El cardenal arzobispo Gomá, nada menos que Primado de las Españas, fue (digan lo que quieran los actuales revisionistas del pensamiento eclesial "correcto"), acérrimo partidario de Franco, y puede considerársele el propulsor de lo que años adelante se conocería como nacional-catolicismo. Ahí están sus numerosos escritos que no dejan lugar a dudas. Como ejemplo sirva un texto de su larga carta pastoral "Catolicismo y Patria" (1939) donde casi al final puede leerse, como conclusión, una alabanza de Franco y su proyecto de hacer católica a España desde el Poder:
"... Pero, contra todo ello, esperamos el resurgimiento del Catolicismo en nuestra Patria. Lo presagia la decidida voluntad del Jefe del Estado, que reiteradamente ha dicho que, por exigencia de nuestra historia y por convicción personal, el Catolicismo ha de ser el nervio de la España futura. Hoy mismo, al derogar la Ley de Confesiones y Congregaciones, dice el Jefe del Estado español: “Es notorio que en nuestra Patria no hay más que una confesión religiosa, que marcaron los siglos con singular relieve, que es la Religión Católica, “inspiradora de su genio y tradición”. No podía en menos palabras comentarse la verdad que hemos querido demostrar en esta Pastoral: El Catolicismo y su valor de Patria. La nuestra, España, es lo que es por el Catolicismo. “Los poderes de los Estados, nos decía pocos meses ha nuestro Santísimo Padre, hacen hoy de los pueblos lo que quieren”. Demos gracias a Dios de que se quiera hacer de España un pueblo católico desde las alturas del poder.
Lo anuncia, además, la nueva legislación del Estado, que en su trayectoria general está informada del espíritu católico. Y confirma nuestra esperanza, amados diocesanos, el innegable resurgir religioso que hemos observado en la parte liberada de nuestra querida Archidiócesis. Tanto nos consuela este hecho, que no cesamos de dar gracia a Dios por ello y os alabamos ante todos, “para que la Iglesia reciba edificación”, como reza nuestro lema. Quiera Dios que en todas partes la prueba tremenda sea estímulo que levante nuestro pueblo a Dios..."
Fueron ambos jefes de España, el político y el religioso, quienes proyectaron e implantaron el "nacionalcatolicismo"; no fue sólo cosa de Franco.
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