Puede que la *** sea algo parecido a lo que usted busca.
Puede que la *** sea algo parecido a lo que usted busca.
Claro, eso sería lo ideal, pero en mi humilde opinión algo como la *** es un proyecto más realista que lo que usted propone.
Ya lo decía mi abuel: mas vale consultar las fuentes originarias que informarse-formarse en internet. Claro está, salvando esta página web.![]()
La pseudoenciclopedia que se ha mencionado es un completa basura y la gente que la hace no tiene nada que ver con esta página ni lo que se defiende. Borro su nombre para que nadie llegue allí ni por referencia indirecta (ya que por calidad de contenidos seguro que no iban a llegar).
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
Y sí, lo que propones Rodrigo puede ser un buen proyecto. Hay algo parecido en proceso, no directamente promovido por esta página pero sí de corte similar. Aun está muy verde, hará falta algún tiempo para verlo funcionando pero merecerá la pena.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
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