Serie : Los Crímenes Rituales Judíos




Parte VI : CONCLUSIÓN.


CONCLUSIÓN.

Cuando se quiere discutir a propósito del crimen ritual con lógica y equidad, en primer lugar hay que descartar del debate todo lo que sea protestas y alegatos judíos, por varias razones:

PRIMERA: porque nadie debe ser juez y parte al mismo tiempo.

SEGUNDA: porque las leyes talmúdicas, su moral y ley, les enseñan que es un deber engañar a los Goyms cuando el interés de la nación judía está en juego, y particularmente en este tema de debate.

Desde el punto de vista documental, conviene descartar, resueltamente y a priori todo argumento sacado de las leyes mosaicas, por dos razones:

Primera: que son leyes secundarias, casi olvidadas, y hasta anuladas por las que les son contradictorias del Talmud al que los judíos proclaman su código moral.
Segunda: aunque las leyes mosaicas aún son comentadas y discutidas actualmetne por los doctrinarios de Israel.

Si se abren ejemplares de l'Unierse Israélite de julio y agosto de 1913, se encontrarán largas discusiones sobre las leyes dietéticas de Moisés, sobre las dos prohibiciones fundamentales en materia alimentaria: “nebela” y “terepha”, sobre la extensión progresiva de las prohibiciones mosaicas del terepha, etc.

Las prescripciones más generalmente admitidas son objeto de vivas discusiones. Si se quiere tener una idea de la multitud de prescripciones relativas a la alimentación judía, ábrase el Rituel du Judaisme, por A. Nievasky, ministro del culto israelita de Orleáns (esta calificación podría originar un gran debate porque los judíos ortodoxos demostrarán que no hay culto judío, que no puede haberlo, y que un rabino no es de ninguna manera un minsitro de cultos).

Abrase luego Harmonie de l'Eglise et de la Synagogue, por el rabino convertido Drach y se leerá: “todas las carnes, AÚN EL CERDO, ESTÁN PERMITIDAS A LOS JUDÍOS de acuerdo al Tzaêma-Ur-êna, el libro judío más popular de nuestras comarcas”.

Y está confirmado por Maimónides, para las tropas judías que invaden los países de los Goyms. Según como se consideren los judíos aquí o allá, como en campaña de guerra o en país conquistado, gozarán de un menú diferente.


Pero dejemos esas sutilezas que tanto complacen la rabulistica judaica y dejemos que el erudito y piadoso judío Jacques Bahar afirme (Le Phare, 23 noviembre 1901, sic): “para los judíos de Francia, los tiempos han llegado desde 1791 y 1807, y es Napoleón que fue su Mesías. Por lo tanto, desde esa época tienen derecho a comer cerdo”.

Finalmente, dejemos las leyes mosaicas en el venerable polvo a donde fueron relegadas por el Talmud y los rabinos.

Aunque la ley mosaica fuese la ley, sería una audacia intelectual inconcebible atreverse a una oposición: “un judío no puede cometer tal crimen, puesto que la ley lo prohíbe” (argumentos de este nivel es como decir que no hay ladrones en ningún lugar del mundo porque en todos los países está prohibido robar) pero además la ley mosaica en la actualidad está en desuso y está totalmente reemplazada por el Talmud como reconocen los propios judíos.

Por tanto nos ocuparemos solamente del Talmud y la TRADICIÓN ORAL. Por tanto renunciamos a toda refutación del Pentateuco pues no aceptaremos testimonios que no pueden ser opuestos de forma válida.

Y para dejar de lado completamente el terreno del sofisma y de la argucia distinguiremos dos categorías de crímenes rituales:
1º.- los que son cometidos para obtener sangre con vistas a los ritos de la Pascua, y que generalmente, no necesariamente, son ejecutados en proximidades de esas fechas.
2º.- los que sólo tienen por objeto la tortura e inmolación de un cristiano por el simple ODIO A CRISTO y la fe en Él.

Pero ¿Admitiremos como otros autores que esos crímenes son cometidos únicamente por sectas fanáticas? Por lo tanto sería injusto cargar la responsabilidad de esos actos a todo el judaísmo.

NO, ROTUNDAMENTE NO. Pues hacer esa concesión implicaría reconocer que el Talmud no incita, no prescribe la inmolación del cristiano en todas las circunstancias, o que ese Talmud no tiene autoridad alguna sobre Israel. Es la demostración contraria a la que hemos hecho IRREBATIBLEMENTE.

Y por oro lado, esa tesis lenitiva es desementida por los mismos judíos que afirman su SOLIDARIDAD y se levantan en masa en todo el mundo cada vez que se produce una acusación de CRIMEN RITUAL.

