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Tema: James Cameron niega la resurrección de Cristo

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    [FAROagencia] Feliz Pascua Florida


    Regina Coeli laetare,

    Alleluia,
    Quia Quem meruisti portare,
    Alleluia,
    Resurrexit, sicut dixit,
    Alleluia.
    Ora pro nobis Deum.
    Alleluia.



    Madrid, 8 abril 2007
    . El Servicio de Prensa y Documentación de la Comunión Tradicionalista desea a suscriptores y amigos de FARO una santa y feliz Pascua de Resurrección.




    Madrid, 7 abril 2007. Un suscriptor de FARO ha tenido la amabilidad de enviarnos esta réplica del Padre Jorge Loring S.I. a un nuevo y falaz ataque desde RTVE contra la Sábana Santa:
    SEIS FALSEDADES SOBRE LA SÁBANA SANTA

    La noche de este Viernes Santo, madrugada del sábado, la Primera de Televisión Española emitió un programa sobre la Sábana Santa en el que uno que negaba su autenticidad dijo seis falsedades.

    1ª: "No hay documentación anterior al año 1353 que apareció en Lirey".

    Ignora multitud de documentos anteriores a 1300, que se remontan al siglo X.

    Entre otros el encontrado por Gino Zaninotto, catedrático de la Universidad de Roma, en los Archivos Vaticanos. Se trata de un manuscrito griego del sermón que pronunció el Obispo Gregorio de Constantinopla el 16 de agosto del año 944, día en que la reliquia llegó a Constantinopla procedente de Edessa. En él se describe la Sábana Santa.

    2ª: "Los Evangelios hablan de vendas, no de sábana".

    Ignora que Mateo, Marcos y Lucas hablan de SINDON que significa sábana. San Juan habla de lienzos. Lo de vendas es una mala traducción de OZONIA que es la palabra usada por San Juan.

    3ª: "Es obra de un artista medieval".

    La imagen está en negativo. Es absurdo decir que un medieval puso al revés el blanco y el negro antes de inventarse la fotografía. Nadie lee al revés.

    4ª: "Lo que parece sangre no es sangre".

    Hematólogos de talla internacional como el norteamericano Heller y el italiano Baima Bollone afirman que es sangre humana, y hasta han averiguado el grupo sanguíneo: es AB, el más frecuente en Oriente Medio.

    5ª: "Nadie ha confirmado las afirmaciones de Max Frei sobre el polen de la Sábana Santa".

    Ignora que Avinoam Danin, botánico de la Universidad hebrea de Jerusalén, sí lo hace.

    6ª: "Los analistas de Carbono-14 en la Sábana Santa han demostrado que el tejido es de 1300".

    Ignora que en seis Congresos Científicos sobre la Sábana Santa se ha invalidado esta prueba, pues el Carbono-14 de la Sábana Santa está alterado, y no sirve para datarla. Por eso el Dr. Baima Bollone, Presidente del Centro Internacional de Sindonología dijo textualmente en el discurso de clausura del Congreso de Cagliari: "La tónica general de Congreso ha sido LA INACEPTABILIDAD DE LA PRUEBA DEL CARBONO-14 EN LA SÁBANA SANTA".

    _________________________________________________
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    Re: Testimonios sobre la muerte de Cristo

    ¿QUÉ PASÓ CON LA SÁBANA SANTA Y EL CARBONO-14?
    En orden a la fe, nada. La fe sigue igual. Nuestra fe no se basa en la Sábana Santa, sino en el Evangelio. La Sábana Santa es una reliquia que puede ayudar a la fe, pero que no la condiciona.
    El resultado del carbono-14, que data la Sábana Santa entre 1260 y 1390, ha despertado un gran interrogante, dado el valor que se concede a esta prueba, y ha sido algo inesperado para los que sostenemos la autenticidad de la Sábana Santa. Pero no es algo definitivo e indiscutible. No se pueden ignorar todas las anteriores investigaciones que confirman que el lienzo de lino que hoy se conserva en Turín es el mismo que cubrió el cadáver de Jesucristo en el sepulcro. El análisis del carbono-14 no puede invalidar todas las anteriores investigaciones en los campos de la historia, la medicina, la palinología, la numismática, la arqueología, la bioquímica, etc. Si la prueba del carbono-14 no concuerda con las anteriores investigaciones, hay que buscar el porqué. Otros investigadores de la Sábana Santa seguirán trabajando para averiguar las razones que han llevado a estos resultados que discrepan de las investigaciones antes realizadas.
    Primero, dos palabras sobre lo que es el carbono-14.
    Todos los seres vivos estamos formados a base de carbono. La química orgánica es la química del carbono. El carbono más abundante en los seres vivos es el carbono-12. Pero todos los seres vivos tienen una pequeña cantidad de carbono-14, que tiene dos neutrones más y es radiactivo. Mientras está vivo, el carbono-14 permanece constante, porque lo que se pierde se repone. Pero al morir, el carbono-14 ya no se repone, y con el paso del tiempo va disminuyendo. Así, por la cantidad de carbono-14 que queda en la muestra analizada, se puede saber cuántos años hace que murió el ser vivo cuya muestra se analiza.
    Pero para que el análisis del carbono-14 sea fiable hace falta que la muestra analizada haya estado muy bien guardada, para que el carbono no esté alterado. Por eso, el análisis del carbono-14 ha sido válido en los restos de san Pedro, que han estado dos mil años encerrados en un nicho; o en los papiros de Qumran que han estado dos mil años escondidos en unas cuevas del mar Muerto. La Sábana Santa ha sufrido a lo largo de la Historia una serie de avatares que han alterado el carbono-14.
    Según Roberto Gallino, profesor de la Univer­sidad de Turín, (1) al haber estado la Sábana Santa expuesta al aire libre, sin cristal, durante siglos, ha podido acumular gran cantidad de materia orgánica, polen, etc., que ha alterado la proporción de carbono-14. Lo mismo ocurrió con la carbonización del tejido en el incendio de Chambéry en 1532.
    Lo mismo dice el profesor Manuel Valdés Ruiz en su conferencia del 7 de febrero de 1989 en la Real Academia de Medicina. (3)
    Pero, sobre todo, el carbono-14 ha podido alterarse con la radiación que grabó la imagen y ha sido detectada por los científicos de la NASA ame ricana, y explicada por el profesor Eberhart Lindner, catedrático de Química Técnica en la Universidad alemana de Karlsruhe, en el Congreso Científico Internacional de París sobre la Sábana Santa, los días 7 y 8 de setiembre de 1989. (4)
    Según un informe del profesor Luciano Pecchiai, director del Centro de Eubiótica Humana de Milán, publicado en el periódico Il Giornale, del 26 de octubre de 1988, la radiación, detectada por la NASA, ha podido rejuvenecer radiactivamente el lino del tejido en 1300 años. Es decir, la Sábana Santa puede ser contemporánea de Cristo.
    Lo mismo opinan Jesús Amado Moya, catedrático de Física y Química, en su trabajo titulado «La Sábana Santa y el carbono-14», (6) y el doctor ingeniero Manuel Ordeig al final de su trabajo « La Sábana Santa y los análisis del carbono-14 ». (7) Lo mismo mantienen el doctor Francisco de Asís Bosch Ariño, catedrático de Química Analítica en La prueba del carbono-14 y la Sábana Santa, y el doctor en Ciencias Físicas don Ricardo Salcedo, que ha trabajado veinte años en Estados Unidos, donde ha sacado varias patentes, en su trabajo, La Sábana Santa, ¿es correcta su datación por medio del carbono-14? ; lo mismo afirma el ingeniero don Francisco Javier Mora en Cataluña Cristiana del 8 de octubre de 1992, y el doctor ingeniero J. Munarriz en La Vanguardia de Barcelona del 31 de enero de 1988, etcétera.
    En la misma línea está el doctor Baima Bollone, catedrático de Medicina Legal en la Universidad de Turín, en su trabajo «Yo no creo que sea un fraude».(8) Lo mismo, el profesor alemán Werner Bulst, catedrático de la Universidad de Frankfurt y experto en el test del radiocarbono, en su trabajo «El sudario no es una falsificación».(9) El profesor Thomas Philips, del Laboratorio de Física de Alta Energía de la Universidad de Harvard, en la revista científica Nature también afirma que la radiación detectada por la NASA ha podido rejuvenecer radiactivamente el tejido. (10) Lo mismo, el doctor Manuel Arvesú de Miami, en su trabajo La Sábana Santa de Turín y la prueba del carbono-14.
    El mismo doctor Williard Frank Libby, de la Universidad de Chicago, que recibió el Premio Nobel en 1960 por haber descubierto el método del carbono-14, considera que este método no se puede aplicar a la Sábana Santa. Dice: «Existen fuentes radiactivas que han recargado el carbono-14 de la Sábana Santa», por lo tanto la han rejuvenecido. (11)
    El doctor Michael Tite, director del Laboratorio de Investigación del Museo Británico y coordinador de los análisis de la Sábana Santa, reconoce un posible aumento del carbono-14 del lino si éste ha recibido un bombardeo de neutrones. (12) Incluso se ha publicado una carta suya del 14 de setiembre de 1989 al profesor Gonella, catedrático de Física en el Politécnico de Turín y asesor científico del arzobispo de Turín, en la que pide perdón por haber sido causa de que los medios de información hayan desorientado a la opinión pública diciendo que la Sábana Santa es falsa. (13)
    Y el doctor Robert Hedges, director del Laboratorio de la Universidad de Oxford (uno de los que ha efectuado el análisis del carbono-14), afirma que si la Sábana Santa ha recibido la descarga de neutrones de la que habla la NASA, la datación por el carbono-14 quedaría invalidada. (14)
    Por todo esto, en el Congreso Científico Inter­nacional sobre la Sábana Santa, que ha congregado a trescientos (15) especialistas en el tema, cele brado en París los días 7 y 8 de setiembre de 1989, se ha rechazado la datación del carbono-14 que afirmaba que la Sábana Santa era de la Edad Media. (16)
    Por cierto que cuando Jackson, de la NASA americana, al final de su ponencia en este congreso, dijo que la radiación que grabó la imagen tuvo que producirse en el momento de la resurrección de Cristo, una clamorosa ovación estremeció la sala. (17)
    El trabajo de los laboratorios analistas del carbono-14 se ha limitado a datar la fecha según la proporción de este carbono, sin tener en cuenta los avatares por los que ha pasado cada muestra analizada, pues se trató de una «prueba ciega»: a cada laboratorio se le entregaron tres muestras sin identificar, una verdadera y dos falsas.
    Sin embargo hay muchas investigaciones que confirman la autenticidad de la Sábana Santa. ¿Qué opinión seguimos? Voy a dar veintiséis razones para demostrar que la Sábana Santa no puede ser del siglo XIV.

    1. En mayo de 1989 se ha celebrado en Bolonia (Italia) un Congreso sobre la Sábana Santa. Allí ha quedado claro que la Sábana Santa no puede ser del siglo xiv, pues aparece antes del siglo XIII en la iconografía cristiana. (18)

    2. Ian Wilson, catedrático de Historia de la Universidad de Oxford, en su libro sobre la Sábana Santa publica una fotografía de un cáliz de plata siríaco del siglo VI que se conserva en el Museo del Louvre de París con una grabación del rostro de la Sábana Santa.

    3. El profesor Gino Zaninotto, especialista en Lenguas Clásicas y Orientales de la Universidad de Roma, ha descubierto en los Archivos del Vaticano (19) el manuscrito griego de un sermón del archidiácono Gregorio de Santa Sofía, en Constantinopla, del 16 de agosto del año 944, día que llegó la Sábana Santa de Edesa a Constantinopla. (20) En el sermón se describe la Sábana Santa entera. (21)

    4. En la Biblioteca Nacional de Madrid (vitrina 26, 2, folio 131, r) se puede ver una miniatura de Skylitres (1081-1118) que reproduce la escena del emperador Lecapeno (920-944) besando la Sábana Santa que llegaba de Edesa, antes de subir al trono su hijo Constantino VII. Allí se ve el mandylion extendido, con las dimensiones de la Sábana Santa. El emperador besa la parte de la cabeza y otra persona está sosteniendo el resto de la sábana, que tiene cuatro metros y medio de larga. (22)

    5. Roberto de Clary afirma haber visto la Sábana Santa en Constantinopla antes del saqueo de 1204. (23) ¿Cómo podría ser el lino del siglo XIV?

