hay que privar su cabeza de cerebro, y matar al mejor de entre los cristianos”.


    Se espera de cada judío que mate a un cristiano en vista de salvarse por cometer tal acción.
    Pese a todos los beneficios y bondades que los judíos reciban de los cristianos los odian y detestan su fe, oponiéndose a las Sagradas Escrituras que falsamente interpretan.


    Respecto al precepto de Moisés (Éxodo): “escúchame, hombre santo, y no comas carne lacerada por los animales feroces de los campos, tírala a los perros” el rabino Salomón explica este pretexto de la siguiente manera: “Monsés no solamente quiso que tal carne pudiese ser tirada a los perros, según él, se le puede vender a los cristianos. Moisés menciona a los perros, y de ninguna manera a los cristianos, a fin de que comprendan por su silencio que los perrors son preferibles a los cristianos” (hay que recordar que los autores modernos traducen la palabra goy, no judío, por cristiano).


    Y en la pag. 18 (Éxodo, cap. IX, v. 7), Demostraré, con más de una prueba, que Dios rechaza los sacrificios de los israelitas, como dice el sabio Salomón, el sacrificio de los impuros es cosa abominable al Señor (Ibid. Cap. XV, v. 8)



    Hasta ahora mencioné EL Primer Motivo: EL ODIO QUE LOS JUDÍOS ALIMENTAN CONTRA LOS CRISTIANOS Y SUS CAUSAS QUE LOS LLEVAN A ASESINARLOS.
    El que quiera profundizar sólo tendrá que leer el cap. XXXIII de la obra del médico Paolo, encontrará todo el odio del que están penetrados los judíos contra los cristianos, y lo relativo al asesinato de los niños cristianos.



    Indiqué como segundo motivo LAS SUPERSTICIONES, es decir las OPERACIONES MÁGICAS QUE LOS ISRAELITAS HACEN CON LA SANGRE CRISTIANA, pero hay que recordar que LA NACIÓN ISRAELITA SE ENCUENTRA BAJO LA MALDICIÓN DIVINA, como castigo de no haber querido reconocer el Cristo. Y esta maldición fue pronunciada, contra ellos, por Moisés: “El Señor, dijo, te golpearé con las úlceras de Egipto de …, con sarna, con picazones incurables ...” (Deuteromonio, cap. XXVIII, v. 27) y añade, el Señor te golpeará con úlceras peligrosas sobre los ojos y sobre los muslos, y no podrás sanar, estarás cubierto con ellas de la cabeza a los pies (Ibid. Cap. XXVIII, v. 28).





    En cuanto a los rabinos, estos malos sujetos han supuesto que rociándose, o cuidándose, con sangre cristiana encontrarán un remedio eficaz. Además tienen otra maldición de Dios, ya que todo el pueblo dijo a Pilatos: “¡Que su sangre recaiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!”.


    En los casamientos israelitas, se usa someter a los jóvenes esposos a un ayuno severo, durante el cual no pueden ni beber, y en la noche del día de la boda, el rabino se presenta y le da a cada uno de ellos un huevo cocido, en el cual, en lugar de sal, puso la ceniza de una tela quemada que anteriormente remojó en sangre de un cristiano martirizado.
    Tras quemar la tela, recoge las cenizas que ponen dentro del huevo. Mientras los recién casados comen este huevo, el rabino recita algunos versículos, con el fin de que los jóvenes puedan engañar a los cristianos y sean bienvenidos por éstos al punto de apropiarse del fruto de su labor, no pudiendo siempre lograr matarlos …
    Por eso LOS JUDÍOS SE ESFUERZAN EN ENGAÑAR A LOS CRISTIANOS APODERÁNDOSE DEL FRUTO DE SUS PENAS Y SUDORES, IGUAL QUE SI ABREVARAN SU SANGRE.


    Relacionar todo el odio del judío hacia los cristianos sería demasiado extenso, para no cansar al lector, algunos ejemplos:
    - Llaman a la Iglesia: touma (contaminada), Moihak (letrinas).
    - Denominan a los cristianos goi (impío, idólatra).
    - El niño cristiano se designa por Scheighin (pequeña lombriz) y las niñas Siskela (lombriz en femenino).
    - Los monjes y eclesiásticos cristianos se denominan Galeh (que sacrifican a los ídolos).
    - Durante la Navidad de Nuestro Señor y la fiesta de la Epifanía, los judíos no tocan sus libros, los cubren y pasan las dos noches jugando a las cartas y blasfemando a Cristo, a su madre y todos los santos. Llaman ciegas a esas noches.
    - Los niños judíos antes de aprender el alfabeto deben aprender blasfemias contra los cristianos, con el fin de que sepan, cuando pasan cerca de una iglesia cristiana, decir: ¡Que sea maldito el lugar contaminado de los contaminados, e impuro de los impuros!.
    - Está escrito en el Talmud: “si algún judío que pase por frente a una iglesia cristiana ovlida pronunciar dicha injuria a la distancia de 10 pasos, no está obligado a volver atrás, pero debe decirla en el lugar en que recuerde haber pasado cerca de la iglesia”.
    - Cuando los judíos ven pasar un cristiano muerto, camino de su sepultura, están obligados a decir: “hoy ha muerto un impío, que mueran dos mañana”.


    Su odio es tal, que según el Talmud, los únicos calificables con el nombre de hombre son los judíos.


    Jesús, por el amor del cual yo me separé espontánemanete de ellos, es testigo que al escribir esto no estoy animado por ninguna pasión contra ellos, lejos de eso, grito para ellos … El pueblo que era la élite del Señor, lleno de gracia y de santidad, poseedor de un reino, está dispersado ahora por el mundo, como lo anunció Jeremías …


    Ciertamente la nación judía está llena de astucia y engaños. Cuando un cristiano penetra en la casa de un israelita, éste lo recibe amigablemente, y lo despide cuando se va; en ese caso, el israletita debe repetir esta frase: “que las enfermedades, las afliciones, y los malos sueños destinados a mí, o a cualquiera de mi familia, puedan caer sobre la cabeza de este cristiano que acaba de salir


    Publico esta obra por dos motivos:
    1º.- para que algún judío, escuchando estos detalles a cristianos, sienta arrepentimiento y mire a sí mismo y reconozca la verdad.
    2º.- para los cristianos, viendo en qué error y en que desgracia divina está sumergida eternamente la sinagoga, den gracias a Dios a cada instante por no haber nacido en ese abismo de erorres de los israelitas.




    El Tercer Motivo de los asesinatos de cristianos por judíos es la sospecha de los rabinos de que Jesucristo puede ser el verdadero Mesías.
    Los rabinos conocen perfectamente las profecía, igual que Caifás reconoció que Jesús era el auténtico Mesías, y sin embargo lo hizo crucificar. Los rabinos más malévolos aún hoy lo reconocen, pero no quieren reconocer a Jesucristo, a causa del orgullo que los domina y siguen un camino oblicuo.


    En el momento de la circusión de los niños, el Khakham (doctor) toma un vaso de vino y le añade una gota de sangre cristiana con una gota de la de un niño circunciso, después de hecha la mezcla, el Khakham, sumerge su meñique en ella, e introduciéndolo dos veces en la boca del niño, pronuncia estas palabras: “yo te lo dije, tu vida está en tu sangre”.
    El motivo de mezclar la sangre de un circunciso con la del cristiano MARTIRIZADO es que ignoran que el Profeta dijo dos veces: “Yo te lo dije, tu vida está en tu sangre”.
    Entonces, si la palabra del profeta alude a la sangre de Cristo, quien retiró del limbo a los niños no bautizados, el judío no bautizado será salvo por la sangre del cristiano martirizado (que ha sido bautizado) y cuya sangre se vertió, como la de Cristo, con torturas.
    Si en lugar de eso, se refiere a la sangre del circunciso, el niño será salvo por su propia sangre.


    El 9 de julio, aniversario fúnebre de la pérdida de Jerusalén, los judíos se ponen dicha ceniza sobre la frente y comen un huevo en el cual ponen de esa ceniza: a esta comida le llaman: seida-amapheseihas.


    En época de Pascua, cuando preparan sus ázimos hacen un pan al que añaden un poco de la ceniza precisada, y en la noche en que comienza la fiesta, desués de haber blasfemado y de haberse emborrachado, cada israelita, aún el más joven, debe comer un pedazo de este pan ázimo, preparado con la sangre de un cristiano martirizado, y el pedazo debe tener el grosor de una oliva, a este pan se le llama ephikoimon.


    Cuando muere un judío, el Khakham toma la clara de un huevo, le añade un poco de sangre de un cristiano martirizado y rocía con esta mezcla el lugar en donde está el corazón del muerto pronunciando los versículos de la profecía de Ezequiel: “Derramaré aguas puras sobre ustedes y serán limpiados y los despojaré de toda vuestras impurezas


    Independientemente de lo anterior, el 14 del mes de adar (febrero), en momentos de la celebración de la fiesta en conmemoración de Mardoqueo y de Esther, quienes los libraron de las manos de Aman, fiesta llamada del Purim; los israelitas cometen homicidio en señal de odio a la memoria de Aman, si logran matar a un cristiano, en memoria de Amán, el rabino hace algunos panes con miel en forma triangular al que añaden un poco de sangre del cristiano asesinado, y si el rabino tiene algunos amigos cristianos, les manda un pedazo: ese envío se llama mesloi-mounes.


    Es esa sangre derramada que el profeta Jeremías tenía en vista cuando decía: “Hasta en las palmas de tu mano se descubre sangre de vidas de pobres inocentes”.
    El profeta Ezequiel aún es más claro: “Así dijo el Señor vuestro Dios: Uds. comen la carne con la sangre”.


    En esa misma noche (fiesta Purim) no hay un solo judío que esté en posesión de sí mismo; se hallan presa de la furia y entonces se cumple la maldición de Moisés: “El Señor golpeará con ceguera, demencia y espanto”. En esta circunstancia, tratan de arrebatar niños cristianos, los retienen encerrados hasta su Pascua, posterior al Purim, para tener la sangre del cristiano martirizado.
    Para los ázimos, para la celebración del Purim, la sangre del cristiano martirizado no es necesaria; sólo deben tratar de matar a un cristiano en memoria de Amán (aquí podemos comparar estos pasajes con los detalles publicados por el Universe Israelite del 21 de marzo 1913 sobre el tema de las celebraciones de la fiesta del Purim).


    Para celebrar la Pascua, deben en memoria de Cristo, torturar a un cristiano, así como fue torturado Cristo. Es para eso que buscan a los niños pequeños por asimilación con el Cristo, que había conservado su inocencia.
    El Espíritu Santo dijo, por boca del profeta Jeremías: “entre mi pueblo se encontraron impíos, que al igual que los cazadores de pájaros, colocan trampas para prender a los hombres” (Jeremías, cap. II, V. 34).


