Alejandro: la tonta costumbre de las uvas tiene apenas un siglo, desde que en 1909 una abundante cosecha que dejó grandes excedentes motivó a unos cosecheros (creo que por la parte de Valencia) a lanzar la idea para vender las uvas sobrantes. Parece que la idea gustó y se ha repetido desde entonces en España. Pero lo más estúpido es esa absurda moda llegada de Girilandia, como tantas cosas, de vestir ropa interior roja. Esa no tiene más que unos años y se lleva la palma en cuanto a estupidez.