¿Debo entender entonces que la autonomía de Cantabria se debe a la combinación de intereses políticos locales, con una estrategia para debilitar la relevancia de las autonomías de Cataluña, Galicia y Vasconia?
¿Debo entender entonces que la autonomía de Cantabria se debe a la combinación de intereses políticos locales, con una estrategia para debilitar la relevancia de las autonomías de Cataluña, Galicia y Vasconia?
Al reves. El objetivo era impedir la existencia de una autonomía castellana ( y otra leonesa) fuertes. Entraron en juego intereses locales (también de sitios como Valladolid) y los tejemanejes de los grupos separatistas vascos. Como en otros muchos aspectos de la transición, la verdadera historia esta por escribirse.
Yo lo creo así, pero como ves, hay división de opiniones.
Tal como yo lo entiendo, el estado de las autonomías se debió a una estrategia (entre UCD y PSOE) para debilitar esas tres autonomías, pero con una pequeña precisión: los autonomistas no eran de Vasconia, sino de las Provincias Vascongadas. Navarra siguió con sus fueros mejorados (por eso hoy Navarra no es una Comunidad Autónoma, sino la única Comunidad Foral) y las llamadas provincias vascofrancesas pasaban del tema.
Aquí tienes un enlace que espero te sirva
http://www.elmundo.es/especiales/200.../historia.html
En el caso de Cantabria, UCD intentó meterla en Castilla, pero por lo visto, la resistencia de los caciquillos locales pudo con esa idea y pasó a ser una autonomía uniprovincial. Imagino prefirieron ser cabeza de ratón que cola de león![]()
De eso nada. El actual mapa autonómico es obra del pacto PSOE-UCD. Si UCD hubiera querido "meter" a Cantabria en Castilla lo habría hecho como hizo con León o Segovia.
De hecho el tercer partido en importancia AP, estaba a favor de autonomía para León y Santander y Logroño en Castilla.
EL inclito Martín-Villa tendría mucho que decir al respecto.
Paco y Josean, siento el rifirrafe que se ha montado. Os recomendaría calma.
Lo de que UCD quiso meter a Cantabria en Castilla lo leí en algún lado.
Y en lo de AP, creo que te equivocas. Que yo recuerde, AP estaba en contra de las autonomías.
Aqui pongo un texto sobre este tema:
Para Antonio y Ulrico:Pequeña narración histórica de la autonomia de Cantabria (I)Diariocrítico - Cantabria <i>Pequeña narración histórica de la autonomia de Cantabria (y II)</i>
Víctor GIJÓN
Acudo a una radio municipal y me preguntan si ahora hay el mismo espíritu regionalista que hace 25 años, cuando se aprobó el Estatuto de Autonomía y Cantabria se convirtió en región uniprovincial. La pregunta me pilla desprevenido y salgo como puedo con el tópico de que son momentos diferentes. Pero es algo más que una cuestión temporal. En estos 25 años la clase política regional, los intelectuales, los medios de comunicación, han hecho, hemos hecho, bien poco por reforzar nuestras señas de identidad. La responsabilidad es de todos, pero hay unos más responsables que otros: los que han gobernando Cantabria la mayor parte de este cuarto de siglo, es decir la derecha regional.
Se da la paradoja de que casi ninguno de los ‘padres’ del Estatuto, los que con su trabajo, esfuerzo y decisiones muchas veces atrevidas, conflictivas y enfrentadas a los aparatos centrales, fueron llamados a jugar un papel en el desarrollo autonómico. Es más, una serie de circunstancias hizo que personas declaradamente antiautonomistas alcanzaran puestos de responsabilidad en el Gobierno de Cantabria. Alguno ha regresado a los orígenes, es decir a la defensa de una Cantabria anexionada a Castilla y León, después de ser desalojado de la poltrona.
Pero empecemos por el principio y sin ánimo de escribir la historia de estos 25 años --eso lo está haciendo, me dicen, El Diario Montañés y la Universidad de Cantabria-- les resumiré algunos hechos que permiten comprender mejor que siendo nuestra autonomía algo aceptado por la inmensa mayoría de los cántabros, seamos probablemente una de las comunidades donde menos fervor autonomista existe. Somos regionalistas pragmáticos, lo cual no es una mala manera de ser regionalista, aunque a vece seria deseable un poco más de corazón. El presidente Miguel Ángel Revilla lo pone a su manera, a veces con algo de desmesura, pero mejor eso que envaradas y relamidas presencias de la más absoluta nadería, intelectual, política y personal con que nos gobernaron no hace tanto tiempo.