    Hablaré también del motivo de la confección de los panes triangulares mezclados con miel, que los judíos hacen para la fiesta del Purim:
    Los panes triangulares mezclados con miel y sangre cristiana, están confeccionados como una burla hacia los cristianos, a causa de su creencia en la Santísima Trinidad, con el fin de que Dios humille a todos los cristianos que confiesen la Trinidad ...
    El USO DE MATAR CRISTIANOS Y RECOGER SU SANGRE NO ESTÁ ESCRITO EN NINGUNO DE SUS LIBROS. LOS PADRES Y LOS RABINOS COMUNICAN LA PRESCRIPCIÓN DE VIVA VOZ Y POR TRADICIÓN A SUS HIJOS A QUIENES CONJURAN, con la amenaza de las más grandes maldiciones de conservar el secrto sin revelarlo ni a sus esposas, a riesgo de reicbir los más horribles castigos y de correr grandes peligros.
    Cuando alcancé la edad de 13 años, época en la cual los judíos acostumbran colocar sobre la cabeza del niño un cuerno llamado tiphilm, como símbolo de fuerza, mi padre me dijo que me pusiera ese cuerno, y fue entonces cuando me descubrió el misterio de la sangre, conjurándome por todos los elementos de no divulgar ese misterio NI A MIS HERMANOS, repitiendo en varias ocasiones: “cuando estés casado, cualquiera sea el número de tus hijos, no les revelarás a todos este misterio: sólo a uno, al que sea más juicioso, al más inquebrantable en materia de religión. Sólo a él le harás la confidencia”.
    También me prohibió hablar de ello con ninguna mujer: “Que sobre la tierra, me dijo, no encuentres nunca asilo hijo mío, si alguna vez revelas este misterio; aún en el caso de convertirte al cristianismo, que la desgracia sea contigo si lo develas”.


    El autor ha reproducido este testimonio por ser poco corriente y pese a la imperfección de sucesivas traducciones.
    Los judíos sólo encontraron una respuesta a las abrumadoras revelaciones del monje Neófito, antiguo rabino: compraron en bloque las ediciones del libro en donde aparecían y no se ha vuelto a saber de ellas.


    Se nota de qué cómoda manera protestan los rabinos negando que el tal rito de la Pascua sangrienta figure entre sus libros santos: el ex-rabino citado es de la misma opinión y aporta las razones. Pero como dirían los juristas de la Sinagoga: testis unus, testis nullus, por esa razón citaremos otros testimonios, tan precisos, tan formales, tan abrumadores.


    Es de notar, también, que el MISTERIO DE LA SANGRE, empezó a ser conocido en la Edad Media, aunque sin las precisiones aportadas por el monje Neófito.


    En su Vie de Philipe-Auguste, Rigord, capellán y biógrafo de ese rey, informa: “este príncipe había oído decir, frecuentemente, a los señores que habían sido educados con él en la Corte, que todos los años, el Jueves Santo o algún otro día de la Semana Santa, los judíos de París, como desprecio a la religión cristiana, degollaban a un cristiano con sentido de sacrificio en un lugar subterráneo. Como perseveraron mucho tiempo en la realización de esta maldad diabólica, habían sido convictos varias veces en tiempos de su padre, y consumnidos por el fuego”.


    Así es como fue muerto y crucificado, por los judíos, San Ricardo, cuyo cuerpo reposa en París en la iglesia de San Inocente, en un lugar llamado Champeaux, y en donde oímos que se hacían muchos milagros por la intervención de San Ricardo”.


    Para evitar la acusación de oscurantismo volveremos a los testimonios de nuestro tiempo.


    Un viajero muy conocido y apreciado, el conde de Durfort-Civrac que recorrió Siria en 1840, cuando se produjo el crimen ritual de Damasco, escribió a nuestro cónsul en esa ciudad, el conde de Ratti-Menton, una carta de la que extaemos:
    En mi paso por Lattakhieh, recogí documentos bastantes curiosos de boca de una joven judía que quiere convertirse. Se los envío y Ud. hará con ellos lo que juzgue conveniente. Estas confesiones son positivas, y no han sido arrancadas por medio de torturas
    El documento recogido y redactado por el conde de Durfort-Civrac del que se hace garante de sus datos dice: “Ben-Noud, joven judía de 20 años, nació en Lattakhieh. Su padre, llamado Mourad, nativo de Alepo, vivía sucesivamente en las diferentes ciudades donde le llamaba su comercio.
    Con 6 ó 7 años Ben-Noud que iba de Lattakhieh a Tarcouss con una de sus tías, pasó por Antioquía antes de reunirse con su padre. Recuerda perfectamente haber visto allí, en la casa donde se albergaba, a dos niños suspendidos del cielo raso por los pies. Uno podía ser de unos 5 años y el otro sobre 12. Corrió, llorando, asustada, a decirle a su tía lo que había visto: ésta le contestó que no era nada más que un castigo impuesto a los niños, mandándola seguidamente al bazar para distraer su atención. A su vuelta, los cuerpos habían desaparecido, pero vio la sangre en uno de esos vasos de cobre que los árabes usan para lavar la ropa.
    Sobre unos 8 años después (1834) Ben-Noud que ya tenía 14, vivía en Trípoli con una de sus parientes tras la muerte de su padre. No habiendo olvidado ningún detalle de una horrible escena que presenció desde lo alto de una terraza en la que estaba escondida, atraída por la curiosidad.
    Un viejo de barba blanca, en quien reconoció a un cristiano, probablemente habitante de Alepo (por su vestimenta) fue invitado por los judíos con quienes comerciaba a comer naranjas e un pequeño patio vecino a la sinagoga de Trípoli. Se le ofreció el narghileh (vino-café) y en el momento en que le estaban tratando con mayor cortesía, varios judíos se tiraron encima de él, lo amordazaron, le ataron los brazos tras la espalda y lo colgaron por los dedos de los pies del mismo árbol donde habían arrancado las naranjas para ofrecérselas tan gentilmente.
    Lo dejaron en esa posición desde las nueve de la mañana hasta el mediodía, (para que expulsara por boca y nariz toda el agua del cuerpo y algo considerado por los judíos como necesario para que la sangre adquiera ese grado de pureza que exige el uso al que la destinan, y es la explicación que da Ben-Noud).


    Cuando los verdugos vieron que el pobre viejo estaba a punto de expirar, momento que esperan con sumo cuidado, le cortaron el cuello con uno de los cuchillos que usan los rabinos para degollar a sus víctimas, quedando el cuerpo suspendido hasta que toda la sangre cayó en el recipiente.
    Según Ben-Noud, dice que oyó que el cuerpo fue metido en un cajón que se tiró al mar, probablemente tras trocearlo”.


    Tres años después de este episodio, Ben-Noud vino a Lattakhieh en donde uno de sus tíos, Aslan, la casó casi por fuerza con su hijo Chaloum. Desde entonces ha sido muy desgraciada por la miseria y malos tratos a que era sometida por su marido. Durante ese tiempo casi nunca comió carne, puesto que los judíos solo pueden alimentarse con carne de animales matados por el rabino, y era muy raro que algún rabino viniera a Lattakhieh en que sólo había unas pocas familias judías. Pero durante esos tres años se le envió, regularmente, desde Alepo, el pan ázimo necesario para la Pascua.
    Ben-Noud explica que hay dos clases de pan ázimo, los unos se llaman mossa, y los otros mossa guesira (en sirio guesira = degollar). El mossa guesira, similar al anterior excepto en que contiene una mezcla de sangre humana, en pequeña cantidad para no dar ningún gusto ni color particular. La sangre no se amasa con la harina, se unta al pan con ella cuando ya está hecho.
    Los judíos comen este pan ázimo durante los siete días de su Pascua, sólo usan el mossa cuando les falta el mossa guesira.
    En la noche de víspera de su Pascua, muy pocas familias judías dejan de crucificar un gallo. Se le clavan las alas a la muralla, y se le atormenta de todas formas: cada uno de los asistentes le pincha con un punta de hierro, para burlarse de la pasión de Jesucristo, y todo entre grandes explosiones de risas.
    Un rabino que estaba el año pasado de paso en Lattakhieh en la época de Pascua, presidió esta bárbara ceremonia que se realizó en casa del Sr. Bélier que albergaba a la familia Chaloum por caridad.
    Si en vez de un gallo los judíos pudieran, crucificarían un cristiano, algo más acorde con sus deseos.


    Los judíos tienen dos fiestas durante las cuales llenan a los cristianos de improperios. Y los judíos más tímidos son los que suelen mostrarse más encarnizados y crueles en la realización de los horrores.
    Hace dos meses que esta mujer (Ben-Noud) vino a refugiarse en casa del Sr. Bélier, diciéndole que ya no podía vivir con su marido; que quería ser cristiana, y que si se negaba a recibirlaa, se convertiría en turca.
    Desde entonces un rabino ha pronunciado la nulidad de su casamiento, que no había sido consagrado de acuerdo a los principios de la ley.


    Cuando se empezó a hablar de la muerte del padre Tomás (crimen ritual judío en Damasco) se le hicieron muchas preguntas a Ben-Noud, que siempre negó que tales rumores pudieran ser ciertos. Pero confesó cuando se le mostraron las cartas de Damasco que le hicieron conocer la verdad.

    Conde de Durfort-Civrac


    Los judíos que niegan siempre, y siempre han negado, las confesiones (Dreyfuss pese a repetirla tres veces) hubieran querido negar la existencia de Ben-Noud, que adquirió cierta celebridad por sus revelaciones, habrían negado la buena fe del Sr. Dufort-Civrac pese a todas sus magníficas referencias, pero … hay un pero: todos estos dichos fueron también verificados y confirmados por un oficial prusiano que también viajaba por Oriente, el barón de Kalte que publicó la siguiente carta:


    Ud me perdonará si me tomo la libertad de escribirle desde Alejandría, donde me encuentro desde hace un mes ya que debí interrumpir mi viaje por Siria, que yo esperaba extender tanto por el sur como por el norte. Los acontecimientos políticos me forzaron a retomar la ruta de Egipto, de otra manera hubiera vuelto a Damasco para dirigirme a Houran, la Mar Muerto y a Palestina.
    En Lattakhieh no dejé de ver la célebre judía Ben-Noud, que vive en casa de la Sra. Lanusse y se llama ahora Catalina, estando a punto de ser bautizada. Tas algunas dudas iniciales me contó lo mismo que al conde de Civrac. Me dio, en realidad, más amplias explicaciones, entre otras cosas que la secta judía que hace uso anualmente de ese horrible pan ázimo se llama Koci, en tanto que las demás sectas lo comen sólo en las fiestas muy importantes.
    El Sr. Barker, antiguo cónsul general de Inglaterra, a quien vi en Suedieh, me contó una cantidad de hechos similares: nadie está más persuadido que él en cuanto a que los judíos asiáticos cometen esos asesinatos todos los años en honor de sus dioses sanguinarios.
    Alejandría, 6 febrero 1841
    De Kalte.


    Otro testimonio, con el raro mérito de presentar todas las garantías de sinceridad procede, también por confesión espontánea y de la presión de un interrogatorio judicial, de un neófito que obedece al horror de su antigua superstición.
    Ben-Noud, todavía judía, no siente la necesidad de liberar su conciencia. Hasta opone gran resistencia, desmiente, cuando se la interroga sobre el crimen ritual, solamente tras leer las confesiones de judíos de Damasco se decide: “Y bien, sí, es cierto, y ésto es lo que sé, ésto es lo que vi con mis propios ojos”.
    Aún 7 años después, a punto de convertirse en cristiana, aún duda nuevamente antes de confirmar al Sr. Kalte lo que ya había contado al Sr. Dufort-Civrac.

    Pero hay más testigos del SANGRIENTO ESOTERISMO JUDÍO.


    Aunque parezca increíble está disponible el testimonio de un RABINO EN PLENO EJERCICIO, RABINO CALIFICADO ADEMÁS POR LOS JUDÍOS COMO UN CÉLEBRE DOCTOR.
    Para poder negar el crimen ritual judío en todos los tiempos y en todos los lugares, pese a tanta evidencia, los rabinos se basan en la ausencia de todo fanatismo en la nación judía.
    Puede verse en el momento que escribo estas líneas (octubre 1913) a los diarios profundamente anticristianos como el Humanité y la Lanterne, que de ordinario viven de las denuncias de pretendidos excesos de fanatismo religioso, elevarse con indignación ante las acusaciones hechas contra el fanatismo judío. Sólo Israel tiene el poder mágico de transformar de un día para otro las blasfemias de esos diarios en defensa del altar, judío, claro.