La verdad es que el rito sangriento de la Pascua parece un poco caído en desuso entre las naciones civilizadas por múltiples razones.
La prudencia, pues la impunidad no está garantizada (a veces) por lo que es preferible aprovisionarse en lejanía para los amantes del pan sangriento.

Que el rito sangriento de la Pascua, aunque estuviera comprobado en el Talmud, no está prescrito* sino que DERIVA DE LA TRADICCIÓN ORAL DE LOS RABINOS y que pueden y deben dejar de enseñar en los países donde el judío no podría obedecerlo sin poner en peligro al propio Israel.

*Nota: en sus números de 20 diciembre de 1913 y subsiguientes, La Bastille analiza un libro donde los judíos frankistas (anti talmudistas) pretenden establecer que el rito sangriento de la Pascua está explícitamente prescrito por el Talmud. El debate queda, por tanto, abierto en ese punto. El autor sólo quiso hacer uso de premisas ciertas a la hora de escribir.

Nos encontramos ante el INCUESTIONABLE Y TRIPLE TESTIMONIO: de los Textos, de las Personas, y de los Hechos.



TESTIMONIO DE LOS TEXTOS:
Los textos, que no hay que buscar en las ediciones ahora expurgadas sino en vesiones originales, son formales y no pudieron ser discutidos. No se puede cuestionar que el Talmud prescribe la inmolación del goy, como un sacrificio agradable a Dios, cada vez que las circunstancias permiten descontar la impunidad.

En este punto invocar las prescripciones relativas al amor al prójimo, es argumentar miserablemente, puesto que está dicho, explícitamente, que EL PRÓJIMO, PARA UN JUDÍO, ES SOLAMENTE OTRO JUDÍO, NO EL GOY, el extraño, el idólatra -y en esta última categoría figura en primera línea el cristiano- que no es más que semilla de ganado.

Únicamente hay un texto que podría oponerse a las odiosas prescripciones talmúdicas, y nadie que yo sepa, pensó en producirlo, ya sea que los Abogados de Israel hayan tenido una idea demasiado vaga en el conocimiento de su expediente, ya sea que hayan tenio solamente poca confianza en el valor de dicho argumento.
Si es ignorancia, están demasiados desprovistos para que dudemos en regalarles este arma … de dos filos.
El texto es la declaración de los judíos reunidos por Napoleón (7 agosto 1806) en asamblea preparatoria al Gran Sanhedrím de 1807: “hoy día en que los judíos ya no forman una nación pero que tienen la ventaja de etar incorporados en la gran nación, lo que consideran como una redención política, no es posible que un judío trate a un francés, que no es de su religión, en forma diferente a como lo hace con uno de sus correligionarios

Pero hay que hacer notar:
1º.- que el texto sólo inmunizaría a los franceses contra los dictámenes del Talmud.
2º.- que dicha asamblea no tenía ninguna autorización para hablar en nombre del judaísmo universal ni para reformar el código moral y religioso.
Habría muchas otras conclusiones que sacar, y muy interesantes, pero ¿para qué? Si los negadores no la consideran.

Por tanto, el Talmud queda integral, intangible, con su despiadada requisitoria contra el no judío.


TESTIMONIO DE LAS PERSONAS.
No es menos decisivo, y esta vez, como el testimonio de los hechos, en lo que concierne a las dos categorías de crímenes.

¿Quién puede revocar los testimonios concordantes de todos esos judíos acusados, algunos en manos de la justicia, otros sin ninguna reducción de sentencia en vista, o los que están indultados, que llegaron a develar crímenes anteriores a los juzgados y de los que no estaban acusados, denunciando móviles que los hicieron actuar, o vanagloriándose del crimen cometido “por el bie de la Comunidad”?

¿Cómo destruir el testimonio, concordante, de esos rabinos convertidos o no*, revelando el Misterio de la Sangre, traduciendo y comentadno los textos del Talmud más virulentos contra los Goyms?

* Durante el proceso de Damasco, se hicieron traducciones de los textos talmúdicos por el rabino Abou-el-Afieh, convertido al islamismo; sus traducciones fueron certificadas conformes por el rabino fiel Yakoub-el-Antabi.


TESTIMONIO DE LOS HECHOS.
Probablemente el testimonio mas probatorio por su analogía, inmutable, a través de los siglos.
Hay entre 150 y 200 crímenes bien documentados pero ¿Cuántos hay ignorados? Aunque estén firmados con el nombre de sus autores.
¡Firma falsa! Exclamaran los Abogados de Israel siempre que los judíos no fueron sorprendidos in fraganti, cuando la impunidad de los culpables les permitió escapar.
“Es una firma falsa y se simularon las circunstancias de un cirmen ritual para inculpar a los judíos”
¡Esos muy cristianos autores rechazan creer a los judíos capaces de las atrocidades con que esos mismos autores acusan a los cristianos!

