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Tema: "El Marx del que nadie habla", por Fernando Díaz Villanueva

  1. #1
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    "El Marx del que nadie habla", por Fernando Díaz Villanueva

    "EL MARX DEL QUE NADIE HABLA", POR FERNANDO DÍAZ VILLANUEVA






    Extraído de El verdadero Carlos Marx




    DERROCHÓN Y MAL PAGADOR


    El Marx del que nadie habla

    Por Fernando Díaz Villanueva



    El padre del socialismo, el hombre que dedicó su vida a liberar a la clase trabajadora de sus cadenas, el abnegado filósofo y economista, autor del ensayo que más ha influido en la historia de la humanidad, nunca tuvo un empleo. Nunca.


    Karl Marx, rebautizado Carlos en España por no se sabe bien qué razones, se pasó la vida pidiendo dinero prestado para no devolverlo jamás. Fue el arquetipo elevado al cubo de lo que él denunciaba: un vago, un caradura, un ser irascible, egoísta y desalmado que vivió, literalmente, a costa de los que le rodearon durante sus 64 años de vida.



    Tras el célebre retrato que John Mayall le hizo en Londres allá por 1875, algo se atisba: muestra un hombre con barba muy poblada pero anárquica, medio negra medio cana, que sube por los lados de la cara, tapando las orejas, hasta llegar al pelo, con el que se funde en un amasijo greñoso y descuidado. Aunque lleva una levita limpia bajo la que esconde la mano, el retratado no parece un sabio, sino un mendigo al que algún alma caritativa, por alguna razón difícil de explicar, ha decidido inmortalizar.


    Y no, la suya no fue una pose contestataria precursora del perroflautismo contemporáneo: eso de ir hecho un guarro para hacer méritos revolucionarios no se puso de moda hasta 1968; Marx era tal cual: tenía auténtica fobia al aseo personal. Tanta, que terminaron por salirle purulentos forúnculos por todo el cuerpo: en la cara, en la espalda, en el trasero y hasta en el pene. Se quejaba amargamente de ello en sus cartas, y esperaba –escribió por las mismas fechas en que andaba componiendo la primera parte de El Capital... con el trasero hecho cisco– que la burguesía, mientras existiera, tuviera "motivos" para recordar sus forúnculos.



    Su escaso apego por el aseo se juntaba con su desmesurada afición a la bebida, el tabaco y la vida nocturna. Pasaba las noches en vela discutiendo con unos y con otros para luego, ya de amanecida, recostarse sobre un sofá y dormitar todo el día. Luego, si estaba de buenas se metía en la biblioteca, donde consultaba libros y periódicos para ir apuntalando las tesis... que ya traía fabricadas de casa. Con un estilo de vida semejante, lo último que podía hacer era ganarse el pan honradamente.



    La pregunta que asalta al curioso es cómo él, un simple filósofo alemán exiliado en Londres sin más patrimonio que su pluma y con una familia que mantener, pudo vivir así tantos años. Simple: pidiendo prestado y procurando, a la vez, no atender los vencimientos de pago. Gracias al inmenso archivo epistolar que se conserva, y que ha sido estudiado en infinidad de ocasiones, se calcula que Marx disfrutó de una renta media de unas 200 libras anuales, es decir, tres o cuatro veces lo que ganaban los obreros ingleses, a la sazón los mejor pagados del mundo. Traducido a las circunstancias de nuestro tiempo y lugar, estaríamos hablando de 80 ó 90.000 euros brutos al año. Y todo por no hacer casi nada. Jamás hubo de enfrentarse al mercado y satisfacer las necesidades de otros mediante el trabajo, que es lo que exige el sistema capitalista. ¿Explotación? Nada: esa es una vaina que aireó Marx tras birlar la idea a Jean-Pierre Proudhon y a Johann Rodbertus. Este último le acusó de plagio, y Engels hubo de acudir en socorro de su amo. Con éxito: de Marx se sabe mucho y del infeliz de Rodbertus, nada.