    Sin embargo es contra el fanatismo judío contra el que truena el rabino. No es anónimo, es un rabino célebre en Israel y no es el autor el que informa de tales acusaciones, las toma de un diario doctrinario judío: el Univers Isreaélite. Acaso ¿Puede haber un testimonio con maś garantías?.
    Según el Universe Israélite (Vi, pgs. 241-3, 1868) un predicador judío se ha librado a “una crítica violenta contra el fanatismo religioso, entre el mismo pueblo judío”; luego, contándonos los hechos más odiosos y más absurdos, atribuíbles a los israelistas de una célebre y gran comunidad de Galitzia, añade a manera de conclusión:
    Nos lamentamos por las persecuciones que debieron soportar los judíos … pero … elogio de antemano el hombre que nos muestre el horrible cuadro del fanatismo judío”.


    Este rabio procede de los Profetas y da con el látigo al rebaño que quiere corregir de sus vicios; pero esta actitud no impresiona al Universe Israélite que lo trata -imitado por los Archives Israélites- como cómplice “que se ha comido el anzuelo”.
    Y ese rabino acusador, denunciador y calumniador de sus hermanos, que provoca entre ellos el odio y el desprecio de los pueblos” ¿quién es? Es, “y sentimos gran dolor al decirlo, ¡el célebre Dr. Adolfo Jellineck, predicador en Viena! ¿Cómo podemos quejarnos todavía de los ataques y persecuciones extranjeras cuando vemos un orador de nuestro santuario, un pastor de Israel, golpear así su rebaño con todas las armas envenenadas y mortíferas de la denuncia y de la calumnia?”.

    Pero como hace notar Gougenot des Mousseaux, el rabino habla de lo que ve, de lo que sucede bajo sus ojos, en tanto que el Universe Israélite niega lo que ignora aunque no puede juzgarlo inverosímil.


    Durante el proceso de Damasco, 1840, el cónsul de Francia, Sr. de Ratti-Menton, recibió del conde de Suzannet la siguiente carta: “llamo su atención sobre este hecho: hace alrededor de un año llegó una caja a la aduana que un judío vino a reclamar. Se le pide la abra: se niega y ofrece primero 100 piastras, luego 200, después 300, hasta 1.000 y llega hasta 10.000 (unos 2.500 francos).
    El empleado de la aduana persiste, abre, y descubre una botella de sangre. Ante la interrogación, el judío responde que es costumbre de ellos conservar la sangre de sus grandes rabinos y personajes importantes. Se le deja ir y parte hacia Jerusalén.
    Es un hecho conocido por todas las autoridades y el aduanero que hizo el descubrimiento vive en Damasco”.


    El Sr. Ratti-Menton, buscó al jefe de la aduana pero se entera que ha muerto (los testigos de las infamias de Israel suelen tener una vida corta, más propiamente una muerte precoz). Su sucesor, que había sido su socio, sólo recordaba, vagamente, el episodio, creía poder asegurar que la caja encerraba no una botella sino una docena de frascos conteniendo una substancia líquida de color rojo, y que el reclamante judío, de Damasco, Aaaron Stambouli, había dicho que la sustancia era una droga eficaz en ciertas enfermedades.
    Luego se producirá una coincidencia sorprendente, el judío portador de las botellas de sangre, Aaron Stambouli, estará implicado, un año después, en el asesinato ritual del Padre Tomás y su sirviente (Damasco), siendo reconocido culpable y condenado a muerte.


    Otro testimonio de un hombre eminente y sabio orientalista: el ex rabino Drach. Achille Laurent lo cita, y luego Gougenot des Mousseaux sostuvo con el rabino converso largas relaciones amistosas.
    Segunda Carta de un Rabino Convertido (la primera fue publicada en rústica, Roma, 1834, bajo el título Carta Sobre el Asunto de la Usura, por C.L.B.Drach) con fecha 20 octubre 1826 por Paul Louis Bernard Drach, ex Gran Rabino de Estrasburgo, Edición París, 1827, pg. 27:
    ... el celo de esos doctores (los rabinos) llega hasta sacrificar con la muerte a todos aquellos que admiten la doctrina de la Santísima Trinidad, y en consecuencia a todos los israelitas cristianos …
    El Talmud y las otras obras de los rabinos contienen una cantidad de arrebatos de violencia contra los cristianos y el cristianismo, y blasfemias abominables contra nuestro divino Redentor.
    Desde que el conocimiento de la lengua hebraica se ha extendido por Europa, los impresores judíos tomaron la precaución de suprimir dichos pasajes, dejando muchas lagunas en su lugar. Sustituyen los nombres de Minim, Goym, Nahhrin (cristianos), Meschoumenedim Mourmrim (judíos conversos), etc. por otros nombres cualesquiera.
    Pero los rabinos enseñan, verbalmente, lo que indican dichas lagunas y rectifican las palabras cambiadas adrede. En ocasiones restablecen, en sus ejemplares, con su mano, las supresiones y correcciones de los editores judíos, lo que ha ocurrido con el ejemplar que poseo”.


    Las primeras ediciones del Talmud ofrecen el texto de este Código íntegro, así las de Cracovia, Venecia (1520), Amsterdam (1600),


    Reproduzco la nomenclatura sólo para los hebraizantes que tengan la posibilidad de verificar las fuentes en viejas ediciones del Talmud:
    Del Talmud: Ghabo de Azara, folio 4, verso (in-Thouhat). Folio 10 verso, folio 26 verso;
    Sanhedrim: folio 57 recto; Horita, folio II recto (in Glossa-Yarki);
    Hhoulin: folio 13 verso;
    Baba-Kamma, folio 117 recto.
    Maimónides: tratado del homicidio: cap. IV, p. 10. Tratado de la idolatría: cap. X, p. 1, Tratado de los Doctrores rebeldes: cap. III, p. 1., etc.


    También son ilustrativos los extractos de los interrogatorios de los acusados en el crimen ritual judío de Damasco (según las piezas oficiales del proceso):
    Extraído del interrogatorio de Mourad-el Fath'al:
    Pregunta (Cónsul Francia): ¿Qué se hace con la sangre?
    R.- se usa para el Fath'ir (fiesta de los ázimos).
    P.- ¿Cómo lo sabe Ud.?
    R.- Les oí decir (a los cómplices) que la sangre era para los ázimos.
    Pregunta (coronel Hassey-Bey): Si Ud. no vio la sangre ¿Cómo sabe que era para usarla en los ázimos?
    R.- pegunté con qué objeto se había derramado la sangre, y me contestaron que para la fiesta de los ázimos.
    P.- ¿el asesinato del Padre Tomás sólo tuvo por motivo la religión? ¿Había razón para odiarlo, codiciaban su dinero?
    R.- no conozco el motivo.

    Interrogatorio de Isaac Arari:
    Pregunta (El Bajá): ¿Cómo se realizó el asesinato del P. Tomás? ¿Cón qué fin fue muerto?
    R.- Es cierto que hicimos venir al P. Tomás a casa de David, era algo ya planeado. Lo matamos para obtener su sangre; después de haber reocgido su sangre en una botella en lo de el Khakham Mousa-abbou-el-Afieh. Era con un fin religioso, la sangre es necesaria para el cumplimiento de nuestros deberes religiosos.
    P.- ¿Era una botella blanca o negra?
    R.- era una de esas botellas blancas llamadas Khalabiehs.
    P.- ¿Quién le entregó la botella al khakham Abolu-el-Afieh?
    R.- el Khakham Mousa Salonikli.
    P.- ¿Para qué sirve la sangre en vuestra religión?
    R.- se la usa en los panes ázimos.
    P.- ¿Se distribuye esta sangre a los creyentes?
    R.- No, se le entrega al principal Khakham.


    Idem, los otros interrogatorios de los demás participantes.
    El autor sólo ha buscado pruebas en los tiempos modernos. Dejó a propósito de lado la docuemntacón anterior al siglo pasado, principalmente las confesiones formales de los acusados del crimen de Trento relacionado con el uso ritual de la sangre humana.


    Gougenot des Mousseaux suminsitraba, el mismo, esta CONCLUSIIÓN a sus estudios:
    ESTAS INMOLACIONES REALIZADOS POR JUDÍOS FRANCAMENTE ORTODOXOS EXISTIERON EN TODOS LOS SIGLOS. LA LEY RELIGIOSA DEL TALMUD SE LO PRESENTA COMO UN DEBER Y UN SINGULAR MÉRITO.
    … su costumbre, basada en las leyes de la prudencia, es de negar con aplomo, el indecible aplomo que caracteriza en su boca toda ofensa a la verdad, ese acto que no cesó de levantar contra ellos la unánime reprobación de los pueblos. Pero la jsuticia humana los sorprendió mil veces en la realidad de los hechos. Las páginas más irrecusables de la historia, las sentencias de los tribunales laicos más eminentes y las más inatacables actas de la Iglesia, responderán hasta el fin de los tiempos a las denegaciones del judío.
    Y cosa tan natural como digna de notar, esos hechos engendrados por una misma inspiración, una misma idea religiosa, se parecen de unamanera tan ostensible, que se observa que el intervalo de varios siglos no pudo alterar su fisonomía o modificar su carácter.


    Rohrbacher, cuya autoridad es considerable, escrutó el Talmud, investigó el asunto del crimen ritual judío en su Historia de la Iglesia, y opina así: “por encima de la ley divina, por encima de la Biblia, el judío coloca una ley humana, una ley rabínica: el Talmud. ESTE TALMUD, NO SOLAMENTE PERMITE A LOS JUDÍOS, SINO QUE LES ORDENA Y LES RECOMIENDA ENGAÑAR Y MATAR AL CRISTIANO CUANDO SE ENCUENTRA LA OCASIÓN”.


    Y tras citar extractos del Talmud y la opinión de un ex rabino converso, Rohrbacher concluye: “de acuerdo a esos principios de su Talmud y la enseñanza conforme de sus doctores, los judíos no pueden y no deben seguramente tener ningún escrúpulo al engañar y matar a los cristianos, del mismo modo como no tienen remordimientos de haber matado a Cristo.
    Según la moral talmúdica, sólo la prudencia puede obligarlos a abstenerse (Historia Universal de la Iglesia, t. XVI, pgs. 407-8).


    Rohling cita con referencias a personas que hicieron severos juicios al judío talmudista: Kant, Fichte, Herder, Schopenauer; Julián Schmidt, Menzel.
    Dice: “todos están de acuerdo en reconocer que la judería, según el Talmud, es un gran peligro para el pueblo cristiano, y que ninguna precaución sería bastante para prevenirles de ese peligro”.


    El dominicano R. P. Constant en su libro: Los Judíos Ante la Iglesia y la Historia (pg. 247): “El asesinato ritual está en posesión de todas las historias: en posesión de la historia de Francia con el niño San Ricardo; en posesión de la historia de Inglaterra con el niño San Guillermo, en la de España con el niño crucificado en Zaragoza: San Domingo, en la de Alemania con el joven Santo Werner de Wezel, de la de Italia con el niño San Simón de Trento, ...


    El autor cree haber establecido definitivamente:


    1º.- que el Talmud, Código moral considerado en Israel como superior a la Biblia y la Ley mosaica, incita al odio y desprecio del no judío y del cristiano particularmente, preconizando su inmolación como sacrificio a Dios.


    2º.- QUE HAY UNA ESOTÉRICA JUDÍA, DE TRADICIÓN ORAL, que preconiza el uso de la sangre cristiana en ciertas circunstancias, principalmente la confección de los ázimos.


