Forocoches «batalla» para que el nuevo barco británico se llame como el marino español que les humilló en 1741
Cuando la «Royal Navy» abrió una votación para bautizar su último barco de guerra, los internautas de nuestro país se pusieron en marcha y organizaron una campaña para votar en masa por Blas de Lezo
Blas de Lezo venció a una gigantesca flota inglesa con apenas unos miles de honbres - ABC
Lo que comenzó como una feliz idea se ha convertido en un «trolleo» masivo similar al que ocurrió con John Cobra en Eurovisión (y que, por cierto, hizo arder las redes sociales). Según explican varios medios internacionales como «Time», a la Royal Navy no se le ocurrió otra cosa hace algunas semanas que abrir una encuesta en línea para buscar nombre a su nuevo y flamante buque de investigación polar.
Puedes leer la historia de Blas de lezo en el siguiente enlace: Blas de Lezo, el almirante español cojo, manco y tuerto que venció a Inglaterra
Puedes ver una infografía del ataque inglés a Cartagena de Indias en el siguiente enlace: El marino español cojo, manco y tuerto que humilló a una gigantesca flota inglesa
La idea, curiosa en principio, se transformó sin embargo en un infierno cuando Forochoches (una conocida red de foros española) comenzó una campaña masiva para lograr que el susodicho navío tomase el nombre de Blas de Lezo, el marino vasco que humilló a los británicos en Cartagena de Indias en 1741 al vencer, con unos pocos millares de combatientes, a la flota británica más grande jamás vista antes del Desembarco de Normandía. Esta opción llegó a posicionarse como la segunda más votada.
La idea original
Siempre en palabras de este diario británico, la idea original fue del Consejo de Investigación de Medio Ambiente de Gran Bretaña. Y es que, este organismo quiso celebrar la llegada de su nuevo buque de exploración, valorado en 200 millones de libras, con una votación «on line» abierta a todo el mundo para bautizar a su nuevo «pequeñin». Así fue como nació la plataforma «Name our ship» el 17 de marzo de este año. Sin duda, una bonita iniciativa con la que demostrar que no se han quedado atrasados con respecto a las redes sociales.
Explicación de la idea original- NERCO eso creían. Sin embargo, les salió el tiro por la culata, pues los internautas comenzaron a inventarse nombres absurdos que, para más inri, no tardaron en posicionarse entre los más votados. Ese fue el caso de «McBoatFace» («CaradeBote») o «NottheTitanic» («No es el Titanic»). El «trolleo» masivo ha provocado un revuelo tal en las redes sociales que el instigador del primero de los motes explicados (el mejor posicionado hasta la fecha) ya ha pedido perdón en Twitter al Consejo de Investigación de Medio Ambiente de Gran Bretaña por la idea.
«Trolleo» rojigualdo
Sin embargo, de entre todos los nombres el que más risas ha despertado por estos lares es el propuesto por la conocida red de blogs Forocoches. Y es que, sus miles de usuarios lograron aupar hasta la segunda posición a «Blas de Lezo». Un «trolleo» en toda regla si consideramos que el nombre haría referencia al héroe cojo, manco y tuerto que, con apenas unos miles de hombres y 6 navíos, logró resistir en Cartagena de Indias el ataque de la mayor flota británica jamás vista en el mundo antes de la del Desembarco de Normandía.
Con todo, aquellos que tuvieran esperanzas de ver al «R.R.S. Blas de Lezo» surcar los mares bajo pabellón de la Pérfida Albión se han visto frustrados, pues de momento no es posible entrar en la página habilitada por la Royal Navy para votar. Además, el Consejo de Investigación de Medio Ambiente de Gran Bretaña ya ha informado de que la decisión final será tomada por el jefe de este organismo.
Forocoches «batalla» para que el nuevo barco británico se llame como el marino español que les humilló en 1741
Parece que los piratas se han picado, lo han quitado de las opciones en la votación
Saludos en Xto.
«¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
𝕽𝖆𝖒𝖎𝖗𝖔 𝕷𝖊𝖉𝖊𝖘𝖒𝖆 𝕽𝖆𝖒𝖔𝖘
LA ÚLTIMA GRAN VICTORIA DE DON BLAS DE LEZO.
Y es que aún muerto es temido por los Británicos.
Recientemente, la Royal Navy puso a disposición de los internautas, la elección del nombre de uno de sus Buques.
En este caso uno Oceanográfico.
¿ Y adivináis cual era el que se disponía a ser el propuesto ?
Blas de Lezo.
Y claro, los británicos que tanto presumen de democrátas corrieron a eliminarlo.
PERO LA VICTORIA YA SE HABÍA CONSUMADO.
Y es que Don Blas después de muerto, es temido por os Ingleses
LOS LEGÍTIMOS DE GIBRALTAR 1.502
Rendir tributo a Don Blas de Lezo en Cádiz
Esteban Villarejo
La estatua gaditana está situada en el paseo Canalejas, fue inaugurada el 12 de marzo de 2014. Incluso antes de la estatua existente en la plaza del Descubrimiento de Madrid. Hay que recordar que el guipuzcoano de Pasajes residió un tiempo en El Puerto de Santa María junto a su familia, también lo hizo en Palos de la Frontera (Huelva).
Estatua de Blas de Lezo en Cádiz, en el paseo de Canalejas / E. V.
El «Mediohombre», como era conocido pues le faltaba un ojo, tenía pata de palo y el brazo derecho lo tenía inutilizado, es un símbolo en Colombia. Y poco a poco también en España.
Vaya por delante mi admiración a su figura y a tantos Blas de Lezo que la Historia española nos ofreció. Ya saben, si pasan por Cádiz, no olviden rendir tributo a Don Blas, desafiante espada en mano. Y dirigir con él una mirada a su Bahía:
«…dile a mis hijos que morí como un buen vasco, amando y defendiendo la integridad de España y del Imperio, gracias por todo lo que me has dado mujer (…) ¡Fuego! ¡Fuego! ¡Fuego!», se puede leer en una de las inscripciones.La estatua, emplazada junto al puerto de Cádiz/E. V.
Inscripciones de la estatua:
Explicación de la batalla de Cartagena de Indias
Rendir tributo a Don Blas de Lezo en Cádiz | Por Tierra, Mar y Aire
El Alcalde Manolo Duque entrega la espada réplica de Blas de Lezo
YESSICA RIVERA PORRAS
27 de Octubre de 2016 09:31 pm
El Mandatario local haciendo entrega de la espada réplica. // Luis Aparicio/El Universal.
Armando Morales, reconocido en la ciudad por personificar a Blas de Lezo, también estuvo en el evento. // Luis Aparicio/El Universal.
Momento de la firma del acta entre el alcalde y Moisés Álvarez. // Luis Aparicio/El Universal.
Momento de la firma del acta entre el alcalde y Moisés Álvarez. // Luis Aparicio/El Universal
Esta noche, el alcalde Manolo Duque hizo entrega oficial al Museo Histórico de Cartagena la réplica de la espada del almirante español Blas de Lezo.
La espada, premio otorgado a Cartagena por la Asociación Cultural Blas de Lezo, fue recibida en Madrid en febrero del año pasado por el alcalde de ese entonces, Dionisio Vélez Trujillo. Sin embargo, en la nueva administración distrital la espada estuvo extraviada, hecho que este medio dio a conocer el pasado 15 de octubre. A los pocos días, la réplica apareció en una caja, en el cuarto de ‘San Alejo’ del apartamento de Vélez. Lea Aquí: Réplica de espada de Blas de Lezo apareció en la casa de Dionisio Vélez
En el evento de entrega, realizado en el Museo Histórico, el mandatario local agradeció a la Asociación Cultural Blas de Lezo la entrega de esta valiosa y simbólica réplica de la espada usada por el español para defender a la ciudad de los ingleses. La original se encuentra en el Museo Naval de Madrid, en España.
“Este es un acto de fe en Cartagena, en su gente, y sobre todo un acto de respeto por la historia para que las generaciones futuras nunca olviden el sufrimiento y valor de los que acecharon su vidas por defender nuestras tierras”, expresó Duque.
Tras ingresar la espada a la vitrina en la cual estará resguardada y preservada como se merece, se firmó un acta entre el alcalde y Moisés Álvarez, director del Museo Histórico, en el que consta que la réplica yace en el museo y que ahí permanecerá en un constante diálogo entre la comunidad cartagenera y el público que visita el lugar.
La espada es entregada a Cartagena como premio por mantener en su memoria colectiva la significación del almirante. Es un espada de ceñir de estilo afrancesado de platillo, propio de los oficiales de la Armada Española de Felipe V. Fue elaborada por Antonio Arellano, uno de los pocos artesanos que quedan en el país europeo, con capacidad para forjar una espada casi idéntica a la que usó Blas de Lezo.
__________________________________
Fuente:
http://m.eluniversal.com.co/cartagen...de-lezo-238733
S M el Rey Felipe VI visita la muestra Blas de Lezo y la defensa de Cartagena de Indias
Publicado el 29 oct. 2016
Visita de S.M el Rey Felipe VI a la exposición "Blas de Lezo y la defensa de Cartagena de Indias" realizada en el Monasterio de Santo Domingo en la ciudad de Cartagena de Indias, Colombia. 28-Octubre-2016
https://www.youtube.com/watch?v=bph9Tqcb8WY
Última edición por Leolfredo; 31/10/2016 a las 10:44
LA VICTORIA DE CARTAGENA DE INDIAS
“Sometió a Chagres y en Cartagena conquistó hasta donde la fuerza naval pudo llevar la victoria”
Este es el epitafio de la casi anónima tumba de Edward Vernon en la catedral de Westminster, el hombre que hizo fracasar la mayor armada inglesa en las murallas de la ciudad de Cartagena de Indias. Mientras, en la misma tierra que cientos de casacas rojas tiñeron con su sangre, fue enterrado en una tumba sin nombre el responsable de la derrota inglesa, Blas de Lezo Olabarrieta.
30.000 hombres llegaron a las costas colombianas el 13 de marzo de 1741 con la creencia de que la victoria era cosa de dos días, de hecho su comandante mandó un mensaje de su victoria segura a Londres que se apresuró a acuñar una moneda conmemorativa de la derrota española...
Moneda de Vernon. ABC
Tras duros combates contra las inferiores tropas españolas que usaron inteligentemente sus recursos gracias a la habilidad del marinero vasco y pese a la incompetencia del virrey de Nueva Granada Sebastián de Eslava, la expedición inglesa comenzó la retirada. Y a la ayuda del clima ecuatorial que diezmó a las tropas europeas que enfermaron del “vómito negro” y de las “fiebres carceleras”. Un total de seis mil muertos (según Pablo de Vitoria: 2500 en combate y 3500 de las enfermedades) y más de 8000 heridos (muchos de ellos murieron en la travesía) fue el coste de la soberbia.
El 8 de mayo dio comienzo la retirada de los supervivientes que debido a la perdida de 6 navíos de tres puentes, 13 de dos, cuatro fragatas además de varios mercantes, viajaron apiñados como si fuesen ganado hasta Jamaica. Tras doce días de reembarcar a las tropas, el 20 del mes de mayo las últimas 11 embarcaciones abandonan la bahía de Cartagena con sus velas y banderas hechas unos jirones.
Mientras tras la muralla de la ciudad sitiada un hombre a caballo daba vueltas a lo largo de las mismas. Durante los largos meses de luchas y necesidades su animal le ayudó a conocer cada piedra y esquina de las defensas y a llegar a los lugares más vitales en medio de los combates. Lejos de sus amados barcos, Blas precisaba de un caballo para recorrer largas distancias ya que había perdido su pierna por una bala de cañón en Velez-Malaga. Desde que era joven, el conocido por sus enemigos como medio hombre superó todas las limitaciones que la falta de un brazo, una pierna y un ojo hubiesen hecho a otros vivir de la sopa boba pero a él no le impidió llegar al rango de Teniente General de la Armada y ser el comandante general del vital puerto de Cartagena, punto de partida de la Flota de Indias.