    Su primera fuente de ingresos fue su propia familia, que vivía holgadamente en la ciudad alemana de Tréveris. El padre, Herschel, un competente abogado judío, se había convertido al protestantismo para prosperar en la vida e integrarse en la sociedad prusiana. La madre, Henrietta Pressburg, era holandesa, hija de un rabino y buena paridora de 8 vástagos, a los que no les faltó de nada. Por esa razón el joven Karl pudo estudiar en la universidad y convertirse luego en el perfecto ejemplar de revolucionario de salón. Nunca visitó una fábrica, un taller, ni siquiera una imprenta. En una ocasión su amigo Engels, magnate del textil con intereses mercantiles en Inglaterra, le invitó a visitar un telar de algodón, pero él, hecho a las comodidades de la ciudad y a pasar la tarde en la taberna, declinó la invitación. Parece mentira, pero es así: el emancipador del proletariado muy pocas veces vio a un proletario con sus propios ojos.



    Durante años, hasta bien entrado en la edad adulta, vivió de sus padres. Recibía un estipendio periódico, que reclamaba ofuscado por carta si no le llegaba a tiempo. Al morir su padre, en 1838, tomó su parte de la herencia –la respetable cantidad de 6.000 francos de oro– y se la gastó íntegra. Lo mismo haría al fallecer Henrietta, aunque ahí tuvo que conformarse con menos, ya que había ido pidiendo anticipos a la parentela holandesa.



    Finiquitada la ubre paterna, y ya de romería política por Europa, se especializó en desvalijar a los amigos y a los militantes con que iba topando por los clubes de exiliados alemanes, de donde procuraba no salir sino lo imprescindible, no fuese a ser que tuviera que aprender un nuevo idioma o integrarse en un país distinto al suyo. Por lo general, lo que pedía no lo devolvía. Buscaba las excusas más insospechadas para escaquearse; algunas de ellas ciertas, como el argumento de la numerosa prole que trajo al mundo junto a su esposa, Jenny von Westphalen.



    Económicamente hablando, Jenny tampoco era manca. Hija de un barón prusiano –de ahí el von del apellido–, recibió una generosa dote al casarse y, luego, continuos préstamos de su familia. Pero los Westphalen se iban muriendo, y la fuente, consecuentemente, secándose...



    Cuando en casa no había ni para comer ni forma de recurrir a los prestamistas de confianza, los Marx recurrían al mercado crediticio ordinario, es decir, al usurero de la esquina, que siempre han existido porque siempre ha habido manirrotos como el autor de El Capital. Pero incluso los auténticos profesionales del riesgo evitaban al matrimonio en los peores momentos de éste. En 1850, el casero les puso en la calle con cuatro niños y todos los muebles, que tuvieron que empeñar para liquidar las cuentas de la carnicería y la panadería. Entonces se acogieron a la beneficencia. Su pequeño hijo Guido murió aquel invierno de frío siendo un bebé.



    A pesar de los contratiempos, Marx no tenía intención de cambiar. "Lleva una vida de intelectual bohemio –se lee en un informe redactado por aquellos días por la policía prusiana, que le seguía los pasos–. Pocas veces se lava, se acicala o se cambia de ropa, y a menudo está borracho. No tiene una hora estipulada para irse a la cama o levantarse por la mañana. A menudo se pasa la noche en vela y al mediodía se tumba en el sofá con la ropa puesta, donde duerme hasta la tarde. Cuando entras en la habitación de Marx, el humo y las emanaciones del tabaco hacen llorar los ojos... Todo está sucio y cubierto de polvo, y sentarse se convierte en una tarea peligrosa". Una joya de hombre.



    A Marx le salvó su amistad con el ricacho Engels, al que sangró a modo. Durante cuarenta años, el multimillonario del textil estuvo dando dinero a Marx, al principio como apoyo para que se dedicase a escribir libros y luego, a partir de 1869, ya de modo formal: le hizo beneficiario de una asignación vitalicia.