    El martirio de un cristiano por un judío, en cualquier época del año, es un CRIMEN RITUAL del mismo modo que la inmolación en vista de los ritos sangrientos de Pascua pues la ritualidad del crimen no está ligada a la absorción de la sangre fresca o calcinada.


    ¿HAY QUE CREER QUE LOS JUDÍOS DEL MUNDO ENTERO INMOLAN, O ESPERAN LA OCASIÓN DE INMOLAR A UN CRISTIANO? NO. Está entendido en el Talmud, cuando preconiza el delito contra cristianos, que el crimen SOLO DEBE REALIZARSE SI HAY GARANTÍAS DE IMPUNIDAD.


    PARA EL JUDÍO, EL CRISTIANO ES UN ENEMIGO CUYA INMOLACIÓN ES SIEMPRE LAUDABLE, Y PARA EL JUDÍO EL PAN PERFECTO DE PASCUA ESTÁ ADICIONADO DE SANGRE CRISTIANA, AUNQUE DICHA ADICCIÓN NO SEA NECESARIA PARA LA CELEBRACIÓN DE LA FIESTA.
    ReynoDeGranada dio el Víctor.

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    Re: El Crimen Ritual Judío

    Serie : Los Crímenes Rituales Judíos


    Parte V : LOS HECHOS.


    LOS HECHOS.
    Ante los hechos y los testimonios de la Historia ¿Qué oponen los negadores del crimen ritual judío?:
    · Bulas Pontificias.
    · El Informe del Cardenal Gangalenlli, encargado de investigar en Polonia.
    · la ausencia de crímenes jurídicamente establecidos.
    · la no admisión de confesiones bajo tortura.
    · algunos errores menores en nombres toponímicos y/o fechas.


    También, y alguno casi en exclusiva, insultos, descalificaciones, improperios, etc. pero estos no hace faltar rebatirlos pues lo hacen por sí solos.


    Veamos uno por uno los contraargumentos:



    BULAS PONTIFICIAS:
    La más favorable a los negadores es la de Inocencio IV, del 25 de septiembre de 1253, que contiene este pasaje: “... Nos prohibimos de acusar también a los judíos de usar sangre humana en su rito, porque les es prescripto en el Antiguo Testamento no mancharse de sangre en general y no solamente de sangre humana”.

    Pues bien, el mismo Strach reconoce (pg. 140) que no está expresamente prohibido en la ley del Pentateuco consumir sangre humana.
    Pero las acusaciones no se basan en la Ley Mosaica, sino en el TALMUD y la tradicción oral, para los judíos ley prevaleciente sobre la anterior, y casi desconocidos para los católicos del XIII.

    Gregorio X no admite el testimonio de los cristianos, si no se encuentra entre ellos un judío también acusando. Sabia precaución para evitar la arbitrariedad de la que podía ser objeto una nación que se había vuelto odiosa, pero desde entonces ha habido numerosos casos de testimonios de judíos (incluyendo ex rabinos y doctores) contra los judíos.
    Martín V recomienda tratar a los judíos con humanidad y justicia.

    Paulo III recoge quejas de losjudíos que decían ser agredidos por crímenes imaginarios y los protege.

    Y esto es todo.

    Está fuera de toda duda que el papado intervino muchas veces en favor de los judíos.

    No es menos cierto que hizo quemar, reiteradamente, el Talmud.
    La Prompta Bibliotheca proporciona detalles sobre la destrucción de ediciones del Talmud por orden de diferentes Papas: Gregorio IX (1230), Inocencio IV (1244), Clemente IV, Honorio IX, Juan XXII, Julio III (1553), Paulo IV (1559), Pío V (1566), Gregorio XIII y Clemente VIII.

    No es menos cierto que beatificó y canonizó pequeños cristianos “cruelmente martirizados por los judíos por odio a la fe cristiana”.

    La Bula de Benedicto XIV “Beatus Andreas”: “André, del pueblo de Rynn, diócesis de Binxen, que no llegaba a los 3 años de edad, fue cruelmente asesinado por los judíos, por odio a la fe de Cristo, en el año 1462.
    … en el año 1475, un niño de Trento, que no tenía más de 3 años, el Bienaventurado Simón, fue muerto por los judíos en la última barbarie. Este crimen espantoso, habiendo provocado numerosos y muy grandes disturbios, y los judíos, por su parte, habiendo usado todos los medios para escapar de los justos castigos que habían merecido y alejarse de la justa cólera de los cristianos ...

    Pío VII, 24 noviembre 1805, confirmó un Decreto de la Congregación de Ritos (31 agosto) acordando a la Iglesia de Zaragoza, el oficio común de un mártir en honor del pequeño Domingo del Val, muerto por los judíos (1250) por odio a la fe cristiana.
    También confiere a la Iglesia de Toledo, el oficio del santo niño Cristóbal, de la Guardia, que fue crucificado por los judíos en 1490.
    En 1867 se autoriza por intermedio de la Congregación de Ritos el culto del pequeño Lorenzino de Marostica de la diócesis de Venecia.
    Otro Papa del XIX, Pío IX, felicitó y recompensó a Gougenot des Mousseaux, que había denunciado atrocidades rituales judías.

    La explotación de la mansedumbre pontificia de la Edad Media ha hasta el siglo XVI cumplió su ciclo.



    INFORME DEL CARDENAL GANGANELLI:
    Es un documento resultado de una encuesta hecha en Polonia en el XVIII, tiene el grave error, para la crítica, de apoyarse, precisamente en las Bulas Pontificias referidas antes y en oposición formal con los informes de los obispos de Luzk y de Kiev, cuya autoridad no podría ser disminuída por el hecho de que vivieron entre los judíos polacos incriminados.

    La crítica del cardenal parece bastante simplista.
    Hablando del crimen de Verona, donde un judío fue condenado y luego liberado por el Podestat, expresó: “en ese juicio de Verona, conscerniente al judío josé, se nota el buen sentido de los consejeros y la sabiduría del Podestat; pensaron que el crimen era inverosímil, ya que su religión les prohíbe a los judíos verter sangre”.

    De lo que podríamos deducir que no hay criminales en ningún país, pues en todas partes el asesinato está prohibido. Y es con estos argumentos y ese método crítico que pretenden silenciarnos.
    Pero resulta que Ganganelli quiere darnos una prueba decisiva. Escuchemos: “si queremos convencernos enteramente, tenemos una prueba negativa decisiva en favor de los judíos. Todos saben que la entrada de los judíos en Polonia tuvo lugar cuando fueron echados de España, y que antes de esa época no había de ellos ningún rastro en el páis.
    … dicho esto, no comprendo como de un cuadro que se pretende remontar más allá del siglo XV, se puede extraer una prueba convincente contra los judíos que en esa época no se encontraban aún en Polonia y, en consecuencia, no podían ser los autores de una acción que mereciera ser representada en un cuadro y expuesta sobre la fachada de la iglesia de Posen.
    He aquí el juicio de los hombres, con sus frecuentes errores

    Pero ese descubrimiento sensacional va a ser anulado, de un plumazo, por el mismo que produjo la consulta, Strack quien resalta: “eso es inexacto, los judíos son mencionados en Polonia ya en el XI pues no provenían de España sino de Alemania”.

    Retomamos la palabra de Ganganelli “prueba negativa decisiva” y devolverle su triunfal conclusión: errare humanum est.
    También podemos oponer al informe de Ganganelli los informes de las autoridades eclesiásticas de los círculos desde los que se habían elevado las acusaciones contra los judíos.


    LAS PRUEBAS JURÍDICAS:
    No hay duda de que cierto número de crímenes rituales han podido ser castigados por la justicia sumaria del pueblo, en la Edad Media no se era tan cuidadoso de la forma, así como los norteamericanos que, entre dos linchamientos de negros (o indios) lloran sobre la desgraciada suerte de los judíos de Rusia “víctimas de los odios de raza”.
    Pero también hay un respetable número de crímenes juzgados según los procedimientos en uso en el momento, mencionados por los cronistas de la época, a veces atestiguados por los monumentos e imágenes, registrados por los más seguros eruditos críticos, tales como los Bolandistas a los que des Mousseaux califica de príncipes de la certeza histórica. El que lo niegue puede también poner, con razón, en duda toda la Historia.
    Y también comprabamos que los crímenes están mejor establecidos, jurídicamente, cuanto más próximos son a nuestro tiempo.


    CONFESIONES Y TORTURA:
    Estaría de acuerdo en decir, con los contradictores, que no se puede hacer caso de confesiones arrancadas bajo tortura aunque no estoy muy convencido de la superioridad de la instrucción actual sobre la cuestión.
    Un “sí” o un “no” arracados bajo tortura no son convincentes. Pero cuando las confesiones recogidas son concordantes sobre los más pequeños detalles, aunque provienen, separadamente, de varios cómplices o cuando lo así obtenido trae el descubrimiento de indicios que son confirmados por las encuestas, solo queda inclinarse ante la veracidad de tales confesiones, con independencia del medio usado para obtenerlas.

    Tal es el caso en el crimen de Damasco, donde los restos del Padre Tomás fueron encontrados gracias a las indicaciones precisas de los asesinos. La tortura, por fuerte y duradera que sea no confiere poder de adivinación.

    Y ¿se incrimnará aún la tortura en los asuntos donde los judíos acusados han confesado crímenes anteriores sobre los que no estaban siendo interrogados ni acusados?


    LOS ERRORES:
    Ya vimos qué debe pensarse de algunos errores en nombres o fechas. Una mala ortografía toponímica, o una datación errónea, o un simple error tipográfico, no es legítimo que invalide todos los legajos, documentación y testimonios de un crimen. Máximo cuando los negacionistas de los crímenes caen en los mismos errores con el agravente de que sus conclusiones están basadas en errores groseros y mucho más manifiestos.

    Que se deba transcribir: Imm, Immus, o Immestar. Que el asunto de Blois haya sido en 1171 y no en 1071. Que los dos hechos ocurridos en Norwich sean en realidad uno como los de Munich ¿en qué afecta a la tesis y a la larga lista de crímenes borrada?
    ¿En qué la acusación de plagio puede menoscabar a los autores si las fuentes usadas son las mismas?
    ¿Acaso esas miserables argucias no prueban que los negacionistas son impotentes en su refutación?



    LOS HECHOS.
    Veamos rápido los crímenes rituales judíos anteriores al año 1.000.
    La crucifixión de un niño cristiano en Imsa (Antioquía), Desportes ubica en 413 y Baronius en 415 (Annales nº 40). También Baronius informa (nº 14) la compra y matanza cautivos de cristianos en 614.

    En la obra del Padre Damián Cornejo (Madrid, 1721) sobre la vida de San Francisco: Observaciones relativas a la muerte de un niño cristiano por judíos de Toledo.
    En el siglo XII se lee: “el demonio los había persuadido (a los judíos) de que, para que sus mujeres no corriesen ningún peligro en los partos, el único remedio era beber sangre de un niño cristiano, y como una tan destestable idea no podía realizarse en las regiones donde no existía la religión cristiana, y donde tenían sinagogas, así com en China y otros lugares, conservaban la sangre coagulada y endurecida, que reducían a polvo cuando querían tomarla, esa sangre era la más preciada droga que llevaban con ellos”
    Los Abogados de Israel, dirán: simple ¡Terapéutica!

