Estas palabras son de Nuestro Señor: "Él fue homicida desde el principio, y no permaneció en la verdad, y así no hay verdad en él, cuando dice mentira, habla como quien es, por ser de suyo mentiroso, y padre de la mentira", "quien hizo nacer la mentira", en otras versiones, (Ioh 8, 44).
Pobres de aquellos que no sólo lo ignoran sino que, además, están convencidos de su inexistencia. El mayor logro suyo es precisamente el haber conseguido que no se crea en su existencia.
Otras citas que puedes comprobar son:
"Y halló culpa hasta en sus ángeles" (Job, 4, 18)
"Para el Diablo y para sus ángeles" (Mt 25, 41)
"el Dragón y sus ángeles" (Apoc 12,7)
El "jefe" de los ángeles rebeldes es conocido como Satanás, que es término hebreo que significa adversario, teniendo el mismo significado que el término griego Diábolos, de la que deriva Diablo. Pese al confusionismo existente alrededor de su figura parece ser que sólo hay un diablo y los demás son demonios. Por tanto es el llamado princeps daemoniorum ( Mt 9,34).
Los nombres Satanás, Diábolos, Diablo, sólo expresan su naturaleza: enemigo. Antes de la caída su nombre era Lucifer o "portador de la luz". En La Biblia es conocido por muchos otros nombres: Asmodeo (Tobías 3, 8); Belcebú (en los Evangelios); Belial (2 Cor 4,15); Apolion (Apoc 9,11)
Podemos deducir que se trata de un ser espiritual y personal. Por otra parte, el Mal es ausencia de Amor, del Amor de Dios porque nosotros así lo procuramos con nuestros actos. No es que El Padre nos retire su Amor, sino que somos nosotros quienes lo rechazamos de modo claro y directo.
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