En cualquier caso, valiente posición la del sacerdote párroco de Greenville que con esto se enfrenta a los derechos que "muchos" han otorgado al Mal y no utiliza ambiguedades que conformen a todos. Que cunda el ejemplo entre los sacerdotes de las diócesis españolas donde desde hace más de veinte años el que gobierna ha sido partidario del aborto y ha sido votado por comulgantes sacrílegos.
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