    Norwich (1144): los judíos ataen a un joven cristiano de 12 años (San Guillermo) aprendiz de una curtiduría, lo amordazan y tras miles de ultrajes lo crucifican y perforan el costado, burlándose de la muerte de Cristo. Lo envuelven en una bolsa y lo llevan lejos de la ciudad con intención de quemarlo, pero sorprendidos lo dejan suspendido en un árbol.
    El crimen fue castigado y los restos del mártir recogidos y sepultados en una tumba, en la que se produjeron numerosos milagros (Bollandistes et Monumenta Histórica Germania).
    Algunos datan el acontecimiento en 1114, otros en 1137, la fecha 1114 es errónea pues el martirio ocurre durante el reinado de Esteban.
    Los refutadores se limitan a negar que el crimen tuviera carácter ritual. Pese a las múltiples heridas y crucifixión.

    Glocester (1160): Los judíos crucifican a un niño cristiano en los muros de Glocester (Monumenta historica).
    Strack ubica el acontecimiento en 1168. No hubiera cometido el error de haberse molestado en averiguar a qué fecha correspondía el año VI del reinado de Enrique II mencionado en la fuente.

    Blois (1171): Teobaldo, conde de Chartres, entrega a las llamas a varios judíos que habitaban en Blois,proque, en la solemnidad pascual, por odio a Cristo, habían crucificado un niño, lo habían encerrado en una bolsa y tirado al Loira. Comprobado el crimen fueron condenados al fuego, excepto los que abrazaron la religión cristiana (Rober du Mont).
    No hay más refutación que esa observación general y pueril, ya que no es cuestión de ázimos (Crimen no ritual, dicen, por cometerse en la época de la Pascua cristiana, no de la judía).

    Pontoise (1179): El pequeño Ricardo es inmolado por judíos en los subterráneos del castillo de Pontoise. Crucificado el niño de 12 años muere en medio de torturas sin fin, tras perder toda su sangre.
    Los restos del mártir fueron encontrados fueron llevados a París e inhumados en la Iglesia de San Inocencio (Champeaux), es honrado bajo el nombre de San Ricardo el 25 de marzo (Bollandistes, Actes des martyrs).

    El abate Vacandard, en este crimen, conmemorado por la Iglesia, reprocha a Desportes el haber invocado el testimonio de Robert Goguin, muerto en 1502, cuando hubiera sido interesante discutir un testimonio contemporáneo. Pero no puede ignorar que están los testimonios de Rigord y Guillaume l'Armoricain, historiadores y capellanes de Felipe Augusto.

    Londres (1181): los judíos inmolan al niño cristiano Rodbert cerca de la iglesia de Saint-Edmond, en vísperas de Pascua. El niño es inhumado en esta iglesia “donde se decía ocurrían gran número de milagros”
    Rorbacher cita el hecho según la Crónica del inglés Gervais y los Annales de la abadía de Martros.

    Braisne (1192): el 15 de las calendas de abril, un cristiano es inmolado por los judíos en el castillo de Braisne, a quince leguas de París. Los judíos, habiéndolo coronado de espinas, lo pasearon por las calles fustigándolo, para luego crucificarlo; todo esto con el permiso de Inés, damd de Braisne, condesa de Dreux, que les había entregado ese cristiano, so prtexto de que era convicto de homicidio y robo.
    Ante la indignación generada, Felipe Augusto, que regresaba de Tierra Santa, se dirige en persona a Braisne y en represalia quema a veinte judíos (Histoire des ducs et comtes de Champagne, 1. IV, 1º parte, pg. 72, París, 1865, de Arbois de Jubainville).
    Las represalias reales sugieren a Gougenot des Mousseaux estas reflexiones: “justicia atroz, o bárbara, venganza, pero venganza de un crimen que revela de una manera auténtica la fe, la conciencia religiosa de los culpables. Inés sostiene su inocencia porque quien ella entrega a esos fanáticos es un malvado; y esos miserables se deleitan entregándose, públicamente, a los deseos de su culto, renovando las escenas de la Pasión sobre un cristiano, porque su muerte, según sus cálculos, no debía atraer sobre ellos castigo alguno pues les era legalmente entregado”

    Pocos años después el rey, idnignado por los excesos judíos los expulsará de su reino.

    Wissenbourg (1220): en esta ocasión Desportes no da referencia. “En Alsacia, la muerte de San Enrique de Wissembourg, que tuvo lugar el 29 de junio de 1220, es señado como un hecho de autoría judía”.
    El autor ha tomado informacón de la carta que el Señor Cura de Wissemburg ha tenido a bien enviarle:


    Wissembourg, 19 de noviembre 1913
    Señor:
    Me apresuro a responder su carta de ayer para decirle que no existe ningún monumento conmemorativo de un crimen ritual en Wissenbourg.
    Si alguna vez lo ha habido, lo que parece fuera de toda duda, hace tiempo que ha desaparecido.
    Sin embargo puedo decirle sobre qué se basan los relatos de los historiadores. El cronista alsaciano Hertzog, que ha publicado su obra en 1592, cuenta que había en la abadía de Wissembourg (sin duda en la iglesia) una lápida bajo la cual reposaba un niño de 7 años, que según un cuadro en cartón suspendido en la reja que rodeaba la tumba, habría sido matado por los judíos en el día de San Pedro y San Pablo en 1270. Desparecido del campo de trigo que su padre le mandó guardar. El martes por la mañana se encontró su cuerpo el el Lauter, horriblemente maltratado: los judíos después de haberle inferido numerosas heridas, desangrado, puesto los pies y las manos en agua hirviendo, le habrían cortado la cabeza.
    Los padres y toda la familia acusaron a los judíos de la fechoría, y a fin de cuentas, siete judíos, de los cuales se cita los nombres, habrían sufrido el suplicio de la rueda …

    STEFFAU, cura de Wissembourg.



    Norwich (1235): siete judíos de Norwich son llevados ante el rey Enrique III, a Westminster, acusados de haber robado un niño cristiano, de haberlo escondido durante un año, con vistas a crucificarlo en el día de Pascua. Comprobada su culpabilidad, confesaron el hecho en presencia del mismo rey y fueron aprisionados “a fin de que el rey dispusiera a su gusto de sus vidas y de sus miembros” (Grande Chronique, traducida por Huillard-Breolles).

    Fulda (1235): según los Anales de Erfurth, los Cruzados degollaron a 34 judíos de ambos sexos porque dos de ellos habían asesinado traicioneramente, el día de Navidad, a cinco hijos (otros cronistas dicen 3) de un molinero que vivía fuera de las fortificaciones mientras sus padres se encotraban en la iglesia. Recogieron su sangre en vasos restañados con cera y habían incendiado la vivienda al irse.

    Según los Anales de Marbach, los judíos declararon haber recogido la sangre con un fin terapéutico. Siguiendo un método que más adelante habría de tener algún éxito, los judíos apelaron a la justicia ordinaria bajo Federico II, ganado por el oro, dice un contemporáneo, autor de un fragmento histórico que se encuentra a menudo con los manuscritos de la Crónica d eAlberto de Strasbourg.

    Los refutadores no parecen hacer gran caso de la sentencia del soberano, pero insisten en el uso de tortura par obtener confesiones. Todas las resoluciones de la justicia criminal de la época sufren la misma crítica. Sin embargo, no es la tortura la que ha sugerido a los judíos las indicaciones sobre el uso de la sangre.

    Londres (1244): un pequeño niño es martirizado por judíos, se le honra en la iglesia de San Pablo (Baronius, nº 42). Sobre el mismo hecho, Mathieu de París, informa de los siguientes detalles: en agosto de 1244, se encontraba en el cementerio de San Benito, el cuerpo de un niño que no había sido inhumado. En varios lugares llevaba caracteres hebraicos, también se veían sobre el pequeño cadáver rastros lívidos, manifiesto de las torturas que los judíos tienen por costumbre hacer padecer a los niños que quieren crucificar.
    Algunos conversos tradujeron los caracteres trazados sobre los miembros del niño, encontraron el nombre de sus padres (sin el de pila), leyeron que había sidovendido siendo muy niño a los judíos, pero no descubrieron ni a quien ni porqué … la salida clandestina y súbita de los principales israelitas de la ciudad hizo crecer la convicción de su autoría.

    Valreás (Vaucluse) (1247): es el negacionista Strack (pg. 225) quien presenta estse asunto como ventajoso para su tesis. No vacilamos en reproducirlo: “el 26 de marzo de 1247, el martes de la semana de Pascua, en Valreás desapareció la pequeña Meilla, de dos años de edad. Al día siguiente, se la encontró muerta en el foso de las fortificaciones, cubierta de heridas en la frente, manos y pies. La niñita había sido vista con anterioridad en la calle de los judíos y añade Strack, la tortura sirve de prueba.
    Que en lenguaje llano significa que la cuestión provocó la confesión de los judíos (de palabra, dice la demanda al Papa). Y hay que notar que las heridas constatas concuerdan con la coronación de espinas y la crucifixión.
    La adición de este caso a nuestras listas por los contradictores significa que pretenden extraer argumentos de las dos Bulas de Inocencio IV en respuesta a una demanda presentada por judíos, fieles a la táctica de apelar a la mansedumbre de una autoridad alejada de los juicios y la autoridad local mejor informada.
    Pero ¿hay en dichas Bulas una palabra que pruebe la inocencia de los judíos Valreás?
    La Bula enumera ante todo (según la demanda de los judíos de la provincia de Viena, las torturas espantosas -caso de no ser exageración- sufridas por los acusados, así como sus declaraciones de inocencia.
    Pero dice “... que si fueran verdaderos (los crímenes de los que se les acusan) no podrían y no debieran quedar impunes, ordenamos que si las cosas han ocurrido así, avisen al obispo, al condestable y a los demás, y los intimen a restituir a los judíos su antigua libertad, etc.”.

    En la segunda Bula, y tratando siempre la misma súplica judía, Inocencio IV ordena al arzobispo de Viena, someter al principio de legalidad todo lo que ha sido emprendido a la ligera contra los judíos: “... que no permitáis más que los judíos sean en los sucesivo arbitrariamente molestados por esas acusaciones u otras semejantes …
    Con lo que se ve claramente (implícitamente) que el Papa no tiene otro elemento de apreciación que la demanda judía y especifica, antes de prescribir medidas de protección, “si fuera así” es decir si los judíos dicen la verdad, si han sido arbitrariamente investigados y molestados.
    Es difícil adivinar qué argumento pueden extraer los negadores del crimen en general y del de Valréas en particular.

    Zaragoza (1250): el pequeño Domingo del Val es clavado a una pared por los judíos y tiene el costado abierto de un golpe de lanza (Blanca. Arag. Coment)
    Giovanni A. Lent ifnroma así del hecho: “la nación judía había llegado a admitir y practicar esta monstruosa creencia de que todohombre que robara furtivamente un niño cristiano y lo entregara para ser muerto era, por eso mismo, exceptuado de todos los trabajos e imposiciones, y eximido de todas las deudas que hubiera contraído
    Es así que Moisés Albay-Huzet se apoderó del joven Domingo del Val, de 7 años, y lo entregó a los judíos para ser crucificado. Lo clavaron contra una pared, y le perforaron el costado de un lanzazo.
    Ocurría en julio de 1250, agrega Desportes, así como lo indica la inscripción colocada sobre el cofre donde se conservan las reliquias del pequeño crucificado.

    La Croix (1913): con la firma de B. Sienne, recordando que esta víctima del crimen ritual figura en la ascendencia del cardenal Merry del Val, añade: “el culto del angelical niño es una de las glorias más queridas por la familia Merry del Val, y el secretario de Estado de Pío X posee un altar que le es consagrado.
    “Los Bollandistas, el 31 de agosto, documetnan el martirio del pequeño Domingo (sanctus Dominiculus, traducción latina del diminutivo español Dominguito) que se desempeñaba como monaguillo en la catedral de Zaragoza. Un judío, un tal Moyse de Albagu arrebató el niño y lo clavó en una cruz sobre la muralla, luego le tonchó la cabeza, enterró el cuerpo a orillas del Ebro.
    “una luz milagrosa hizo descubrir los restos del pequeño mártir. Este obtuvo de su asesino una venganza magnífica: Moyse de Albagu se convirtió a la fe cristiana”.
    Y la fiesta del pequeño Dominguito sigue siendo popular en Zaragoza (31 agosto).