El pestilente olor de los cadáveres putrefactos de los ingleses ya no era una molestia para los defensores cuando abrieron las puertas de la ciudad. Entre los primeros en llegar a la orilla estaba el comandante general que cabalgaba sobre su caballo entre los restos de la armada de Vernon. La alegría estaba eclipsada por la dantesca visión de los cadáveres hinchados y putrefactos de los casacas rojas que eran mecidos por las olas y devorados por las gaviotas, cangrejos y otras alimañas. Mientras tanto en el horizonte se alejaba como un fantasma la no hace mucho ruidosa Royal Navy de Jorge II. El amigo de BHM Augusto Ferrer-Dalmau con su increíble mano nos revive este momento en la obra que encabeza el artículo.
Para el Héroe de Cartagena esta fue una de sus últimas salidas por la ciudad que salvó, ya que las fiebres se apoderaron de su salud. No solo su salud le preocupa sino el comportamiento del virrey que celoso de su papel había comenzado a escribir sus memorias maquilladas para ganarse ante el Rey la gloria de la Victoria. En plena investigación de su actuación durante la batalla murió Blas de Lezo Olabarrieta el 7 de octubre, lejos de su Pasajes natal, en la ciudad que defendió de “unas calenturas, que en breves días se le declaró tabardillo”.
Mientras en la corte los burócratas sin saber de su muerte le destituyeron de su cargo el 21 de octubre. Privados de pensiones y honores la familia de Blas de Lezo luchó por el honor de su padre hasta que Carlos III en 1760 corrigió la injusticia nombrando a su hijo Blas de Lezo y Pacheco primer Marques de Ovieco.
Siglos después varios investigadores tratan de encontrar el cadáver del medio hombre para darle la sepultura que se merece, un mausoleo aun mayor del hombre que él derrotó. Ya que no se puede dar digna sepultura a los 800 peninsulares y neogranadinos al menos se debe hacer con su comandante.
Una reflexión para todos los españoles es la gran diferencia entre nuestra España y los ingleses en el respeto a sus héroes y a todos los que murieron por su Patria.
“La Victoria de Cartagena de Indias” Francisco García Campa – Bellumartis Historia Militar
BELLUMARTIS HISTORIA MILITAR: LA VICTORIA DE CARTAGENA DE INDIAS
Pabellón capturado a los ingleses en el sitio de Cartagena de Indias
Posted on Mayo 25, 2012 in Edad Contemporanea by Hugo A Cañete
Hace unos días me hice con una interesante edición inglesa de 1907: “Spanish Arms and Armour. Being a historical and descriptive account or the Royal Armoury of Madrid” de Albert F. Calvert.
Se trata de un detallado catálogo de los fondos de la Real Armería de Madrid con 336 ilustraciones. Echando un vistazo a la colección encontré la lámina que os dejo. Se trata de una bandera capturada a los ingleses por las tropas españolas al mando de Blas de Lezo en el sitio de Cartagena de Indias de 1741. El hecho, poco conocido, significó la derrota de la expedición al mando del almirante Vernon, conocida como la armada invencible de los ingleses, por ser derrotada la mayor flota reunida nunca por los británicos.
Creo que se trata de una muestra de excepcional valor, como otras tantas que estarán dormitando el sueño de los justos Dios sabe donde. En el prólogo del libro se agradece a la Reina Madre María Cristina su preocupación por el mantenimiento de la colección y por la confección de dicho catálogo en 1898.
Si te gustó te puede interesar nuestra Serie GEHM sobre Bernardo de Galvez
__________________________________
Fuente:
Pabellón capturado a los ingleses en el sitio de Cartagena de Indias | Grupo de Estudios de Historia Militar
"Si Blas de Lezo hubiera sido inglés estaría hasta en la sopa"
Eulogio Galán novela la vida del mítico marino español en 'Anka Motz', una trepidante aventura "con rigor histórico"
Eulogio Galán, ante la estatua de Blas de Lezo que le recuerda en Cádiz. fito carreto
"Si Blas de Lezo hubiera sido inglés estaría hasta en la sopa"
P. Ingelmo Cádiz, 13 Abril, 2017 - 02:05h
Anka Motzes el sobrenombre vasco de Blas de Lezo, uno de los marinos con una biografía más apasionante de la Historia y hace referencia a sus múltiples heridas de guerra. "A los 25 años era cojo, tuerto y manco, pero a la vez, uno de los más prestigiosos marinos de la Armada". Quien habla es Eulogio Galán, un escritor de tierra adentro (Trebujena, 1953) que debuta en la ficción con Anka Motz. Que Dios te maldiga Lezo, editorial Chiado) una obra de gran rigor histórico que, al mismo tiempo, "bebe de las grandes novelas de aventuras del siglo XIX. Y, para ello, Blas de Lezo, es un personaje excepcional que no ha sido justamente reivindicado en nuestro país. Los ingleses tienen glorificado a Wellington y Wellington no hizo ni la mitad de hazañas que Blas de Lezo. Si Blas de Lezo hubiera sido inglés lo tendríamos hasta en la sopa".
El origen del proyecto se encuentra en un viaje realizado por el autor hace casi veinte años en un velero que reproducía los trayectos entre Jerez y Bristol en el siglo XVIII. Patrocinado por la casa bodeguera Harveys, los invitados a esa travesía actuaban como marineros adiestrados por auténticos marineros ingleses. "Allí empecé a pensar en la épica y descubrir la figura de Blas de Lezo era lo que yo necesitaba para, en cierto modo, narrar algo de lo que yo había sentido navegando durante esas dos semanas".
"Los catalanes que apartan a Blas de Lezo de la Historia lo que quieren es reescribirla"
Según Galán, que ya había publicado con anterioridad un libro costumbrista, Andares, sobre anécdotas de su Trebujena natal, "me empecé a obsesionar con la figura de este marino sin entender muy bien cómo era posible que en nuestro país no fuera un nombre conocido por los escolares. Estuvo en multitud de lugares, a través de él es posible conocer nuestra historia del siglo XVIII en todos los escenarios posibles y es, sin duda, el militar español que fue más temido por los ingleses. Sólo mencionar su nombre provocaba terror en la armada británica".
Sólo se explica Galán que su nombre no esté en el lugar que se merece en la Historia "por las envidias propias de nuestro país, y que él sufrió de primera mano".
Tampoco entiende muy bien que su figura sea denostada en la Cataluña de hoy por haber intervenido en la toma de Barcelona durante la guerra de Sucesión. "Es un intento de reescribir la Historia , sobre todo de no saberla mirar con los ojos de hoy y con la perspectiva. Aquello no fue una guerra de España contra Cataluña, sino un enfrentamiento geoestratégico entre Austrias y Borbones, cada uno con sus potencias aliadas".
Pero él insiste en que su novela debe de leerse como un "magnífico relato de aventuras que tiene como hilo conductor hechos reales".
__________________________________
Fuente:
"Si Blas de Lezo hubiera sido inglés estaría hasta en la sopa"
Madre mía, hace poco conocí la historia de este marino de la Armada Española y me quedé anonadado. Son esas historias que quedan, que nos hinchan el pecho de ser españoles, sobretodo cuando se este héroe ganó batallas contra los británicos contra todo pronóstico y con absoluta inferioridad numérica.
Qué pena que casi haya pasado desapercibida su historia, y sobre todo la defensa de Cartagena de Indias. Increíble lo que pasó. Por cierto, si queréis escuchar la historia que escuché yo de la mano del maestro Juan Antonio Cebrian os recomiendo el podcast sobre Blas de Lezo, maravilloso.
TRES CAUSAS DETERMINANTES EN LA DERROTA INGLESA EN CARTAGENA DE INDIAS (1741)
En la guerra del Asiento (o guerra de la oreja de Jenkins), el plan estratégico inglés se centró en la posesiones que atesoraba España en Ultramar. Su principal objetivo fue La Habana (puerto más importante del Caribe). Tras un infructuoso ataque llevado en otoño de 1739, se dirigieron hacia La Guaira, siendo rechazados. En noviembre Vernon atacó Portobelo, e inexplicablemente su gobernador se rindió sin ofrecer resistencia. El triunfo fue celebrado en Gran Bretaña como si hubiera ganado la guerra. Así, Cartagena se convirtió en el nuevo objetivo militar. Tras dos ataques previos en marzo y mayo de 1740, Vernon se presentó, en marzo de 1741, frente a la plaza española. En cuanto a las fuerzas puestas en liza, los británicos eran superiores en una proporción de más de siete a uno en soldados y marineros, y de ocho a uno en navíos armados. Todos sabemos el desenlace gracias a nuevas publicaciones que han salido a la luz y que han descrito con detalle esta batalla, pero ¿que propició el descalabro del ejército de Vernon? las causas se pueden desglosar en tres principalmente:
1. Los ingleses no tuvieron en cuenta que los españoles tenían conocimiento del plan de ataque enemigo. Hay un informe de seis páginas, custodiado en el Archivo General de Madrid, titulado " el proyecto que la Nación Ynglesa tiene hecho para tomar Cartagena de Yndias" que apoya este extremo.
2. Las erróneas conclusiones que habían extraído de su éxito en Portobelo motivaron que dieran por sentado que en Cartagena se encontrarían la misma resistencia.
3. La red considerable de fortificaciones terrestres situadas en terreno complicado para llevar a cabo una ofensiva y las particulares condiciones climáticas fueron factores determinantes.
Incidiendo en la segunda causa, los ingleses se veían infinitamente superiores a los españoles, de hecho en el mismo informe aludido más arriba, el autor incluía la opinión que tenían los ingleses sobre la tropa que defendería Cartagena:
" Están informados que la mayor parte de su tropa se compone de Hijos del País flojos por naturaleza, cobardes, con poca subordinación, y disciplina, poco amantes al Soberano, y muy disgustados con el Gobierno, y que, suponiendo que hallasen la plaza con competente Guarnición para la defensa les sería fácil rendirla".
En este sentido, Vernon recibiría una lección formidable y es que cualquier soldado, por indolente que parezca, si está bien dirigido por mandos competentes y se le imbuye por éstos una inquebrantable voluntad de vencer, es capaz de conseguir retos aparentemente imposibles.
Sin lugar a dudas el terreno y el clima fueron determinantes en la defensa de la plaza. A las numerosos islas y zonas pantanosas, donde la frondosa vegetación dificultaba enormemente los desplazamientos de fuerzas terrestres, había que sumar un entramado de fuertes situados en accesos principales a la ciudad. Todo ello con el agravante de un clima tropical, donde enfermedades como la fiebre amarilla (vómito negro), se cebaban con las tropas no habituadas. Todas estas circunstancias, unidas al conocimiento del plan de ataque británico, fueron aprovechadas por los mandos españoles para planificar una inmejorable estrategia defensiva.
BIBLIOGRAFÍA:
- PACHECO FERNÁNDEZ, Agustín: El "Glorioso". Valladolid, 2016
__________________________________
Fuente:
https://www.facebook.com/historiadel...type=3&theater
BLAS DE LEZO: El español que DERROTÓ A INGLATERRA. Pérez-Foncea cuenta su hazaña
Este héroe, con muchos menos recursos, evitó que los ingleses se apropiaran del Imperio español.
https://www.youtube.com/watch?v=Yqt_UE5cLnM
Diario de Blas de Lezo de lo acaecido en Cartagena de Indias
21 enero, 2021
Introducción
Por Fernando Suárez Sánchez. Estudiante del pregrado de Historia de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín.Artículo publicado originalmente en Quirón. Revista de estudiantes de Historia, Universidad Nacional de Colombia, con el título original de: Diario de lo acaecido en Cartagena de Indias desde el día 13 de marzo de 1741 hasta 20 de Mayo de 1741 del mismo año, que remite a S.M dn Blas de Lezo Archivo del Museo Naval de Madrid. Ms. 1211
El asedio Cartagena de Indias, acaecido en el contexto de la llamada Guerra de la Oreja de Jenkins o Guerra del Asiento, no es simplemente un suceso que amerite comentarios aislados sobre la valentía, inteligencia y desempeño del almirante Blas de Lezo, como ha sido común en los numerosos artículos que han hecho las academias colombianas y españolas
de historia, o en la literatura más temprana de Soledad Acosta de Samper e incluso en la actual de José Vicente Pascual o Pablo Victoria; (1) ni tampoco al hecho particular del fracaso de Edward Vernon, caracterizado por los mismos escritores anglosajones como un oficial cobarde e indigno, quien culpó al general Thomas Wentworth de la derrota. (2)
Los sucesos que llevaron a la guerra se han reducido a la particularidad del castigo que hicieron los españoles a un capitán de navío británico llamado Robert Jenkins, por comerciar con mercancía de contrabando. Para los británicos este suceso fue un acto barbárico que las nuevas políticas de defensa española, guiadas por las reglas de la guerra corsaria, habían traído.