    Teniendo en cuenta que, por aquellas mismas fechas, Engels se había retirado del negocio, asegurándose antes una buena pensión de jubilación, su amigo Marx se convirtió en el rentista de un rentista. Las dos mentes más preclaras del socialismo, los padres de El Capital, fueron unos rematados rentistas, figura que sólo fue posible en el siglo XIX gracias a la extraordinaria prosperidad que había forjado el capitalismo. Una paradoja y una verdad ligeramente incómoda... que no todos están dispuestos a reconocer.







    *Algunos datos más:
    Marx fue bautizado a los 6 años y se casó por iglesia (Hablamos de luteranismo).Tuvo un hijo con una criada, vástago al que nunca reconoció, abandonando luego a ambos a su suerte. Criada que había sido anteriormente del barón Johann Ludwig von Westphalen, el padre de Jenny. Así que no se eligieron una criada cualquiera... El hijo de Lenchen, como la llamaban, fue luego legitimado por Engels como si fuese suyo, pero era un secreto a voces que Frederick Lewis Demuth era hijo de Marx.

  2. #2
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    Respuesta: "El Marx del que nadie habla", por Fernando Díaz Villanueva

    Algo sabía de la biografía de este sujeto.

    Pero leyendo los aportes que se han puesto en este hilo por Ordoñez, y haciendo una comparación con la realidad socialista de la España de hoy en día, lo que veo es que la cosa no ha cambiado en nada.

    Me explico. Existe en el panorama político socialista actual, indiviudos que no han trabajado nunca en la vida, que en su curriculo personal ponen con total desfachatez en el apartado de trabajo: "político", como si eso fuera una carrera universitaria o una profesión.

    Llevan en ese estado desde la transición poco más o menos, y se han ido perpetuado de genración en generación, "vía hereditaria" al estilo de la más rancia tradición de la heráldica linajuda de las familias antañonas. El caso de las Pajines es muy notorio, Ministra ella y concejal su progenitora. (continuar con estos ejemplos sería tarea interminable)

    En defintiva. Nos encontramos con personas que no han visto un trabajo por cuenta ajena ni por asomo. No saben lo que es una nómina entregada por un empresario. No quiero hablar de los sindicalistas y los sindicatos porque eso es de risa, pues alguno no ha pisado una fábrica nada más que para excitar los ánimos de sus congéneres y llevarlos a la huelga, mientras él y los suyos salen pitando al Bulli de Ferrán Adría.

    El pedir favores a empresarios y políticos, el llevarse comisiones, el recibir, a cambio de realizar ellos favores políticos, otros favores y tratos preferenciales, es el pan nuestro de cada día. El Presidente del Congreso, "San José" Bono, sabe mucho de eso.

    Es desesperante el ver un día sí y otro también, a esta nueva "casta" de individuos vender proclamas sobre el ideal perfecto del trabajador, sobre la enconada defensa que hacen de los valores sociales, sobre la protección de los desfavorecidos..., y ver al mismo tiempo sus niveles de vida y sus chanchullos y prevaricaciones.

    Eso pasa en todos los partidos, pero en aquellos que se supone que diefienden al "obrero" es más sangrante todavía.

    En definitiva. Los políticos de Izquierdas (incluyo en esta categoría al PP por considerarlo una izquierda atrofiada, es decir, comparte los mismos esquemas que el socialisamo "blando", pero en la práctica es menos resolutiva que sus hermanos mayores) que nos han gobernado, son dignos de de ser enviados a la basurero a ser reciclados y convertidos en papel higíencio, de obligado uso para los "obreros".
    Sus caras y formas, junto con sus soflamas diarias, me producen asco.
    Última edición por Aquilífero; 30/04/2010 a las 08:27
    Conócete, acéptate, supérate.
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  3. #3
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    Respuesta: "El Marx del que nadie habla", por Fernando Díaz Villanueva

    En el Diario "LD" han colgado la noticia de que fue un feroz especulador en Bolsa, según se deduce de la lectura de una carta suya hasta ahora desconocida. "En casa del herrero, cuchillo de palo", ¡menudo pájaro!
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


    Nada sin Dios

  4. #4
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    Respuesta: "El Marx del que nadie habla", por Fernando Díaz Villanueva

    Cita Iniciado por Valmadian Ver mensaje
    "En casa del herrero, cuchillo de palo", ¡menudo pájaro!