    Lincoln (1255): hacia la fiesta de los Santos apóstoles Pedro y Pablo, los judíos de Lincoln (Inglaterra) se apoderaron de un niño de 8 años de nombre Hugo, y lo secuestraron. Y mandaron mensajeros a todas las ciudades de Inglaterra para rogar a las colonias judías que deleguen representantes para el sacrificio que se preparaba.
    “llegada la hora decidieron renovar en el pequeño Hugo, la Pasión de Jesús. Un juez fue designado para representar a Pilatos. Condenado, el niño fue flagelado hasta que perdió el conocimiento. Luego lo coronaron de espinas, lo cubrieron de salivazos y lo ultrajaron. Cada uno de los asistentes lo pinchó con la punta de un cuchillo; le obigaron a beber hiel. Toda la turba le gritaba: ¡Cristo, falso profeta!
    Cuando se cansaron de torturarlo e injuriarlo lo crucificaron y le perforaron el corazón con una lanza. Cuando el niño hubo expirado, lo desprendieron de la cruz, y, no se sabé porqué le arrancaron las entrañas.
    Fue la madre la que descubrió a la pequeña víctima y a los asesinos. Algunos vecinos habían visto a Hugo jugando con niños judíos, y entrar en casa de uno de ellos. La madre penetró en dicha vivienda y vio el cadáver en un pozo.
    El judío Joppin, en cuya casa había sido encontrada la víctima fue arrestado. Con la promesa de que escaparía a la muerte si revelaba toda la verdad, declaró que “casi todos los años los judíos crucificaban un niño para ultrajar en él al Cristo y que tras matar a Hugo les fue imposible enterrarlo pues todas las fosas habían rechazado, milagrosamente, el cadáver, y que, por desesperación lo habían arrojado a un pozo, y que todos los judíos de Inglaterra habían participado en ese crimen.
    Se arrestaron 91 judíos que fueron conducidos a Londres y encarcelados. 18 murieron en la horca, los otros sufrieron cárcel largo tiempo.
    Historiadores y poetas se ocuparon de este terrible drama” (H. Leclerq, Les Martyrs, V, p. 137 y sig) Bolladistas, julio, T. VI, p. 424; Mateo Päris y otros cronistas de la Edad Media)

    En este caso los refutadores no pueden siquiera apelar al recurso de incriminar la torutura. Seguro de morir, y por lo tanto, sin temer a las represalias judías contra los que revelan sus secretos, espontáneamente el judío Joppin (o Copinus) completa su declaración primera: “la muerte me amenaza y el Sr. Juan (de Lexington, guardia de sellos reales) no puede sustraerme a ella. Ahora le diré toda la verdad. Para la muerte de ese niño, de la que los judíos están acusados, casi todos los judíos de toda Inglaterra se habían reunido, y de todas las ciudades habían enviado diputados para asistir a la inmolación, como para el sacrificio pascual”.

    Londres (1257): este año los judíos inmolan un niño cristiano para cumplir sus sacfificio anual (Desportes, según Cluverius, pg. 541 de su Ephitome Historiae).

    Pforzheim (1261): en esta ciudad del Gran Ducado de Bade (Bollandistas, vol. II de abril, pg. 883) una niñita de 7 años es estrangulada por los judíos, luego es desengrada y tirada al agua.
    El abate Vacandard sitúa el hecho hacia 1267, sin dar alguna razón, aunque probablemente sean las de Strack que discute el hecho en su libro Das Blut, pero no hay ningún intento de refutación en su ligro Le Sang …

    Según Tomás de Cantimpre (Tomás Cantipratanus, De Ratione Vitae, lib. II, cap. XXIX) relata el asesinato de un niño de 8 años en esa localidad de forma brutal, tras amordazarlo le perforaron todas las articulaciones del cuerpo para extraerle la sangre y embeber en paños (lo habían extendido sobre varios sudarios) la restante.

    Northampton (1279): según Florent de Worcester (Chron, t. II, pg. 222) los judós crucifican un niño cristiano en medio de tormentos inauditos.
    La refutación de Strack se basa en reprochar al Osservatore Cattolico haber citado en francés el nombrte del autor consultado, lo que probaría que saqueó a Desportes. Fabuloso argumento contra la acusación de asesinato ritual, Sr. Strack ¿es cierto el crimen o no? Y cita el texto auténtido de Florent de Worcester, que parece aún más probatorio y claro al ser citado por un negacionista.
    Strack ve en el die Crucis Adoratae la fecha del 14 de septiembre, pero Vacandard, mejor informado en cuestiones de culto (es sacerdote) lo data en Viernes Santo.

    Mayence (1283): un pobre niño es entregado a los judíos por su ama y será muerto (Baronius, nº 61, Acta Colmar, Monument, t. XVII, pg. 210).

    Para no cansar al lector seguiremos nombrando lugar y fecha solamente:
    Munich (1285); Oberwezel (1287); Berna (1287); Colmar (1292); Crems (1293); Weissensee (1303); Praga (1305); Le Puy (1320); Annecy (1321); Uberlingen (1331); Munich (1345); Mesina (1347); Colonia (1347); Hagenbach (1380); Diessenhofen (1401); Turingia (1410); Rovensbourg (1429); Castilla (1454); Rynn (1462); Sepúlveda (1468); Trento (1475); Vicenza (1485); Ratisbona (1846); Guardia (1490); Tyrnau (1494); Waltkirch (1503); Poesing (1529); Sappenfeld (1540); Raw (1547); Vitow (1569); Punia (1574); Szydlow (1597); Caaden (1650); Vilna (1592); Podolia (1598); Verona (1602); Viena (1665); Metz (1669); Praga (1694); Zaslau (1749); Kiev (1753); Orkuta (1764); Zilah (o Tasnad) (1791);

    Pera (1789) : Bajo el reinado de Selim III, un joven griego fue encontrado en una casa alejada de Pera en momentos en que, colgado por los pies exhalaba su último suspiro. Sesenta judíos, convictos por ese crimen, fueron colgados en conjunto desde cables que colocaron en los bazares.
    Hasta el pueblo hizo en esta ocasión una canción popular, un lamento, me escribían en 1911, que los marineros del Bósforo cantaban aún recientemente”.

    Alepo (1810); Corfú (1812); Beyrut (1824); Damasco (1823); Antioquía (1826); Varsovia (1827); Hanna (1829); Grodno (1830); San Petesburgo (1831); Rodas (sin fecha precisa, tras el de Damasco); Vitepsk (1834); Iaroslaw (1835); Damasco (1840);

    Saratof (1852-1853): en corto lapso de tiempo hubo en la ciudad de Saratof varios episodios rituales bastante difíciles de distinguir con precisión, dado que los autores rusos que hablan de ello no mencionan las circunstancias, sólo aluden a hechos conocidos.
    A inicios de diciembre 1852, el hijo de un obrero de Saratof: Teófanes Cherstobitova, de 10 años salió hacia la escuela y no volvería más.
    En enero 1853, en circunstancias misteriosas, se conoció la desaparición de otro niño de 11 años: Miguel Maslov, hijo de un campesino.
    El 4 de marzo 1853, tras deshelarse el río, se encontraron los dos pequeños cuerpos al borde del Volga, completamente cubiertos de heridas.
    Ocho años después, los judíos Schliffermann y Fedor Zourlof, convictos de estos crímenes fueron condenados a 20 y 18 años de trabajos forzados en las minas por el Senado, por “haber matado a dos niños cristianos y haberles hecho sufrir martirio”.

    Enniger (1860); Zboro (1875); Tallya (1879);

    Steim-am-Anzer (1878, 1879, 1880, 1881): desaparecieron esos años, precisamente antes de la Pascua judía, cuatro jóvenes mujeres, una tras otra, dos mucamas cuyos padres vivían en el campo, la hija de un pobre zapatero y la niñita de 8 años del cochero de un judío.
    Nunca se encontraron los restos ni hubo más rastros. La justicia simplemente pudo informar los casos.

    Piros (1879); Koutais (1879), Rava (1879); Esmirna (1880); Balata (1882); Alejandría (1881); Constatinopla (1883); Lutzca (1881); Tizsa-Esslar (1882); Mit-Kamar (1885); Breslau (1888); Xanten (1891); Polna (1899); Konitz (1901); Nazareth (1908); Bucarest (1911); Tchesme (1913); Kiev (1911-1913);


    El autor añade además, varias tentativas de secuestro frustradas, casos en que la víctima no fue asesinada pero sí le extrajeron sangre, y numerosos casos, especialmente durante la publicación de estos estudios en la Revue Internationale des Sociétes Secretes, de cartas y testimonios de testigos presenciales sobre prácticas judías.

    Ejemplo:
    Carta fechada en Marsella 10 noviembre 1913:

    Señor:
    Sigo atentamente los debates del proceso de Kiev.
    La declaración del archimandrita Ambrosius del 27 de octubre me recordó un asesinato cometido durante febrero de 1909, siendo víctima una niña de 8 años cuyo cuerpo fue encontrado tirado contra el muro de las Refinerías de azufre reunidas, en medio del lodo y de la basura amontonada a lo largo de esa pared (barrio de la Capelette).
    La niña mostraba debajo del mentón, de cada lado de la nuez de la garganta, dos heridas penetrantes que dejaban ver la arteria de la tráquea; estas heridas parecían haber sido hechas con un instrumento puntiagudo y filoso.
    El informe del forense señaló que María Blanco presentaba 45 heridas por quemaduras, de las cuales 22 en el abdomen y 23 en la parte superior de las piernas, de estas 45 llagas, 5 del vientre eran como arañazos, de 22 cms de largo x 8 mms de ancho la más importante.
    Sobre el rostro y las regiones laterales del cuello tenía una escoriación producida por los dedos. Las llagas de las quemaduras tenían los bordes negruzcos, dejando entrever que el instrumento del verdugo fue un atizador.
    La víctima no fue mancillada en el sentido ordinario de la palabra; sino que ese atentado fue simulado para hacer creer que era una víctima de violación.
    También hace notar que la arteria de la tráquea fue respetada alargando así la agonía mientras la sangre corría.
    Nunca se descubrieron los autores del crimen pero la gente versadas en estos hechos de ciertas sectas judías, vieron en ese asesinato un crimen ritual.
    El abandono de la víctima en un lugar horrible, la tortura, la extracción de sangre, la fecha del crimen (antes de Pascua), todos son datos significativos considerando además que el número de heridas, 45, es el mismo que el del caso de Kiev.
    No puede asegurarse nada a falta de otras pruebas.
    En Marsella hay una pequeña colonia judía, procedente de Odessa donde sufrieron un progrom y considerando que estas prácticas son principalmente hechas por judíos orientales, el crimen abre perspectivas a todas las hipótesis.
    Todos los datos conocidos pueden encontrarse en el Petit Marseillais, del 15 al 20 de febrero 1909.


