Antonio, no tienes que agradecer mi participación; es tan voluntaria como la cualquier otro hispano del foro, español o hispanoamericano. Lo tengo casi por un deber de hispanidad, leer y escribir por aquí. Hasta porque solo yo y, por veces, Imperius podemos dar a conocer al pueblo hispano aquí reunido una perspectiva hispanista portuguesa.

Esa perspectiva mira hacia la alianza peninsular como el fin del reconocimiento de la hermandad de España y Portugal. Esta es la verdadera posición patriótica y tradicionalista de los portugueses cuanto a la relación con el país vecino y hermano. En mi caso particular, creo que solo se puede obtener una alianza solida y perenne por garantía de un elemento de movilización patriótica común: ese elemento no puede ser otro que un rey. No es imprescindible pero muy recomendable. El modelo no tiene que ser inventado: ya existe en la historia...

Felipe II de España (Filipe I de Portugal) reconoció perfectamente la dualidad que reunía en su corona: jamás consideró Portugal como parte del Reino de España, sino uno más de sus dominios. Jamás tuvo Portugal fueros del Rey de España sino sus propias leyes, jamás abdicó de su bandera, jamás dejó de administrar su territorio y lo de sus posesiones ultramarinas. Para Portugal nombró Felipe II un vizorey de su sangre y, con esto marcó una diferencia muy clara para los reinos de España: Portugal no era un de ellos. El reinado de Felipe II fue una unión personal de dos países distintos, que en aquél tiempo lucharon por lo que los unía y no por lo que los apartaba.

Unión Personal, monarquía dual son alternativas válidas para reunir bajo un solo rey la dualidad política que es tradicional en la Península y consagrada por la propia fe católica. Todo lo más son delirios iberistas, opciones que pasan por destruir el pasado antes de construir un futuro. Un tradicionalista hispano no puede, en consciencia, apoyar este tipo de iniciativas.

En resumen: los escudos y banderas de de Portugal y de España fueron creados hace mucho tiempo. Mucha sangre costó su defensa, mucha fe llevaron a todos los cantos del mundo. Deben ser respetados como son.

Por qué no diseñar al revés una bandera de la Hispanidad del futuro, una grande y libre como el lema franquista, rica en su diversidad, consciente de su identidad?