Pero veamos las conclusiones de nuestros mayores:

GOGENOT DES MOUSSEAUX:
Esas inmolaciones realizadas por los judíos, francamente ortodoxos, SUCEDIERON EN TODOS LOS SIGLOS. LA LEY RELIGIOSA DEL TALMUD SE LAS IMPONE COMO UN DEBER Y LAS CONSIDERA UN MÉRITO … SU COSTUMBRE, basada en la prudencia, es negar con aplomo, este acto que no deja de levantar contra ellos la reprobación unánime de los pueblos.
Aunque la justicia humana los ha sorprendido mil veces en el hecho, las páginas más incuestionables de la Historia, las sentencias de los tribunales laicos más eminentes, y las más inatacables actas de la Iglesia, responderán hasta el fin de los tiempos a las audaces y persistentes negaciones judías.

EDOUUARD DRUMONT:
La escuela histórica francesa, una vez más, pasó al lado de todo aquello sin verlo, a pesar de los nuevos métodos de investigaciones que pretende haber inventado. Se detiene, tontamente, ante calabozos, que según Villet-le-Duc, eran letrinas, ante los in pace que eran sótanos: no entró en ese sacrificarium misterioso, en ese gabinete más sangriento que el de Barba Azul, en donde duermen exangües y con las venas vacías las víctimas infantiles de la superstición semítica.
… en todo caso EL ODIO HACIA CRISTO, HACIA EL CRISTIANISMO, HACIA EL CRUCIFIJO, HACIA EL RELIGIOSO, ha quedado tan activo como lo fue siempre.
El estudio psicológico no sería menos interesante que el histórico … si los sabios, por buenas razones, no se obstinaran en evitar todas estas cuestiones y en presentarnos ahora como antes, a un judío convencional que no tiene nada que ver con el judío real.

HENRI DESPORTES:
Es cierto. La creencia de que los judíos matan a los pequeños cristianos, recogen con cuidado su sangre preciosa, hacen con ella un horrible brebaje y fabrican remedios monstruosos, esta creencia no es una “fábula ridícula de la Edad Media”; es ahora la voz severa y grandiosa de la Historia que se eleva para proclamar a los cuatro vientos los crímenes incalificables nacidos de sus costumbres sublevantes.
Pero “costumbres” no es un vocablo adecuado, lo suficientemente fuerte, sino que: ES SU LEY.

DR. CORRE (científico considerado objetivo, en su obra: Le meutre et le Cannibalisme Rituels):
Ante el despertar inesperado del Antisemitismo, se exhumaron los archivos de la historia y se recogieron ejemplos indignantes de atentados fanáticos de ayer.
Algunos los negaron sin examen: eso es una culpa y otros lo entendieron solamente como argumentos de ataque a una raza: no tuvieron razón.
Hay que encarar el asunto desde más arriba, y desprenderse de todo espíritu partidista, estudiarlo de un modo más general, desde el punto de vista de la perpetuación de la sobrevivencia de costumbres muy antiguas, al principio de la humanidad actos loables, honradas en la colectividad todavía reducida a nociones de derecho muy intrínsecas; más tarde convertidas en peligrosas, criminales, porque quedaron como manifestaciones de egoísmos particulares, de antialtruismos intensivos en el seno de sociedades en curso de transformación o ya transformadas.

Quiero aludir al crimen ritual y a ciertos fenómenos de naturaleza análoga, pero más individualizados, que reaparecen de tanto en tanto en nuestra Europa civilizada, etc.
… sin embargo, el rastro de los sacrificios humanos es incuestionable. Su práctica, entre los antiguos judíos, no tenía el carácter de un rito religioso, ortodoxo, peo tenía ese carácter de acuerdo a las tradiciones populares … El Talmud es muy rico en textos en donde el israelita desahoga su odio contra el extraño y traiciona el lado estrecho de su espíritu.

Una observación sobre el testimonio de este sabio, pues el Dr. Corre conoce el Talmud y sus incitaciones, no debió hablar de costumbre, sino de LA LEY.

ROHRBACHER:
POR ENCIMA DE LA LEY DIVINA, POR ENCIMA DE LA BIBLIA, EL JUDÍO SOBREPONE UNA LEY HUMANA, RABÍNICA, EL TALMUD. PERO EL TALMUD NO SOLAMENTE PERMITE AL JUDÍO SINO QUE LE ORDENA Y RECOMIENDA ENGAÑAR Y MATAR AL CRISTIANO SIEMPRE QUE TENGA OCASIÓN.

