Bueno, querido Mazadelizana, me refiero a los míos, a los que tengo cada curso, , no lo tomes como una generalización al ciento por ciento. Gracias a Dios aún queda sangre española en las venas y neuronas en el cerebro, pero has de reconocer que los que son como tú, al menos por ahora, parecéis condenados a la extinción.

Que conste que estas apreciaciones mías también las puedo hacer extensivas a una parte del profesorado, por llamarlo de alguna forma.