Como estaba previsto, el acto se inició con una misa en la diminuta capilla de los Humeros, llena hasta rebosar (literalmente, con algunas personas fuera), aunque media hora más tarde lo previsto porque no venían a abrir la capilla. Después, en el hotel, tuvo lugar el acto propiamente dicho. Se habló de la necesidad de un círculo carlista en el que reunirnos, hacer cosas juntos y aun simplemente juntarnos aunque sea para tomar un café o una cerveza, en vez de estar desperdigados por ahí. También se explicó que las contribuciones en forma de cuotas mensuales y otras aportaciones a partidos políticos se deducen de los impuestos, lo cual conviene tener en cuenta. Pero aunque todo esto es importante, lo más interesante fue la disertación de Juan Carlos García de Polavieja, llegado especialmente desde Madrid. Hombre de gran erudición y formación teológica, habló desde la perspectiva de la teología de la historia, con un mensaje lleno de esperanza cristiana para estos tiempos difíciles de prueba y de pasión para la Iglesia.
Marcadores