Tras citar extractos del Talmud y la opinión de un rabino converso, Rohrbacher añade: “según esos principios de su Talmud y la enseñanza conforme de sus doctores, los judíos no pueden y no deben sentir escrúpulos al engañar o matar cristianos, de la misma manera como no sienten ni arrempetimiento ni remordimiento por haber matado a Cristo.
De acuerdo con la moral talmúdica, solamente la prudencia puede obligarlos a abstenerse.

ACHILLE LAURENT:
Si los judíos son inocentes de tantos asesinatos cometidos en tan distintas épocas, en países tan distantes y diferentes, pero de los cuales fueron constantemente acusados, hay que considerar entonces que son dignos de lástima por haber sido víctimas de injustas acusaciones.
Al contrario, si usan efectivamente sangre humana en algunas de sus prácticas religiosas, así como los numerosos documentos reunidos parece demostrar, todos los cristianos indignados, no deerían exclamar como lo hace el Sr. Crémieux en el undécimo párrafo de su nombrada carta del 7 de Abril de 1840: “... si la religión judía ordena de esa manera el asesinato y el derramamiento de sangre humana, levantémonos en masa, judíos filósofos, cristianos, musulmanes; suprimamos, aún en los hombres que lo practican, ese culto bárbaro y sacrílego, que coloca al homicidio y al asesinato en el rango de las prescripciones divinas”.

No, no haremos ese rasgo del “increíble aplomo judío” ya que los judíos filósofos no se levantarían. Los judíos sólo son filósofos, en el sentido que le da Crémieux, en la religión de los demás.

L. RUPERT (erudito autor de L'Eglise et la Synagogue):
Cuando se considera el encadenamiento de estos hechos, es imposible no mirar como un acto de verdadero cristianismo, por no decir un acto heróico, la paciencia que deja vivir a un tal pueblo entre las naciones cristianas, en lugar de apartarlo de toda sociedad, y de relegarlo a las tierras inhabitadas de Oceanía o a los desiertos del África.
Contra todos estos hechos, ¿qué pueden probar las invectivas y amenazas? ¿qué prueban los gritos y las declamaciones vanales que resuenan en las bóvedas de algunos Parlamentos, con el fin de arrancar un voto favorable a la sinagoga ávida de dominación y de opresión? …

REVERENDO PADRE CONSTANT:
Para terminar, repetimos la conclusión del R. P. Constant, dominicano, en su libro Les Juifs Devant l'Eglise et l'Histoire: “El asesinato ritual está en posesión de todas las Historias: en posesión
de la Historia de Francia con el niño San Ricardo,
en la de Inglaterra con el niño San Guillermo,
en la de España con el niño crucificado en Zaragoza, San Dominículo,
en la de Alemania con el joven San Werner de Wezel,
en la de Italia con el niño San Simón de Trento”.

Y el eminente religioso constata: “en dieciséis constituciones pontificias que hemos colocados entre las piezas justificativas, se hace mención quince veces, en prpios términos, de la PERFIDIA JUDÍA.

NO dejemos que se diga, NO CONCEDAMOS que el CRIMEN RITUAL JUDÍO puede ser el hecho de sectas fanáticas o de individualismos aislados:
PROVIENE DE LA TRADICIÓN ORAL O DE LA LEY, DE LA ENSEÑANZA SAGRADA POR EXCELENCIA: DEL TALMUD.

No nos dediquemos a esos vanos y pueriles ejercicios retóricos de invitar a los judíos a unirse a nosostros para conseguir la abolición de tan abominables prácticas: no podrían hacerlo lealmente, sólo renegando del CÓDIGO inmoral que es la piedra basal de su poderío*.
NO LES PIDAMOS QUE SE DESOLARICEN DE LOS CRÍMENES DEL PASADO, PUESTO QUE ELLOS SABEN QUE LOS MISMOS CRÍMENES SE REPETIRÁN MAÑANA, QUE NO PUEDEN NO REPETIRSE, QUE LAS MISMAS CAUSAS PRODUCIRÁN LOS MISMOS EFECTOS, QUE LA IMPLACABLE LEY DEL ODIO, LA ORDEN DE INMOLACIÓN, AÑADIRÁ FATALMENTE EN EL PORVENIR NUEVOS CADÁVERES A LOS OSARIOS DEL FANATISMO JUDÍO.

A la luz de los textos y de los hechos, los menos prevenidos deberán juzgar que los antisemitas quedan en buen camino en sus reivindicaciones de orden nacional. Estimarán que una nación que tiene tales leyes, a las cuales obedece, debería estar desterrada de la Humanidad.

*Nota: es obvio señalar que el judío no puede renegar del Talmud puesto que este es su expresión y no al revés. La educación talmúdica tiene como objetivo precisamente la afirmación de sus características raciales.