    Pues querido Valmadián. Si ese siniestro persoanje de Karl Marx te provoca ese comentario, no queiro ni decir lo que opinarás sobre los sindicatos que saldrán mañana, día de San José Obrero, a la calle a manifestarse.

    Con cinco millones de parados (digan lo que digan las encuestas), el Día del Trabajo lo van a terminar celebrando los "liberados sindicales", los sindicalistas de "oficio", y por supuesto, los políticos, que es ver una pancarta y correr a ponerse enfrente de ella...
    Conócete, acéptate, supérate.
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  5. #5
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    Respuesta: "El Marx del que nadie habla", por Fernando Díaz Villanueva

    Ese cochino Marx no sólo especuló en bolsa, especuló con el futuro y acarreó millonadas de muertos en todo el planeta.

    Estos golfos rojos -Bakunin, p. ej.- eran unos rematados pedigüeños y derrochadores, adoradores del Becerro de Oro. Bakunin, lo cuenta un historiador de la solvencia de Edward Hallett Carr en "Los exiliados románticos. Bakunin, Herzen, Ogarev", era otro experto en sablear a los amigos y vivir sin trabajar, como un príncipe del anarquismo.

    A este paso, como dice un amigo mío, se descubrirá que "Das Kapital" se lo escribió algún "negro"... Por estar Marx borracho y ser un holgazán sin remedio.

    Ese era Marx. Está bien que se descubra.


  6. #6
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    Respuesta: "El Marx del que nadie habla", por Fernando Díaz Villanueva

    Cita Iniciado por Aquilífero Ver mensaje
    Pues querido Valmadián. Si ese siniestro persoanje de Karl Marx te provoca ese comentario, no queiro ni decir lo que opinarás sobre los sindicatos que saldrán mañana, día de San José Obrero, a la calle a manifestarse.

    Con cinco millones de parados (digan lo que digan las encuestas), el Día del Trabajo lo van a terminar celebrando los "liberados sindicales", los sindicalistas de "oficio", y por supuesto, los políticos, que es ver una pancarta y correr a ponerse enfrente de ella...

    Pues las normas del Foro, las normas de urbanidad que me enseñaron de pequeño, la Palabra de Dios expresada en el NT y mi propia decencia, me impiden soltar lo que opino de una cuadra de golfos, golfas, barraganes y barraganas, ganapanes y "ganapanas", ladrones, "chorizos" y esquilmadores del Patrimonio sindical de los trabajadores de España.

    La presunta "devolución y entrega" de dicho Patrimonio, surgido del esfuerzo de los trabajadores, sindicados a la fuerza además, fue uno de los más grandes atracos que se han producido institucionalmente en España. Pero, al igual que ellos estuvieron esperando su oportunidad para robar a mansalva, otros estamos esperando para recuperarlo con TODOS los intereses.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


    Nada sin Dios

  7. #7
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    Respuesta: "El Marx del que nadie habla", por Fernando Díaz Villanueva

    Las curiosas costumbres del joven Marx

    Marx, aunque de origen judío, fue bautizado en la religión cristiana. En la escuela fue un alumno modelo, particularmente brillante en las composiciones de carácter religioso. En uno de esos temas escribía así: "La unión con Cristo da satisfacción interior, consuelo en el dolor, tranquila certeza, y abre el corazón al amor al prójimo, a todas las cosas nobles y grandes, no ya por ambición ni ansia de gloria, sino por amor a Cristo".

    En el año 1841 su encuentro con Moses Hess lo convertía al socialismo. Pero antes de este encuentro se había operado en él un cambio radical. Una misteriosa enfermedad, de la que nada dicen las fuentes, lo llevó al borde de la muerte. Y apenas salió de ella, apareció el nuevo Marx.