    EL DESTINO DE LOS LIBROS SOBRE EL CRIMEN RITUAL.
    Es constante la pretensión de Israel de prohibir toda disucsión sobre el Crimen Ritual, toda discusión libre e imparcial.
    Esta fobia ha resultado en el BOICOT DE LOS LIBROS SOBRE LA MATERIA … leáse de sus autores. Se puede prever el momento en que los judíos no tendrán más ni esa preocupación: UN AUTOR ANTISEMITA NO ENCONTRARÁ MÁS EDITOR.
    Nuestros contemporáneos son presa de una especie de terror supersticioso cuando se pronuncia delante de ellos la palabra judío, y sólo pensar en participar en la edición de una obra reveladora de la mentalidad judía los enloquece como si su casa temblara súbitamente sobre su base.

    Una primera prueba de ese terror nos es suministrado por el Intermédiaire des Chercheurs et des Curieux, del 20 de noviembre de 1913. Esta es, esencialmente, una publicación neutra, redactada por sus lectores que pertenecen a todos los matices políticos y a todas las escuelas filosóficas.
    Allí pueden darse todas las opiniones, todas las discusiones tienen lugar, todas … SALVO LAS OPINIONES Y LAS DISCUSIONES SOBRE CRÍMENES RITUALES.

    Ya anoté cómo la intervención de un médico judío interrumpió un debate sobre la cuestión hace unos 10 años, en esa muy interesante publicación que dirige con autoridad, y con segura erudición, uno de nuestros más distinguidos colegas.

    En el número del 20 de noviembre último, a proposito del insidioso trámite de lord Rotschild ante el Vaticano, un corresponsal reclamaba la fecha y el texto de la Bula de Inocencio IV, perdiéndose en consideraciones anodinas y casi pueriles sobre el crimen ritual.
    La dirección añadió esta observación: la cuestión está planteada con prudencia, sin pasión: tiene un objetivo preciso: el conocimiento del texto de la bula de Inocencio IV: evitaremos toda controversia que se aparte de esta premisa.

    Tomemos a los franceses individualmente: no hay uno, cualquiera que sea su condición, que soporte que se le prohíba tal o cual tema de conversación; pero, la COLECTIVIDAD ADMITE MUY BIEN QUE LOS JUDÍOS LES PROHÍBAN PONER LA NARIZ EN SU MORAL Y SU HISTORIA.

    Hay textos que instituyen la libertad de palabra y la libertad de escribir: eso debe bastarle al buen ciudadano …
    Ese terror que inspira la vindicta judía ha tomado proporciones insospechadas. Acabo de confirmarlo de forma muy curiosa.
    Deseoso de reunir en un volumen estos estudios, me dirigí a algunos editores de los que recibí más o menos el siguiente comentario: “le editaremos todo lo que Ud. queira, pero ¡no aquello, no aquello! ...”
    Sí, compendo muy bien, les contesté a cada uno: Uds. son como millones de franceses que esconden el rostro entre las manos y se tapan los oídos con los dedos cuando sehabla de los judíos ante ellos, tal como si evocara al diablo.

    Hay un hecho constatado en el tiempo si por un azar ALGUNA OBRA SOBRE LOS JUDÍOS (en genral) O EL CRIMEN RITUAL (en particular) LOGRAN APARECER EN PÚBLICO, SIEMPRE DESAPARECEN RÁPIDAMENTE.

    Lo que constata el pasaje de la carta del secretario del obispo de Trento a Desportes, a continuación de una biografía sobre el asesinato del Bienaventurado Simón: “esas obras son muy escasas, y casi se podría decir que sólo existen en las bibliotecas que no prestan los libros a nadie”.

    Drumont hizo la misma observación sobre el libro del rabino convertido a monje del siglo pasado: “el destino de ese libro es completamente singular, aún para los que conocen el cuidado que ponen los judíos en hacer desaparecer todo lo que puede esclarecer la opinión de la gente con respecto a ellos. Publicado primero en 1803 en lengua moldava, fue traducido al griego moderno por Jean de Giorgio, y al árabe por los Orientales, quienes por ser víctimas seculares de los judíos se interesan en la cuestión semítica mucho más de lo que suponemos. Vuelto a imprimir varias veces en Rumania, Constantinopla y otras ciudades de Oriente, SIEMPRE DESAPARECIÓ”.

    Desportes constató la sofocación del libro de Achille Laurent: Relation Historique des Affaires de Syrie: “absorbido por el oro judío, este monumento histórico ha desaparecido casi completamente, sólo se encuentran algunos raros ejemplares en lugares no accesibles para Israel. Traducido al italiano y varias veces reeditado del otro lado de los montes, siempre se encontró la misma perserverancia en hacerlo desaparecer”.

    Etc. etc. etc. ….
    Última edición por donjaime; 31/12/2015 a las 13:37
    ReynoDeGranada dio el Víctor.

  6. #6
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    Re: El Crimen Ritual Judío

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    Serie : Los Crímenes Rituales Judíos




    Parte VI : CONCLUSIÓN.


    CONCLUSIÓN.

    Cuando se quiere discutir a propósito del crimen ritual con lógica y equidad, en primer lugar hay que descartar del debate todo lo que sea protestas y alegatos judíos, por varias razones:

    PRIMERA: porque nadie debe ser juez y parte al mismo tiempo.

    SEGUNDA: porque las leyes talmúdicas, su moral y ley, les enseñan que es un deber engañar a los Goyms cuando el interés de la nación judía está en juego, y particularmente en este tema de debate.

    Desde el punto de vista documental, conviene descartar, resueltamente y a priori todo argumento sacado de las leyes mosaicas, por dos razones:

    Primera: que son leyes secundarias, casi olvidadas, y hasta anuladas por las que les son contradictorias del Talmud al que los judíos proclaman su código moral.
    Segunda: aunque las leyes mosaicas aún son comentadas y discutidas actualmetne por los doctrinarios de Israel.

    Si se abren ejemplares de l'Unierse Israélite de julio y agosto de 1913, se encontrarán largas discusiones sobre las leyes dietéticas de Moisés, sobre las dos prohibiciones fundamentales en materia alimentaria: “nebela” y “terepha”, sobre la extensión progresiva de las prohibiciones mosaicas del terepha, etc.

    Las prescripciones más generalmente admitidas son objeto de vivas discusiones. Si se quiere tener una idea de la multitud de prescripciones relativas a la alimentación judía, ábrase el Rituel du Judaisme, por A. Nievasky, ministro del culto israelita de Orleáns (esta calificación podría originar un gran debate porque los judíos ortodoxos demostrarán que no hay culto judío, que no puede haberlo, y que un rabino no es de ninguna manera un minsitro de cultos).

    Abrase luego Harmonie de l'Eglise et de la Synagogue, por el rabino convertido Drach y se leerá: “todas las carnes, AÚN EL CERDO, ESTÁN PERMITIDAS A LOS JUDÍOS de acuerdo al Tzaêma-Ur-êna, el libro judío más popular de nuestras comarcas”.

    Y está confirmado por Maimónides, para las tropas judías que invaden los países de los Goyms. Según como se consideren los judíos aquí o allá, como en campaña de guerra o en país conquistado, gozarán de un menú diferente.


    Pero dejemos esas sutilezas que tanto complacen la rabulistica judaica y dejemos que el erudito y piadoso judío Jacques Bahar afirme (Le Phare, 23 noviembre 1901, sic): “para los judíos de Francia, los tiempos han llegado desde 1791 y 1807, y es Napoleón que fue su Mesías. Por lo tanto, desde esa época tienen derecho a comer cerdo”.

    Finalmente, dejemos las leyes mosaicas en el venerable polvo a donde fueron relegadas por el Talmud y los rabinos.

    Aunque la ley mosaica fuese la ley, sería una audacia intelectual inconcebible atreverse a una oposición: “un judío no puede cometer tal crimen, puesto que la ley lo prohíbe” (argumentos de este nivel es como decir que no hay ladrones en ningún lugar del mundo porque en todos los países está prohibido robar) pero además la ley mosaica en la actualidad está en desuso y está totalmente reemplazada por el Talmud como reconocen los propios judíos.

    Por tanto nos ocuparemos solamente del Talmud y la TRADICIÓN ORAL. Por tanto renunciamos a toda refutación del Pentateuco pues no aceptaremos testimonios que no pueden ser opuestos de forma válida.

    Y para dejar de lado completamente el terreno del sofisma y de la argucia distinguiremos dos categorías de crímenes rituales:
    1º.- los que son cometidos para obtener sangre con vistas a los ritos de la Pascua, y que generalmente, no necesariamente, son ejecutados en proximidades de esas fechas.
    2º.- los que sólo tienen por objeto la tortura e inmolación de un cristiano por el simple ODIO A CRISTO y la fe en Él.

    Pero ¿Admitiremos como otros autores que esos crímenes son cometidos únicamente por sectas fanáticas? Por lo tanto sería injusto cargar la responsabilidad de esos actos a todo el judaísmo.

    NO, ROTUNDAMENTE NO. Pues hacer esa concesión implicaría reconocer que el Talmud no incita, no prescribe la inmolación del cristiano en todas las circunstancias, o que ese Talmud no tiene autoridad alguna sobre Israel. Es la demostración contraria a la que hemos hecho IRREBATIBLEMENTE.

    Y por oro lado, esa tesis lenitiva es desementida por los mismos judíos que afirman su SOLIDARIDAD y se levantan en masa en todo el mundo cada vez que se produce una acusación de CRIMEN RITUAL.

    La verdad es que el rito sangriento de la Pascua parece un poco caído en desuso entre las naciones civilizadas por múltiples razones.
    La prudencia, pues la impunidad no está garantizada (a veces) por lo que es preferible aprovisionarse en lejanía para los amantes del pan sangriento.

    Que el rito sangriento de la Pascua, aunque estuviera comprobado en el Talmud, no está prescrito* sino que DERIVA DE LA TRADICCIÓN ORAL DE LOS RABINOS y que pueden y deben dejar de enseñar en los países donde el judío no podría obedecerlo sin poner en peligro al propio Israel.

    *Nota: en sus números de 20 diciembre de 1913 y subsiguientes, La Bastille analiza un libro donde los judíos frankistas (anti talmudistas) pretenden establecer que el rito sangriento de la Pascua está explícitamente prescrito por el Talmud. El debate queda, por tanto, abierto en ese punto. El autor sólo quiso hacer uso de premisas ciertas a la hora de escribir.

    Nos encontramos ante el INCUESTIONABLE Y TRIPLE TESTIMONIO: de los Textos, de las Personas, y de los Hechos.



    TESTIMONIO DE LOS TEXTOS:
    Los textos, que no hay que buscar en las ediciones ahora expurgadas sino en vesiones originales, son formales y no pudieron ser discutidos. No se puede cuestionar que el Talmud prescribe la inmolación del goy, como un sacrificio agradable a Dios, cada vez que las circunstancias permiten descontar la impunidad.

    En este punto invocar las prescripciones relativas al amor al prójimo, es argumentar miserablemente, puesto que está dicho, explícitamente, que EL PRÓJIMO, PARA UN JUDÍO, ES SOLAMENTE OTRO JUDÍO, NO EL GOY, el extraño, el idólatra -y en esta última categoría figura en primera línea el cristiano- que no es más que semilla de ganado.

    Únicamente hay un texto que podría oponerse a las odiosas prescripciones talmúdicas, y nadie que yo sepa, pensó en producirlo, ya sea que los Abogados de Israel hayan tenido una idea demasiado vaga en el conocimiento de su expediente, ya sea que hayan tenio solamente poca confianza en el valor de dicho argumento.
    Si es ignorancia, están demasiados desprovistos para que dudemos en regalarles este arma … de dos filos.
    El texto es la declaración de los judíos reunidos por Napoleón (7 agosto 1806) en asamblea preparatoria al Gran Sanhedrím de 1807: “hoy día en que los judíos ya no forman una nación pero que tienen la ventaja de etar incorporados en la gran nación, lo que consideran como una redención política, no es posible que un judío trate a un francés, que no es de su religión, en forma diferente a como lo hace con uno de sus correligionarios

    Pero hay que hacer notar:
    1º.- que el texto sólo inmunizaría a los franceses contra los dictámenes del Talmud.
    2º.- que dicha asamblea no tenía ninguna autorización para hablar en nombre del judaísmo universal ni para reformar el código moral y religioso.
    Habría muchas otras conclusiones que sacar, y muy interesantes, pero ¿para qué? Si los negadores no la consideran.