    6. El mismo Ian Wilson (24) identifica la Sábana Santa de Turín con el mandylion que se veneraba en Edesa hasta el año 944, en que fue trasla dado a Constantinopla, donde se exponía á la veneración de los fieles, todos los viernes, en la iglesia de Santa María de Blaquerna, y que Otto de la Roche se trajo a Francia, según Roberto de Clary, cronista de la Cuarta Cruzada. (25)

    7. Sobre este hecho se conserva una carta fechada el 1 de agosto de 1205, escrita por Teodoro Ángel Comneno, nieto de Isaac II, emperador de Constantinopla durante el saqueo de los cruzados. Esta carta va dirigida al papa Inocencio III, organizador de la Cuarta Cruzada. En ella se queja del latrocinio de los cruzados y pide que sea devuelta la Sábana Santa a Constantinopla. (26)

    8. Existe una carta del año 1095, escrita por el emperador bizantino Alejo I Comneno (1081-1118) a su amigo Roberto de Frisia, conde de Flemings, en la que refiere que en Constantinopla se conservaba el lienzo de lino que estaba en el sepulcro de Cristo después de la resurrección. (27)

    9. Se conserva también una lista de las reliquias del palacio imperial de Constantinopla, hecha en 1201 por Nicolás Mesarites, donde se in cluye la Sábana Santa.(28) También aparece la Sábana Santa en el catálogo dé reliquias del palacio imperial de Constantinopla que hizo el monje de Thingeyrar en el año 1157. (29) ¿Cómo puede ser el lino del siglo XIV si la reliquia está en una lista del siglo XII?

    10. La trayectoria de Edesa a Constantinopla está confirmada por el hecho de que Max Frei, palinólogo de la Interpol y director del laboratorio de investigaciones de la policía de Zurich, ha en­contrado en la Sábana Santa gran cantidad de polen de plantas exclusivas de Edesa y Constantinopla. ¿Cómo se explica este polen microscópico en un tejido medieval falsificado en Francia, cuando nadie había visto el polen porque el microscopio no se conoció hasta el siglo XVII?

    11. El mismo Max Frei ha encontrado en la Sábana Santa gran cantidad de polen de plantas exclusivas de Palestina desaparecidas después del siglo I, y que se encuentra hoy en estratos sedimentarios de Palestina del siglo I. ¿Cómo va a ser el lino de la Edad Media si tiene polen del siglo I? Max Frei afirma: «Para mí es algo indiscutible que la Sábana Santa estuvo en Palestina en el siglo I.» Todo esto consta en las actas del Congreso de Sindonología celebrado en Bolonia del 27 a129 de noviembre de 1981. (30)

    En la misma línea están el profesor Danin de Jerusalén, que ha explorado durante veinte años los desiertos de Israel y el Sinaí, y el profesor Ho rowitz, de Tel-Aviv, el principal palinólogo de Israel. (31)

    12. En el Centro de Sindonología de Turín se encuentran cartas autógrafas de los cardenales Binet y Mathieu, arzobispos de Besançon, que confirman la presencia de la Sábana Santa en la ciudad en los primeros días del siglo XIII. (32) ¿Cómo el lino del tejido va a ser del siglo xiv?

    13. El padre Francisco Filas, S. J., de la Universidad Loyola de Chicago, con los modernos aparatos de ampliación ha descubierto en el ojo de la Sábana Santa huellas de una moneda. Los judíos de la época las ponían sobre los ojos para mantener los párpados cerrados. En esta moneda se distingue perfectamente el dibujo de un bastón de mando y las letras U CAI, que son la última de Tiberiou y las primeras de Caisaros. Significan: «... de Tiberio César.» Esta moneda está en los catálogos de los numismáticos, y es un leptón acuñado por Poncio Pilatos, que circuló en Palestina entre los años 26 y 36 de nuestra era. Los trabajos del padre Filas han sido publicados en la revista Sindon de investigación científica sobre la Sábana Santa. ¿Cómo se pudo hacer en la Edad Media esta marca que no se aprecia a simple vista? Ni siquiera se ve con un microscopio normal. Es necesario un microscopio electrónico. (33)

    14. El doctor Kindler, director del Museo de Ha-arez (Tel-Aviv), afirma que se ha encontrado, junto al mar Muerto, un esqueleto con monedas en las órbitas. (34)
    Mario Moroni ha encontrado monedas en calaveras del cementerio hebreo de Jericó.

    15. En los omóplatos de la imagen de la Sábana Santa se advierten unas escoriaciones que hacen suponer que Cristo llevó sobre ellos el palo horizontal, como hoy generalmente opinan los autores. Esto es impensable en un falsificador medieval, pues todo el arte de aquel tiempo presentaba a Jesús cargando con la cruz entera. (35)

    16. El doctor Tamburelli, profesor de Electrónica de la Universidad de Turín, con ayuda de una computadora a la que se informa de lo que es sangre humana y luego se le manda que muestre todo lo que es sangre en el rostro de Cristo, ha descubierto en el rostro de la Sábana Santa hilillos capilares de sangre que no se ven a simple vista, procedentes del sudor de sangre de Getsemaní. Por eso afirma Tamburelli: «Hay que excluir definitivamente la posibilidad de toda intervención manual en la formación de la imagen de la Sábana Santa». (36)

    17. Expertos en técnicas de tejidos afirman que el tejido de la Sábana Santa no puede ser dé la Francia medieval. Así lo afirman el profesor Gilberto Raes y su equipo del Laboratorio de Investigación Textil de la Universidad de Gante (Bélgica). (37)

    18. El profesor Gabriel Vial, secretario técnco del Centro Internacional de Estudios de Tejidos Antiguos, uno de los expertos en tejidos de más experiencia del mundo, afirma: «Jamás he visto un tejido europeo como la Sábana Santa. Por otra parte, se han encontrado tejidos siríacos del siglo I de la misma estructura que la Sábana Santa.» (38)

    19. El doctor Héctor Morano, director del Centro de Microscopia Electrónica del hospital de San Andrés de Vercelli, en su comunicación al Segundo Congreso Internacional de Sindonología demostró que la tela de la Sábana Santa tiene una antigüedad de dos mil años, al compararla mediante el microscopio electrónico con tejidos egipcios de antigüedad conocida.

    20. Entre hilo e hilo de la Sábana Santa no hay grumos de pintura. (39) ¿Quién pudo en la Edad Media, cuando no había microscopio, colorear los hilos sin dejar pintura entre ellos? (40)

    21. La imagen está en negativo. Es absurdo pensar que en la Edad Media, antes de inventarse la fotografía, alguien invirtiera el blanco y el negro, por ejemplo, pintando la sangre en blanco y los dientes en negro. ¿Qué dirían sus contemporáneos? Ningún pintor pinta para sus espectado­res de quinientos años después.

    22. Mientras la imagen está en negativo, la sangre que empapó el tejido está en positivo. Esta distinción es impensable para un medieval, que no conocía la fotografía.

    23. El doctor John Heller, del New England Institute (Estados Unidos), y el doctor Baima Bollone, catedrático de Medicina Legal en la Universidad de Turín, han demostrado que las manchas de sangre de la Sábana Santa tienen una composición correcta de sangre humana: hemoglobina, hierro, porfirina, proteínas, albúmina, bilirrubina,(41) etc. Incluso han averiguado el grupo sanguíneo. (42) Es AB: el más corriente en Oriente Medio, según me dijo a mí en Logroño el doctor Miguel Ángel González Moreda. En cambio es muy raro en Europa, donde apenas llega al tres por ciento. (43) Es impensable esta precaución de un falsificador en la Francia medieval, pues entonces nada se sabía de los grupos sanguíneos.

    24. Según el doctor Rodante, la sangre de las heridas de las manos, pies y corona de espinas ha coagulado como sangre de hombre vivo, mientras que la sangre del costado ha coagulado como sangre de hombre muerto; y es sangre venosa. Esta distinción es impensable en un falsificador del 1300, pues la circulación de la sangre se descubrió en el año 1593. (44)

    25. En la catedral de Oviedo se conserva el pañolón del que dice el Evangelio que estaba junto a la sábana en el sepulcro de Cristo. Este sudario de Oviedo no tiene imagen, sólo manchas de sangre. Este pañolón cubrió la cara del cadáver de Cristo en el traslado de la cruz al sepulcro, y ha sido estudiado por un equipo de investigadores españoles; yo tuve la dicha de presentar este trabajo en el Congreso Científico de Cagliari, Italia, celebrado los días 29 y 30 de abril de 1990, ante unos doscientos congresistas. Este trabajo consiste en encajar las manchas de sangre del sudario de Oviedo con la cara de la Sábana Santa. El trabajo se llevó a cabo con los aparatos más modernos de investigación: microscopio electrónico, ordenadores, aparatos de luz infrarroja y ultravioleta, etcétera.
    Esta coincidencia de las manchas de sangre sólo se explica si los dos lienzos cubrieron la misma cara. En la catedral de Oviedo se conserva documentación de la apertura de la urna que guardaba este lienzo, ante el rey Alfonso VI, doña Urraca, el Cid Campeador y varios obispos, el 14 de marzo de 1075. Si el sudario de Oviedo está allí desde el siglo XI, el lino de la Sábana Santa no puede ser del siglo XIV, pues los dos cubrieron la misma cara.

    26. Los doctores en Ciencias Físicas de la NASA americana Jackson y Jumper con el analizador de imagen VP-8, han logrado una foto en relieve, transformando en altura el relieve de cada punto, pues la intensidad de la quemadura depende de la distancia de este punto desde la tela a la piel. (45) No se comprende cómo se pudo hacer esto en la Edad Media sin los aparatos que hoy tene­mos. Afirmar que la Sábana Santa es una falsificación de la Edad Media es como si se dijera que en la Edad Media el hombre había pisado la Luna sin la tecnología de hoy.
    Estos interrogantes que la prueba del carbono-14 deja sin aclarar deben inclinarnos a muchos a mantener nuestra convicción de que la Sábana Santa es auténtica.

    Las investigaciones de la Sábana Santa no han llegado al final. Como dijo el 13 de octubre de 1988 el cardenal Anastasio Ballestrero, arzobispo de Turín y custodio de la Sábana Santa, en la comunicación de los resultados de la prueba del carbono-14 (por cierto, antes de conocerse el informe científico sobre la metodología empleada), (46) las investigaciones sobre esta sábana van a seguir. Los que creemos en la autenticidad de la Sábana Santa esperamos que estas nuevas investigaciones superen los resultados que ahora han presentado los analistas de la prueba del carbono-14.

