El comunismo soviético no se condenó porque eso fue previamente pactado para que asistiera el Patriarca de Moscú al CVII. Lo que se ha introducido en el espíritu del post CVII es el liberalismo, el marxismo es una parte, pero no la más grande ni la más peligrosa. La Iglesia en España no tenía ninguna pretensión, salvo ir a un Concilio que para ellos iba a durar como máximo 15 días. Los padres conciliares fueron sorpendidos por las habilidades de Rahner, Congar y Bugnini entre otros, y esa declaración era por lo menos sacar algo en claro y positivo, que no se produjo por la ocultación del Secretariado del Concilio de las peticiones de los Obispos. De España fue Mons. Guerra Campos y el Cardenal Morcillo, que me acuerde en estos momentos. El primero murió combatiendo ese espíritu convertido en fantasma y el segundo murió de pena viendo la autodemolición que se había despertado.
Marcadores