Llámenlo Corpus, llámenlo obispo: ye lo mismo

Recuerdo. Bodas de plata de la Iglesia Parroquial de San Julián de Somió 1933-1958. Eran otros tiempos… católicos.

Que sí. Que nos hace falta el Gaviotu: ¿quién sino él podría relatar la actualidad eclesiástica local, y hasta la universal?
Leemos en La Nueva España de hoy que la parroquia de San Julián de Somió prepara la fiesta del Corpus Christi para el próximo domingo 9 de junio.
Como lo oyen.
La fiesta del Corpus Christi fue el pasado jueves 30 de mayo. Los vaticanosegundistas montaron un remedo ridículo el domingo siguiente, episcopalianamente trasladado. En Gijón incluyó una procesión vergonzosa, en el que el clero (o así) del concejo y el titular de la diócesis demostraron, una vez más, que ni saben ataviarse, ni comportarse, ni creen en la Transubstanciación, ni les importa.
Pero en Somió, como también quieren la suya, lo van a celebrar el tercer Domingo después de Pentecostés. Con alfombra floral y todo (dentro de la iglesia, que no hay que pasarse). ¡Qué guapo!
A partir de ahí, ¿por qué no Navidad en agosto? Sería un atractivo turístico. ¿El Carmen en Pascua Florida? ¿La colecta pro PP, perdón, pro medios de la Conferencia Episcopal, en Viernes Santo?

El párroco Luis Muiña se ha lucido. Pero, en fin, en la línea de esta desgraciada diócesis y de los Novus Ordo del universo mundo. Si alguien cree todavía que éstos tienen algo que ver con la Iglesia Católica más allá de ocupar (y profanar) sus templos, que vaya despertándose.

Voluntad