Alfonso de Palencia

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Alfonso Fernández de Palencia (¿El Burgo de Osma?, Soria, 1423 - Sevilla, 1492), fue un escritor, humanista, historiador y lexicógrafo español del Prerrenacimiento.
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Biografía [editar]

De origen judeoconverso. Se educó en el palacio del ilustre obispo burgalés Pablo de Santa María, antaño rabino de Burgos convertido al catolicismo por Vicente Ferrer. En 1441 fue familiar de su hijo, el también famoso humanista, Alfonso de Cartagena, igualmente obispo de Burgos, de quien fue discípulo.
Marchó a Italia y entró al servicio del cardenal Besarión, con quien permaneció en Florencia hasta 1453. Estudió humanidades con Jorge Trapezuncio (Jorge de Trebisonda) en Roma. En aquel país entabló también relación con Vespasiano da Bisticci.
Vuelto a España, después de pertenecer durante un tiempo a la casa del arzobispo Fonseca de Sevilla, sucedió en 1456 a Juan de Mena en el cargo de cronista real y secretario de cartas latinas de Enrique IV. Se declaró en 1468 partidario del infante Alfonso e intervino en las negociaciones para la boda de la pretendiente al trono Isabel con Fernando de Aragón, siendo actor en arriesgados y pintorescos lances, en el transcurso de los cuales ayudó a la pareja a casarse en 1469. Terminó siendo cronista oficial de la reina Isabel tras su subida al trono en 1475.
Además de su tarea principal de historiador, los nuevos reyes le encargaron diversas misiones durante la Guerra de Sucesión Castellana . Por ejemplo, intervino eficazmente en el establecimiento de la Santa Hermandad en Sevilla (1476) y organizó el envío de una flota de refresco a Gran Canaria en 1479.
Según el propio de Palencia, la reina le retiró su favor en 1480.[1] La muerte le alcanzó en 1492 cuando trabajaba aun en la redacción de sus obras.
Fue una figura representativa del primer Humanismo castellano y, aunque conoció escasamente el griego, fue un magnífico latinista y hablaba a la perfeccíón el italiano y el francés.

Obra [editar]


Crónicas [editar]

La principal obra de Alfonso de Palencia es la monumental Gesta Hispaniensia ex annalibus suorum diebus colligentis, llamada habitualmente Décadas por estar dividida en décadas al estilo de Tito Livio. Esta crónica cubre los acontecimientos desde finales del reinado de Juan II hasta 1481, incluyendo el reinado de Enrique IV, su enfrentamiento con los partidarios de su medio hermano Alfonso, el conflicto por la sucesión de Enrique IV, la subsiguiente guerra civil y la consolidación de los Reyes Católicos en el trono tras la firma de la paz.
La obra se divide en cuatro décadas, cada una con diez libros excepto la cuarta, que el autor dejó incompleta a su muerte y que consta de solamente seis. Las tres primeras décadas fueron traducidas al castellano por Paz y Meliá y publicadas con el título de Crónica de Enrique IV entre 1904 y 1908. La década IV, cuya existencia había sido ignorada por la mayoría de los historiadores, fue publicada en 1971 por José López del Toro en el latín original y traducida al castellano con el título de Cuarta Década.
El original en latín de las tres primeras décadas no ha sido publicado nunca, a pesar de su gran valor histórico, y para su estudio es necesario acudir a los escasos manuscritos existentes.
Otra importante obra de Palencia es la denominada Anales de la Guerra de Granada, que narra los acontecimientos ligados a esta guerra desde su inicio hasta la toma de Baza en 1489. Su traducción al castellano fue publicada por Paz y Meliá en 1909.
Hasta el siglo XIX se creyó que la denominada Crónica castellana de Enrique IV había sido escrita también por Alfonso de Palencia. Hoy día está claro que el autor de esta obra se limitó a traducir al castellano una parte de las Décadas de Palencia introduciendo numerosas erratas.
Como historiador se le considera observador y perspicaz. Bastante mordaz, le acusaron como historiador de haber sido terriblemente parcial y ensañarse con las figuras de Álvaro de Luna y Enrique IV, pero la crítica moderna ha comprobado que no lo fue tanto.

Otras obras [editar]

La Batalla campal entre los perros y los lobos (1457, de la que hubo edición en Sevilla, 1590), es una traducción de su propia obra latina. Probablemente se trate de una alegoría del gobierno de Enrique IV: Un lobo, Harpaleo, sucumbe ante los perros por hacer dejación del mando del ejército y muere a manos de muere por descuidar la disciplina militar.
Escribe en lengua latina y traduce al español su alegoría Tratado de la perfección del triunfo militar (1459. En ella, un personaje llamado el Ejercicio intenta encontrar, acompañado de la sabia Discreción, el Triunfo. Esta le remite a Gloridoneo, un capitán romano bajo cuya figura podría ocultarse Alfonso el Magnánimo. Gloridoneo vence y Triunfo otorga la victoria al Orden, al Ejercicio y a la Obediencia. Bajo estas virtudes habría de conducirse, según aconseja el autor, Enrique IV.
Se le atribuye además la famosa sátira contra el rey denominada Coplas del provincial.
Escribió también tratados lexicográficos y algún otro de carácter geográfico en latín, entre los que cabe mencionar:
  • El Opus Synonymorum –o De sinonymis elegantibus–, que se ocupa del estudio de los sinónimos.
  • El Uniuersale Compendium Vocabulorum (Vocabulario universal en latín y en romance) o (Sevilla, 1490), diccionario bilingüe que, aunque pronto quedó relegado por el Diccionario latino-español de Nebrija, resulta muy útil para el estudio de la lengua romance y representa el primer esfuerzo lexicográfico en la lengua castellana.
  • Un Compendiolum geográfico (nomenclátor toponímico).
  • Varias epístolas latinas.
Su labor como traductor fue también muy importante: vertió las Vidas paralelas de Plutarco de Queronea en un incunable editado en Sevilla en 1491 y Los siete libros de las guerras judaicas de Flavio Josefo en 1492.