Para los españoles fue casi un acto justo, pues para estos casi todos los británicos eran piratas, y era completamente necesario que se castigara e, incluso, que se exterminara la piratería. (3)
Sin embargo, no es sorprendente que un incidente así se generara en el Caribe, porque ya desde antes este mar se había convertido en una “jaula de guerra” donde paseaban navíos de diferentes naciones y donde se generaban enfrentamientos de manera constante. (4)
A partir de 1739 los británicos declararon guerra a los españoles y tomaron la ambiciosa decisión de hacerse con las posesiones españolas por medio de la conquista.
Quizá los británicos no pudieron elegir un mejor momento para declarar la guerra: el imperio había logrado formar la armada más poderosa, tenían el asiento de la esclavitud, y muchos recursos para mantener a flote sus embarcaciones; los españoles, por el contrario, y a pesar de tratar de guiar de nuevo su imperio a la gloria por medio de la reavivación de su armada, mantenía ahora una mentalidad defensiva siendo la sugerencia del marqués de la Ensenada la política rectora de la institución militar del Imperio: “la guerra de vuestra majestad ha de ser defensiva”. (5)
Estas dos condiciones desproporcionadas generaron un acontecimiento bélico exagerado e inverosímil, donde a veces pareció triunfar el gran valor y capacidad estratégica de Blas de Lezo, o la ineptitud de Vernon, o las enfermedades, o quizá todas estas tres juntas.
Sin embargo, no hay duda que lo exagerado e inverosímil del suceso, ha colocado a este en un lugar privilegiado en los anales de la historia, principalmente para los hispanoamericanos y españoles, quienes han exagerado con creces el poderío británico y han aumentado las desventajas de las tropas hispanas durante el combate; las características que secundan al suceso también han sido resultado de la manipulación que los británicos han hecho, manejando las cifras y desventajas en su favor, principalmente las enfermedades, y afirmando también que los españoles habían asegurado que la fuerza que tenían para combatir era similar a la de su mítica armada invencible. (6)
Lo inverosímil y exagerado es también lo que le ha dado un matiz particular y casi único a lo que acaeció en las costas de Cartagena de Indias, pues de un lado los británicos esperaban hacerse con toda América embarcándose en una empresa exageradamente ambiciosa, y del otro los españoles lograron abatirlos en condiciones para nada favorables, y hasta inverosímiles.
En el momento previo al enfrentamiento los británicos de América y Europa se unieron en búsqueda de la gloria del imperio con una fuerza naval inigualable en todo el Caribe, y en el momento en que terminó el combate los Españoles de América y la península, encontraron un referente en un suceso real que alzó su gloria católica e imperial sobre su rival anticatólico más temido y odiado.
La derrota de los británicos en Cartagena de Indias les generó una gran herida y una de las más grandes vergüenzas, al punto que el mismo Voltaire hizo mofa de ella en L’Encyclopédie. (7)ç
l resultado fue, en otras palabras, una vuelta de tuerca a un suceso que había ocurrido unos dos siglos antes, cuando los británicos vencieron a la armada invencible (1588) y la forma en que se unieron los habitantes de los dos lados del Atlántico de ambos imperios en pro de una causa común.
Seguido de esto no es extraño que ante un suceso con las características antes descritas, se alce un sujeto con unas cualidades proporcionalmente extraordinarias al episodio del cual participó y protagonizó.
Acrecienta mucho más el carácter heroico que ha acompañado a Blas de Lezo el hecho de que comandara con tantas limitaciones, de las cuales sobresale en primer lugar las características físicas que le valieron el apodo que los ingleses le dieron de “peg leg admiral”, o el que se conoce en el mundo hispano: “medio hombre”; otra limitación más determinante es el de las instituciones militares navales de la época que, si bien se encontraban en un auge de reorganización en la península con el inicio de la formación de la Real Armada y el fin de las distintas armadas que existían, (8) se encontraban completamente desamparadas en América donde no había claras delimitaciones con el cuerpo militar terrestre, de ahí que se pueda ver el constante enfrentamiento de autoridad que Blas de Lezo tuvo con el casi tiránico Sebastián de Eslava, quien era, además de virrey del Nuevo Reino de Granada, miembro del ejército, y miraba todo lo que proponía Blas de Lezo con “displicencia”, como afirma este en su diario.
Eslava fue una restricción enorme, pero también otro aliciente que participó en la consagración de la gran hazaña del almirante y que ha puesto a Lezo en el pedestal de la valentía y el coraje, y a Eslava en un lugar casi sin importancia en la historia.
Vale aclarar que la lucha de autoridad es uno de los sucesos que más pueden llamar la atención del diario, pues para la época no existía todavía un cuerpo de leyes y ordenanzas que rigieran para todo el sistema naval y militar español.
De esta manera las dos autoridades principales en el suceso de la defensa (Lezo y Eslava) se vieron en un momento donde debían improvisar en sus acciones, donde los marinos, que hacían parte del cuerpo jurisdiccional de Lezo, eran puestos en funcionamiento de cualquier menester necesario de defensa, y donde seguramente se admitía que el virrey era la máxima autoridad en la toma de decisiones, a pesar de que fuera Lezo el encargado de la empresa defensiva y, al parecer, el más capacitado.
Si se miran otros documentos de la época se puede comprobar la falta de conocimiento de los cuerpos legislativos de marina de la época o la ausencia de estos, a pesar de los grandes avances de José Patiño y Rosales y del Marqués de la Ensenada.
Los administradores de la comandancia de marina de Cartagena de Indias citaban la Recopilación de leyes de las Indias de 1680 para estos menesteres, al igual que otros códigos más antiguos. (9)
El enfrentamiento de Lezo y Eslava es un caso ejemplar de los problemas de límites jurisdiccionales entre las autoridades militares terrestres y navales, así como también las gubernamentales.
Lezo Fue miembro de lo que pudo haber sido la primera generación de guardiamarinas de España (1717); en este sentido fue un individuo que agrupó los conocimientos de navegación con los militares de manera profesional.
Era un híbrido militar, un sujeto nuevo del cuerpo bélico español que debatía en el momento del asedio con un militar terrestre que hacía parte de una clase de servidor estatal ya consolidado y con un cuerpo de leyes definido.
Solo al final de la Guerra del Asiento (1748) se expidió las primeras ordenanzas generales para la administración de la Real Armada y se inició la reglamentación de los poderes jurisdiccionales de las instituciones militares.
“Plan du Port de la ville et des Fortresses de Carthagene” (Ámsterdam, 1741). En este mapa podemos apreciar los movimientos de la escuadra británica.
El diario
Lunes 13 de marzo
Pareció un bergantín por punta de canoa a las 9 de la mañana con dos navíos de 60 cañones yá las 12 dieron fondo detrás de la Ensenada de la misma punta y se reconoció ser ingleses. Escribí este dia a dn Sebastian de eslava esponiendole mi dictamen sobre que diese orden al gobernardo de sta Marta para que no salieren de aquel puerto para este como lo solicitaban el navio Español y holandes que conducian viveres pa la escuadra de dn Rodrigo de Torres
Martes 14
//f. 18r// El Comandante de estas tres embarcaciones ha practicado varias señas con banderas, y un cañonazo con lo cual salió una lancha de hacia la Boquilla, la que fue á bordo del Comandante del Comandante, el que puso una bandera holandesa debajo de los baos de la belacho, (10) arriando las demas y luego se puso el bergantín á la vela; y no se si p[o] r dn Sebastián de Eslava se ha dado alguna providencia pa resguardo de la costa y observarlos movimtos //f. 18v// de los enemigos.
A las 3 de la tarde llegó a mi casa un capitan de una balandra francesa, despachado de Leogan por el general de aquella colonia, quien me participa (11) que staba la armada inglesa prolongada en aquella costa desde el cabo tiburon, en num[e]ro de mas de ciento y treinta velas; y entre ellas 36 navios de guerra; y qe segun lo que comprende se dirigen á esta ciudd asi por su derrota (12) como por lo que se le comunica de Francia, y que despues de tomada y demolida deven pasar a la Veracruz y quedarse con aquella ciudad. Pasé luego á ver á dn. Sebastián de Eslava y le comuniqué estas noticias y me respondió que las mismas le participa el general de Leogan.
Dijele pues que hacemos con estas noticias, porque es tiempo de que V.E vaya dando sus providencias en los castillos y plaza, y lo principal en saber como estamos de víveres, a que me respondió p[o]r lo que toca a los castillos hallá se los llevaran, y lo que les faltare lo daran los navíos. Respondile que sí, y todo lo demas que hubiere en ellos y fuese necesario.
Dijele p[o]r que no enviava alguna gente hacia la boquilla pa impedir que los botes y lanchas de los navíos enemigos no fueren á tierra ni se acercaren de aquella costa como lo hacía. Respondióme //f. 19r// yo no lo he savido pero mañana daré orden pa que vayan. Pidióme gente pa guarnecer los castillos y respondíle bien sabe V E que los navíos apenas tienen la necesaria pa su defensa por la mucha que ha muerto y desertado, y que si quando se lo propuse me hubiese dicho la que quería estaría todo arreglado, p[er]o nunca me responde en el asunto ni otros puntos importantes sobre la defensa de esta plaza.
Pidiome 40 hombres pa montar en castillogrande la Artilleria que hice desembarcar del navío Sn Felipe con sus municiones y demas petrechos necesarios pa su uso. Di la orden inmediatamente con dn Manuel Briceño pa que del mismo Sn Felipe fuesen 50 hombre á este fin con los contestables y oficiales mayores, pa y con la brebedad posible los montasen respecto de que p[o]r la Plaza no habia que esperar providencia ninguna, y las que se puedan dar tan lentas como hasta ahora se ha experimentado reparando que de mucho tiempo a èsta parte Dn Sebastián de Eslava no me ha respondido nunca á mis proposiciones y advertencias que le he hecho convenientes pa la defensa de esta ciudad y castillos y todo ha sido callar y manifestar displicencia
Miércoles 15
Envie á pedir a dn Sebastián de Eslava una //f. 19v// nota de la gente de mar que necesitaba pa guarnecer el castillo Sn Luis y Baterias de Bocachica y me pidió docientos hombres y quince mil raciones pa quellos sitios de cuyo pedimento colijo que no se ha hecho cargo de la gente que necesitaba aquellas fortalezas, lo que el tiempo le manifestará si llegase el caso de que los enemigos (lo que el tiempo le manifestará si llegare el caso de que los enemigos) las ataquen, ni tampoco son correspond[ien]tes las quince mill raciones para aquellos sitios, asi por que les corresponde mas a proporcion de la gente que han menester, como por la distancia de 3 leguas que hay hasta la ciudad y ser dificil de conduccion y por estas consideraciones el año pasado puse 40 dias de víveres en todas aquellas fotalezas y castillos y duplicada gente.
A las 3 de la tarde se descubrieron por el Noroeste 7 navios y á las 4 mas de ciento que todo, fueron á dar fondo detrás de la Ensenada de punta de canoa frente de la Boquilla y a puestas del sol conté 135 los 36 de guerra y los demas, fragatas embarcaciones de transporte, Brutalez, y Bombardaz. Paece que esta gente se inclina á hacer su desembarco p[o]r la Boquilla y cruz grande segun lo que manifiestan. Pasé a ver al Virrey y habiendole dicho que haciamos, me respondió que hemos de hacer //f. 20r// replique impedirles el desembarco enviando gente y con efecto envió dos piquetes de á 50 granaderos y me despedí pa irme á Bocachica, a lo que me dijo me quedase hasta mañana pa ver lo que estos hombres hacian, respondile que
estaba bien con lo qual me retiré bastatemente mortificado de ver que nada se mueve ni se admite advertencia
Jueves 16
Este dia á las 6 fui á ver á dn Sebastián de Eslava y le dije si tenia que prevenirme algo que me iba abordo de los navíos de Bocachica respondiome que habia puesto pa comandante de Sn Luis, y demás baterias al ingeniero mayor dn Carlos Denaut pa que todos acudiesen á el en lo que se les ofreciere y el a mi: con esto me despedí y dí órden pa que el Sn Felipe vajse á Bocachica y el navío de techuelo á Boca-grande, pa que se incorporase el 1º con los 3 que estan en Bocachica y el 2º que hice armar de 30 cañones con los dos que se hallan en Boca-grande pa cerrar mejor ambas bocas.