El proceso autonómico se inició con Cantabria por detrás de la gran mayoría de las Comunidades Autónomas en ciernes. Mientras otras autonomías alcanzaban la preautonomía, sistema puente para, a la espera de la aprobación de la Constitución, iniciar los trámites para convertirse en Comunidad Autónoma, en Cantabria la oposición de algunos parlamentarios de Unión de Centro Democrático y del único representante de Alianza Popular, cerró la puerta a esa posibilidad. De nada valieron los esfuerzos del senador por las fuerzas democráticas, el abogado Benito Huerta, ni la postura también favorable del solitario representante del socialismo cántabro, Jaime Blanco.
El único centrista claramente partidario de la autonomía, Justo de las Cuevas, optó por no forzar las cosas y esperar. Al disolverse las Cortes Constituyentes y convocar las primeras elecciones generales, en marzo de 1979, De las Cuevas aprovechó su condición de dirigente máximo de UCD para barrer de las candidaturas a los castellanistas. Todos los parlamentarios centristas: el citado De las Cuevas, junto a Javier Alberto Cuartas Galván y Ciriaco Díaz Porras, elegidos diputados, como los senadores Leandro Valle, Roberto Sáez y Ambrosio Calzada, así como los socialistas Blanco, Juan Antonio Barragán y Mario García-Oliva, senador, se habían decantado durante la campaña electoral claramente partidarios de una Cantabria autónoma. Los mismo ocurrió con la mayor parte de los alcaldes y concejales de UCD y PSOE, a los que se unieron los del recién creado Partido Regionalista de Cantabria (PRC), elegidos en abril de ese mismo año de 1979.
De acuerdo con lo establecido por el Título VIII de la Constitución española fue el ayuntamiento de Cabezón de la Sal, presidido por el senador centrista Ambrosio Calzada, quien el 30 de abril, a escasas horas de la constitución de la Corporación Municipal, aprobó la moción para reclamar el inicio del proceso autonómico. En los siguientes días le siguieron más del 75% de los ayuntamientos, representado casi al 90% de la población. La decisión de Calzada cogió descolocados a muchos, incluidos los máximos dirigentes de su partido, y molestó sobre manera al alcalde de Santander, Juan Hormaechea, que se proponía ser el primero en tomar la decisión que abriera el camino a la autonomía.
A partir de ese momento la Asamblea Mixta de parlamentarios nacionales y diputados provinciales, con amplia mayoría de la UCD, seguida del PSOE y la única presencia de un concejal regionalista, inició los trabajos de redacción del Estatuto. Fue elegido presidente el que ya lo era de la Diputación Provincial, el centrista José Antonio Rodríguez Martínez. La opinión pública siguió los debates con el entusiasmo (escaso) con que se pueden seguir la elaboración de una ley, pero respondió masivamente cada vez que tuvo ocasión, como por ejemplo con el Día de Cantabria de Cabezón de la Sal, verdadera fiesta regional que hoy comparte con otros municipios por torpes razones partidistas. La legislativa no fue tarea fácil, principalmente porque la escasez de derecho comparado, de ejemplos a seguir, hacía inevitable que el proceso de redacción del Estatuto se pareciese con la yenka, aquel famoso baile que se basaba en un paso adelante, dos tras y viceversa.
Dos hechos influyeron de forma importante en el proceso de redacción del Estatuto para Cantabria. El escaso entusiasmo que la autonomía uniprovincial de Cantabria despertaba en las direcciones nacionales de UCD y PSOE, con el entonces todopoderoso Rodolfo Martín Villa como máximo adalid de la unión con Castilla-León, y el golpe de Estado del 23-F. La derrota de los golpistas no impidió que el gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo, que había sustituido al dimisionario Adolfo Suárez, asumiera, conjuntamente con el PSOE, algunas de las ‘propuestas’ salidas de los cuartos de bandera. Se produjo un recorte pactado de las pretensiones autonomistas, lo cual que favoreció el acuerdo UCD-PSOE, después de que los socialista votaran en contra de la totalidad en la ponencia del Estatuto, pero que alejó a ADIC, el embrión del PRC del respaldo al proyecto.
