Los llamados Derechos Humanos no fueron desde su principio sino una fase más de la subversión mundial que comienza en 1789.
Muy ingenuo parece el autor del artículo creyendo que puede existir una interpretación "buena" de los Derechos Humanos, frente a otra "mala" que haría el gobierno actual de España.
Nunca ha habido ni ha podido haber una interpretación "correcta y buena" (en sentido cristiano o católico) desde el momento que el invento de los derechos humanos nació en pugna contra la Cristiandad y más concretamente contra el Catolicismo, y su único fin es aniquilarlo, mediante una previa esterilización y bloqueo dialéctico que comienza con la aceptación por los cristianos de unas premisas ideológicas letales que les hacen cavar su propia fosa.
Lo que está ocurriendo es que agotadas ya hace décadas las primeras fases del invento humanista (esterilización y bloqueo mental del enemigo cristiano) nos hallamos ya en otra fase dinámica más descarada, (pero siempre la misma), de profundización en la subversión del pensamiento y la moral.
Nunca hubo ni derechos humanos buenos ni democracia buena.
Derechos humanos "buenos y democracias "buenas" solo continúan existiendo en los discursos de obispos y políticos derechistas que, ya desde hace décadas, traicionaron sistemáticamente a las ideas y a los incautos ciudadanos "de orden" que por inercia siguen diciendo representar o defender.
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