    Incluso su vida sufrió un cambio notable. De ser un muchacho modelo pasó a convertirse en una persona de mal carácter: continuos problemas con sus padres, pérdida de sumas ingentes en el juego y con mujeres. En las cartas de su padre empezaron a manifestarse las preocupaciones por el cambio que se había operado en el joven Marx. Aludía a una "cuestión bastante misteriosa" que veía en él, pero no se sabe más. La muerte de su madre fue acogida por Marx con increíble indiferencia. En una carta hablaba de ella como "la partida de la vieja" (la carta iba dirigida a Engels) casi con fastidio; su única preocupación era la herencia.

    Comenzó a beber, y el vicio ya no le dejó durante toda su vida. Más aún, parece que esta afición al alcohol llegó a crear cierta preocupación en Engels y en sus amistades más íntimas.

    Marx era un hombre muy conocido en su época. Afiliado a la logia francesa de los Filadelfos, era estrecho colaborador de Annie Besant, que sucedió a Madame Blavatsky al frente de la sociedad teosófica (Madame Blavatsky, vestida de hombre, caracoleaba junto a Garibaldi en el Lacio, con la finalidad de abatir al Papado). Aveling daba conferencias sobre el tema "La perversidad de Dios", argumento muy frecuentemente tratado por los teósofos de la época.

    Hess puso en contacto a Marx con Proudhon. Los dos tenían en común físicamente el aspecto hirsuto, que era también, por cierto, el que presentaba un amigo común, Bakunin. Hay que señalar que la barba tupida y los cabellos intonsos no eran precisamente la característica de las modas románticas de la época, sino que en realidad se trataba de la divisa obligatoria de la secta de Giovanna Southcott (que se creía en relación con el demonio "Shiloh"). Será quizá una coincidencia, pero el hecho es que fue en ese momento histórico cuando la secta abrazó el comunismo. Según Bakunin, Proudhon adoraba a Satanás (de Proudhon es la famosa frase "Dios es el mal"), y el propio Bakunin escribía en Dios y el estado: "...Debemos despertar en el pueblo al diablo y excitar en él las pasiones más viles".

    ¿Y Engels? También él había pasado por una fase inicial de persona devota a la Iglesia y a Cristo. La conversión de Engels se debe a la amistad con el teólogo liberal Bruno Bauer. Este escribía así a un amigo en el año 1841: "Ni siquiera yo mismo me reconozco cuando profiero blasfemias desde lo alto de la cátedra... Cada vez que subo a la cátedra se apodera de mí un pérfido demonio".

    En suma, parece que también en Engels se verificó una transformación semejante a la sufrida por Marx: de autor de poemas en alabanza a Cristo a escritor de poesías satánicas. A partir de un cierto momento, la correspondencia con Marx comenzó a estar repleta de obscenidades y declaraciones antisemitas. Lasalle era definido como "hebreo negro" y Bakunin como "una perfecta nulidad". Mazzini llegó a decir de Marx: "Tiene un espíritu destructor y su corazón rebosa más odio que amor por los hombres".

    (Rino Camilleri: Los monstruos de la razón: Viaje por los delirios de los utopistas revolucionarios. Ediciones Rialp, Madrid 2007)

  8. #8
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    Marx, Engels y otros racistas formidables

    Por Walter Williams

    .
    La mayoría de la gente reconoce que las predicciones de Marx sobre el capitalismo resultaron un fiasco. Lo que la mayoría no sabe es que Marx era un racista y un antisemita de tomo y lomo.

    Marx escribió, acerca de la anexión de California por parte de EEUU luego de la guerra que enfrentó a este país con México: "Sin violencia jamás se ha conseguido algo en la historia". Y a continuación se preguntaba: "¿Es una desgracia que la espléndida California fuera arrebatada a los vagos mexicanos, que no sabían qué hacer con ella?". Por su parte, el coautor del Manifiesto comunista, Friedrich Engels, añadía: "Hemos sido testigos de la conquista de México, y nos hemos alegrado. Es en interés del propio México que quede bajo la tutela de Estados Unidos". Puede uno encontrarse con gran parte de las ideas de Marx en un libro escrito por el ex comunista Nathaniel Weyl y titulado Karl Marx, Racist (1979).