Finalmente la proposición no de ley del Estatuto de Autonomía de Cantabria pasaba todos los controles parlamentos, Asamblea Mixta, Congreso y Senado, para aparecer publicada en el BOE, con la firma del Rey, y convertida en Ley Orgánica, el 30 de diciembre de 1981. En febrero de 1982 se procedía a constituir la Asamblea Regional provisional, integrada por los parlamentarios nacionales y dipurados provinciales que habían redactado el Estatuto. Pero para entonces una crisis de gran calado afectaba a la UCD. A las divisiones nacionales entre los centristas-centristas, democristianos, seguidores de Oscar Alzaga, y los socialdemócratas de Francisco Fernández Ordoñez, con sus derivaciones en Cantabra, se unía un polémico asunto de estricto ámbito regional: la crisis de la Caja Rural y las acusaciones que relacionaban el vaciamiento patrimonial de la entidad de crédito cooperativo con uno de los principales dirigentes centristas.
Del modo en que influyeron esos hechos en los primeros pasos de la autonomía y su desarrollo posterior tratará la segunda parte de esta pequeña historia de nuestra autonomía. (Continuará)
Las Asturias de Santillana acababan en Santander.
No creo que Castro Urdiales perteneciera al Concejo de Laredo (cuyo fuero es posterior al de Castro).
Opino lo contrario: Me parece que tu postura es la que carece de base. Mientras mas autonomías, menos relevancia tiene cada una. Por mas disparatado que sea el modelo autonómico, si las únicas autonomías fuesen Cataluña, Vasconia y Galicia, y el resto fuese una unidad, la idea de España como sinónimo de lo castellanohablante, y de los otros hablantes de otras lenguas como no españoles tendría mas sustento.
Hola a todos y haya paz, señores.
Querría mencionar, además de lo que se ha dicho, dos apuntes. Primero, por ejemplo, que hubo un tiempo en que el grueso del territorio que ahora se identifica con la Comunidad Autónoma de Cantabria, era el Partido Judicial de Laredo, de la provincia de Burgos (aunque es cierto que las provincias tenían unos límites diferentes a los actuales).
Asimismo, en segundo lugar, querría mencionar lo que creo que es el sinsentido general del nombre, pues, si no me equivoco, en realidad, los Cántabros, se encontraban en las zonas montanas, sí, pero mayoritariamente en las vertientes meridionales de las mismas. En realidad, aunque suene paradójico, los Cántabros se dispersaban por el norte de las actuales provincias de Burgos, Palencia y noreste de la de León, más que en la actual comunidad autónoma de Cantabria. (E incluso cabría mencionar el hecho, si no me equivoco, que hasta el ¡siglo XVIII!, en la obra del Padre Flórez, "La Cantabria. Disertación sobre el sitio y extensión que tuvo en tiempos de los romanos la región de los cántabros, con noticia de las regiones cofinantes y de varias poblaciones antiguas", de 1768, no se tenía muy claro cuál era el territorio de los Cántabros).
Saludos.
Dios, Patria y Familia.
Apreciados foristas y compatriotas:
Me gustaría aportar un dato histórico sobre este asunto:
Si observáis los mapas de España antiguos, desde la baja Edad Media hasta la nefasta división provincial de Javier de Burgos en 1833, la actual Cantabria estaba formada por tres partes: Una, que ya se ha mencionado aquí, estaba incuida en el Ayuntamiento de Toro (aunque suene raro) otra formaba parte de las comarcas de Burgos con el nombre de "Montaña de Burgos" y la tercera que comprendía toda la zona costera, se llamaba "Asturias de Santillana" que junto con "Asturias de Oviedo" constituía el Principado de Asturias. Solo en este último caso cabría admitir que Cantabria tiene una entidad histórica.
P.d.: Al amigo Paco con quien comparto casi todo en estos temas, le ruego que sea más comedido en el trato con otros foristas, como el caso de nuestro compatriota portorriqueño que no se merece una reacción tan descortés.