    Notas:
    (1) Cf. Sindon, junio de 1989, p. 71.
    (2) Manuel Valdés Ruiz, Anales de la Real Academia de Medicina, CVl, 1, Madrid.
    (3) Linteum, núm. 2, XII, 1989, p. 5.
    (4) Jesús Amado Moya, Estar, núm. 86, febrero de 1989, p.7.
    (5) Segundas Jornadas Nacionales sobre la Sábana Santa, Sevilla, noviembre de 1988.
    (6) Pierluigi Baima Bollone, 30 Giorni, noviembre de 1988,p.78.
    (7) Werner Bulst, Der Sontag, 4 de diciembre de 1988, p.22.
    (8) The San Juan Star, Puerto Rico, 16 de febrero de 1989, p.22.
    (9) Diario Las Provincias de Valencia, 19 de abril de 1989, p.28.
    (10) L. Fossati, «Sindone in attesa di nuove analisi», 2, 2, 8, Studi Cattolici, diciembre de 1989.
    (11) Shroud News, núm. 55, octubre de 1989, p. 4, Manly, Australia.
    (12) Peter Jennings, «Sindone, carbono crudele», 30 Giorni, núm. 11, noviembre de 1988, p. 76.
    (13) Shroud News, núm. 55, octubre de 1989, p. 2, Manly, Australia.
    (14) René Laurentin, Le Figaro, 13 de setiembre de 1989, p. 10.
    (15) Shroud News, núm. 56, diciembre de 1989, Manly, Australia.
    (16) News Letter, julio de 1989, Nueva York.
    (17) Manuscrito de la Biblioteca Vaticana, VAT, GR. 511, folios 143-155.
    (18) CRC, núm. 257, octubre de 1989.
    (19) Shroud News, núm. 55, octubre de 1989, p. 13, Manly, Australia.
    (20) Bruno Bonet Eymard, CRC, 15 de abril de 1990 y 11 de marzo de 1991, pp. 6 y 17.
    (21) Dorothy Crispino, Sindon, núm. 29, diciembre de 1980, p.25.
    (22) lan Wilson, The Turin Shroud, Penguin, Londres, 1979.
    (23) Robert de Clary, La conquête de Constantinople: 92 50, manuscrito de la Biblioteca Real de Copenhague, Ed. Philippe Lauer, Champion, París, 1924.
    (24) Manuel Solé, S. J., La Sábana Santa de Turín, 11, 5.B. c, nota 30, Ed. Mensajero, Bilbao.
    (25) Sindon, junio de 1989, p. 116.
    (26) A. Heisemberg, Nikolaus Mesarites, Die Palasrevolution des Johannes Komnenos, Würzburg, 1907, p. 316.
    (27) Mario Moroni, La Sindone, Storia Scienza, Ed. Centrostampa, Turín, 1986, p. 68.
    (28) Max Frei, Nuovi pollini della Sindone. La Sindone, scienza i fede, Actas del Congreso de Sindonología, Bolonia, 1983, p. 282.
    (29) Werner Bulst, S. J., CRC, núm. 257, octubre de 1989, p. 12.
    (30) Sindon, junio de 1989, p. 68.
    (31) Giovanni Marches¡, S. J., «Il mistero della Sindone continua», La Civiltá Cattolica, 5 de noviembre de 1988, p.261.
    (32) Werner Bulst, S. J., CRC, núm. 257, octubre de 1989, p. 12.
    (33) Gaetano Intrigillo, «La Sindone, oggi: retrospectiva doppo la radiodatazione, III», Quaderni Aperti, núm. 5, Trani, 1989.
    (34) G. Tamburelli, La Sindone. Storia, Scienza, Ed. Centrostampa, Turín, 1989, p. 111. (Sindon, junio de 1989, p. 133.)
    (35) Manuel Solé, S. J., La Sábana Santa de Turín, Ed. Mensajero, Bilbao, 1986, 111, 3.
    (37) Werner Bulst, S. J., CRC, núm. 257, octubre de 1989, p. 12.
    (38) José Luis Carreño, O. S. B., La Señal, IX, 15, Ed. Don Bosco, Pamplona, p. 423.
    (39) Juan M. Igartua, S. J., El enigma de la Sábana Santa, Ed. Mensajero, Bilbao, IV, 1.
    (40) Bruno Bonet-Eymard, «Le Saint Suaire est authentique», CRC, diciembre de 1988, p. 24.
    (41) Pier Luigi Baima Bollone, La Sindone. Indagini scientifiche, Edizioni Paoline, Roma, 1988.
    (42) Catolicismo, enero de 1989, p. 13.
    (43) Sebastiano Rodante, La Sicilia, Attualitá, 15 de octubre de 1988, p. 24. Arístides R. Vilanova, Toda la verdad sobre la Sábana Santa de Turín, Ed. Fundación San Pío X, Madrid, I . a , VII, 7.
    (44) John P. Jackson, Eric J. Jumper, Actas del Segundo Congreso Internacional de Sindología: La Sábana y la Ciencia, Ed. Paoline, Turín, 1978, p. 163.
    (45) Manuel Ordeig, «La Sábana Santa de Turín y los análisis del carbono-14», Segundas Jornadas Nacionales sobre la Sábana Santa, Sevilla, 25 y 26 de noviembre de 1988.

    Jorge Loring, S. J. “Motivos para creer”.
    Última edición por Hyeronimus; 08/04/2007 a las 03:07

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    Re: Testimonios sobre la muerte de Cristo

    LA SABANA SANTA Y EL CARBONO 14
    ¿ CONTINUA EL MISTERIO?
    Del libro “La Sábana Santa – últimos hallazgos, 1994”
    Por Francisco Ansón

    - ¿A la ciega? –preguntó Luigi Gonella, del Policlínico de Turín, responsable de los estudios científicos de la Sábana Santa.

    - ¡A la ciega! –confirmaron con fuerza los representantes de tres laboratorios situados en Gran Bretaña (Oxford University Research Laboratory for Archeology del Instituto Hall), Suiza (Instituto Federal de Tecnología) y Estados Unidos (Laboratorio de la Universidad de Arizona de Tucson).

    Luigi Gonella accedió. “A la ciega”, suponía –según acordaron- que, con objeto de que realizaran cada uno de los laboratorios la prueba del Carbono 14, se les enviarían tres muestras “sin identificar”: una correspondiente a un tejido del siglo I, otra a un lienzo del siglo XIV y la tercera perteneciente a la Síndone de Turín; es decir; se les entregaron una muestra de la Sábana Santa y dos de control (se agregó una cuarta de manera sorprendente), de forma anónima, sin que conocieran las claves de identificación de cada muestra, de modo que no pudiesen saber cuál era la que correspondía a la Sábana (esta última cautela resultó inoperante por varias razones, entre otras, porque al no trocear las muestras, la del tejido de la Síndone es muy fácil de identificar; ya que la textura de la Síndone es muy fácil de identificar; ya que la textura y gramatura de sus hilos han sido muy divulgadas.

    “Creo que es la primera vez, declaró Luis Gonella, que unos laboratorios ofrecen sus servicios al propietario de un objeto y no al revés. Lamento que hayan descartado la posibilidad que se les ha ofrecido de una investigación conjunta con otros especialistas”.

    Sin embargo, pronto se conoció el gran “sarcasmo” que supuso el ofrecimiento de estos laboratorios y su petición “a la ciega”. En efecto, se había acordado que las claves de identificación de las muestras se abrirían únicamente en presencia del custodio de la Sábana Santa, el Cardenal Ballestrero. Pero, como escribió Gianni Sangalli, Director de la revista “Torino”: “Maravilla que Institutos científicos serios como lo son estos tres laboratorios hayan filtrado noticias tan concretas que permitieran a los periodistas hablar de una ‘falsificación medieval’ meses antes de que las investigaciones se llevasen a término”. Y continúa: “Merece la pena resaltar el hecho de que los tres laboratorios, que, de un lado, no han tolerado ningún control sobre su trabajo por parte de expertos en sindonología y en los avatares de la historia de la Síndone, ni del representante del custodio de la Síndone o de la Academia Pontificia de las Ciencias, y de otro se habían comprometido a trabajar independientemente entre ellos y hacerlo, además, ‘a la ciega’, hayan sentido, al parecer, la necesidad de reunirse en Suiza unos meses antes de hacer públicos los resultados de sus investigaciones”.

    El periódico “ABC” se hizo eco de un extenso escrito en el que, “el estudioso francés Bruno Bonnet Eymard acusó al científico Michael Tite, conservador del British Museum de Londres, de haber sustituido el trozo de tela cortado a la Sábana Santa, que fue analizado por el método del Carbono 14, por otro confeccionado en el Medievo. Bruno Bonnet afirmó que Jacques Evin, director del Laboratorio de Radio Carbono de la Universidad francesa de Lyon, entregó a Tite un trozo de tela medieval de entre los siglos XIII y XIV muy semejante al tejido de la “Síndone”, y que perteneció a una capa pluvial de San Luis de Anjou, muerto en 1297. En opinión del estudios francés, es muy probable que Tite cambiara el trozo de tela verdadero por el medieval y, por tanto, toda la operación resultó ser una farsa”.

    Asimismo un periódico inglés dio la noticia recogida por la revista “Epoca”, de que uno de los científicos que realizaron la prueba del Carbono 14, cobró en lugar de las cincuenta mil pesetas que le correspondían por su trabajo ¡doscientos millones de pesetas! (Loring, Vídeo “La Sábana Santa”)

    En todo caso, la presión que la gran mayoría de las cadenas de televisión, las emisoras de radio y los periódicos y revistas ejercieron sobre la opinión pública,, afirmando que la prueba del Carbono 14 había demostrado definitivamente la falsedad de la Sábana Santa, adquirió intensidad suficiente como para que el Cardenal Ballestrero se viera obligado a convocar a los medios de comunicación y dar cuenta de la “falsedad” de la Sábana Santa, sobre la base de un simple telegrama en el que le comunicaban los resultados. Fue tal la campaña internacional acusando a la Sábana de ser una simple “falsificación de la Edad Media”, que el objeto arqueológico más estudiado de todos los tiempos, sobre el que docenas y docenas de investigaciones indicaban casi con un cien por cien de probabilidad que la Síndone era auténtica, quedó dementido mediante un sencillo telegrama (el informe se publicó medio año después, el 16 de febrero de 1989, en la revista “Nature”).

    Naturalmente, los científicos que llevaron a cabo la datación con el Carbono 14 han sido invitados a los diversos Congresos internacionales y Simposios, pero no han asistido jamás, excepto al Congreso de septiembre de 1989 celebrado en París. Acosados por las críticas de los científicos y sin respuestas válidas (Loring, Vídeo citado), Tite, el coordinador general, escribió el 14 de septiembre la siguiente carta: “Querido profesor Gonella. Tras el reciente congreso de París, le escribo para recordarle que yo tampoco considero el resultado de la datación del Sudario de Turín como una demostración de que sea falso. Como usted subrayó correctamente, la calificación de falso envuelve una deliberada intención de engañar; mientras que la fecha del examen radiocarbónico no ofrece, claramente, ninguna evidencia a favor de esta tesis. Yo mismo quise evitar el uso de la palabra falso, pero me temo que la referencia al Sudario con ese término haya tenido su origen en los numerosos artículos periodísticos escritos a raíz de las entrevistas que yo concedí. Tengo sólo que pedirle me excuse una vez más por todos los problemas que esos artículos han producido, a usted y a los demás de Turín”.

    En resumen, no cabe duda que, desde el descubrimiento del método del Carbono 14, a ningún científico se le ha imputado tantas faltas concretas de ética profesional como a los de estos tres laboratorios sin que hayan dado respuesta alguna ni publicado un solo artículo o hecho alguna declaración en defensa de su proceder “científico”. Y asimismo, pocas veces a lo largo de este siglo se ha visto, por parte de la casi totalidad de los medios de comunicación, un interés mayor por comunicar que “la Sábana Santa es falsa”, en el sentido de que ello plantea serias dudas contra la Fe o contra la honradez de la jerarquía eclesiástica.

    Este hecho confirma una vez más la hipótesis mantenida a lo largo del presente libro: la Sábana Santa constituye un motivo de credibilidad de tal fuerza que enfrenta al que la conoce con la veracidad de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, confirmando la autenticidad de los Evangelios y doctrina cristianos que se revelan verdaderos.

    Se dice esto porque puede imaginar el lector lo que los medios de comunicación hubieran dicho si se tratara del lienzo sepulcral, por ejemplo, de Tuthankhamen (con la leyenda que le rodea).

    Los medios de comunicación hubieran puesto de relieve, la inadecuación de la aplicación del método del Carbono 14 a un lienzo que, como el de la Síndone, ha sufrido, a lo largo de los siglos tantas y tan variadas vicisitudes, al punto que los científicos consideran que, con un alto grado de probabilidad, podrían haber alterado la composición química del carbono contenido en ella.