Luego que llegué á Boca-chica me informé del estado en que estaban los castillos y baterias, y los halle faltos de un todo, e inmediatamente di providencia de enviar á todos viveres, y gente, polbora, balas, cartuchos atacadores, landas, metralla y todo lo demas //f. 20v// correspondiente pa su defensa: participé todo esto á dn Sebastian de Eslava en papel de este día y del estado en que está la batería nueva por si quisiese dar alguna providencia y le pedi gente pa estas fortalezas. A las 2 llegó el navío S. Felipe, el qe no pudo ponerse en su lugar por la fuerza de la brisa.
Viernes 17
Fui continuando en enviar balas polbora y otros pertrechos a los castillos, y asi mismo cien hombres à S. Felipe y Santiago los cincuenta de infantería y los restantes de mar al comando de Sn Lorenzo Alderete. A las quatro de la tarde me avisaron venian 4 navíos recorriendo la costa y dirigiendose pa este puerto, pero solo vimos uno de 70 cañones y se le dispararon tres cañonazos de Sn Felipe y Santiago; y despues que hubo reconocido los castillos y navios viró la vuelta de fuera con todos los rizos tomados á las gabias, (13) quedandose los otros tres dados fondo entre punta de Hicacos y Chamba.
Esta tarde llegó la valandra de Pedro mas con ciento y cincuenta y cinco hombres qe me envia dn Sebastián de Eslava y luego le di orden pa que se incorporasen con la tropa de marina que se hallaba destacada en la costa; pues me escribe dn Sebastian de Eslava que solo se hallaba con trescientos hombres //f. 21r//dentro de la plaza por tenerlos todos destacados fuera de ella y que me componga con la que me envia.
Sábado 18
Este dia me avisa el oficial destacado en Santiago que anoche una lancha inglesa vino sondando hasta la ensenada que está junto aquel Baluarte, y que la gente abanzada le hizo fuego y se retiró. Me escribe dn Sebastian de Eslava diciendome le faltan viveres y gente, y pidiendome le envie la tropa, lo que egecuté devolviendole los 155 hombre que ayer vinieron, y le respondí dandole a entender que de uno y otro tenia la culpa. Fuí continuando mi providencia en componer estos castillos reforzandolos con la gente de estos navios. Hoy dio fondo enfrente de Bocagrande un navio de 70 cañones desarbolado, (14) y vino otro del mismo porte a visitar la entrada del puerto.
Domingo 19
Se levaron 8 navios de los que estaban anclados frente de la Boquilla y vinieron á la inmediacion de la Ensenada de Chamba quedandose los demas frente de la Boquilla. Di or[de]n á los 4 navios pa qe 25 hombres de infanta //f. 21v// de cada uno estubiese prontos á marchar á chamba, por si intentaban hacer algun desembarco en aquel paraje destacando antes un oficial con cuatro soldados pa observar sus movimientos y toda la noche se estuvo con vigilancia
Lunes 20
Amanecieron los 8 navíos dados fondo en el mismo sitio y se me avisó que de los que estaban en la boquilla se habian destacado a las 9 nueve navios gruesos que se dirijian á este sitio; cuyos movimientos me hacen creer quieren atacar p[o]r esta parte y no por la Boquilla. A las 10 y media me repitieron otro aviso que todos los navios de guerra bajaban pa abajo, y con efecto á las 11 prolongadas por toda la costa empezaron á batirla con el cañon desde chaba hasta Sn Felipe y Santiago.
A esta misma hora dos navios de 70 cañones y uno de 80 á distancia de medio tiro de fusil empezaron á batir á Santiago y Sn Felipe y duró el fuego hasta las dos y media de la tarde que se retiró el capitan de batallones de marina Sn Lorenzo Alderete despues de haber clabado su artillería defendídose con la mayor honra en aquella bateria en la que solo pudo manejar 3 cañones p[o]r el fuego de fusilería que le hacian los navíos de las gabias y bordas y al mismo //f. 22r// tiempo las balas de los enemigos llegaban a bordo de la galicia y Sn Carlos también se dejó venir otro navío de tres puentes pa el mismo fin, pero habiéndole garrado su ancla se vino sobre el castillo S. Luis en donde aguantó y empezó á batirlo, pero se le correspondió como á los otros que batieron á Santiago y Sn Felipe durando el fuego hasta la noche, y quedaron tan maltratados que fue menester viniesen los botes y lanchas de los demas, especialmente pa el que batió á Sn Luis que recibió el fuego de parte de la artilla vaja del navio Sn Felipe, batería de Sn Josef y la que se construyó en punta de abanicos: tubimos á bordo de estos navios algunos muertos y heridos.
Asi qe anocheció empezaron dos bombardas á bombear el castillo dirijiendo algunas á estos navios- Provehí el castillo nuevamente de cureñas, ruedas eges y polvora remplazando asi mismo los muertos y heridos y a las 8 quedaban dentro quinientos y once hombres y los carpinteros necesarios pa componer las cureñas que se habian rompido y poner en estado todo p[o]r si quisiersen volver á batir mañana estos navios y castillos.
Continuaron en bombardear toda la noche y un cuarto de ora antes de amanecer hice retirar las lanchas y botes qe //f. 22v//guardaban la cadena.
Martes 21
Amanecieron cuatro navíos de guerra hacia la boca mas arrimados á S. Felipe pero fuera del tiro que son los mismos que ayer combatieron y especialmente el de tres puentes se reconoce el todo desguasado (15) y se retiró mas a fuera como todos los demas. Prosiguen las bombas y á las once y media dio fondo toda la armada desde la punta de chamba hasta la batería que el año pasado hice construir que de orden de dn Sebastian de Eslaba, se incluyó á perusación de dn Agustín de Yriaola, cuya falta se hecha de menos ahora porque si se hubiera mantenido no hubieran batido á Santiago y Sn Felipe ni se hubieran acercado de aquella costa.
Se le hizo tal fuego del castillo a un navio de 80 cañones que se hallaba detrás de Santiago que le fue preciso largar sus amarras y ponerse á la vela, no obstante de tener masteleros y vergas arriadas, largando sus velas de detrás el fok (16) y cebaderas. (17)
A las 2 de la tarde ademas de las dos bombardas empezó á bombardear una fragata de 40 cañones, con dos morteros y una bomba cayó á una braza de la popa de este navío y la proa del Sn Carlos y otras dos rebentaron al costado de este navío: cayó otra //f. 23r// raspando la proa del Sn Felipe lo que motibó á sacar en las lanchas y botes el resto de la Polbora que
habia encartuchada en estos navios pa que mediante esta precaucion no volaren.
A puestas del sol llegó el capitan Agresote con trescientos y cincuenta hombres de tropa y retiré el destacamento de Alderete que despues de la fucion del Santiago de mi orden entró dentro del castillo a cuyo coman[dan]te previne buscase algun negro baqueano pa ir á reconocer estos montes y ver si podia coger algun ingles a quien recompensaria con 50 ps porque absolutamente ignoramos lo que hacen los enemigos y no se da providencia pa saberlo y lo mismo encargue al capitan dn Juan de Agresote pa que hechase algunas partidas á este fin, pero nada hicieron. Toda la noche muchas bombas al castillo y navíos.
Miércoles 22
Continua la fuerza de las bombas y llamé al coman[dan]te del castillo y a dn Juan de Agresote pa ver si convenía hacer una salida, y fueron de parecer que Agresote saliese con 8 hombres pa remover el monte y saber lo que egecutaban los enemigos porque tengo la sospecha de que trabajan dentro del bosque en formar sus ataques y baterias; á las 6 lo //f. 23v// egecutó y a las 9½ volvió diciendo habia encontrado á tiro de fusil de Sn Felipe un puerto abanzado de doce hombres con los cuales se escopeteo y que no vido travajos ningunos.
Hoy llegaron algunos pertrechos que el coman[dan]te del castillo pidió á la plaza. A las cuatro y media se levó un navío de tres puentes a la vuelta de fuera con todos los rizos tomados a las gavias, pudiendo llevar los Juanetes, y es uno de los que entraron en combate que va muy maltratado y le sigue otro de 50 cañones y con este son cinco fuera de combate: dos de tres puentes, dos de 70 y no de 66 y se reconoce que el de tres puentes que ha quedado fuera del tiro del Castillo tiene todo el estado de estribor desguazado p[o]r los rumbos que la maestranza le está poniendo.
Desde medio dia se reconoce que los enemigos han puesto bateria de 12 morteros en tierra, porque desde esta hora han empezado á tirar con ellos. A las cinco y media de la tarde llegó dn Sebastian de Eslava a este bordo se quedó en él: esta noche le hablé en punto de que se haga una salida para atacar á los enemigos, y halló algunas dificualtes en esta importante ejecución. Tambien se habló para que fuere el capitan dn Miguel Pedrál á reconocer lo que los enemigos hacian por tierra, lo que este Capitan le facilitó pero no dejo dn Sebastián de Eslava sí, ni nó, y con estas omisiones vamos dejando á los enemigos que hagan lo que quisiéren. Esta noche continuaron las bombas //f. 24r// como la pasada.
“A view of Cartagena with the several dispositions of the British Fleet under de Command of Admiral Vernon”. Por Isaac Basire, Londres 1741. Versión británica de la disposición de la escuadra del vicealmirante Vernon en el asedio de Cartagena de Indias.
Jueves 23
Pasó dn Sebastian de Eslava al Castillo antes de amanecer y volvió á las seis de la mañana á este bordo, y se habló sobre atacar á los enemigos y porque los oficiales de tierra le han dicho que por ahora no combiene, no lo quiere hacer, y á esto respondo que quando lo quiera no podrá hacerlo. A las 7 se fué á Cartagena sin haber dejado mal disposición que la de que salieren a la noche algunos piquetes del castillo á las barracas de esta playa.
Continuan las tres bombardas en hechar porcion de bombas y lo mismo la bateria y una de ellas cayó en el almacen de los viveres del castillo que destruyó todos los que habia, por no haber en é ninguno á prueba de bomba, por lo cual le puse 12 dias mas pa la guarnición y remplacé como todas las noches los muertos y heridos.
Viernes 24
Continua el fuego de las bombas, y llegó de Cartagena dn Agustin de Yraola capitan de Artill[eri]a al que envié al Castillo para que viese todo aquello, y me avisase si algo faltava. A las 7 ½ llegaron 2 desertores españoles de yslas de canarias que estaban á bordo de un navío de 70 cañones y refieren que el fin delos enemigos era tomar el castillo y forzar el puerto, y que se decia comunm[en]te trahian de doce á cartorce mil hombres de//f. 24v// desembarco.
Que desde el dia 22 hasta hoy han estado desembarcando tropa, la que estaba apostada detrás de Santiago. Que hay tres navíos desarbolados y dos muy maltratados de la funcion del dia 20 y que se les mató mucha gente en ella, y ayer un capitan y cinco hombres. Que despues de tomada esta plaza quieren ir á la Veracruz. Que fueron tomados en un registro (18) de Canarias que iba a Curazao cargado de vino.
Que hay algunos prisioneros españoles y franceses con sus bordos y que ultimamte tomaron una valandra de esta nacion que venia de Portobelo con ochenta mill pesos, cuyo dinero quedaba ábordo del Comand[an]te, la valandra en Jamayca y repart[i]da su tripulacion en los navios. Que la esquadra de Pizarro llegó a Sta Cruz de Canarias p[o]r tener la Guipuzcua su timon maltratado. A las dos de la tarde recibo carta de dn Sebastian de Eslava en que me participa viene de mar á fuera 30 navios mas de los enemigos, cuya noticia biene bien con la de los desertores que dicen esperan p[o]r horas un comboy y añade en su carta teme le falten los viveres, a que le responde mi sentir sobre este asunto, dandole á entender que si se hubieran tomado las precauciones con tiempo no se hallara con estos recelos.