Saludos a todos.
No me parece acertado este comentario. El hecho de que la isla de Puerto Rico sea yanki no se debe a la voluntad de los puertorriqueños sino a que nosotros perdimos la guerra. El forista Josean no muestra ninguna bandera de barras y estrellas sino el hispánico escudo puertorriqueño con yugo, flechas, castillos y leones. Puede haber discrepancias pero no menospreciemos a los hispanoamericanos que tienen todo el derecho para opinar sobre las cuestiones de su madre Patria. Si no, no vayamos luego a quejarnos de los indigentes indigenistas...
No solo eso, si no que el "nosotros" aplica igual a los puertorriqueños, que la isla entonces era una autonomía española, y cuyas tropas insulares combatieron contra el invasor. No dudo que alguno de mis bisabuelos luchara en esa guera, que la última resistencia se dió en lugares de donde proviene parte de mi familia.
Que fue el primero dado por la corona a una tierra del nuevo mundo...el hispánico escudo puertorriqueño con yugo, flechas, castillos y leones.Además de que este asunto no constituye un misterio críptico, si no la aplicación de la lógica maquiavélica a la problemática nacionalista. Es decir: ¿Que mas puede diluir el significado nacionalista de una autonomía vasca o catalana que el hecho de que igual autonomía tenga una provincia netamente castellana??los hispanoamericanos que tienen todo el derecho para opinar sobre las cuestiones de su madre Patria.
El caso es que da igual que uno sea de Puerto Rico o Villaconejos. Es peligroso opinar de todo cuando no se tiene información, ni elementos de juicio para ello.
Los sectores más conservadores de Cantabria mostraron una posición antiautonómica. Negaron la personalidad histórica de Cantabria al margen de Castilla y solicitaron su inclusión en la futura comunidad castellano-leonesa. Este sector se aproximó a Alianza Popular (AP), que presentó en el parlamento enmiendas a la totalidad al Estatuto de Autonomía.
Pues yo observé la información y los elementos de juicio presentados, y di mi opinión, y no veo que "peligro" puede representar. El caso es que mi opinión no es ni original ni ilógica, y que el asunto como dije anterioremente no es críptico para que dar una opinión requiera ser un 'iniciado'.
Nota: El texto rojo en la entrada anterior tiene que ver con el tema del hilo, pero nada dice sobre mi 'opinión'.
Saludos a los queridos foristas.
Ante las opiniones vertidas relativas a Cantabria, y cómo español natural de esta tierra histórica, debo pronunciarme en defensa de la personalidad de mi tierra, de este trozo español querido para los que aquí vivimos.
1) Más allá de identificaciones políticas, los cántabros, en líneas generales, tenemos una cosa muy clara. Cantabria constituye un territorio personificado dentro de los pueblos de España. Los cántabros nos sentimos cántabros y españoles, y no nos identificamos con ninguna categoría intermedia. Es decir, no somos castellanos ni nos sentimos castellanos.
2) El nombre protocolario o administrativo de Cantabria fue "Provincia de Santander" durante algo más de 150 años, nombre no muy popular que entre los cántabros. El término "Cantabria" así como el gentilicio "cántabro" jamás desaparecieron entre nosotros, reiteradamente empleados por la población de la provincia, coexistiendo con la denominación "la Montaña" y el gentilicio "montañés". Sin embargo, fuera de Cantabria, éramos más conocidos por "montañeses" o "santanderinos" que por "cántabros".
3) Cómo he dicho, no nos sentimos castelllanos ni ahora, ni antes del "café para todo". Es falso que los cántabros no hayamos sentido castellanos, pues jamás hemos hecho el mínimo esfuerzo por proclamarnos de esa manera. Nuestro orgullo, siendo españoles, era ser "cántabro" o "montañés" nunca "castellanos".
4) Es cierto que hay citas de determinados cántabros identificándose castellanos pero no ha sido ni mucho menos algo general entre la población, que siempre en el lengua popular ha denominado Castilla a la región situada al sur de Cantabria y castellano al natural de esa región.
En fin, podría añadir más. Estoy dispuesto a preguntar a vuestras preguntas
Me parece excesiva, muy excesiva sinceramente la afirmación de Ghotico.
