TRADICIONALISMO CONTRA REVOLUCIÓN
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Las muchas crisis que conmueven el mundo de hoy -del Estado, de la familia, de la economía, de la cultura, etc.- no constituyen sino múltiples aspectos de una sola crisis fundamental, que tiene como campo de acción al propio hombre. En otros términos, esas crisis tienen su raíz en los más profundos problemas de alma, de donde se extienden a todos los aspectos de la personalidad del hombre contemporáneo y a todas sus actividades".
Sentido de la palabra "Revolución"
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Damos a este vocablo el sentido de un movimiento que persigue destruir un poder o un orden legítimo e instalar en su lugar un estado de cosas (intencionalmente no queremos decir orden de cosas) o un poder ilegítimo."
En el campo de las ideas no existe tan solo lo antiguo y lo nuevo, como querrían los evolucionistas. Existe, sobre todo, lo verdadero, lo bueno, lo bello y lo perenne, en contraposición irreconciliable con el error, el mal y lo disforme. Y frente al verum, bonum y pulchrum, significativos sectores de la juventud moderna no sólo no permanecen insensibles, sino que han optado decididamente en favor de su expansión.
La tradición de lo perenne no es muerte, sino vida. Vida de hoy y vida de mañana. Los tradicionalistas no pretendemos ser tan solo defensores del pasado, sino colaboradores -junto con otras fuerzas vivas- para influir en el presente y preparar el futuro.
¿Quiénes somos?
-Los que no doblan las rodillas, ni una sola vez siquiera, delante de Baal! Los que tenemos la Ley de Dios escrita en el bronce de nuestras almas y no permitimos que las doctrinas de este siglo graben sus errores sobre este bronce, que la Redención volvió sagrado.
¿Quiénes somos?
Los que amamos como el más precioso de los tesoros la pureza inmaculada de la ortodoxia, y rechazamos cualquier pacto con la herejía, sus obras e infiltraciones... Los que no transigimos con la impiedad insolente y orgullosa de sí misma ni con el vicio que se manifiesta con ufanía y escarnece la virtud.
¿Quiénes somos?
Los que en la tormenta, en el desorden aparente, en la aparente aflicción, en la quiebra aparente de todo aquello que para nosotros sería la victoria, somos aquellosque confiaron, que jamás dudaron, incluso cuando el mal parecía haber vencido para siempre.
¿Quiénes somos?
Los que amamos esas costumbres sencillas y piadosas que heredamos de nuestros antepasados y queremos que hereden nuestros hijos. Los que amamos las piedras antiguas de nuestros castillos, de nuestras iglesias, de nuestros conventos, de nuestras casas nobles, amamos el ruido del agua pura que sale del caño de una fuente, amamos el bosque, nos conmovemos ante la belleza de la Creación y adoramos a su Creador. Los que tenemos tumbas que cuidar, los que mantenemos con piedad en la memoria a los que se fueron. ¡Somos solidarios! Pero no sólo con los que están aquí y ahora. Somos solidarios con los que estuvieron antes, nuestros ancestros, y con los que estarán en el futuro, nuestros descendientes.
Que nadie nos confunda.
Rechazamos como pompas que son de Satanás el liberalismo, el capitalismo, el socialismo, el fascismo, y todos los movimientos políticos e ideológicos que encubren la Revolución, por mucho que reclamen realidades -como España- para sus aviesos propósitos. No queremos totalitarismos -tampoco el laicista-, pues nosotros somos más antiguos. No somos ni de derechas ni de izquierdas, ni zurdos ni diestros, pues somos ambidiestros. Somos tradicionalistas: Dios, Patria, Libertades forales y Monarquía Tradicional.
Los escépticos podrán sonreír. Pero la sonrisa de los escépticos jamás ha conseguido detener la marcha victoriosa de los que tenemos Fe.
Publicado por Maestro Gelimer
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