    Aparte del incendio de Chambéry ya aludido, la Síndone ha padecido al menos otro incendio que dejó sus huellas en forma de pequeñas chamuscaduras. Pero tomando en consideración exclusivamente el de Chambéry, no se olvide que la tela soportó temperaturas muy altas que llegaron a fundir la plata de la caja que la contenía, quemándola en buena parte. Para apagarla, fue empapada en agua casi toda ella, agua que arrastró consigo partículas carbonosas (no digamos, si es verdad lo que relata un cronista del siglo XVI: “Con objeto de comprobar si era la Sábana Santa auténtica, se la hirvió en aceite, se la pasó por el fuego, se la lavó y se la frotó varias veces, pero no se pudo borrar la figura”).

    Además, la Síndone, ha permanecido expuesta durante centenares de horas al aire libre, tal vez a los rayos directos del sol, y de todos es sabido el fuerte efecto que causa la luz solar, aun difusa, sobre el lino. Otras muchas veces ha estado extendida durante horas e incluso días en iglesias húmedas y frías,, en locales cerrados ocupados por multitudes de fieles (por tanto, en ambientes cargados de dióxido de carbono) y en la cercanía de filas de cirios encendidos, con la consiguiente producción de humos. Ha sido tocada por centenares de manos que la han doblado y desdoblado...manos que en ocasiones, bien podrían haber estado algo sudorosas. Ha sido puesta en contacto con enfermos para obtener su curación y acariciada y besada, posiblemente millares de veces...En pocas palabras, se calcula que la materia extraña que se ha incorporado al tejido de la Síndone constituye del 10 al 15 por 100 de su peso. (P. Solé, “La Sábana Santa de Turín”).

    Además, los medios de comunicación habrían avalado las anteriores informaciones con las declaraciones del propio Libby, el descubridor del método del Carbono 14 por el que le dieron Premio Nobel. Libby declaró en su día: “No puede aplicarse la prueba del Carbono 14 a la Síndone de Turín. Los resultados necesariamente serían falsos”.

    Y no sólo esto. Los medios de comunicación ridiculizarían los resultados del método del C-14: habrían recordado, por ejemplo, la datación de aquellos árboles vivos, situados en una de las autopistas que llevan a Roma y que el C-14 determinó que dichos árboles habían muerto hacía cientos de años: o habrían reproducido, la noticia publicada en la revista “SCIENCE”, en diciembre de 1988, según la cual el C-14 había datado unos caracoles vivos con 26.000 años de antigüedad, esto es, como si estos caracoles hubieran muerto hace 260 siglos.

    Asimismo, los medios de comunicación habrían echado en cara al laboratorio de Tucson, que intervino en el proceso de datación de la Síndone, que a un mantel actual, le habían dictaminado una antigüedad de centenares de años, es decir, que el lino con el que se tejió el mantel fue cortado hace varios siglos. Y al de Zurcí, que igualmente fue uno de los tres laboratorios que dató la Síndone, que en sus análisis de un cuerpo vikingo determinó que el animal del que procedía dicho cuerno moriría el año 2.006 despues de Cristo. A mayor abundamiento, hubieran puesto de relieve la fuerte relativización que de los resultados del C-14 hacen los arqueólogos.

    Sin embargo, los medios de comunicación se habrían equivocado en gran medida, porque desde los tiempos de Libby han mejorado muchísimo los procedimientos de limpieza de los objetos a los que se va a someter a la prueba del C-14; y si bien existen errores, lo cierto es que el método del C-14 está muy contrastado y aunque los arqueólogos relativicen sus resultados, el C-14, con frecuencia, constituye uno de los datos significativos en la datación de un objeto.

    Quizá el lector no comparta el ejercicio de futuribles que acaba de hacerse. Su objeto es poner de relive que el descubrimiento de huellas en el lienzo mortuorio de Tuthankhamen, al no comprometer el comportamiento interior de las personas, sí constituiría una noticia apasionante. En el caso de la Sábana Santa, también resulta la noticia interesante, pero al implicar la necesaria admisión de la realidad sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, que dijo que era el Hijo de Dios, el compromiso que supone para la orientación de la propia vida según el mensaje cristiano tiene un carácter radical.

    El Doctor Ingeniero Agrónomo y Doctor en Teología, Manuel Ordeig, publicó, en el número 299 de Abril de 1990 de la revita “Palabra”, el artículo mas ponderado y sugerente sobre la prueba del C-14 aplicada a la Sábana Santa. He aquí algunos de sus párrafos.

    LA INTERPRETACIÓN DE LOS ANÁLISIS DEL CARBONO 14

    Se impone una valoración de esos análisis y de sus resultados: de los análisis tomados en sí mismos, y de su relación con los demás datos conocidos sobre la Sábana Santa.

    Vaya por delante que el análisis del Carbono14, en un estudio arqueológico, es un dato más; en absoluto apodíctico. En un estudio científico serio todos los datos son importantes. Nunca se rechaza un resultado, ni se acepta otro, sin un proceso crítico de su validez. En el caso de la Sábana Santa, muchos han aceptado sin crítica el resultado del Carbono 14, olvidándose de los demás datos –también científicos- de que se dispone para contrastarlo. Por desgracia, también hay personas que descartan apriorísticamente el resultado del Carbono 14, simplemente porque no les gusta; y eso tampoco es lícito.

    Según el argumento de un especialista (Michael Winter, “Fiabilité de datations par le C-14”, en “Les Nouvelles du Ceshe”, febr. 84), “en la práctica, los resultados (del C-14) son tan dispersos que muchos de ellos no son hechos públicos. Si una fecha resultante del C-14 confirma nuestras teorías, la introducimos en el texto de nuestra tesis. Si no es más que parcialmente contradictoria, la relegamos a una nota. Si difiere del todo de la tesis defendida, la relegamos completamente”.

    Esto quiere decir, que, además del C-14, en todo proyecto arqueológico es necesario contar con otras referencias cronológicas que contrasten sus resultados. “Una datación aislada del contexto arqueológico no es suficiente para definir la edad de un objeto” (Marie-Claire van Oosterwyck-Gastuche: congreso de París, septiembre 1989). Ningún arqueólogo serio, pues, acepta como un dato de fe los resultados del C-14, especialmente si contradice a otras dataciones a que pueda someter su investigación. Naturalmente, tampoco los ignora por el hecho de que contrasten: le plantean un problema y le instan a seguir investigando, hasta llegar a una explicación del por qué de esa aparente divergencia.

    Una de las cosas que más sorprende en el artículo de “Nature” es la ignorancia que muestra respecto a todas las demás investigaciones llevadas a cabo sobre la Síndone. Parece que nadie hubiese dicho nada sobre ese lienzo hasta 1988. En la bibliografía que citan, no hay más que una obra sobre la Sábana Santa; bastante incompleta, por cierto. Es más, llegaron al extremo de no permitir que ningún otro investigador, conocedor de cuestiones sindonológicas, asistiese a sus análisis y pruebas; y se negaron rotundamente a un estudio interdisciplinar de los resultados.

    Esta actitud ha provocado, lógicamente, que muchos investigadores del Sudario estén dolidos y algo resentidos. Y también es lógico que, aquella actitud, lleve consigo una cierta desconfianza, al menos hacia las intenciones de quienes realizaron los análisis.

    RESULTADOS A-CRITICOS

    El inconveniente más serio que puede ponerse para aceptar lo que dice el citado artículo de “Nature”, es quizá que se trata de una exposición a-crítica de los resultados del Carbono-14. El Dr. Tite, en efecto, se reduce a efectuar un estudio simplemente estadístico de los resultados obtenidos por los tres laboratorios: una catalogación de los doce datos de edad.

    Por su parte, el Centro Español de Sindonología que ha mantenido rigurosamente informados a sus miembros de las noticias que a partir de la prueba del C-14 se han ido produciendo, facilitó el año 1992 una información que supone el principio de la “rectificación de la edad de la Sábana Santa sobre la base del mismo Carbono-14”. He aquí, con algunas modificaciones y añadidos, varios párrafos de la apasionante información del número 7 de la revista “Linteum”, editada por dicho Centro:

    Como es sabido, en 1988, tres laboratorios (Oxford, Zurcí y Arizona) analizaron respectivos fragmentos de lino de la Sábana Santa; los resultados de la proporción de C-14 hallado en sus fibras, permitía deducir que la Síndone tenía una edad de unos 700 años, lo que situaba la edad de su fabricación en torno al año 1300.

    Desde el primer momento, los científicos conocedores de la Síndone, que la habían sometido con anterioridad a otros análisis, dudaron de la validez de la datación realizada con el método del C-14. Sus objeciones estaban basadas en los datos publicados en diversas revistas científicas sobre la desconcertante naturaleza de la huella sindónica absolutamente incompatible con ninguna falsificación medieval. Ahora, Jean Baptiste Rinaudo, investigador de medicina nuclear en Montpellier, ha desarrollado una teoría según la cual el mecanismo de formación de la imagen podría haber falseado los resultados de las pruebas de C-14.

    El mayor enigma de la Sábana Santa es, sin duda, el origen de las huellas que contiene. En la Síndone está “retratada” la imagen de un hombre crucificado, coronado de espinas y alanceado, cuyo análisis coincide con las descripciones de la Pasión de Jesucristo que hacen los Evangelios. Sin embargo, nadie ha podido saber cómo se produjeron esas impresiones. Los estudios realizados a finales de los años 70 por miembros del equipo STURP (Shroud of Turín Research Proyect) publicados en diversas revistas científicas, determinaron que dichas huellas: no son dibujo; son son pintura, ni estampado, ni grabado; no están producidas por impregnación o vaporigrafía; no son –como algunos pretenden- huellas termo-oxidantes producidas por un relieve de bronce sobrecalentado; no se sabe, en definitiva, qué son y hasta ahora, toda la inmensa capacidad científica del siglo XX ha sido insuficiente para reproducir un efecto semejante en otra tela de lino. Más de un investigador ha calificado seriamente estas huellas como UNO DE LOS MAS SORPRENDENTES ENIGMAS DE LA HISTORIA.

    Muy recientemente, sin embargo, J.B. Rinaudo, ha logrado producir una huella sobre una tela de lino, de alguna manera similar a la imagen de la Sábana Santa. Las huellas sindónicas están formadas por una ligerísima oxidación y deshidratación de las microfibrillas más superficiales del hilo que forma el tejido de la Sábana Santa. Cada hilo de lino, parecido a un hilo común, está formado en realidad por algunos centenares de fibrillas de lino, entrelazadas con las siguientes para dar continuidad al hilo. Las huellas de la Síndone afectan exclusivamente a las microfibrillas más superficiales de cada hilo: sólo una centésima parte del grosor del hilo de lino está alterado; y no porque “tenga” nada (pintura, etc.), sino porque le han “quitado” un poco de agua y se han oxidado algunos de los componentes celulares del lino. Esta huella, tan característica y tan insólita –no se conoce otra igual en el mundo- , ha sido reproducida en sus características esenciales por el citado investigador francés.

    Rinaudo sobre la base de que, bajo los efectos de una fuente de energía, el hidrógeno pesado (deuterio) libera un protón y un neutrón ha constatado que ese protón, fuertemente energético, es capaz de degradar el lino produciendo una huella en cierta medida análoga a la de la Sábana Santa.

    Además de esta huella, hay un segundo efecto tremendamente importante para la datación de la fecha de la Síndone. El neutrón que se desprende junto con el protón, choca con núcleos atómicos de Carbono, transformándolos en Carbono-14 y enriqueciendo así el tanto por ciento de C-14 en el conjunto de lino. Al aumentar la proporción de C-14 en la tela, ésta parece más “joven” (es decir, más rica en C-14) de lo que debería ser, si fuese del siglo I. De hecho, descontado este efecto de enriquecimiento en C-14, de los resultados dados por los laboratorios que analizaron la Síndone, ésta podría ser –con una aproximación relativa- algo anterior al siglo I.

    La acción de los protones sobre el lino para formar la imagen, ha sido comprobada en un acelerador de partículas de Grenoble (Francia). A la vez, en Lyon (Francia) se ha demostrado y medido el enriquecimiento en C-14, que produce ese bombardeo nuclear.