Cómo decía el nombre oficial de Cantabria era "Provincia de Santander" pero el nombre de Cantabria se usaba y sonaba en muchos ámbitos de la vida social de la "Provincia de Santander".
No olvidemos que el nombre de Cantabria ya se solicitó en 1821, durante el proyecto de división que culminó en 1822, y "Provincia de Cantabria" se quería ser y no "Provincia de Santander". Fue la ciudad de Santander quién solicitó ese nombre, Santander, pues aún estaba reciente la competencia de Laredo por la capitalidad de Cantabria. La Diputación Provincial solicitó el término "Cantabria" pués siempre ha sido un nombre en uso entre los cántabros.
Recordar también que en 1808 se constituyó la "Junta Suprema de Cantabria" o "Junta Suprema Cantábrica" y que la proclama fue dirigida a los "Cántabros", de igual modo que en la vecina Asturias se lanzó a los "Asturianos". Se formó la División Cántabra, Tiradores de Cantabria, Húsares de Cantabria, etc.
Igualmente los vascongados usaban nuestro nombre, impropiamente, y con gran pena en la verdadera Cantabria, pues se veía cómo se apropiaban de un nombre que a ellos no les correspondía. Tras dura ducha diálectica, aunque tardaron, dejaron de utilizarlo, dejaron de llamarse cántabros, pues su razón se basaba en que la primitiva Cantabria también había estado en su solar territorial. Si bien la Cantabria Antigua desborda los límites cántabros actuales, no es menos cierto que aquí el nombre de Cantabria se usó siempre, e igualmente sus habitantes se han preciado de ser cántabros.
La reivindicación del nombre de Cantabria para su oficialización es un tema viejo en Cantabria, y ya en 1963 se intentó oficializarlo. Es un tema anterior al debate autonómico.
Nombre que ya venían usando diferentes entidades, instituciones, federaciones deportivas, etc. Por ejemplo, las federaciones deportivas se llamaban "Cántabras", esto es, "Federación Cántabra de Fútbol", "Federación Cántabra de Bolos", etc. Las selecciones regionales que representaban a la Provincia de Santander se llamaban "Cantabria" y no "Santander". De igual modo existía la "Vuelta a Cantabria", amén de otras múltiples actividades, cómo la "Hermandad de Donates de Sangre de Cantabria" fundada en 1969.
Podríamos seguir con "Radio Cantabria", la emisora provincial del Movimiento Nacional. El "Hogar Provincial Cántabro" dónde se acogía a niños huérfanos. "Museo Etnográfico de Cantabria" creado en 1969. Se podría seguir, pero sería interminable la lista, y no querío aburrir.
Otro tema es la cabecera de las periódicos. Ni un sólo llevó el nombre de Castilla o castellano en la cabecera, hecho que si ocurrió en diferentes ciudades castellanas.
Un saludo.
Editado: mensaje fuera de tema. Preguntar a la administración esas cuestiones.
Última edición por Donoso; 15/09/2014 a las 22:32
La actual "España de las autonomías" fue el cambalache resultante de la improvisación y las apetencias sucesivas de las bases territoriales de partidos y intereses locales más o menos bastardos y turbios, pero siempre inconfesables.
Más que pacto hubo una continua improvisación de decisiones sobre la marcha; lo único claro en un principio (1977) era que los catalanes, vascos y gallegos tuvieran autonomía. Las demás regiones estaban por decidir y catalogar. Ahí están los confusos artículos de la Constitución para demostrarlo.
Ahora bien, el señuelo "autonómico", los corrillos y mesas redondas ya estaban echados en todos los sitios, extraoficialmente, en 1976, entre la llegada de Juan Carlos y antes de que existiera la UCD y de que el PSOE tuviera representación en Cortes en 1977.
Más aun, muchos exfranquistas y caciquillos de provincias se afiliaron a la UCD con una idea ya prefijada sobre la adscripción territorial autonómica de su provincia, y de la configuración de su propia región, haciendo contrapeso a las decisiones que pudiera tomar la directiva de la UCD (que no pasó de ser un pseudo partido colocador de exfranquistas en la democracia). Se comenzó a jugar a repartir autonomías con las cartas ya marcadas, en gran medida.
Última edición por Gothico; 18/10/2009 a las 22:41
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