    En una carta que dirigió en de julio de 1862 a Engels, Marx se refería a su rival político Ferdinand Lassalle, asimismo socialista, en los siguientes términos: "Para mí está completamente claro ahora, como lo prueban la forma de su cráneo y su pelo, que desciende de los negros de Egipto, suponiendo que su madre o su abuela no se mezclaran con la negrada. Esta unión de judaísmo y germanismo sobre una base negra tiene que producir un producto peculiar. La protuberancia del colega es, asimismo, la propia de la negrada".

    Engels compartía gran parte de la filosofía racial de Marx. En 1887 el yerno de Marx, Paul Lafargue, se postuló para concejal en un distrito parisino que contaba con un zoo. Engels sostenía que Paul tenía "un octavo o un doceavo de sangre de negrazo". En una carta fechada en abril de 1887 y dirigida a la esposa de Paul, Engels escribía: "Al estar, en su calidad de negro, un paso más cerca del reino animal que el resto de nosotros, sin duda es el representante más adecuado para ese distrito".

    Aunque mucho menos reivindicado que Marx, Thomas Carlyle es otra figura histórica inapreciable. Carlyle es conocido por aplicar a la economía el apelativo descalificatorio de "ciencia funesta" (dismal science), una inversión del término "gaya ciencia", o "gay saber", con que en aquel entonces (1849) se aludía al conocimiento que servía para introducir mejoras en la vida.





    Carlyle sostenía que los negros eran subhumanos, "ganado bípedo" que necesitaba la tutela de los blancos, poseedores de la "fusta benéfica", si iba a contribuir al bien de la sociedad. Carlyle no era, en modo alguno, el único en denunciar la economía por sus posturas contrarias a la esclavitud y en favor de la igualdad.

    Una figura no menos histórica, y muy socorrida en Navidad, Charles Dickens, compartía las posiciones de Carlyle en lo relacionado con la esclavitud y con los negros.

    Marx, Engels, Carlyle y Dickens, todos ellos compartían una creencia inmemorial que ha prevalecido hasta nuestros días: algunas personas están dotadas de una sabiduría y una inteligencia sobresalientes y tienen por cometido imponerlas a las masas por la fuerza.

    Walter Williams - Marx, Engels y otros racistas formidables - Fin de semana

  9. #9
    Avatar de Mexispano
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    Re: Respuesta: "El Marx del que nadie habla", por Fernando Díaz Villanueva

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    #KarlMarx #comunismo #VirgendeFatima

    ¿Karl Marx vendió su Alma al Diablo?
    [¡escalofriantes revelaciones del creador del comunismo!]


    ¿La Virgen de Fátima sabía esto?

    Uno de los misterios que aún subsiste respecto a las apariciones de Fátima es por qué razón la Santísima Virgen bajó para alertar sobre los errores que el comunismo esparciría por el mundo
    Y no ha hablado en cambio sobre el capitalismo

    Algunos pensarán que es porque el comunismo es ateo, no cree en Dios
    Y otros dirán que se trata de una conspiración de la derecha para combatir los reclamos de justicia social, que piensan que es monopolio de la izquierda
    Pero hay otra explicación de la cual pocos se atreven a hablar
    Quizás por temor a poner en tela de juicio a una de las grandes figuras de la historia, que tiene muchísimos adeptos

    Carlos Marx el que creó la doctrina del comunismo, el marxismo, ¿habrá sido satanista?, ¿o habrá estado poseído? ¿o vendido su alma al diablo?
    En este vídeo hablaremos sobre los estudios de historiadores y biógrafos de Marx mostrando indicios de su inclinación, por lo menos compatible con el satanismo
    No estamos concluyendo de ninguna manera que Carlos Marx era satanista, sino informando de hallazgos que no se han divulgado mucho, para que nuestros suscriptores puedan discernir

    El texto completo de este video y los links que se mencionan los puedes encontrar acá https://www.youtube.com/post/Ugw3Iqpw...





    https://www.youtube.com/watch?v=rYkei-r2X0s


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