Tambien le digo me prevenga el tiempo y modo de desalojar sin confusion este sitio en el caso forozoso de haberme de retirar pa qe esta tropa y gente de mar //f. 25r// la del castillo y baterías puedan sentir pa la defensa de la plaza porque me recelo que si los enemigos ponen batería de cañon en tierra se perdió todo esto, temiendo presente lo dificultoso de conseguir la retirada en el caso forzoso respecto de que segun el fuego que se habia hecho y hacia al castillo no podia durar a otro ataque de 4 navios como lo espresó su comandante por escrito, y segun el conocimiento que tengo de la ciudad havia mucha falta la tropa y gente de mar pa su defensa, cuyo punto le digo es digno de la mayor reflexion.
Sábado 25
Los enemigos continua en batir con doce morteros por tierra. Este dia por la mañana recibo carta de dn Sebastián de Eslava en respuesta de la mía de ayer en que me dice contiene mantenerse todo lo que se pudiere pa dar mas tiempo, porque de eso dependen la seguridad de aquella plaza; me conformé con el dictamen po[rque] es menester que el castillo aguante, y pa esto era preciso que lo hubiese puesto en otro estado, haciendole su Hasis [sic.], poniendole su palizada, hechado los merlones afuera que son compuestos de ladrillos caracoles y piedras que solo sirven pa destruir la gente, como está subcediendo y no se hubiera experimentado a haber //f. 25v// se hecho de fagina (19) y tierra bien pisonada, po[rque] á nada quiso asentir en punto de egecutar estas obras por mas que se lo dijo el ingeniero dn Carlos Denaut en el mismo Bocachica delate de mí, mucho antes que los enemigos viniesen á estos mares, como tambien que se desmontase la arboleda á tiro de cañon del castillo, respondiendole que no tenía gente
ni dinero, de que resultara que dentro del mismo bosque formaran los enemigos sus baterias sin que sean vistos y una vez que lo consigan se perdió el castillo sin dificultad y lograran el quemar ó hechar á pique estos navios, y la perdida de sus tripulaciones que haran grave falta pa la defensa de la plaza. Esta noche continuaron su fuego de bombas los enemigos.
Domingo 26
Reparé que los enemigos habian quitado los 12 morteros y los han puesto en la bajada entre Sn Felipe y Santiago repartidos hacia la derecha, y otras á la izquierda. Mudé la gente de mar que tenia en el castillo pa el manejo de artilla pa qe descansase y entre otra de refresco en su lugar, y se haga mejor el servicio. Vino un oficial esta mañana de parte de dn Miguel Pedral diciendo que ha reconocido anoche y esta mañana desde chamba hasta Santiago y que //f. 26r// solo ha encontrado dos abanzadas que estan á tiro de fusil de los navios de guerra y que estos y los de transporte tienen todos oroficios en los topes, que asi que los descubrieron haciendo la seña y empezó un navio de guerra á hacerle fuego:
Que por la mañana havia un ataque por aquella parte y que por esta lo hiciese dn Juan de Agresote y previne lo convenientes pa este efecto. Entró detrás de la Ensenada al varadero un paquebot (20) donde dio fondo y sondó todo aquello. Todo el día y noche mucho fuego de bombas y se les correspondió con el cañon.
Lunes 27
Los enemigos han hecho esta mañana poco fuego con los morteros y parece los han retirado mas atrás. A las 11 vino de la ciudad dn Sebastián de Eslaba y pasó al castillo de donde vino abordo, y dijo en la conversacion que tubimos que siendo esto el refugio de la plaza era menester hacer la ultima defensa:
Asegurele que por nuestra parte no habia dificultad y que para esto nos tenia el Rey y eramos vasallos, y que si todo se habia de sacrificar lo hariamos con gusto; pero que diese providencias pa que el honor de las armas del Rey y el nuestro no padecieren que aunque era tarde no obstante mucho se podia hacer //f. 26v// todavía: comió aquí y se volvió á las cuatro sin decir mas, ni disponer otra cosa, cuyo cauteloso cilencio me ha dejado siempre en la mayor perplexidad sin saber á que atribuirlo. Los enemigos han despachado un navio de 60, dos á 26 y uno de 30 hacia las costas del Rosario. El fuego de hoy ha sido mas lento y lo mismo el de anoche.
Martes 28
Los enemigos han retirado las bombardas hacia la ensenada de chamba con porción de navios que han hecho la misma faena. Las bombas que se han tirado hasta oy á medio dia p[o]r los enemigos por tierra y mar, son dos mill y ciento. A las 12 decretó un soldado irlandes que se trajo á este bordo y preguntandole del estado de los enemigos dijo:
Que estaban construyendo una bateria de 20 cañones de á 24, y otra de morteros á dos tiros de fusil del castillo dentro del bosque pa batirlo. Que tenian puestas las esplanadas y que al mismo tiempo de batilo debian forzar el puerto. Que toda la tropa esta en tierra y que pa la formacion de las baterias de cañones y morteros trabajaban seiscientos hombres: Que hay porción de arta en tierra y que el general también o estaba. //f. 27r// que nuestro cañón y bombas les han hecho grande estrago: Que esperan mas tropa y viveres:
Que al tiempo del ataque general quieren atajar la comunicación de esta costa hasta tierra bomba pa que no se escape ninguno á socorrer la plaza. Despaché al virrey el desertor con dn Pedro de Elizagarate participandole estas noticias pa ver si con ellas toma otras providencias.
Miécoles 29
Hoy solo quedan 17 barricas21 de carne y tocino pa estos quatro navios, Castillo y baterías, despues de haber metido al castillo 8 dias de viveres, que con ellos y los que le envie el dia 23 hago cuenta tendrá pa 20 dias: lo particié a dn Sebastian de Eslava quien envió este dia algunas balas pa el castillo respecto de que yo no las podia subministrar de estos navios.
Envie al castillo porcion de pipas pa llenarlas de tierra y sirvan de parapeto y resguardo a la gente. Me avisa el comand[an]te del castillo que una bomba habia rompido 12 atacadores de á 24 y 13 de á 18 los que inmediatamente le remplacé.
Llegó este dia dn Miguel Pedral destacado p[o]r don Sebastian de Eslava con 60 hombres debiendosele agregar en numo de 150 de los de la guarnición de Sn Luis, pa ir a reconocer los trabajos de los enemigos, y p[o] r si hallasen cañones (como no lo dudo) les ofrecí //f. 27v// clabos pa clabarlos, po[rque] no los admitieron.
Continua el fuego de 8 morteros. A las 12 y ½ de la noche se reparó se hacía fuego de cañon y fusileria en la bateria del baradero, inmediatamente despaché dos botes con gente de infantería y de mar pa sostener aquel sitio; po[rque] ya los enemigos se habian amparado de él respecto de que en el camino encontraron al alferez de naviío dn Geronimo Loyzaga que se retiraba y a la una sucedió lo mismo en la bateria nueva de punta de abanicos a donde entré luego […] por el camino de comunicacion del castillo de Sn Jose, po[rque] ya la tropa se habia retirado a esta batería, confirmandome uno y otro suceso dn Josef Campuzano y dn Geronimo Loyzaga y á la una y media vimos quemar ambas baterias faltando en el num[er]o de la gente que habia en la nueva, un teniente de artill[eri] a cinco soldados, cinco marineros, y tres negros, quedandose dn Jose Campuzano de los ultimos a quien ya tenian agarrado, y segun la relacion de estos oficiales desembarcaron mas arriva del varadero en num[er]o de 300 hombres y despues de haber atacado aquel sitio que tenia quatro cañones clavados estos se restiró el oficial dn Geronimo Loyzaga que la mandaba a bordo de una balandra que puse en aquel sitio pa estos casos, desde donde se les hizo fuego con los cañoncillos //f. 28r// á metr[a]lla y obligó á los enemigos á retirarse, y pasaron estos á la bateria nueva, y segun el camino que llevaron por el monte debian de tener buenos practicos respecto de ser todo un pantano dividiendo al mismo tiempo su gente por la orilla del agua pa conseguirlo por dos partes como lo lograron, así poque se abandonó aquella bateria por la tropa como por haber quedado esta sin los resguardos correspondientes desde que se formó por mas que se le hizo presente a Dn Sebastian de Eslava y al capitan de Artilla a quien se dió esta comisión.
Jueves 30
Envié al reconocimiento de las baterias asi que ameneció y desde la del varadero, hasta la nueva se hallaron 30 hombres de los enemigos muertos con un oficial. Alas 8 se oyó mucha fusileria en el norte y á poco rato vimos correr á los enemigos hacia Sn Felipe y Santiago. A las ocho y media se retiró nuestra partida la que en sustancia no hizo otra cosa que disparar sobre los enemigos y retirarse los unos y los otros. Di orden se tomare posesión de las baterias perdidas y se trabajase en desclabar la arta y la hize reforzar de gente de mar y infanta //f. 28v// de marina.
A las 3 de la tarde vino Dn Sebastian de Eslava de la ciudad y fue al Castillo y vino abordo a las 6 á donde se quedó aquella noche: instele mucho sobre una salida pa demoler las obras de los enemigos, no hubo forma de asentir ni dar los motivos de lo contrario, no debiendose dudar de que los enemigos estan formando su bateria de cañones pa batir el castillo y navios como lo dice el desertor; y no se como se combiene esta negacion cuando antes le hemos oido decir tratandose de estas materias que si los enemigos formacen bateria haria que se los hechase encima y hoy no lo quiere egectuar, por eso tendrá esto el paradero que le debe esperar.
Viernes 31
Este dia al amanecer se volvió dn Sebastian de Eslava á Cartagena. Desde las 6 hasta las 8 andubo un bote de los enemigos sondando frente de la boca del puerto, y se levó a esta hora el navio de tres puertos que quedó maltratado desde el dia 20 y se fue á incorporar en los demas á la Ensenada de Chamba. Se hizo mucho fuego desde las 6 ½ de la mañana hasta las 10 ½ de la noche con bombas á la bateria nueva por haber visto se trabajaba en ella, haciendolo //f. 29r// igualmente á los navios y castillo.
Sábado 1º de Abril
Antes de amanecer envié mas gente para adelantar las obras de la bateria nueva y finalizarla en todo hoy; y envié así mismo al castillo de Sn Luis 24 atacads [sic.] (22) de á 24 y 18 y ya no quedan en estos navios si no los muy precisos y si de la plaza no los envian nos quedamos todos sin ningunos. Los enemigos destacan barcos botes pa reconocer lo que se hace en la bateria nueva por lo cual será preciso reforzarla esta noche.
A las 12 del dia recibi un papel del oficial que se halla en Pasacaballos destacado de la Plaza, en que me participa que los enemigos venian pa el estero con intento de ir á aquel sitio el que siendo paso preciso de los viveres qe vengan del Sinú, y de Tolú destaque cuatro botes armados con 12 hombres al cargo del capitan de fragata dn Pedro de Elizagarate y a las 2 recibi otro papel en que me dice quedaban los enemigos á legua y media de Pasacaballos. Un navio qe está enfrente de Santiago á hecho la seña de largar su foque y contrafoque (23) y han venido de tierra varias lanchas cargadas de gente; y siendo esta seña la misma del //f. 29v// dia 29
en cuya noche atacaron la bat[eria] nueva y la del Baradero inmediatamente que anocheció hize reforzar aquellos puestos dando las ordenes convenientes pa rechazar los intentos de los enemigos. Hoy empezó la bateria nueva á hacer fuego con su cañon.
Domingo 2
Este dia se levó el 2ª Comte de 80 cañones y qe trae su bandera azul en el palo de mesana, y se puso enfrente de Sn Felipe fuera del tiro del cañon y se le incorporó otro navío de 70. A las 7 y cuarto de la mañana empezaron los enemigos á batir el Castillo con 16 cañones de 24 y 12 morteros por tierra, con cuya demostracion no se durará ya de lo que tantas veces he prevenido á dn Sebastian de Eslava y luego reconocí el pasage del bosque de donde salia el fuego me atrevecé con este navio pa batirla no obstante el que me hacen de cañon y bombas y lo contuve hasta las 6 de la tarde que cesé por tener varias cureñas rompidas y necesitar de componerlas y hacer cartuchería por haber disparado este dia seiscientos y sesenta tiros: Pegué fuego á su bateria y les hice suspender el fuego dos oras y media y a las 3 ½ volvieron a continuarlo.
