
Iniciado por
Rodrigo
¿Por qué ahora? Muy sencillo: porque Juan Pablo II permite que esos divorciados convivan juntos, por el bien de los hijos, siempre y cuando vivan castamente, como hermanos. La Amoris Laetitia de Francisco, en cambio, parece permitir, permaneciendo válido el matrimonio anterior (sin una nulidad de esas que de todas formas se dan a la ligera), que forniquen y que, si tienen las conciencias tranquilas, nadie les impida comulgar sacrílegamente. Francisco admite de este modo el adulterio, la fornicación y —lo que es peor— el sacrilegio, escudándose en "no violentar las conciencias", cuando lo que tiene que hacer un pastor de la Iglesia es formar rectamente las conciencias.
La cosa es gravísima, todo el edificio moral de la Iglesia se tambalea.
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