Las dictaduras islámicas pagan mezquitas en España
Minuto Digital
14 de marzo de 2005
En julio de 2004, más de 500 años después de la Reconquista de Granada por los Reyes Católicos, se inauguró en el barrio del Albaicín una enorme mezquita. La obra tardó en completarse más de una década, debido a problemas con los vecinos y el Ayuntamiento y, sobre todo, a la financiación.
La idea de construir el templo en el mismo lugar que vio derrumbarse la gloria del islam en España fue del escocés Ian Dallas, que formó parte del movimiento juvenil del 68: rock, drogas, contracultura, anticapitalismo... Pasado el tiempo se convirtió al islam llevado a él por su antisionismo y anticapitalismo, al igual que otros muchos europeos, que ven en el islam el único medio de combatir al odiado Occidente y a la libertad. Dallas fundó el movimiento Al Murabitun, con sede en Friburgo (Alemania), y expandido por toda Europa. En España ha captado a gente tan diversa como vascos y gallegos, ultraderechistas y comunistas. Una de sus primeras manifestaciones públicas en nuestro país fue la organización en Bilbao a principios de los años 90 de un homenaje al escritor alemán Ernst Jünger. Éste se lo desbarató cuando elogió al cristianismo.
Para construir la gran mezquita pidieron fondos a las monarquías musulmanas, todas ellas dictatoriales e intolerantes. El primero que les libró dinero fue el sultán marroquí Hasán II; tanto él como su hijo corren con los gastos de docenas de imanes en España, Francia, Bélgica e Italia. Así controlan a sus súbditos emigrados. Sin embargo, como los ‘morabitos’ no se dejaban controlar, Rabat cerró el grifo.
Entonces, Dallas y sus discípulos acudieron al sultán de Saryaj, Ben Mohamed Al Qasimi, cuyo país forma parte de los Emiratos Árabes Unidos; este Estado fue uno de los tres, junto con Arabia Saudí y Pakistán, que reconoció al régimen despótico de los talibanes afganos. El monarca concedió los tres millones de dólares que se necesitaban para finalizar el proyecto y asistió a la inauguración.
A los musulmanes españoles, que denuncian la discriminación que padecen y afirman que sufren las secuelas del nacional-catolicismo, no les importó que en Saryaj esté perseguido cualquier otro culto religioso. Hasta tal punto están a gusto con sus patrocinadores que la mezquita la gestiona la Fundación Mezquita de Granada, constituida por la Comunidad Islámica de España y los Emiratos Árabes Unidos.
Otras dictaduras, como Libia, también financian mezquitas en España. El caso más espectacular es el de la llamada Mezquita de la M-30, en Madrid, construida a costa de las arcas de Arabia Saudí, donde portar un crucifijo acarrea la cárcel y todo musulmán que se bautice puede ser ejecutado. A esa inauguración asistieron los Reyes, que tienen estrechas relaciones con la Casa de Saud. Arabia Saudí pagaba las facturas del imán de Fuengirola, condenado por incitar a la violencia contra la mujer.
Ahora, los morabitos quieren levantar otra mezquita de tamaño similar en el barrio de Los Bermejales de Sevilla. Aunque cuentan con la colaboración de los laicos socialistas que rigen el Ayuntamiento, el barrio se opone. Los ciudadanos han montado una página web: www.mezquitanogracias.com
[fuente]
Marcadores