El resto de la tarde se travajó en hacer ca[e]r //f. 30r// tuchos y llenarlos. A puertas del sol se levó un navío de 60 cañones y se paso al sudeste del Puerto, disparando a la batería nueva y reparé concurrian a bordo del 2ª Comandte muchas lanchas y botes y recelandome fuere pa atacar la bateria nueva la hice reforzar con 300 hombres dando las ordenes y providencias convenientes pa rechazarlos.
Lunes 3
Amanecieron los enemigos en la misma situacion y una ora antes del dia envié la orden pa que se retirarse la gente que puse anoche en la bateria nueva. A las 6 de la mañana continuaron los enemigos su fuego de cañon y bombas contra el castillo: hice atravesar el Sn Felipe pa que hiciese lo mismo contra ella.
A las 8 ½ vino dn Nicolas Carrillo capitan de comp[añi]a del regimiento de España que egerce de oficial de ordenes de dn Sebastian de Eslava á saver lo que habia de nuevo y le dije que si no lo veia que me parecia muy irregular el permitir que los enemigos construyese baterias sin haberseles hecho la mas leve oposicion no obstante mis repetidas instancias, que asi se lo dijese de mi parte: respondiome que el Sr Eslava hallaba dificultad por el monte y desfiladero //f. 30v// pa conseguirlo: respondile pues si pa ellos no ha habido dificulad de montes, ni desfiladeros porque la ha de haber pa nostros, teniendo mas conocimiento de estos sitios y vaqueanos que nos dirijan; y que pa perderlo todo mejor seria perdernos con las armas en las manos, y ver si se puede conseguir el fin.
Vino el comandte del Castillo y me dijo que aquella fortaleza estaba en muy mal estado y que el angulo de la parte de la mar caeria hoy o mañana y que era preciso tomar el partido de hacer una salida para clabar la artilleria a los enemigos: respondile que bien sabia que mi dictamen habia sido siempre ese, y que dias mas, dias menos estaba esto perdido si se les permitia el batir con su artilleria, que arruinarian el castillo sin poderlo remediar, y que despues harian lo mismo con los navios: replicome, estoy muy cierto que asi sucederá y se lo participo a V.E para que lo ponga en noticia del virrey, á que le respondí hagalo V.M porque yó no lo haré pa que no se crea es proposicion mia que hartas le tengo hecho sobre este y otros asuntos sin conseguir los fines.
A las 10 ½ se levaron 8 navios de los enemigos, 2 de tres puentes y los 6 demas de 70 corriendo un bordo para afuera y luego vieron pa acercarse al 2º comandante //f. 31r// de donde se fueron prolongando pa batir estos navios y castillo de Sn Luis trayendo solo el velacho y sobremesana. El fuego fue recio de una parte y otra y duró hasta las 7 de la noche tubimos bastantes muertos y heridos en el castillo, y navios y en este varios cañonazos debajo del agua, tres que pasan el palo mayor, doy el trinquete y hecha pedazos la camara y camarote.
A las cinco de la tarde fue preciso que un navio de tres puentes se pusiese a la vela y lo remolcasen botes y lanchas por lo maltratado que quedó y pasaron otros dos navíos á batir la bateria nueva que precisaron á que se abandonare con bastantes muertos y heridos que hubo en ella, y ver que los enemigos hacian con destacamento considerable de tropa por la parte del baradero al abrigo del cañon de sus navios. A las 8 vino dn Sebastn de Eslaba á bordo en donde durmió. Toda la noche muchas bombas y entre ellas varias incendiarias.
Martes 4
Este dia á las 6 de la mañana, volvieron 4 navios a batir el castillo y a èstos navios, junto con las baterias de tierra de 18 cañones de a 24 y la de morteros. A las 9 fui herido en un muslo y en una mano: hemos tenido muchos //f. 31v// muertos y heridos que mandé llevar á una valandra francesa pa que los dirigiejsen á la ciudad.
Asi mismo mandé que el bergantin del cargo de dn Juan de Almansa y la valandra del de José Mozo que tenia cargadas de polvora, se levasen y dirigiesen pa la ciudad quedandome con la correspondiente á la bateria que habia en estos bordos, y sivierse la polbora que tenian las embarcaciones pa la plaza.
Los 4 navios ingleses quedaron bastantemente maltratados, pues se retiraron fuera del tiro antes de anochecer en el fuego que les hicimos. A las 2 de la noche se retiró á la ciudad dn Sebastian de Eslava á dar providencia de enviar embarcaciones pa retirar la gente del Castillo y navios porque ya conoce que esto está de mala calidad, y que el castillo no puede resitir mas ni los navios tampoco toda la noche muchas bombas, flechas incendiarias y bombas de lo mismo.
Miércoles 5
A las 5 ½ empezó el fuego de los enemigos con 18 cañones y 20 morteros por tierra, y con los navios de guerra de 70 cañones por mar y reconociendo que el castillo cuasi no //f. 32r// hacia fuego aplicaron el todo a los navios. Una bomba cayó en la toldilla de este sobre un barraganete (24) la que se abrió en dos pedazos y fue al mar.
Dispararon tambien balas rojas, (25) pegaron fuego dos veces á este navio qe tiene desde la lumbre del agua pa arriva toda la proa por la banda de babor hecha un agugero y todo el estado de suerte que apenas ha quedado rumbo: tiene muchos cañonazos debajo del agua, unos que paran pa adentro que se procuraron tapar y los otros á la mitad de la vela sin que haya sitio en el navio que no esté de la misma suerte. A las 11 vino el Comte del castillo a participarme que todo el parapeto desde el angulo de tierra hasta el de la mar con toda la cortina habia caido; que la brecha estaba practicable pa que los enemigos diesen el asalto y que con la gente que tenia no la podia defender ni hacer cortadura.
Pareciome conveniente participarselo a dn Sebastian de Eslava por si tenía alguna providencia que dar sobre este asunto, cuya carta hice firmar al Comandante del Castillo junto conmigo y en vista de esta relacion y reconocimiento que hice comprendi que habia de //f. 32v// haber una confusion grande en el Castillo sobre el modo de la retirada de aquella tropa; y aunque previne á su Comandante que al anochecer enviara las lanchas y botes pa recoger la gente á estos navios, en caso que los enemigos dilatasen dar el asalto hasta por la mañana y esperar que providencias y determinaciones tomaba dn Sebastian de Eslava en vista de lo que esta mañana se le participó y quedando acordado esto se fue al Castillo y yó pasé ábordo de una canoa que tenía á tiro de fusíl del navio cargada de cartuchos de polbora y formar las ordenes de lo que debian practicar los capitanes de los 4 navios las que hice distribuir á las 4 de la tarde.
A las 5 vi salir toda la guarnicion del Castillo huyendo hacia el camino de las barracas de la playa, gritando que nos cortan y hechandose al agua de suerte que fue preciso enviar varios bote pa recogerlos y al mismo tiempo reparé que del navio Sn Carlos hacia lo mismo su tripulacion tomando la lancha y el bote, y habiendo despachado embarcaciones pa atajarlos, y volviendo con efecto á su navio, reparando estos que los del Africa y Sn Felipe, ejecutaron lo mismo, retrocedieron los de Sn Carlos y siguieron pa Cartagena //f. 33r// A este tiempo llegó dn Sebastian de Eslava fue testigo de esta confusion.
Reparé que el Sn Carlos el Africa iban á pique, y que habian pegado fuego la navio Sn Felipe (cuyo capit[a]n estaba en tierra herido desde el dia antes) sin atender los unos y los otros a las ordenes que esta tarde y anteriormente les habia distribuido; pero poseidas las tripulaciones de la fuga de la guarnicion del castillo y haber visto mas de 50 botes y lanchas que enviavan los enemigos cargadas de gente a la ensenada del baradero y que al mismo tiempo venian como dos mil hombres de tropas a dar el asalto, marchando desde Sn Felipe por el camino de la playa, nada tubieron presente sino abandonarlo todo; y viendo los de la bateria de Sn Josef a los enemigos dentro del castillo enarbolada su bandera, y que los navios continuaban su retirada practicaron lo mismo. Envié a Sn Felipe Celdran ábordo de la fragata el Jardin de la Var, dandole una hacha pa que las hechase apique, en donde habia hasta unos 40 barriles de polbora pero les pegó fuego.
Di varias providencias pa recoger la gente y nos dirijimos dn Sebastian de Eslava y yo a Bocagrande á donde llegamos a las 9 de la noche y di orden á los capitanes de los 2 navios del Rey, y el de trechuelo, (26) para que sin perder tiempo levasen sus anclas y se dirigiesen á ponerse en el canal entre el manzanillo y castillo-grande lo que egecutaron y de allí pasamos á la playa de aquel castillo á reforzarlo, y hallandonos dando estas providencias llegó dn manuel Moreno de Bocachica y preguntadole si toda la gente de la galicia se habia retirado me respondió venia en busca de dos embarcaciones pa este efecto porque en la que tenía solo habia cuatro remos y que aun quedaban en la galicia su capitan y el de infanteria con 4 hombres.
Di orden que luego pasar con dos botes a recoger aquella gente y habiendo vuelto cerca de las 4 de la madrugada me dijo que ya los enemigos se habian apoderado del navio segun la cantidad de botes y lanchas que de el salian pa tierra por cuya relacion y suceso vengo en conocim[ien]to que las prevenciones que hice a dn Sebastian de Eslava los dias 24 y 25 fueron fundadas. A las 4 ½ de la mañana me restituí á la ciudad despues de 21 dias de Bocachica y 17 de combate continuo de noche y de dia //f. 34r//cuyo suceso no esperé, y se hubiera terminado la empresa de los enemigos en aquel sitio si dn Sebastian de Eslava (como lo solicité) hubiera querido oponerse al desembarco, formacion de sus baterias y aun despues de hechas si se hubiere dispuesto una salida general pa destruirlas, porque reconoci muy de los principios que los enemigos no intentarian forzar el puerto hasta que no hubieren arruinado con sus baterias de tierra el castillo y navios, no obstante de que no habia de cuatro que lo defendiesen y tener ellos treinta y seis desde sesenta hasta ochenta sin comprender las fragatas; y sin duda si se hubieran dado las providencias de evitar el daño que se originó por tierra, ni el Castillo ni navios se hubieran perdido, y los enemigos se hubieran retirado de aquel parage segun lo que se reconoció por sus operaciones y recelo con que entraban á atacarnos, quedando como claramente vimos 10 navios imposibilitados de poder hacer fuego ni entrar mas en combate: creyendo tambien han perdido mucha gente en los 17 dias de sitio, asi de sus navios como de la tropa; y no se creerá que un armam[en]to tan formidable haya tardado todo este tiempo pa rendir un astillo que en sustancia no es mas que un mal quadrado rebestido de cuatro //f. 34v// valuartes imperfectos, su mampostería y parapetos muy malos como queda referido sin tener un sitio a prueba de bomba ni cañon ádonde preservar la gente, polbora y viveres como la experiencia lo ha manifetado, á cuya fortificacion y navios en el tiempo de su sitio han disparado seis mil y sesenta y ocho bombas, y mas de diez y ocho mil cañonazos, y á no haber sucedido la precipitada fuga de la guarnicion del castillo, sin duda ninguna no hubieran entrado en él, si se hubiesen dado a tiempo las providencias convenientes de enviar tropa pa la defensa de la brecha: añadiendo que si
otro qualquiera hubiese atacado aquel castillo; la misma noche del dia 20 de marzo ó 21 á mas tardar se hubiera alojado al pie de su muralla y se hubiera pegado el minero pa bolarlo o rendirlo pero no lo hicieron asi y p[o]r eso y los socorros diarios que tube cuidado de meterle de gente, viveres, polbora y balas, pudo dilatarse su defensa 17 dias.
Jueves 6
Por la mañana entró un navío y un paquebot por Bocachia. Pasé en casa de dn Sebastian de Eslava á ver si se ofrecia algo y a solicitar se distribuyese la gente de mar con sus contes //f. 35r//tables y oficiales en los valuartes y baterias pa el manejo de la artillerian y que la tropa de marina se reduzca a piquites de 50 hombres pa que hagan el servicio á donde convenga q habiendo quedado de acuerdo pasé al convento de Sn Franco a donde acuartele toda esta gente y dejé formados 8 piquetes de tropa y doscientos marineros con sus fusiles, con docientos y cincuenta pa el servicio de la artilleria. Los dos navío del Rey y marchantes amanecieron acordonados por la parte de adentro de Castillo grande hasta el manzanillo pa cerrar aquel paso á los enemigos hechandolos á pique en el caso forsoso.