    Rinaudo consiguió reproducir en unas fibrillas de hilo oxidaciones similares a las que forman las huellas de la Sábana Santa; bombardeando una tela de lino con rayos alfa procedentes de la desintegración del deuterio. A la vez, esos protones (rayos alfa) iban acompañados de neutrones de baja energía (neutrones térmicos) procedentes del mismo deuterio; éstos produjeron un enriquecimiento en Carbono 14 de lino. Si esa hipótesis de formación de las huellas de la Síndone fuera cierta, a la vez que la mancha por oxidación , explicaría el falseamiento aparente de la edad del lienzo; ya que, al enriquecerse en C 14, el lino aparecería como más “joven” de lo que es en realidad...

    Según J.B. Rinaudo, cuando explica sus investigaciones y las aplica a la Síndone de Turín, “todo sucede como si esa radiación hubiera sido finamente dosificada. En efecto, si hubiera habido demasiada energía y, en consecuencia, demasiados protones, la imagen hubiera resultado excesivamente oscura. Si, por el contrario, la energía hubiera sido escasa, la imagen hubiese sido poco contrastada y por tanto ilegible. “ Es exactamente como si alguno hubiera tenido la intención precisa de provocar la imagen. “

    Rinaudo comparó este fenómeno con el origen del universo (el famoso Big Bang), donde también es necesario admitir una enorme y desconocida fuente de energía; también extremadamente dosificada. En ambos se llega a un punto de interrogación.

    Los análisis del C 14 efectuados el 1 de mayo de ese mismo año sobre los fragmentos de lino de Rinaudo, dieron a éste la razón en cuanto al enriquecimiento en C-14: un 102% de aumento del nivel de C-14. Precisamente el necesario para convertir un lienzo del siglo I en una tela aparentemente del siglo XIII. Con esto no se ha dicho todo, pero se confirma la intuición de Rinaudo de que estamos en el buen camino.

    Naturalmente, queda sin explicación científica de cuál fue la fuente de energía NUCLEAR que, hace XX siglos pudo bombardear la Sábana de lino e imprimir en ella esos cambios.

    Quedará siempre como un misterio, sin embargo, la identidad de aquel cadáver que pudo EMITIR UNA ENERGIA DE TIPO NUCLEAR, BREVISIMA, INTENSÍSIMA Y PERFECTAMENTE AJUSTADA AL EFECTO DE DEJARNOS EN EL LIENZO LAS HUELLAS DE SU CUERPO




    ¿LA HUELLA MATERIAL DE UNA RESURRECCIÓN?

    - Doctor, está en peligro. Salga deprisa por la puerta de atrás- susurró uno de sus devotos ayudantes.
    El doctor Yves Delage, médico de fama internacional, director del laboratorio Roscoff, activo militante en las filas ateo-racionalistas, interrumpió su conferencia y miró estupefacto la agresiva, congestionada y vociferante multitud de sus correligionarios en el ideal ateo y en el progresismo científico. Le acusaban de traición y numerosos puños empezaron a levantarse amenazadores.

    - Por favor, doctor, ya lo recogeré yo todo. Usted váyase cuanto antes- urgió de nuevo suplicante su colaborador.

    Yves Delage comprendió que tenía razón e inició su retroceso del estrado hacia la puerta trasera. Le interceptó el Secretario de la Academia, la cara desencajada y la voz alterada y chillona:
    - Monsieur Delage, asumo la responsabilidad personal de que en las Actas de esta Ilustrísima Academia no quede constancia del nombre que usted ha pronunciado relacionándolo con la tela de Turín.

    Delage no daba crédito a lo que oía y veía. Entre la mayor parte de los miembros de la Académie des Sciences existía una vinculación muy especial, como suele ocurrir con todos los que comparten un mismo ideal, sobre todo si éste es minoritario. Y la verdad era que todavía en 1902 el ideal de un ateísmo activo y militante, considerado como fuente inagotable de un constante progreso material, científico y liberador, sólo era compartido por algunas minorías muy cualificadas de Europa y América. En efecto, la creencia de que en la medida en la que el pueblo se fuera liberando de su fe religiosa se produciría un imparable desarrollo científico, bienestar material y libertad ciudadana, la compartían y luchaban por ella sólo reducidos grupos de intelectuales, artistas y hombres de negocios.

    Pero lo que no cabía en la cabeza de Delage era la reacción de sus correligionarios frente a lo que acababa de exponer en su conferencia; porque muchas veces había comentado con ellos la diferencia entre su mentalidad atea y racionalista, tolerante, comprensiva, abierta a cualquier idea o progreso del signo que fuere, frente a la mentalidad católica, dogmática, intolerante, aferrada a formas inquisitoriales y reaccionarias. Y sin embargo, ahora, estaban allí, sus propios compañeros de lucha por ese sublime ideal en que para él consistía el ateísmo liberador, antidogmático y racionalista, insultándole, amenazándole, acusándole de traidor, porque al exponer los resultados de una de las investigaciones más exhaustivas llevadas a cabo en su vida de científico, había dejado constancia de la autenticidad del lienzo de Turín, y asimismo de que las características que aparecían en la figura de este lienzo coincidían con las del personaje histórico llamada JESUS DE NAZARETH.

    !Qué diferencia! Hacía apenas dos horas, al entrar en la Academia, oyó decir al propio Secretario con entusiasmo desbordante: "Doctor, esto es un éxito, todo está abarrotado, ya no cabe ni un alfiler". Y en efecto, cuando él empezó a hablar se hizo un silencio expectante. Fue al pronunciar la primera vez el nombre de Jesús de Nazareth cuando empezaron los murmullos. Después fueron los gritos, el pateo, y ahora tenía que salir con rapidez para evitar alguna agresión personal.

    Recordó la expectación que se produjo cuando la opinión pública supo que Yves Delage se había hecho cargo de la investigación de la Síndone de Turín. Muchos pensaron que por fin se iba a desenmascarar esta última superchería de la Iglesia Católica, destinada a engañar, una vez más, al pueblo llano y sencillo, tan propenso a creer fantasías extraordinarias y maravillosas. Sorprendentemente ocurrió lo contrario. Yves Delage con la honestidad profesional y personal que le caracterizó toda su vida, expuso con sencillez y contundente rigor científico los resultados de su larga y penosa investigación. En resumen sus conclusiones podían sintetizarse en la afirmación de que la Síndone de Turín no era una falsificación, y que las características de la figura del hombre crucificado, tal como aparecían en el lienzo, correspondían a las de JESUS DE NAZARETH.

    Yves Delage decidió repasar de nuevo lo que había expuesto en la Academia. Antes de empezar a examinarlo un pensamiento se fue abriendo paso con fuerza en su lúcida mente: 'existía una gran mayoría de personas para las que la afirmación de que la llamada Sábana Santa era auténtica, comportaba, se quisiera o no, un planteamiento religioso, la veracidad de la religión cristiana, y eso es lo que no podían admitir'.

    Miró ávidamente las fotografías con la figura del hombre crucificado, y observó, en primer lugar, la sangrante cabeza. No cabía duda de que a aquel hombre le habían clavado, no una corona de espinas en forma de aro, sin un auténtico casquete o capacete espinoso que le cubría la cabeza. Sobre todo la nuca estaba especialmente dañada, tal como tenía que ocurrir en un hombre muerto en cruz con un a modo de yelmo de ramas espinosas encasquetado en la cabeza. El crucificado muere por asfixia. No puede espirar, expeler el aire de sus pulmones e inspirar un poco de aire puro. Para lograrlo, debe apoyarse sobre el clavo que sujeta sus pies al madero e intentar elevarse con la fuerza de los músculos agarrotados y acalambrados de las piernas, a la vez que echa compulsivamente la cabeza hacia atrás, con objeto de expulsar una bocanada del aire viciado de sus pulmones. Y en este alzarse y dejarse caer echando la cabeza hacia atrás, se clavan cada vez más las espinas, los calambres musculares aumentan, se produce una tetanización en la que, agotadas las fueras y entre atroces dolores, el crucificado muere.

    Al llegar aquí la sensibilidad de Delage se conmovió. Con motivo de su investigación sobre la Sábana Santa, había leído todo lo que cayó en sus manos sobre las ejecuciones romanas, y reconocía que los escritores de aquel tiempo, desde Cicerón a Séneca, no exageraban cuando describían, con un sentimiento mezcla de horror y piedad, que el crucificado "...muere en cada respiración, gota a gota, miembro a miembro..."

    Además, la manera con la que los soldados romamos acostumbraban a llevar al cruciarius o patibulatus a la muerte también explicaba que la corona de ramas espinosas hubiera herido más profundamente la nuca. En efecto, el sentenciado a muerte de cruz, cargaba hasta el lugar del suplicio únicamente con el patibulum, esto es, con el madero transversal.

    Esta forma de ir atado al cruciarius le dejaba indefenso ante las posibles caídas, que sólo podía amortiguar, bien con las rodillas, bien con el rostro. En todo caso, cada vez que caía al suelo, el madero transversal atado a los brazos y hombros golpeaba la nuca del condenado.

    Yves Delage comprobó de nuevo, conforme a lo establecido por las disposiciones romanas respecto de la forma de llevar el cruciarius el madero transversal hasta el lugar del suplicio, que las rodillas del hombre de la Sábana Santa estaban horriblemente desolladas y el rostro tumefacto y herido, como consecuencia de algunas caídas en las que lógicamente, al estar atadas las manos y los brazos en forma de cruz a un pesado madero, eran las rodillas y la propia cara del condenado las que soportaban los golpes contra el suelo.

    Le llamó la atención LA BARBA, que aparecía parcialmente ARRANCADA, y volvió a recordar la profecía de Isaías que había leído, como tantos otros pasajes de la Biblia, mientras llevaba a cabo la investigación. Isaías, muchos siglos antes del nacimiento de Jesús de Nazareth, hablando del Mesías, del Hijo de Dios, profetizó en el versículo 6 del capítulo 50 de su libro: "Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban y mis mejillas a los que ARRANCABAN MI BARBA; no hurté mi rostro a los ultrajes ni a los salivazos".

    De entre todas las docenas y docenas de heridas, llagas y tumefacciones que cubrían el cuerpo del hombre de la Síndone, la más llamativa era, sin duda, la del costado derecho. La enorme masa de sangre que había fluido presentaba una característica sorprendente: unas manchas blancas se alternaban con las oscuro-rojizas de la sangre. Delage volvió a coger la lupa y la aplicó una vez más en la herida. Resultaba evidente que la incisión se produjo después de la muerte del hombre, entre el quinto y el secto espacio intercostal y desgarró el corazón, cuya aurícula derecha como ocurre en los cadáveres recientes estaba llena de sangre.

    Delage se quedó en suspenso al contemplar la sangre que invadía las dos muñecas del hombre de la Síndone, al parecer producto de una perforación de las mismas. Recordó que durante su investigación fueron muchos los que le argumentaron que el cadáver de la Sábana no podía ser Jesucristo, porque a Jesús le traspasaron las manos, no las muñecas. La fuerza con que estas personas le pusieron de relieve este hecho, con el deseo de que apartara de su consideración cualquier referencia a Jesús de Nazareth, le llamó la atención, porque todos los médicos de todos los tiempos incluyen en la mano el carpo o muñeca, el metacarpo o palma de la mano y los dedos con sus tres huesos o falanges. La verdad es que resultaba mucho más lógico, desde el punto de vista anatómico, que al crucificado le hubieran introducido los clavos entre los huesos metacarpianos que no en las palmas de las manos donde era muy posible que se produjera con facilidad un desgarro de los tejidos con lo que el condenado se desprendería de la cruz.

