OCUPACIÓN DE FINCAS EN CÓRDOBA


El Campesino, mosaico del artista dominico Rvdo. P. Fray Domingo Iturgáiz, O. P.

EL SINDICATO ANDALUZ DE TRABAJADORES OCUPA LA FINCA SOMONTE

Serían las 11 de la mañana del domingo 4 de marzo, cuando 500 miembros del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores), llegaban a la finca Somonte, término municipal de Palma del Río (Córdoba, España), y la ocupaban.

La finca Somonte tiene 359 hectáreas de secano y 41 de regadío. La propietaria de dicha finca es la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía. Esta ocupación tuvo lugar en la víspera de lo que iba a ser una definitiva privatización de la finca Somonte, pues la Junta de Andalucía la sacaba a subasta el día 5 de marzo. El Sindicato Andaluz de Trabajadores ha afirmado en sus medios de comunicación digitales que esta ocupación no es en modo alguno simbólica, sino que permanecerán en la finca.

Ayer, 13 de abril, siete ocupantes de la finca (miembros de lo que se ha llamado la Asamblea de Ocupación) fueron llevados a los juzgados de Posadas, para prestar declaración, acusados de usurpación, daños y desobediencia.

Esta noticia ha sido prácticamente silenciada por los medios de comunicación, pero da una idea de las diferencias insalvables entre la izquierda real y la izquierda burguesa. Y es que son dos mundos muy distintos. Por un lado el hambre (la legítima necesidad de satisfacer las necesidades más básicas para la vida, un derecho de todo ser humano que los malos gobernantes están dificultando cada vez más) y al otro lado, "las ganas de comer" (mariscos) de los demagogos.

Hay 1.057.144 andaluces desempleados y el suelo se privatiza (vendiéndose a oportunistas que se están lucrando en el río revuelto de esta crisis).

La finca Somonte pertenece a la Junta de Andalucía y, explotándose razonablemente, podría dar empleo a muchos andaluces. ¿Para qué privatizarla si podrían darla a estos trabajadores?

Y también... La manipulación y el silencio informativo, y la mentira en la que nos quieren mantener, acallando lo que sucede.

Y, por último, otra cosa:

¿Quién es el que todavía dice que los andaluces no quieren trabajar?

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