Pues desde aquí le doy palabra siempre que el Altísimo no disponga otra cosa, de que el año que viene Dios mediante estaré con Ud. sentado en una de esas mesas. Me hubiera gustado asistir esta vez, pero problemas ecónomicos materno-familiares me hicieron desistir de desplazarme hasta Madrid. El próximo año ya estarán de sobra solucionados.