Al hilo de la discusión sobre si llevar o no símbolos, copio mensaje del foro STM que me ha parecido muy acertado.

Señala, y tiene razón, Antisistema, el carácter lacayuno de la AVT en su relación de enfeudamiento a los intereses políticos peperos. Bueno, siendo cierto, ¿a nosotros qué? ¿Debe servirnos eso de excusa para no acudir a la manifa del 28? Pienso que no por las razones que a continuación expongo:

1. Previsiblemente será multitudinaria, con amplia cobertura mediática. Oportunidad incomparable para mostrarnos a la gente y que vean que no somos unos violentos ultraderechistas sino gente civilizada que sabe unirse y compartir espacios con otros cuando se trata de defender una causa justa como es la de las víctimas del terrorismo. Buen escaparate pues para mostrarnos sin complejos, para ser la sal de la tierra, su levadura.

2. Hay que enseñar a la gente que acuda que el PP no tiene por qué ser la única alternativa. Si no vamos la gente creerá que no existimos, o que nos movemos en la marginalidad absoluta, que no nos atrevemos a aparecer porque somos altivos o porque estamos infiltrados de peligrosísimos cabezarrapadas. No aparecer supone perpetuar los estigmas infamantes que el sistema nos ha puesto encima. Hay que ir para que la gente vea que somos gente normal, con nuestras convicciones, eso sí.

3. Como bien señala Carlos Ibáñez Quintana en uno de estos artículos que publica en Ahora digital y que los administradores han tenido la amabilidad de colgar en el foro, ha habido víctimas del terrorismo carlistas y falangista. Es algo que la gente no sabe, cree que todos han sido militares, policías, guardias civiles y concejales del PP y del PSOE. Pues es una ocasión inmejorable para rendir homenaje a estas víctimas silenciadas, ninguneadas, casi olvidadas.

Yo no soy nadie para decirle a las organizaciones si tienen o no que hacer acto de presencia ni cómo acudir o qué comportamiento adoptar. Pero tengo que decir, porque si no lo digo reviento, cómo me gustaría que fueran las cosas: la CTC con todas las boinas rojas que pueda juntar, y pancartas con los nombres de las víctimas carlistas, y, si puede ser, grandes posters con sus fotos. Y los falangistas otro tanto de lo mismo: si puede ser una centuria de camisas azules y si no cuantas más escuadras mejor. Y el MCE o AES reivindicando la memoria de don Luis Carrero Blanco, que al fin y al cabo fue asesinado al salir de misa. Y para que quede claro que nosotros no somos como ellos, que sólo parecen acordarse de “los que dieron su vida en defensa de la democracia y la libertad”, expresar claramente en nuestras pancartas: CTC / Falange/ AES / Lo que sea/… con las víctimas del terrorismo. Con todas. Con dos cojones.

Frente a los acomplejados y vergonzantes ejercicios de silencio, alzar el poder inquebrantable de la oración. Nada más llegar comenzar, megáfono en ristre, a rezar un rosario por las víctimas del terrorismo. ¿No creéis que habría un espontáneo y entusiasta efecto de contagio? Quinientas mil, seiscientas mil, un millón de almas elevando sus preces a lo Alto.

Lanzando al viento de la tarde himnos de fe y de combate, de amor y de guerra.

Tremolando con orgullo banderas y estandartes.


Y que vengan a echarnos. A ver si hay huevos.