    Delage se recostó en el sillón y miró el conjunto de la fotografía. Tomó la Biblia que tanto había manejado durante su investigación y algunos de sus pasajes le resultaban familiares. El hombre de la Sábana Santa, horriblemente torturado desde la cabeza hasta los pies, constituía la reproducción casi exacta del "varón de dolores", del Mesías profetizado por Isaías casi mil años antes de que muriera Jesús de Nazareth. Leyó el final del capítulo 52 referido al Siervo de Yahwéh: "...ante él se pasmaron / tan desfigurado estaba su aspecto / que no parecía ser de hombre /..." Continuó con el principio del capítulo 53 también referido al Siervo de Yahwéh, al Mesías: "...No hay en él parecer / no hay hermosura para que le miremos / ni apariencia para que en él nos complazcamos. / Despreciado y abandonado de los hombres / varón de dolores y familiarizado con el sufrimiento / y como uno ante el cual se oculta el rostro, menospreciado sin que le tengamos en cuenta".

    El resto del capítulo del libro de Isaías parecía recoger lo que expresaba el rostro de la Síndone: ningún deseo de venganza, ningún sentimiento de odio o rencor por parte del crucificado, sino por el contrario la expresión de la paz y el amor; la manifestación del triunfo, del dominio y señorío sobre el dolor y la muerte.


    ¿UN RETO A LA CIENCIA?

    La Sábana Santa no es materia de fe, simplemente porque Dios no ha revelado nada sobre ella. Por lo tanto, el creyente puede creer o no creer en la Sábana Santa con absoluta libertad. La Sábana Santa es una reliquia, un documento histórico, un objeto científico y la fe no se fundamenta sobre objetos sino sobre la palabra de Dios.

    Lo que pasa es que la ciencia dice de este objeto cosas impresionantes, pero es la ciencia la que lo dice, no el Evangelio.


    Y así, la ciencia dice: El Lienzo de Turín es el único, hasta ahora, que tiene impresa la figura de un crucificado del siglo I que fue, además, coronado de espinas, golpeado, azotado, alanceado después de muerto y enterrado deprisa.
    Y el creyente abre el Evangelio y dice : ¡caramba!, pues todo eso le pasó a Jesús. ¿Qué probabilidades habrá de que fuera Jesús? Y los matemáticos le aseguran 5.000 trillones a favor y una en contra. (Esta cifra que reproduce el Dr. Molina corresponde a los cálculos del profesor Filas y, como puede comprobar el lector, es muy superior a la de Zeuli y Barberis citada en el capítulo V ¿Es Jesús de Nazaret u otro hombre?”)

    Y la ciencia sigue diciendo: en el momento en que se grabó la huella, desapareció el cuerpo, el lienzo estaba horizontal e inmóvil y había un pañuelo alrededor de la cabeza.

    Y el creyente abre el evangelio y dice: ¡caramba!, pues todo eso es lo que dijeron también San Lucas y San Juan, que no disponían del VP8.

    Y la ciencia sigue diciendo: ese cadáver; antes de iniciar la putrefacción, en un determinado instante, emitió una radiación, una energia desconocida, que duró milésimas de segundo, como un fogonazo. Durante un instante, el cuerpo dejó de pesar y desapareció ¡sin que se afectara la Sábana que lo cubría, que siguió horizontal e inmóvil! O sea, que para ese cuerpo no existia la ley de la gravedad (puesto que no pesaba), ni la ley de la impenetrabilidad (puesto que atravesaba los lienzos). Luego había cambiado de naturaleza: a partir de ese instante ya no es el que era.

    Y el creyente abre el evangelio y dice: ¡caramba!, pues aquí dice que Jesús en seis ocasiones distintas, y en pleno triunfo apostólico, anunció que tenía que sufrir una Pasión terrible, pero que al tercer dia resucitaria.

    Y el evangelio dice también que, después de resucitado, se apareció varias veces siendo él mismo, pero con un cuerpo distinto.

    La pregunta del creyente cae, como la manzana de Newton, por su propio peso: y estos hechos raros que encuentra la ciencia en este cadáver ¿no pudiera ser que significaran la transformación gloriosa de ese cuerpo al resucitar?

    Naturalmente que pensar asi no deja de ser atrevido, porque la ciencia no habla de resurrección ni de cuerpo glorioso, pero fijaos bien: la ciencia no habla de Sábana Santa, dice Sábana de Turín, sin meterse en si es santa o pecadora; la ciencia no habla de resurrección, dice que el cuerpo de un cadáver, en un instante infinitesimal, desapareció; la ciencia no habla de cuerpo glorioso, dice que este cuerpo se puso radiante, dejó de pesar y escapó, a través de los lienzos, como algo insustancial, sin meterse en si la transformación de naturaleza de ese cuerpo fue gloriosa o mundana; la ciencia no dice que aquel cadáver fuera el de Jesús (podría no serlo), pero los matemáticos afirman que existen 5.000 trillones de probabilidades contra una de que lo sea.

    A un cuerpo etéreo, insustancial, que escapa a las leyes físicas de la gravedad e impenetrabilidad, yo no sé cómo lo llamarán los científicos: los creyentes lo llamamos glorioso, pero, en todo caso, científicos y creyentes, con expresiones distintas, a lo mejor estamos definiendo la misma cosa.

    Las huellas negativas tridimensionales debidas a la radiación serian huellas de la Resurrección Gloriosa de Cristo.

    Viene aquí bien repasar lo que ya se ha dicho, acerca del número de probabilidades de que el Hombre de la Sábana fuera Jesús.

    Todos los cálculos fueron hechos teniendo en cuenta que el hombre cubierto con el lienzo de Turín:
    • fue coronado de espinas…como a Jesús
    • fue azotado atrozmente…como a Jesús
    • fue golpeado en la cara…como a Jesús
    • fue crucificado con clavos…como a Jesús
    • No le partieron las piernas…como en el caso de Jesús
    • Le abrieron el costado…como a Jesús
    • fue amortajado en un lienzo…como a Jesús
    • este lienzo resultó sin mancha de descomposición o putrefacción…como el de Jesús
    • fue enterrado provisionalmente…como Jesús
    • etc…

    En cada uno de estos supuestos nos preguntamos ¿a cuántos crucificados les pondrian corona? ¿a cuántos los enterrarian en un lienzo?

    Pues bien, usando sólo estos datos ya veiamos el número astronómico que resultaba. Péro, ahora, a estos números, hay que añadir un nuevo factor: estas huellas tridimensionales indican que el Hombre de la Sábana resucitó. ¿Cuántos crucificados resucitaron? Poned vosotros el número que queráis y multiplicad por las cifras que manejábamos antes y os daréis cuenta de que el número de probabilidades es ya de una certeza que dudo haya otro personaje en la historia mejor tipificado.


    Y así debió ser, porque, si Cristo no hubiera resuticato, no habría esas imágenes en la Sábana Santa: no podría haberlas. Podría haber manchas de sangre o sudor, o saliva, pero una imágenes en relieve, tan uniformes, impresas en negativo las del cuerpo y unas fotos en positivo de la sangre eso nunca se hubiera logrado.


    Bueno, todo esto es tan asombroso que se queda uno con la boca abierta, pero auqneu extraordinario, esto no es ciencia-ficción, ni elucubraciones imaginativas. Son deducciones lógicas de unos hechos cintíficos plenamente demostrados, interpretados a la luz de la fe, por personas creyentes.
    Merecen un gran respeto todos los que, adoptando una actitud honrada ante la vida y ante la ciencia no creen en lo sobrenatural: por lo que sea, pero se esfuerzan por buscar la verdad.

    Cuando, buscando esa verad, prescienden del Evangelio y acuden a la cienciapara que ésta les explique los fenómenos científicos que hay en el Lienzo de Turín, se sienten bastante inquietos, porquela ciencia les dice:

    El Lienzo de Turín es un caso raro y único en el mundo, pues tiene unas figuras, que no hemos podido explicar hasta ahora por causas naturales. Y hoy no podemos dar respuesta lógica cuando nos preguntan:

    - Por qué se grabaron unas imágenes fotográficas en un lienzo, 18 siglos antes de inventarse la fotografía?

    - Por qué esa impresión se realizó en negativo, sabiendo que los negativos no pueden ser de hechura humana?

    - Por qué es el único lienzo en el mundo con la imágen en negativo de la totalidad de un cuerpo humano?

    - Por qué nunca se ha conseguido que un cadáver produzca huellas parecidas en miles de experimentos con todos los medios de la ciencia actual? (las huellas conseguidas por Rinaudo en 1993 son de objetos, en el laboratorio y usando una fuente de energía externa).

    - Por qué esas imágenes coinciden exactamente con la Pasión de Jesús?

    - Por qué coinciden exactamente con el entierro provisional de Jesús?

    - Por qué un lienzo, que tiene impresa la figura de un cadáver, no tiene la menor mancha de descomposición cadavérica?

    - Por qué es la única fotografía humana en un lienzo con imágenes tridimensionales perfectas?

    - Por qué, al escaparse el cuerpo, no alteró la posición de la Sábana ni del sudario?

    - Por qué no se destrozaron las manchas de sangre al escapar?

    - Por qué está grabada toda la imágen de una manera tan uniforme, cuando lo lógico es que estuvieran más marcadas las huellas del dorso?

    - Por qué las manchas de sangre se imprimieron en forma distinta a las huellas del cuerpo?

    - Por qué se imprimieron en un lienzo las inscripciones de unas monedas romanas?

    - Por qué las huellas del cuerpo, de la sangre y de las monedas están intactas, después de sufrir baño de agua hirviendo y fuego que funde la plata?

    - Por qué el cadáver cubierto con el Lienzo de Turín emitió, en un instante, una energía capaz de chamuscarlo?

    - Por qué, durante esa incandescencia, el cuerpo dejó de pesar?

    - Por qué, en ese instante, desapareció el cuerpo al mismo tiempo que imprimió la huella?


    Son diecisiete porqués científicos que nos plantea la Sábana Santa y ninguno de ellos explicables por causas naturales.

    Estos diecisiete porqués inexplicables por causas naturales, se pueden explicar todos por una causa sobrenatural: La Resurrección de Cristo.

    Hagamos la prueba:
    - Se grabaron esas imágenes fotográficas en un lienzo, antes de inventarse la fotografía por ésta no se hizo con una cámara moderna, sino mediante la radiación emitida por la Resurrección.
    - Esa impresión se realizó en negativo porque así son las imágenes grabadas por la radiación.
    - Es el único lienzo con laimagen en negativo de todo un cuerpo, porque es la única resurreci´n efectuada en el mundo en esas circunstancias.
    - Nunca un cadáver ha producido huellas as´li, porque nunca se podrá reproducir, experimentalemtne, una resurrección.
    - Coinciden con la Paisón de Jesús, porque el retratado y resucitado es JESÚS.
    - Coinciden con un entierro provisional, porque no hay duda de que así fue el entierro de Jesús
    - Es la única imágen humana que aparece tridimensional en la pantalla del VP8 porque este lienzo recibió la radiación de la única Resurrección Gloriosa conocida. Para que se entienda mejor: Cualquier FOTOGRAFIA NORMAL DE UN HOMBRE, de una estatua o de un paisaje, ES PLANA Y BIDIMENSIONAL, por lo que se convertirá en una imagen distorsionada y esperpéntica en la pantalla de VP8. Ünicamente, cuando la profundidad es auténtica, cuando debajo de la cámara del VP8 se encuentra el objeto real, la estatua, la vasija, la piedra, el rostro, entonces puede verse con absoluta exactitud en sus tres dimensiones.
    - Al escaparse el cuerpo no alteró la posición de la Sábana ni del Sudario, porque la Resurrección se hizo con cuerpo glorioso y éste puede atravesar los cuerpos sin modificarlos. Así se presentó en el Cenáculo, estando las puertas cerradas. Sin forzarlas, sin violencia.
    - No se destrozaron las manchas de sangre al escapar el cuerpo, porque el cuerpo glorioso no se adhiere a las costras de sangre.
    - Está grabada toda la imagen tan uniforme porque la Resurrección se hizo en levitación y, en estas circunstancias lo mismo se marcan las huellas del dorso que las delanteras pues no interviene el peso del cuerpo.
    - Se imprimieron estas inscripciones por la radiación de la Resurrección.
    - Las huellas están intactas, a pesar del fuero y agua, porque no son pintadas sino grabadas por la fuerza de la Resurrección.
    - Ese cadáver emitió energía porque la Resurrección pudo ser así: una explosión de energía.
    - El cuerpo dejó de pesar por la transformación del cuerpo humano en cuerpo glorioso.

