Efectivamente, las primeras boinas rojas estaban destinadas a la oficialidad carlista.Ésta pronto las rechazó porque los tiradores liberales los identificaban por ellas y centraban así su fuego contra los mandos.Fueron entonces destinadas a los miembros del batallón de Guías de Navarra que estaba, curiosamente, formado mayoritariamente por prisioneros liberales a los que se les había dado la oportunidad de incorporarse a las armas carlistas y que no eran navarros.Con el tiempo, esta unidad llegaría a ser mítica y las boinas rojas se irían haciendo más y más populares hasta ser mayoritarias.
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