Es ridícula y esperpéntica la ingerencia de los micronacionalistas de ERC en la vida civil de Catalunya. Primero empezaron con el control de los medios de comunicación dentro y fuera del Principado, ya no sólo queriendo cerrar la emisora COPE, sino elaborando listas de rotativos afines al régimen autista-laico del tripipartido.
Después desprestigiando a la Feria de Abril -de la que no quisiera erigirme como abogado pues no tengo acciones-, afirmando que esa expresión cultural no formaba parte de Catalunya.
En esta Catalunya posmoderna de botellón, rayas de coca -somos la comunidad autónoma donde mayor es el consumo de estupefacientes-, y conversos de última hora, lo que se lleva es traer a Carlihinos Brown que es tan catalán como Verdaguer, Balmes o Cambó.
Porque ya que se habla de impulsar la artesania catalana, me vienen a la cabeza algunos objetos de regalos que según los comisarios políticos de ERC serían políticamente correctos vender a los turistas de bermunda y chancleta que pasean por las Ramblas y la Sagrada Familia:
- Figurita de miliciano de ERC quemando la Iglesia de Santa Maria del Mar en julio de 1936.
- Pedo de Copito de Nieve en bolsa de plástico envasada al vacío.
- Poster a cuatricromía de Carallot en Perpinyan con la cúpula de ETA (también en postal)
- Boleto de zona azul, multa de grúa y sanción administrativa por no utilizar el catalán en rótulo de establecimiento público (con garantía del Ayuntamiento)
- Estatuilla del 3% a modo de pisapapeles.
- Camisetas con el anagrama de Banca Catalana y Pujol enseñando el culo como Xin-Xan
- Eto sobre un burro catalán con las cuatro barras por las playas de Sitges.
- Vibrador a pilas con el himno dels Segadors o del Barça.
¡Un sol crit mort al tripartit!
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