Revista FUERZA NUEVA, nº 494, 26-Jun-1976
Compromiso Democracia Cristiana-Partido Comunista
COMO es notorio, finalmente, el presidente de Izquierda Democrática, Joaquín Ruiz-Giménez, ha conseguido arrastrar a José María Gil-Robles, presidente de la Federación Popular Democrática, a la negociación de un pacto de integración en el actual Frente Popular, hoy llamado vulgarmente «Plata-Junta» o "Coordinación Democrática". Se pretende con este pacto la llamada ruptura democrática, sobreentendiéndose con ello que ni el Estado nacional, tal como lo dejó Francisco Franco al fallecer, ni la Monarquía reformada, tal como pretenden restaurarla el presidente Arias Navarro y el vicepresidente Fraga, son verdaderamente democráticos.
Así, pues, los «demócratas de inspiración cristiana» —que así se definen abusivamente Ruiz-Giménez y Gil-Robles, sin que el Magisterio eclesiástico quiera decirnos si es auténticamente cristiana tal inspiración— han llegado en España a lo que no han querido llegar los demócratas de inspiración vaticana (los Fanfani, Moro, Rumor, etc.), ¡oh prodigio español!, al que Antonio Gramsci llamara «compromesso storico»; en suma, los «demócratas de inspiración cristiana» llegan a la conspiración o alianza de todas las fuerzas políticas capaces de forzar el advenimiento de la sociedad socialista, más tarde comunista.
Ciertamente, hombre derechista, Gil-Robles propugna una sociedad liberalcapitalista; y derechista, asimismo, Ruiz Giménez preconiza una sociedad democraticosocialista: a cada uno de estos dos líderes el cristianismo les inspira una sociedad diferente, lo cual equivale a decir que no les inspira nada, porque Dios no puede inspirar órdenes contradictorias y el cristianismo específicamente es una divina Revelación.
Lo que parece, más bien, es que, sintiéndose incapaces estos dos líderes para cambiar el régimen español con métodos, con fuerzas y con inspiraciones cristianas, han tenido que aliarse con el enemigo de la civilización cristiana, con el Partido Comunista y con el Partido Socialista Español, con toda esa parte desconocida de conciudadanos nuestros que reniega de la España eterna, de lo diferencial de España a través de la Historia.
Sólo los marxistas españoles han demostrado su resolución y su capacidad de raer de la faz y de la entraña de nuestra historia lo que ha venido siendo consustancial con España. Parece como si Gil-Robles y Ruiz-Giménez esperaran que, una vez conseguida la «ruptura democrática», coligados con los marxistas, éstos les brindarían a los demócratas de inspiración cristiana todos los poderes en España.
Ahora bien, para pronosticar el porvenir de este pacto veamos la opinión de Santiago Carrillo sobre Ruiz-Giménez: «Muestra mucha ambigüedad e imprecisión»; y sobre Gil-Robles: «Era el Dollfuss español clerical-fascista. Yo no creo que haya evolucionado mucho desde 1934.»
Eulogio RAMÍREZ
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