    O sea, los diecisiete porqués, que no encontraban explicación por causas naturales, explicados todos por una causa sobrenatural: la Resurrección de Cristo. Aquí es donde está lo extraordinario de la Sábana Santa.

    Pues diecisiete hechos no naturales son diecisiete problemas que la ciencia tiene que explicar, sin haberlo conseguido hasta ahora a pesar de sus esfuerzos.
    Valmadian dio el Víctor.

  4. #4
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    Re: Testimonios sobre la muerte de Cristo

    Siendo la Sábana Santa una prueba tan irrefutable de la resurrección de Jesús, no es de extrañar que satanistas y lobos de la misma camada hayan intentado destruirla en varias ocasiones, como se ve en el siguiente artículo aparecido en Alfa y Omega allá por mayo de 1997:


    La desconcertante hipótesis de Vittorio Messori
    «Quieren quemar la Sábana Santa»
    Alfa y Omega en su número 69, del pasado 3 de mayo, ya informó del incendio que hizo peligrar la Sábana Santa de Turín. Ahora ampliamos la información ofreciendo con más detalle la hipótesis de Vittorio Messori. «El incendio comenzó en la Capilla y fue provocado», explica el famoso escritor católico. «Hay demasiadas coincidencias con algunos atentados ocurridos hace 25 años: entonces como hoy, todo ocurre en la noche entre el viernes y el sábado, la de la sepultura de Jesús; un pasadizo casi desconocido, un móvil, amenazas de los anarquistas...»

    Messori no tiene dudas: «No perdamos el tiempo con la hipótesis del cortocircuito. El incendio en la Capilla Guarini es un atentado a la Sábana Santa. No lo han logrado, pero lo volverán a intentar».
    «La hipótesis del accidente fortuito, es decir el cortocircuito o la autocombustión, no me convence. El incendio en las salas del Palacio Real se ha desarrollado en un segundo momento; el origen del fuego está en la Capilla. Conozco bien esos lugares; como joven periodista de La Stampa, durante el invierno del 72 los visité cinco veces, por causa de otros tantos intentos de entregar a las llamas la Sábana Santa. Me he hecho mi propia opinión sobre lo que puede haber ocurrido esta vez, quién lo ha hecho y por qué. No soy uno de esos que ven complots por todas partes; intento ordenar los hechos».
    «Hace 25 años, unos pirómanos entraron varias veces en la Capilla, dando fuego, en una ocasión, a los manteles que cubrían el altar. En otros casos se encontraron pañuelos impregnados de sustancias exóticas y restos de misas negras. Entonces como hoy, los ataques tuvieron lugar en la noche entre el viernes y el sábado: la primera noche en la que Jesús, antes de la Resurrección, estaba en el sepulcro, envuelto precisamente por la Sábana Santa». Hay, además, una tercera coincidencia que haría pensar, según Messori, en un hecho doloso: «La tarde del incendio, las salas del Palacio Real adyacentes a la Capilla estaban abiertas para un recibimiento de honor al Secretario General de la ONU. Bien, desde el Palacio a la Capilla hay un pasadizo usado por los Saboya. Tras los atentados del 72, el pasadizo había sido tapado, pero después ha sido inexplicablemente reabierto».
    «Otra coincidencia: el año que viene está prevista una exposición extraordinaria de la Sábana Santa, con ocasión del centenario de la primera fotografía de Secondo Pía, cuando se vio, de modo tangible, que era una imagen en negativo. Éste es el año 99 desde aquel evento, y 99 es un número mágico para ciertos círculos iniciáticos».
    «La mía es sólo una hipótesis, pero muy creíble. He ordenado los indicios y, como dijo Agatha Christie, tres indicios hacen una prueba. Aquí hay más de tres...»
    ¿Quién puede tener interés en un sacrilegio similar? «No olvidemos que la Sábana Santa es el objeto más misterioso de la Historia. Suscita mucho amor, pero también mucha aversión. Inevitablemente, en esa Sábana está todo cuanto puede golpear la fantasía enferma de los maníacos: Cristo, los Templarios que la trajeron a Europa, los cruzados, la Ciencia... Hay además un odio evidente, por parte sobre todo de sectas fundamentalistas protestantes; rechazan como blasfemia todo tipo de reliquia; pensemos en ésta que es la Reliquia por excelencia.
    Las llamas debían desarrollarse precisamente allí, y quemando la Capilla debía quemarse también la reliquia, conservada allí cerca, detrás del altar mayor de la catedral. La Capilla tiene una altura de unos 60 metros; la combustión se facilitaría, como si se tratara de una chimenea».
    Añade Messori: «Emmanuela Marinelli, ilustre experta en la Sábana Santa, me ha confirmado que es impresionante ver, en Internet, cuántas amenazas de atentados a la Sábana Santa llegan cada día. El más frecuente es: Destruid la Sábana de Turín. Esto, a pesar de los test del carbono 14 de hace nueve años, según los cuales nos encontramos frente a un "falso" medieval. En realidad, nadie cita ya aquellos test, que se contradicen con lo dicho por otros científicos».
    En Turín ocurrió un hecho inquietante. El pasado 19 de agosto era arrestado el anarquista Marzio Muccitelli. Sus compañeros llenaron de escritos la fachada de la catedral. En el número 33 de Perro negro, revista anarquista difundida por Internet, un tal Mario Spesso define el haber ensuciado la catedral como una acción de represalia contra el lugar donde se conserva la Sábana Santa.

    R. Copello/V. Sansonetti





  5. #5
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    Re: Testimonios sobre la muerte de Cristo

    Para los que estén interesados en profundizar más en torno a la Sábana Santa, pongo el siguiente enlace:

    http://mm2002.vtrbandaancha.net/sindone.html

    No lo copio y pego por su gran extensión. Aporta muchísimos más datos, argumentos y pruebas a favor de la autenticidad de la Sábana Santa. Solo aviso que al final, después de toda esa parte tan buena, concluye con unas reflexiones e ideas extrañas tipo Nueva Era, pero los lectores ya se darán cuenta y lo dejarán ahí.

    Comprendo que no todos los temas tienen el mismo interés, pero me extraña que un día como hoy en que celebramos un hecho tan central y transcendental como la Resurrección del Señor, sin la cual vana es nuestra fe, no haya más gente leyendo y aportando en este hilo. Espero que sea porque la mayoría fue a la playa o está de viaje. Un cordial saludo, y feliz Pascua de Resurrección. ¡Alegraos! ¡El Señor resucitó!
    Valmadian dio el Víctor.

  6. #6
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    Thumbs up Re: Testimonios sobre la muerte de Cristo

    ¿Me parece a mí o cuando no está Donoso entra poca gente?

    Muchas gracias a los dos por colaborar en este hilo, muy buenos tus aportes, Hyeronimus. ¡Felices y Santas Pascuas de Resurrección!



    Imperium Hispaniae

    "En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."







  7. #7
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    Re: James Cameron niega la resurrección de Cristo

    El sudario de Oviedo

    En la Catedral de Oviedo (capital del Principado de Asturias. España) se venera, desde la época medieval un lienzo de lino que, según la tradición, fue colocado sobre el rostro de Jesucristo en el descendimiento de la cruz y hasta su definitivo entierro.
    El Santo Sudario de Oviedo es una tela blanca en origen, de lino, con textura tafetán manchada, sucia y arrugada. Tiene forma rectangular, aunque con alguna irregularidad, y mide 83 por 53 cms. aproximadamente. Presenta numerosísimas manchas de diversos tonos, de color fundamentalmente marrón claro. Se le denomina tradicionalmente "Santo Sudario" o "Santo Rostro" a pesar de que en él no se puede apreciar rostro alguno.



    ¿Qué afirma la tradición sobre el Sudario?
    En los primeros años del cristianismo, se veneraron en JERUSALÉN una serie de reliquias de Jesús y de Sta. María, que los apóstoles habrían guardado en un arca de cedro.
    Ante la invasión de los Persas, mandados por Cosroes II, en el 614, se hizo necesario ponerlas a salvo. El presbítero Filipo fue el encargado de llevar hasta ALEJANDRÍA el arca con las reliquias.
    El empuje de los persas en África dio lugar a nuevos traslados, y, a través de ellos, terminó llegando a España. El obispo deEcija, S. Fulgencio, acogió a los huidos, que llegaron a la península por CARTAGENA, y puso en manos de S. Leandro, obispo de SEVILLA -su superior y hermano- el "Arca Santa". Es bien conocido que S. Isidoro sucedió en la sede hispalense a Leandro y fue maestro de S. Ildefonso. Cuando este último fue nombrado obispo de TOLEDO llevó consigo a la capital del reino Hispano-Visigodo el arca de las reliquias.
    El Diccionario Eclesiástico de España señala la presencia de la misma en los primeros años del S. VII.
    En la primera mitad del S. VIII, una nueva arca -de roble- sale de Toledo en dirección
    al norte, esta vez coincidiendo prácticamente su traslado con la invasión musulmana y llegando a ASTURIAS -según diversos autores- entre el 812 y el 842.
    Para albergar tal tesoro, Alfonso II el Casto mandó construir la llamada "Cámara Santa", que inicialmente sería la capilla de su palacio, y que hoy se halla incorporada a la Catedral gótica que se edificó posteriormente. Desde ese momento la denominada "Arca Santa" y su contenido han recibido la veneración constante de los asturianos, a pesar de las diversas vicisitudes históricas.

    Que el Sudario está en Oviedo desde muy antiguo es algo indiscutible. En 1075, con ocasión de la visita del Rey Alfonso VI se procedió a la apertura del Arca y la realización de un inventario de los distintos objetos guardados en ella. El monarca ordenó que se la recubriera de plata como homenaje a su precioso contenido. En el recubrimiento del Arca Santa podemos leer la fecha de su realización (el año 1113) y la relación del contenido que atesoraba. Se menciona expresamente "el Santo Sudario de N. S. J. C.". Desde ese momento son constantes las referencias documentales al Sudario, puesto quese hicieron diversos inventarios.

    No hay circunstancia alguna que permita dudar de la permanencia ininterrumpida de la reliquia en Asturias. Aunque en la actualidad no es excesivo el conocimiento que se tiene de ella entre la población española, esta situación es radicalmente distinta a la de tiempos pasados. Su fama llegó a ser tal durante la Edad Media que, a pesar de la dificultad que suponía atravesar el macizo montañoso que separa Asturias de Castilla, muchos peregrinos se desviaban del Camino francés a Compostela para acercarse a San Salvador de Oviedo (la Catedral) y venerar el "Arca Santa" de las reliquias.
    La veneración al Sudario, ha sido continua; basta recordar cómo ha llegado hasta nuestros días el insólito privilegio de dar la Bendición con el "Santo Sudario" a los fieles que llenan la Catedral en días señalados: el Viernes Santo, y en la octava del jubileo de la Santa Cruz. Sólo en estas ocasiones se puede ver el Lienzo.

    ¿Se usó un sudario en el entierro de Cristo?

    En la época de Jesús un sudario era un pañolón (equivalente, aunque algo mayor a uno de nuestros pañuelos actuales) que usado como una pequeña toalla, servía para quitarse el sudor de la cabeza o limpiarse la cara en caso de necesidad. La Enciclopedia Universal Judía recoge la prescripción según la cual cuando un cadáver tenía desfigurado o mutilado el rostro era imprescindible que este fuera cubierto con un velo para ocultarlo a los ojos de la gente. No es extraño que se empleara para este menester el pañolón -sudario- que se tenía a mano (en ocasiones enrollado en la muñeca) y que se colocara sobre el difunto aun antes del entierro.
    Por otra parte sabemos que uno de los "lienzos funerarios" empleados en enterramientos judíos es el sudario, y que cubre exclusivamente el rostro. San Juan en su evangelio menciona en dos ocasiones un sudario sobre la cabeza de un cadáver. En el relato de la resurrección de Lázaro (Jn 11,44) dice que salió el muerto "atado de pies y manos y envuelta la cabeza en un sudario" pero el texto evangélico más importante del Apostol en este punto es el Cap. XX. En sus versículos 6 y 7 distingue claramente entre los lienzos en los que fue envuelto el cadáver (entre ellos, lógicamente, la Sábana que mencionan los evangelios sinópticos) y "el sudario que había estado sobre su cabeza".
    A pesar de que en francés y en español se denomina -a veces- Santo Sudario a la Síndone, sólo impropiamente se puede llamar sudario a la sábana utilizada para envolver el cuerpo entero en un enterramiento hebreo.