Viernes 7
Este dia por la mañana fui a ver a dn Sebastian de Eslava pa ver si sele ofrecia algo y lo hallé con el capitan de artill[eri]a, quien me pidió cañones, balas, y los demas pertrechos correspondientes: Di luego la orden para que del Dragon se sacasen como se egecutó: pidiome tambien docientos hombres de mar mas con su contestables y artilleros de brigada lo que se egecutó, y di a dn Sebn //f. 35v// de Eslava la relacion de los 8 piquetes pa destinarlos á donde convenga y puse en los almacenes del Rey ciento y mas fusiles y pistolas á la disposición de dn Sebastian de Eslava á quién volví á ver á la una del dia pa ver si se ofrecia algo: todo este dia se ha trabajado en perfeccionar la linea de navios de castillo grande y manzanillo, y faltandome embarcaciones se hechó mano de dos balandras y un bergantin p[o]r no haber otras mayores.
Notas
- Soledad Acosta de Samper, “La expedición del almirante Vernon”, en Los piratas en Cartagena(Colombia: Editorial Bedout, 1969 [1886]), 217-218. Pablo Victoria, El día que Cartagena derrotó a Inglaterra (Bogotá: Planeta, 2011). José Vicente Pascual, Almirante de Tierra Firme (España: Altera, 2005).
- Charles W. Hall, Cartagena or the Lost Brigade(Boston: Lamson, Wolffe and Company, 1898), 404.
- Archivo General de la Nación (AGN), Milicias y Marina, Tomo 49, Doc 34, ff 151-233. John Huxtable Elliott, España, Europa y el mundo de ultramar(1500-1800) (España; Taurus, 2010), 64.
- Marcus Rediker, Between the devil and the deep blue sea: Merchant Seamen, Pirates and the Anglo-American Maritime World, 1700 – 1750 (Cambridge University Press, 1999), 61.
- José Patricio Merino Navarro, “La Armada en el siglo XVIII”, en Las Fuerzas Armadas españolas. Historia institucional y social, Volumen 2, Mario Hernández Sánchez y Miguel Alonso Baquer (Madrid: Alhambra, 1987), 113.
- George Berkley, Naval history of Britain (London: T.O. Borne and J. Shipton, 1756), 676.
- John Huxtable Elliott, Imperios del mundo Atlántico. España y Gran Bretaña en América (Madrid: Taurus, 2006), 350. Hay muchos escritos sobre los comentarios de Voltaire y la celebración del triunfo anticipado de los ingleses con la fabricación de las medallas conmemorativas. Acá nos remitimos a uno más reciente: Edgardo Pérez Morales, “Los futuros baluartes del Caribe. Guerra, noticias e imaginación histórica vernácula en Gran Bretaña y España, 1730-1746”, en El siglo XVIII americano. Estudios de historia colonial, AA.VV (Medellín: Universidad Nacional de Colombia, 2013).
- John Lynch, La España del siglo XVIII (Barcelona: Crítica, 1999), 115. Iván Valdez-Bubnov, Poder naval y modernización del Estado: política de construcción naval española (siglos XVI-XVIII)(México: UNAM, 2011).
- AGN, Milicias y Marina, Tomo 49, Doc 36, ff 251-500.
- La vela del mastelero de proa.
- Vale asimismo dar parte o noticia de alguna especie.
- Retorno.
- Especie de garita redonda que rodea toda la extremidad del mástil del navío, y se pone en todos los mástiles, y cada una toma el nombre de aquel en que está. Sirve para que el grumete puesto en ella registre todo lo que se puede ver del mar.
- Es decir, sin mástiles, palos ni mesanas.
- Desarmado.
- Foque: vela triangular que se marea en el botalón que sale fuera de la cabeza del bauprés, y se iza de la cabeza del mastelero del velacho, bajando la driza al pie del trinquete.
- Vela que va en la verga del bauprés fuera del navío.
- Un navío de registro suelto.
- Bloque compacto de ramas delgadas o brozas, las cuales sirven mezcladas con tierra para hacer aproches.
- Embarcación para llevar correos.
- Tonel, pipa o cuba.
- Cañones.
- Vela triangular.
- Pieza última de la varenga, por la parte superior, que forma el costado de la nave.
- Bala de hierro que hecha ascua y se mete en la pieza de artillería, y disparada inmediatamente enciende fuego donde encuentra: y así se usa regularmente para incendiar almacenes.
- Nombre de un navío.
https://www.todoababor.es/historia/d...ena-de-indias/
Entrevista a Edgar Blanco: Defensa de Cartagena de Indias - Blas de Lezo derrota a Vernon
En este live Instagram estaremos en compañía de Edgar Blanco Carrero, profesor de la Universidad Central de Venezuela, Oficial de Marina (R) y experto en estrategias militares, hablaremos sobre, la defensa de Cartagena de Indias en 1741 durante la guerra del Asiento, donde Blas de Lezo derrota al almirante Británico Vernon y se erige como héroe, además charlaremos sobre los asedios ocurridos durante esta misma guerra en territorio Venezolano, como lo fueron en la Guaira y Puerto Cabello en 1743 y defendidas por el capitán general Gabriel de Zuloaga.
https://www.youtube.com/watch?v=n9zk-bms_Gw
La Guerra de la Oreja de Jenkins, una de las grandes gestas de Blas de Lezo
Por sinnombre el 5 noviembre, 2021 • ( )
Entrevista con Martí P. Coronado, profesor y escritor. Ha publicado en revistas de divulgación nacional, como Clío Historia, y más recientemente en la nueva revista, LAUS HISPANIAE. Es autor del libro, La Guerra de la Oreja de Jenkins. España contra Inglaterra, con muy buena acogida entre los lectores interesados por conocer la historia de España.
¿Por qué ha elegido contar esta historia en particular? ¿Qué encontramos en este libro?
Este libro nace con la intención de mostrar al lector los principales acontecimientos que se sucedieron durante la Guerra del Asiento o Guerra de la Oreja de Jenkins, en la que las dos grandes potencias europeas de proyección atlántica, España e Inglaterra, van a luchar entre 1739 y 1748 por el control de las principales rutas oceánicas y, en nuestro caso, por el mantenimiento de la hegemonía española en la zona del Caribe. A pesar de que en este libro exponemos los principales episodios bélicos como el ataque inglés a Cartagena de Indias o la célebre Carrera del Glorioso, mi principal objetivo ha sido contextualizar la guerra, por eso arrancamos en el siglo XVI, para comprender la rivalidad entre ambos reinos y el interés que tuvieron los ingleses por arrebatar a los españoles sus posesiones en el Nuevo Mundo, en muchas ocasiones recurriendo a medios muy poco honorables.
España deja de ser una potencia de primer orden después de la Guerra de Sucesión, pero contrariamente a lo que muchos piensan sigue siendo una nación poderosa.
Cuando terminó la guerra de Sucesión la situación de España era muy precaria y esto se refleja, por poner un ejemplo, en la Armada. Personalmente, creo que Felipe V es uno de los reyes que más injustamente han sido tratados a lo largo de la historia ya que, a pesar de las sombras que podemos encontrar durante su reinado, debemos reconocer que logró rodearse de un grupo importante de políticos muy competentes que lograron llevar a cabo un proceso de centralización política y económica en España, con unos resultados muy positivos que explican el desarrollo experimentado en el reino durante el siglo XVIII. Desde el punto de vista militar, el renacimiento de las armas españolas empieza a detectarse durante la guerra de la Cuádruple Alianza, en la que España se enfrenta, por si sola, a las grandes potencias europeas, y donde el ejército español deja, en batallas como la de Milazzo, muy buenas sensaciones.
Para sorpresa de los ingleses, la Armada española sigue siendo un enemigo formidable. Aquí hay que destacar la figura de José Patiño.
Por supuesto. A finales del siglo XVII la situación de la Armada española era crítica, con unos barcos escasos y de mala calidad, incapaces de hacer frente a las monarquías rivales que ansiaban controlar las rutas comerciales que unían Europa con América. Esta situación cambió, afortunadamente, en el siglo XVIII, cuando empiezan a destacar una serie de personajes que, con el apoyo de la nueva dinastía borbónica, hicieron de la Armada una terrible máquina de guerra que llegó a atemorizar a la todopoderosa Inglaterra. Este es un tema que trato en profundad en La Guerra de la Oreja de Jenkins. España contra Inglaterra. Patiño fue uno de los personajes que más destacó en lo que realmente fue la reconstrucción de la Marina de Guerra española, un individuo dotado de gran inteligencia y un sincero afán de servicio al bien público. Para él la mayor preocupación seguía siendo dotar a la Flota de Indias de los medios necesarios para recuperar la iniciativa en el mar y garantizar la actividad comercial con los territorios españoles de ultramar. Entre sus grandes logros destacan la publicación de las Ordenanzas de la Armada de 1717, en la que se centralizan todas las fuerzas existentes, la construcción del Arsenal de la Carraca, la creación de las Compañías de Caballeros Guardamarinas (que tan buenos resultados dará) y el impulso para la construcción de buques de guerra para que la Armada contase con las suficientes unidades con las que afrontar sus responsabilidades.
¿Por qué se le conoce como la guerra la Guerra de la Oreja de Jenkins, ¿de dónde viene este nombre?
La oreja de Jenkins fue la excusa que dieron los ingleses para declarar la guerra a España. Jenkins no fue más que un simple contrabandista cuyo barco, el Rebecca, fue apresado por un guardacostas español en 1731. Cuando el capitán español, Juan León de Fandiño entró en las bodegas del barco encontró unas mercancías ilegales, por lo que, amparado en los tratados firmados, procedió a la confiscación de su carga. Hasta aquí lo que conocemos, aunque según el sospechoso testimonio del pirata en su comparecencia ante la Cámara de los Comunes, el capitán español, acto seguido, le habría cortado una oreja para después advertirle con la famosa frase que al final fue utilizada para declarar la guerra a España: «Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve» y todo ello mientras en su mano sostenía ̶ ¡siete años después! ̶ la oreja conservada en un pequeño frasco ̶ vayan ustedes a saber a quién perteneció la dichosa oreja ̶ .
Uno de los hechos más épicos de esta guerra es el desembarco británico en Cartagena de Indias y su defensa por parte de Blas de Lezo. ¿Es esta victoria la que decide la guerra?
Por supuesto. Porque después de la derrota del almirante Vernon, algo increíble teniendo en cuenta la aplastante superioridad numérica de su flota compuesta por cerca de 200 barcos y unos 27.000 hombres, los ingleses perdieron su capacidad ofensiva y esto explica el fracaso de sus nuevas expediciones en Cuba y Florida. El gran protagonista de la victoria de Cartagena de Indias, más aún si tenemos en cuenta que los españoles contaban con solo 6 barcos y una reducida guarnición de unos 2.000 hombres, fue Blas de Lezo, aunque no debemos olvidar el fantástico trabajo que llevaron a cabo los espías españoles en Londres, cuyos informes fueron decisivos para conocer las intenciones de la Pérfida Albión, y de hombres como el virrey Sebastián de Eslava y Lazaga.
Cartagena de Indias es una de las mayores derrotas de la historia de Inglaterra, motivo por el que fue convenientemente borrada de sus registros, y una de las muchas que le infligió España. Sin embargo, en nuestro imaginario popular los ingleses y sus piratas fueron el azote de los españoles y los reyes de los mares, ¿cómo es esto posible?
Es normal que así sea. Inglaterra o Francia, siempre se han preocupado por el elevar a la categoría de héroes no solo a sus militares, sino también a auténticos psicópatas como los piratas Henry Morgan o Francis Drake que, como sabemos, regaron con sangre de hombres, mujeres y niños, los campos y ciudades de la América española, incluso en tiempos de paz. Esto es algo terriblemente injusto, sobre todo si tenemos en cuenta que aquí, en España, nos hemos olvidado de reivindicar a nuestros grandes personajes e incluso los hemos relegado al olvido.
En el libro también hablas de un personaje menos conocido, pero no menos heroico, Pedro Mesía de la Cerda y su barco, el Glorioso.
