El Génesis con la expresión "hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza" da a entender
que el hombre es semejante a Dios, pero no que Dios sea semejante al hombre, cosa muy distinta, (tal como el cuadro se parece a un personaje; no el personaje al cuadro). Lo cual como es obvio no se refiere a menudencias fisiológicas exclusivamente humanas incompatibles con la divinidad;
pero efectivamente, aun así, Cristo como Dios actualmente tiene el mismo Cuerpo humano glorificado que subió a los Cielos el día de la Ascensión, ponerlo en duda es herejía. Cristo-Dios desde que ascendió a los Cielos tiene cuerpo humano con todas las llagas de la Pasión. Cuerpo, eso sí, glorificado. Sabemos que tal cosa es dogma de Fe.Más averiguaciones no pueden hacerse.
Lo mismo sucede con la Stma. Virgen María y con el Dogma de la Asunción de la Virgen a los Cielos.
Luego Dios tiene, de algún modo, forma humana.
Repito que otros seres inteligentes (de haberlos), no serían humanos, y por tanto, ni les alcanzarían los méritos de Cristo ni poseerían la misma forma humana de Cristo glorificado. Ni pintarían nada en el Cielo, tampoco.
Las antenas y el color verde por tanto, no les serían descartables a esos supuestos seres inteligentes.
Es que el Génesis en este caso dijo la verdad real, no una simple metáfora. El Nuevo Testamento explicitó aquella frase de la semejanza entre Dios y el hombre mediante la plasmación de la divinidad en la persona humana de Cristo, así como con el dogma de la igualdad de Personas en la Santísima Trinidad, implícito en la Revelación neotestamentaria.Pero todas estas cuestiones no podían ser explicadas por los exégetas a gentes que vivían en un estadio apenas salido del Neolítico, ni después, a todos aquéllos que vivieron tiempos a los que no alcanzó el conocimiento científico. A un niño se le habla de un modo diferente a como se le hablará cuando sea adolescente y aún más cuando sea una persona madura.
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