    Estudios científicos
    El iniciador de los estudios científicos sobre el sudario fue Mons. Giulio Ricci (miembro de la curia vaticana y Presidente del "Centro Romano di Sindonología") quien ya lo menciona en la 2ª edición de su libro "L'UOMO DE LA SÍNDONE È GESÚ" (1969). La quinta edición de este libro amplia considerablemente su estudio. Sus aportaciones se pueden resumir en las siguientes notas:
    - Compatibilidad evangélica entre la Síndone y el Santo Sudario. S. Juan habla, en el Cap. 20 de su Evangelio, de "lienzos" por una parte y de "sudario" por otra. Plantea una posibilidad nueva: que tal lienzo se hubiera usado para cubrir el rostro de Jesús desde el Gólgota al sepulcro y, una vez allí fuera colocado en un lugar.
    - Estudio geométrico de las manchas que aparecen en el Santo Sudario: Descubre que existen en ambas caras del lienzo (por haberse filtrado) dos de tamaño grande, prácticamente simétricas, y aparentemente producidas al aplicar el lienzo sobre un rostro ensangrentado.
    - Compatibilidad entre las manchas del Sudario y el Rostro impreso en la Síndone: Comprueba que se produce una compatibilidad muy buena y numerosos detalles coinciden.
    Por su parte -y a instancia de Ricci- el eminente palinólogo suizo Prof. Max Frei realizará un informe pericial tras su visita a Oviedo en 1979. Frei encontró polen de seis especies de plantas coincidentes con las halladas sobre la Síndone -dos de ellas características de Palestina-. Otros restos palinológicos se identificaron como procedentes de plantas del norte de África (que no existen en la Síndone) y observó la ausencia de especies de la zona de Turquía y resto de Europa (muy abundantes en el lienzo de Turín).
    En 1985, el Dr. Baima Bollone. Realizó un estudio fotográfico (180 fotografías con luz normal y 144 con película infrarroja), se tomaron nuevas muestras con cintas adhesivas -especialmente de zonas manchadas- y se sacaron 7 cabos de hilo pequeños del interior de las manchas y 12 de los salientes de la tela para realizar un análisis hematológico. Determinó que el grupo sanguíneo era el AB.
    Igualmente en el Congreso de Siracusa se dio a conocer el estudio de Franca Pastore Trosello que comparaba la estructura textil de Síndone y Sudario. Afirma que los hilos de ambas reliquias tienen igual composición (idéntico grosor de fibras, hilado a mano y torcedura en "Z"), pero han sido tejidos de diferente manera: sarga en espiga para la Síndone y trama ortogonal (tafetán) para el Sudario.


    Estando las cosas en este punto se constituye en Valencia el CENTRO ESPAÑOL DE SINDONOLOGÍA (C.E.S.) en 1987.
    La idea concreta de la realización de un estudio interdisciplinar sobre la reliquia asturiana partió del Ingeniero D. Guillermo Heras, quien, poco tiempo después fue nombrado Jefe de la sección de investigación científica del Centro Español de Sindonología, con lo que este Centro asumía plenamente el proyecto. Comienza entonces a materializarse la idea de constituir el EDICES (Equipo de Investigación del C. E. S.).
    Paralelamente, y con el único apoyo gráfico de las fotografías publicadas por Ricci, el Dr. Alan D. Whanger presentaen el III Congreso Internacional de Sindonología de Bolonia (Italia), (Mayo de 1989) un estudio que incluye un apartado relativo al Sudario y afirma que ha encontrado más de cien puntos de coincidencia entre las manchas de la Síndone y ésta reliquia.
    El permiso oficial, a favor del Centro Español de Sindonología, para la realización coordinada de pruebas científicas sobre el Santo Sudario se otorga en sesión del Cabildo de la catedral de Oviedo el 9 de Noviembre de 1989. Miembros de nuestro Equipo de Investigación se desplazaron hasta la Capital del Principado los días 9 a 11 de Noviembre de 1989 y 16 a 18 de Febrero de 1990 con el propósito de recoger los primeros datos.
    Estos primeros trabajos constituyeron la base de la ponencia presentada en las III Jornadas Nacionales sobre la Sábana Santa celebradas en Valencia el 25 de Marzo de 1990. Y las primeras conclusiones fueron presentadas ante un foro internacional en el Congreso de Sindonología celebrado en Cagliari (Cerdeña. Italia) el 30 de Abril del mismo año. Los ponentes fueron D. Guillermo Heras, el Dr. D. José Delfín Villalaín, y D. Jaime Izquierdo.
    La ponencia del Dr. Carlo Goldoni al II Simposium Científico Internacional sobre el Lienzo de Turín -Roma. 12 de Junio de 1993- corrobora una vez más que el grupo sanguíneo más probable del Hombre del Sudario es el AB.

    En Octubre de 1993 y con el título "El Santo Sudario de Oviedo" se presentó una comunicación de algunos de los aspectos más destacados de la investigación en el "II Congreso Nacional de Paleopatología" celebrado en la Facultad de Medicina de Valencia. Los firmantes fueron, junto al mencionado D. Guillermo Heras, el Dr. D. José-Delfín Villalaín, el Dr. D. José Antonio Sánchez, y D. Jorge-Manuel Rodríguez.
    Todos estos estudios científicos fueron expuestos el 29, 30 y 31 octubre de 1994 en el "I CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE EL SUDARIO DE OVIEDO" celebrado en esa ciudad. El libro de Actas de dicho congreso esta publicado. No podemos recoger en estas páginas la totalidad de los análisis realizados (las actas del Congreso se pueden pedir a nuestra sede).

    LAS CONCLUSIONES FUERON:
    1.- El Sudario de Oviedo es una reliquia que se venera en la Catedral de Oviedo desde muy antiguo que muestra una serie de manchas originadas por sangre humana, del grupo AB.
    2.- Este lienzo está sucio, arrugado, parcialmente roto y quemado, está manchado y tiene un elevado nivel de contaminación pero no muestra signos de manipulación fraudulenta.
    3.- Parece ser un lienzo mortuorio que, con toda probabilidad, estuvo colocado sobre la cabeza del cadáver de un hombre adulto, normalmente constituído.
    4.- El Hombre del Sudario tenía barba, bigote y pelo largo, recogido en la nuca en coleta.
    5.- En la zona suboccipital, presentaba una serie de heridas punzantes, producidas en vida, que habían sangrado alrededor de un hora antes de colocar el lienzo mortuorio sobre ellas.
    6.- Su boca estaba cerrada y la nariz aplastada y desviada hacia la derecha por la presión de lienzo mortuorio.
    7.- Dicho sujeto era cadáver. El mecanismo de formación de las manchas es incompatible con cualquier posible movimiento respiratorio.
    8.- El Hombre del Sudario padeció un gran edema o encharcamiento pulmonar como consecuencia del proceso terminal. Sobre el lienzo que estuvo en contacto con la cara del cadáver, aparecen numerosas manchas originadas por líquido de edema pulmonar y sangre en la proporción 6:1 producidas en momentos distintos y consecutivos.
    9.- Ocurrida la muerte, el cadáver estuvo en posición vertical, en torno a una hora, y tenía, al menos, el brazo derecho levantado y la cabeza flexionada 70 grados hacia adelante y 20 grados a la derecha en relación a la vertical.
    10.- Posteriormente, sin alterar la posición de los brazos fue colocado en decúbito prono lateral derecho, manteniendo el giro de la cabeza 20 grados a la derecha y colocando ésta a 115 grados respecto a la vertical, con la frente apoyada sobre una superficie dura, posición en la que se le mantuvo alrededor de 45 minutos.
    11.- Posteriormente el cadáver fue movilizado al tiempo que una mano ajena, en diversas posiciones trataba de contener la salida de líquido serohemático por la nariz.
    12.- Por último fue colocado en decúbito supino.

    Hipótesis sobre la colocación del Sudario

    Teniendo en cuenta todo lo anterior y de acuerdo con los experimentos hechos en la Facultad de Medicina de Madrid, se puede establecer la siguiente hipótesis contrastada:
    El Hombre del Sudario de Oviedo murió torturado, tras desarrollar un importante edema de pulmón agudo, como consecuencia de estar colgado (en posición vertical, cabeza inclinada hacia delante), sujeto por los brazos de tal manera que la sujeción permitía el juego de la articulación del codo, y los pies colocados de forma que le resultaba muy difícil apoyarse en ellos para respirar, pero sin embargo podía hacerlo. Es decir, no tenía los pies colgando, (hubiera muerto rápidamente y no le hubiera dado tiempo a generar tanto líquido como consecuencia de los esfuerzos para respirar) pero tampoco podía apoyarse en ellos cómodamente porque entonces no le hubiera costado tanto esfuerzo respirar.
    El cuerpo pudo quedar colgando de los brazos, con la cabeza inclinada hacia el pecho y hacia la derecha, de manera que el mentón lo toca y la cabeza con su plano medio, paralelo al pecho y espalda, casi horizontal. En esta postura la mejilla derecha queda casi tangente al hombro derecho.




    Muy poco tiempo después de morir se le colocó el Lienzo de Oviedo rodeando la cabeza de la siguiente manera:
    Se comenzó a colocar por la parte posterior de la cabeza, donde se observan unas heridas puntiformes con sangre que debió manar, aproximadamente, una hora antes (cuando todavía estaba vivo el Hombre del Sudario) enjugando la sangre existente. Se sujetó al pelo largo -siguiendo una especie de coleta- con unos elementos punzantes parecidos a los actuales alfileres, pero de mayor diámetro.
    A continuación, el Lienzo envolvió todo el lado izquierdo del Rostro, la barba y llegó hasta el lado derecho. Dada la posición de las manchas que define la posición de la cabeza, al llegar a entroncar con la mejilla derecha se dobló el Lienzo sobre sí mismo y se unió, con los elementos punzantes antes mencionados, a la barba.
    El lienzo así vuelto pasa doble por delante de la cara; la parte que sobra se recoge, doblado en tres, sobre la parte izquierda de la cara, completándose la operación con los alfileres o similares cerrándose finalmente sobre la cabeza hacia detrás. Esta postura necesita para ser estable que el brazo derecho esté elevado de manera que casi se pueda apoyar la mejilla derecha en la cara anterior del hombro, ya que si no es así quedaría el Lienzo en una posición inestable y absurda, dado que si no hay brazo que lo impida, la propia postura demanda que el Lienzo hubiera rodeado la cabeza completamente y no sólo la parte izquierda.
    A continuación, el cadáver fue colocado en decúbito prono lateral derecho durante unos cuarenta y cinco minutos, y posteriormente levantado boca arriba. Al moverlo y elevar los pies por encima del plano de la nariz y boca, se produjo una efusión de sangre que se intentó detener por alguna persona presente, presionando con fuerza ambos orificios con su mano izquierda por encima del Lienzo. El cadáver fue transportado a algún lugar cercano, (el trayecto duró minutos), y allí el Lienzo permaneció rodeando la cabeza del cadáver.
    Por último, éste fue vuelto a mover una vez más y cuando finalizó ésta última operación, el que llamamos "Sudario de Oviedo" le fue retirado del Rostro. Después -muy posiblemente- volvería a ser depositado sobre la cabeza ya amortajada.

    http://www.linteum.com/espanol/sudario.htm
    Valmadian dio el Víctor.

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