    Por tanto, el Talmud queda integral, intangible, con su despiadada requisitoria contra el no judío.


    TESTIMONIO DE LAS PERSONAS.
    No es menos decisivo, y esta vez, como el testimonio de los hechos, en lo que concierne a las dos categorías de crímenes.

    ¿Quién puede revocar los testimonios concordantes de todos esos judíos acusados, algunos en manos de la justicia, otros sin ninguna reducción de sentencia en vista, o los que están indultados, que llegaron a develar crímenes anteriores a los juzgados y de los que no estaban acusados, denunciando móviles que los hicieron actuar, o vanagloriándose del crimen cometido “por el bie de la Comunidad”?

    ¿Cómo destruir el testimonio, concordante, de esos rabinos convertidos o no*, revelando el Misterio de la Sangre, traduciendo y comentadno los textos del Talmud más virulentos contra los Goyms?

    * Durante el proceso de Damasco, se hicieron traducciones de los textos talmúdicos por el rabino Abou-el-Afieh, convertido al islamismo; sus traducciones fueron certificadas conformes por el rabino fiel Yakoub-el-Antabi.


    TESTIMONIO DE LOS HECHOS.
    Probablemente el testimonio mas probatorio por su analogía, inmutable, a través de los siglos.
    Hay entre 150 y 200 crímenes bien documentados pero ¿Cuántos hay ignorados? Aunque estén firmados con el nombre de sus autores.
    ¡Firma falsa! Exclamaran los Abogados de Israel siempre que los judíos no fueron sorprendidos in fraganti, cuando la impunidad de los culpables les permitió escapar.
    “Es una firma falsa y se simularon las circunstancias de un cirmen ritual para inculpar a los judíos”
    ¡Esos muy cristianos autores rechazan creer a los judíos capaces de las atrocidades con que esos mismos autores acusan a los cristianos!

    Pero veamos las conclusiones de nuestros mayores:

    GOGENOT DES MOUSSEAUX:
    Esas inmolaciones realizadas por los judíos, francamente ortodoxos, SUCEDIERON EN TODOS LOS SIGLOS. LA LEY RELIGIOSA DEL TALMUD SE LAS IMPONE COMO UN DEBER Y LAS CONSIDERA UN MÉRITO … SU COSTUMBRE, basada en la prudencia, es negar con aplomo, este acto que no deja de levantar contra ellos la reprobación unánime de los pueblos.
    Aunque la justicia humana los ha sorprendido mil veces en el hecho, las páginas más incuestionables de la Historia, las sentencias de los tribunales laicos más eminentes, y las más inatacables actas de la Iglesia, responderán hasta el fin de los tiempos a las audaces y persistentes negaciones judías.

    EDOUUARD DRUMONT:
    La escuela histórica francesa, una vez más, pasó al lado de todo aquello sin verlo, a pesar de los nuevos métodos de investigaciones que pretende haber inventado. Se detiene, tontamente, ante calabozos, que según Villet-le-Duc, eran letrinas, ante los in pace que eran sótanos: no entró en ese sacrificarium misterioso, en ese gabinete más sangriento que el de Barba Azul, en donde duermen exangües y con las venas vacías las víctimas infantiles de la superstición semítica.
    … en todo caso EL ODIO HACIA CRISTO, HACIA EL CRISTIANISMO, HACIA EL CRUCIFIJO, HACIA EL RELIGIOSO, ha quedado tan activo como lo fue siempre.
    El estudio psicológico no sería menos interesante que el histórico … si los sabios, por buenas razones, no se obstinaran en evitar todas estas cuestiones y en presentarnos ahora como antes, a un judío convencional que no tiene nada que ver con el judío real.

    HENRI DESPORTES:
    Es cierto. La creencia de que los judíos matan a los pequeños cristianos, recogen con cuidado su sangre preciosa, hacen con ella un horrible brebaje y fabrican remedios monstruosos, esta creencia no es una “fábula ridícula de la Edad Media”; es ahora la voz severa y grandiosa de la Historia que se eleva para proclamar a los cuatro vientos los crímenes incalificables nacidos de sus costumbres sublevantes.
    Pero “costumbres” no es un vocablo adecuado, lo suficientemente fuerte, sino que: ES SU LEY.

    DR. CORRE (científico considerado objetivo, en su obra: Le meutre et le Cannibalisme Rituels):
    Ante el despertar inesperado del Antisemitismo, se exhumaron los archivos de la historia y se recogieron ejemplos indignantes de atentados fanáticos de ayer.
    Algunos los negaron sin examen: eso es una culpa y otros lo entendieron solamente como argumentos de ataque a una raza: no tuvieron razón.
    Hay que encarar el asunto desde más arriba, y desprenderse de todo espíritu partidista, estudiarlo de un modo más general, desde el punto de vista de la perpetuación de la sobrevivencia de costumbres muy antiguas, al principio de la humanidad actos loables, honradas en la colectividad todavía reducida a nociones de derecho muy intrínsecas; más tarde convertidas en peligrosas, criminales, porque quedaron como manifestaciones de egoísmos particulares, de antialtruismos intensivos en el seno de sociedades en curso de transformación o ya transformadas.

    Quiero aludir al crimen ritual y a ciertos fenómenos de naturaleza análoga, pero más individualizados, que reaparecen de tanto en tanto en nuestra Europa civilizada, etc.
    … sin embargo, el rastro de los sacrificios humanos es incuestionable. Su práctica, entre los antiguos judíos, no tenía el carácter de un rito religioso, ortodoxo, peo tenía ese carácter de acuerdo a las tradiciones populares … El Talmud es muy rico en textos en donde el israelita desahoga su odio contra el extraño y traiciona el lado estrecho de su espíritu.

    Una observación sobre el testimonio de este sabio, pues el Dr. Corre conoce el Talmud y sus incitaciones, no debió hablar de costumbre, sino de LA LEY.

    ROHRBACHER:
    POR ENCIMA DE LA LEY DIVINA, POR ENCIMA DE LA BIBLIA, EL JUDÍO SOBREPONE UNA LEY HUMANA, RABÍNICA, EL TALMUD. PERO EL TALMUD NO SOLAMENTE PERMITE AL JUDÍO SINO QUE LE ORDENA Y RECOMIENDA ENGAÑAR Y MATAR AL CRISTIANO SIEMPRE QUE TENGA OCASIÓN.

    Tras citar extractos del Talmud y la opinión de un rabino converso, Rohrbacher añade: “según esos principios de su Talmud y la enseñanza conforme de sus doctores, los judíos no pueden y no deben sentir escrúpulos al engañar o matar cristianos, de la misma manera como no sienten ni arrempetimiento ni remordimiento por haber matado a Cristo.
    De acuerdo con la moral talmúdica, solamente la prudencia puede obligarlos a abstenerse.

    ACHILLE LAURENT:
    Si los judíos son inocentes de tantos asesinatos cometidos en tan distintas épocas, en países tan distantes y diferentes, pero de los cuales fueron constantemente acusados, hay que considerar entonces que son dignos de lástima por haber sido víctimas de injustas acusaciones.
    Al contrario, si usan efectivamente sangre humana en algunas de sus prácticas religiosas, así como los numerosos documentos reunidos parece demostrar, todos los cristianos indignados, no deerían exclamar como lo hace el Sr. Crémieux en el undécimo párrafo de su nombrada carta del 7 de Abril de 1840: “... si la religión judía ordena de esa manera el asesinato y el derramamiento de sangre humana, levantémonos en masa, judíos filósofos, cristianos, musulmanes; suprimamos, aún en los hombres que lo practican, ese culto bárbaro y sacrílego, que coloca al homicidio y al asesinato en el rango de las prescripciones divinas”.

    No, no haremos ese rasgo del “increíble aplomo judío” ya que los judíos filósofos no se levantarían. Los judíos sólo son filósofos, en el sentido que le da Crémieux, en la religión de los demás.

    L. RUPERT (erudito autor de L'Eglise et la Synagogue):
    Cuando se considera el encadenamiento de estos hechos, es imposible no mirar como un acto de verdadero cristianismo, por no decir un acto heróico, la paciencia que deja vivir a un tal pueblo entre las naciones cristianas, en lugar de apartarlo de toda sociedad, y de relegarlo a las tierras inhabitadas de Oceanía o a los desiertos del África.
    Contra todos estos hechos, ¿qué pueden probar las invectivas y amenazas? ¿qué prueban los gritos y las declamaciones vanales que resuenan en las bóvedas de algunos Parlamentos, con el fin de arrancar un voto favorable a la sinagoga ávida de dominación y de opresión? …

    REVERENDO PADRE CONSTANT:
    Para terminar, repetimos la conclusión del R. P. Constant, dominicano, en su libro Les Juifs Devant l'Eglise et l'Histoire: “El asesinato ritual está en posesión de todas las Historias: en posesión
    de la Historia de Francia con el niño San Ricardo,
    en la de Inglaterra con el niño San Guillermo,
    en la de España con el niño crucificado en Zaragoza, San Dominículo,
    en la de Alemania con el joven San Werner de Wezel,
    en la de Italia con el niño San Simón de Trento”.

    Y el eminente religioso constata: “en dieciséis constituciones pontificias que hemos colocados entre las piezas justificativas, se hace mención quince veces, en prpios términos, de la PERFIDIA JUDÍA.

    NO dejemos que se diga, NO CONCEDAMOS que el CRIMEN RITUAL JUDÍO puede ser el hecho de sectas fanáticas o de individualismos aislados:
    PROVIENE DE LA TRADICIÓN ORAL O DE LA LEY, DE LA ENSEÑANZA SAGRADA POR EXCELENCIA: DEL TALMUD.

    No nos dediquemos a esos vanos y pueriles ejercicios retóricos de invitar a los judíos a unirse a nosostros para conseguir la abolición de tan abominables prácticas: no podrían hacerlo lealmente, sólo renegando del CÓDIGO inmoral que es la piedra basal de su poderío*.
    NO LES PIDAMOS QUE SE DESOLARICEN DE LOS CRÍMENES DEL PASADO, PUESTO QUE ELLOS SABEN QUE LOS MISMOS CRÍMENES SE REPETIRÁN MAÑANA, QUE NO PUEDEN NO REPETIRSE, QUE LAS MISMAS CAUSAS PRODUCIRÁN LOS MISMOS EFECTOS, QUE LA IMPLACABLE LEY DEL ODIO, LA ORDEN DE INMOLACIÓN, AÑADIRÁ FATALMENTE EN EL PORVENIR NUEVOS CADÁVERES A LOS OSARIOS DEL FANATISMO JUDÍO.

    A la luz de los textos y de los hechos, los menos prevenidos deberán juzgar que los antisemitas quedan en buen camino en sus reivindicaciones de orden nacional. Estimarán que una nación que tiene tales leyes, a las cuales obedece, debería estar desterrada de la Humanidad.

    *Nota: es obvio señalar que el judío no puede renegar del Talmud puesto que este es su expresión y no al revés. La educación talmúdica tiene como objetivo precisamente la afirmación de sus características raciales.
    ReynoDeGranada dio el Víctor.

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