Revista FUERZA NUEVA, nº 496, 10-Jul-1976
¿EXCOMULGADO RUIZ-GIMÉNEZ?
Es obvio que el profesor volante Joaquín Ruiz-Giménez, desde hace ya bastante tiempo, al estar en comunión con los ateos liberales y comunistas, al menos en cuanto a la praxis política, se ha excomulgado de la colectividad de los católicos, no se sabe en qué medida.
Nunca ha querido explicar Ruiz-Giménez en qué artículos de la fe católica ni en qué preceptos de la moral cristiana ni en qué razones de verdadera sabiduría humana se fundaba para aliarse políticamente con los marxistas (socialistas y comunistas) y con los liberales, contra los tradicionalistas, contra los falangistas y contra los franquistas en general.
Es claro que el Magisterio de la Iglesia ha condenado repetidas veces el marxismo y el liberalismo, reputándolos incomprensibles con la fe cristiana –puede verse incluso la condena de Pablo VI en la “Octogesima Adveniens”-, al paso que el Magisterio de la Iglesia ha encontrado que las ideologías integrantes del Movimiento Nacional español constituyen algunas de las amalgamas posibles y loables del catolicismo. Véase, si no, la apología que de tal amalgama hizo el hoy cardenal Tarancón en su “Curso breve de Acción Católica” de los años 40.
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Yo afirmo que Ruiz-Giménez nunca ha querido explicarse al respecto porque:
1º.A mí me invitó el profesor Ruiz-Giménez a que me incorporase al consejo de redacción de “Cuadernos para el Diálogo”, cuando todavía (1963-1965) era un intento de conseguir que dialogasen y colaborasen en él españoles de todas las procedencias, ideologías y generaciones. En esa revista fui, a la sazón, colaborador y hasta llegó a publicar algún editorial escrito por mí.
Pues bien, en una de las primeras reuniones todavía fundacionales habida en el monasterio de El Paular, para revisar y replantear Cuadernos para el Diálogo”, en presencia de Altares, de Sintes Obrador, de Juan Luis Cebrián, de Castillo Puche, de Peces-Barba y de Elías Díaz, que yo recuerde, yo planteé esta cuestión:
“Si nosotros pretendemos ser demócratas y cristianos, lo mismo que se advierte en cada página de “Cuadernos” que somos antifascistas, por lo mismo tiene que hacerse patente el hecho de que somos anticomunistas”.
Naturalmente, se me echaron encima casi todos. Pero Ruiz-Giménez medió: “No. La cuestión que ha planteado Eulogio es tan importante que hemos de dedicarle a ella sola una sesión. La trataremos esta misma tarde mientras damos un paseo.
Dimos el paseo, pero la cuestión no se trató. No quiso Ruiz-Giménez que fuese tratada. ¿Diplomacia? ¿Maquiavelismo? De entonces data mi ruptura íntima con el equipo de “Cuadernos”. Por entonces me había confesado uno de ellos que, para él, contra la sentencia de Pío XI, “el comunismo no era intrínsicamente perverso”, pero el franquismo sí era intrínsicamente perverso.
2º.Poco tiempo después yo pedí a Ruiz-Giménez una “plataforma” o ideario contractual de “Cuadernos”, por manera que, cada cual supiera, a la vista de tal ideario, a qué se comprometía y qué es lo que repudiaba. Pero Ruiz-Giménez no quiso esta luz y esta claridad.
3º.Corriendo el tiempo, y después de haberme separado de “Cuadernos”, conseguí que la revista me publicase un breve artículo y una carta, sosteniendo que la colaboración con el comunismo era moralmente imposible y condenable, desde el punto de vista cristiano. Era una carta personal a Ruiz-Giménez. Era un artículo con razones sólidas.
Pues bien, a despecho de la promesa oral que Ruiz Giménez me hizo al término de una reunión de accionistas de “Cuadernos”, el presidente de “Cuadernos” ha mantenido hasta la fecha incumplida su palabra de responder públicamente a mis argumentos contra la colaboración cristiano-comunista y de justificar su repulsa de los franquistas y su colaboración con los comunistas.
4º.Constantemente he aprovechado multitud de ocasiones dadas por el extraño comportamiento público de Ruiz Giménez, para desafiarle a diálogo. Pero el profesor del “diálogo” no ha tenido a bien responderme a una cuestión de tan alto interés público. Ni siquiera ha satisfecho, en junta general de accionistas, mi derecho a ser informado acerca de quiénes eran los comunistas que pertenecían al consejo de redacción de “Cuadernos” últimamente, a sabiendas de él.
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Ruiz-Giménez se empecina en servir de caballo de Troya que introduzca en la ciudadela española al comunismo, porque… piensa, contra Pío XI, que “el comunismo no es intrínsecamente perverso”. Es claro que el Estado puede y debe reprimir y proscribir legalmente aquello que es intrínsecamente perverso.
No queda en esto la cosa. Ahora, Ruiz-Giménez se deja entrevistar por un semanario español y repudia la condena del comunismo que acaba de reiterar Pablo VI y la Conferencia Episcopal Italiana.
… Autoridades indiscutibles en la Iglesia, como el prefecto emérito de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Ottaviani, no ha dejado de recordar que continúan vigentes las determinaciones de Pío XII y Juan XXIII excomulgando a los católicos que colaborasen con el comunismo. Ruiz-Giménez se aferra al hecho de que el Papa no ha condenado ex cáthedra la susodicha colaboración. Pero la falta de comunión de Ruiz-Giménez con el papa es obvia y grave. ¿Quién se equivoca, Pablo VI mandando o Ruiz-Giménez rebelándose?
Eulogio RAMÍREZ
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