Si, un personaje muy de actualidad después de que el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, decidiese retirar el cuadro de Ferrer-Dalmau, El último combate del Glorioso, para evitar una saturación de derrotas honrosas en el Museo Naval de Madrid. Precisamente, en el libro expongo mi convencimiento de que esto no fue una derrota, todo lo contrario, ya que el barco logró cumplir su misión y, por si esto fuera poco, se llevó por delante a unos cuantos barcos ingleses y mostró al mundo la fortaleza de la nueva Armada española en el siglo XVIII.
¿A qué cree que se debe este renovado interés por la historia de España?
No lo sé. Probablemente porque desde hace mucho tiempo se ha tratado de ofrecer, desde determinados sectores ideológicos, una imagen de nuestra historia muy negativa. Ahora que hemos visto que la verdad no es como nos la han querido contar, parece que volvernos a sentir interés por el estudio de nuestro pasado, de una historia de la que debemos sentirnos sanamente orgullosos. Y cada vez hay más gente que está convencida de ello.
Javier Navascués y Álvaro Peñas
https://somatemps.me/2021/11/05/la-g...-blas-de-lezo/
LA HEROICA DEFENSA DE CARTAGENA DE INDIAS
El intento de invasión por parte de Inglaterra de Cartagena de Indiasen el año 1741, fue la mayor operación anfibia de la historia, solo superado por el desembarco de Normandía en 1944, en el que participó la Royal Navy. La invasión de Cartagena de Indias era solo uno de los cuatro puertos que formaban parte del ambicioso plan, los otros tres puertos eran La Habana en Cuba, Veracruz en Nueva España (México) y Portobelo en Panamá. De las cuatro ciudades, que eran los más importantes del Caribe, tan solo el de Portobelo pudo ser tomado por los ingleses aunque para su desgracia, el único botín que obtuvieron fue la paga que había recibido previamente la guarnición hispana, pues avisada la ciudad de la “visita” inglesa, el gobernador había evacuado a la población y puesto a buen recaudo el tesoro de la ciudad.
Era un plan que de haber sido un éxito hubiera arrebatado a España los puertos más importantes en América, pues no era una mera operación de saqueo, sino que se trataba de un plan de invasión. Para ello Inglaterra no escatimó en medios y empleó para ello prácticamente todo su potencial naval, acompañado de un potente ejercito terrestre que disponía además de trenes de artillería, zapadores y toda la logística necesaria. La fuerza total comprendía 195 barcos, 1.500 cañones y cerca de 30.000 hombres. Las fuerzas hispanas que defendieron Cartagena de Indias eran 6 barcos y unos 4.000 hombres, al mando del Virrey de Nueva Granada (actuales Colombia, Venezuela y parte de Ecuador), Sebastián de Eslava y el Teniente General de la la Armada Blas de Lezo.
Plano de la Bahía y ciudad de Cartagena de Indias en 1735
A continuación reproducimos el diario del Sitio de Cartagena en 1741. Para una mejor comprensión de su lectura, se han transcrito al castellano actual algunas expresiones
Carta de Don Blas de Lezo al Marqués de Villarias, con un diario de lo acaecido en Cartagena de Indias durante el sitio, desde el 13 de Marzo de 1741 hasta el 20 de Mayo siguiente.
Fuente: Archivo Histórico Nacional. Portal de Archivos Españoles (PARES). Código de referencia: ES.28079.AHN//ESTADO,2335,Exp.2
El 13 de marzo dieron fondo en Playa Grande dos navíos ingleses de 70 y 40 cañones y un paquebote que se mantuvo sobre los bordes en Punta de Canoa.
El día 15 llego a dar fondo sobre la misma playa la armada inglesa compuesta por 195 embarcaciones, la cual constaba de diez navíos de tres puentes, treinta y dos de 60 a 70 cañones, seis fragatas de 40 a 50, seis fragatillas, tres brulotes, dos bombardas o paquebotes, y 133 embarcaciones de transporte. Se componía en tres escuadras, las dos de la división azul y la otra de la roja, mandadas por el vicealmirante Edward Vernon, la segunda el contraalmiranteChaloner Ogle y la tercera Lestock, capitán en Jefe.
Hasta el 19 manifestó dirigir su empresa por la Boquilla, el enemigo estando en inacción, y habiendo intentado algunas lanchas hacer desembarco en ella, la mañana de este día, fueron rechazadas por los nuestros que se les opusieron a cuerpo descubierto.
El día 20 hizo vela la armada nuestra y fue a dar fondo la mayor parte de ella sobre la Punta de Hicacos y enfrente de la Boca, nuevamente abierta donde se hallaban los navíos Dragón, Conquistador y el de Trechuelo, armado al mando del capitán de navío don Francisco Obando (Comandante del Dragón), situados de tal manera que impide a cualquier navío el arrimarse a tiro de cañón. Siguió una escuadra de doce navíos el rumbo a Bocachica y fue batiendo el monte y playa la batería deChamba y otra de Jafina, construida cuando nada se temía por tierra, hasta ahora abandonadas ambas.
A las 12 del día llegó un navío inglés a bombardear la batería deSantiago, quedando anclado a medio tiro de fusil. Siguieron otros dos más, poniéndose uno a más distancia de dicha batería, y entrando el otro a bombardear la otra batería, la llamada San Felipe. Al rato llegaron otros tres navíos a bombardear el fuerte de San Luisde Bocachica.
La batería de Santiago constaba de once cañones y tenia dos de ellos en un flanco que miraba a la playa solamente y otros dos a la espalda. Era al mar donde presentaba los restantes siete cañones, y de estos sólo dos batían el primer navío de tres puentes inglés. El capitán de fragata don Lorenzo Alderete mandaba aquella batería y la San Felipe, que constaba de cinco cañones. Estaba en esta batería el sargento de Marina Diego Serrano con quince hombres de Infantería y doce marineros. Con Lorenzo Alderete, estaba el teniente de fragata José de Rojas. Resistieron en la batería Santiago durante tres horas y media el más terrible fuego de cañón y fusil del enemigo, respondiéndole a proporción con sus dos cañones hasta que desmontados estos y arruinados los demás y sus almenas, se retiraron dejando anclada toda la artillería de ambas baterías sin más pérdida que la de un hombre muerto en la retirada y dos heridos. Otros dos navíos de la escuadra enemiga dieron alguna descarga al fuerte de San Luis, y no teniendo lugar donde poder anclarse sin recibir el fuego de los nuestros, por la Boca se fueron a incorporar con la armada a barlovento, e hicieron lo mismo los restantes avistados de las fortalezas.
No pudo evitar uno de los tres navíos que batían el fuerte de San Luis el ser descubierto por la Boca del Canal por los navíos San Felipe y África, y aunque el segundo suspendió su fuego, fue batido con mayor vigor del San Felipe y de las baterías de San José y Punta de Abanicos, y no pudiendo salir aguantó hasta la noche oscura en que pudo salir del tiro al favor de las tinieblas, lo que habían ya ejecutado a la vela los otros dos navíos saliendo del combate antes de las cinco.
Por el diario de William Forbes (prisionero inglés), teniente del Regimiento de Bland, se sabe que quedaron extraordinariamente maltratados los navíos que entraron en acción este día, teniendo gran pérdida de gente, y que el nombrado Amalia tuvo 60 muertos y 20 heridos. Dice:
“Hubo un fuego infernal de entre ambas partes, también en esta primera prueba se presentaron con valentía sus naves. Los nuestros recibían todos los tiros altos y extraviados del fuerte de San Luis, por lo que en ellos hubo algunos heridos y muertos este día”.
Diario de William Forbes
Para formar idea de la acción de este día y los siguientes, se hará una breve descripción de las defensas que tenía entonces la entrada de su puerto, cuya primera defensa al mar eran las baterías de Santiago y San Felipe (ya descritas), que sólo se oponían al anclaje y estaban estas en la Isla nombrada Tierra Bomba. Hallábase luego sobre dicha isla y en la Boca de la Canal un fuerte de campaña llamado San Luis de Bocachica, cuadrado regular, cuyas dimensiones se omitían, diciendo que constaba de dieciséis cañones.
Plano del ataque inglés a Cartagena de Indias 1741
Por la frente de tierra tenía sólo la mitad de artillería y había en él un mortero de bombas y dos de granadas. Por la cara del Puerto se hallaba cubierto de una contra escarpa empezada a fabricar y nunca concluida, y lo demás se hallaba descubierto sin foso, la entrada en cubierta ni esplanada alguna, teniendo sólo una estacada al plano mismo sobre que se levantaba el Fuerte. Y siendo aquel de mucha altura para evitar la dominación del cercano monte Santiago, hallábase su almacén de pólvora, el cual no era a prueba de bomba y estaba mandado por el coronel Carlos Hernán, ingeniero en jefe de esta plaza.
Al otro lado del canal, en frente de San Luis, forma una punta de manglar la Isla de Baru y a dicha punta le llaman Abanicos. Aquí se construyó (defectuosa) una batería rasante e irregular con catorce cañones, que mandaba el teniente de navío José Campuzano. Más adentro del Canal, entre Abanicos y San Luis se hallaba aislada, la batería de San José, que estaba bien situada a la entrada del Puerto, contra la cual oponía veinte cañones bajo el mando del capitán de Infantería de Marina Franciso Garay. El Barajao es una garganta de playa angosta que, a espaldas de San José, forma la Isla de Baru con la Punta de Abanicos, y en esta se hallaba una batería con cuatro cañones construida a fin de evitar el bombardeo desde la ensenada que hay entre la isla de Baru y la Punta de Abanicos.
Por la parte del puerto había una balandra para su abrigo y retirada, y la mandaba el teniente de fragata Jerónimo Luisaga. Había una cadena entre San Luis y San José, la cual constaba de un ajuste, dos cables sobre dobles anclas y de unos palos trabados por las cabezas con cadenitas que enlazaban y fortalecían, siendo en todo débil fuerza a los navíos, y suficiente a los brulotes. Al tiro de pistola de la cadena se acordonaban cuatro navíos nuestros, siendo el primero de ellos el Galicia, y en él se hallaba el teniente general de la Armada Blas de Lezo, a cuyo mando estaban todas las defensas de la Boca bajo las armas del Virrey de este reino, don Sebastián de Eslava, quien los más días y noches se vio en aquellos puestos y navíos. A continuación estaba el San Carlos, su capitán Félix Celoran. Después el África, capitán José Caamaño. Acabada la línea el San Felipe, su capitán Daniel Huani. Basta lo dicho para la comprensión del hecho y sigue lo que pasó este día.
La noche del 20 al 21 nos empezó a bombardear el enemigo la batería de Santiago y a las 7 de la noche desembarcó quinientos hombres.
El 21 maltrató una bombarda la artillería del San Luis y habiendo pasado un navío de tres puentes a cubrir su retirada con bien ejecutada maniobra fue tanto fuego que recibió de dicho fuerte que largando por ojo sus amarras salió de él a través favorecido de la bahía. Si bien, después de haber conseguido el que se retirase la primera bombarda cuya función pasó a sustituir una fragata desde la cual disparaban morteros. Desembarcó este día el resto del ejército enemigo en las playas de entre Santiago y Chamba, y pusieron también en tierra su tren de artillería.
A las 7 de la noche del 22 al 23 se vio en la playa, montaña y batería de Santiago un fuego como de mil fusiles, el cual duró siete minutos. Supimos después, por desertores, haber sido una confusión entre los enemigos y que murieron muchos. Esta noche empezaron a construir sus baterías con ochocientos hombres y que ofendía mucho su campo nuestra batería de Punta Abanicos.
El 25 rompió el enemigo batiéndonos con dieciséis morteros y granadas, puestos en tierra en la hollada que forma la batería deSantiago con la de San Felipe, pero enfilado parte de ella, la batería de Abanicos este día, se vio el día siguiente 26 que habían retirado la mayor parte de los morteros a distintos parajes más cubiertos por el mismo sitio.
Croquis del ataque inglés a Cartagena de Indias.
A la una de la noche del 29 al 30 atacaron los enemigos con sus lanchas la batería del Varadero y haciendo el primer fuego de ella, don Jerónimo Luisaga clavó sus cañones y retirado a la balandra resistió a bala menuda, el vigoroso fuego de fusil enemigo durante más de media hora, hasta que, oyendo intentaban pasar lanchas al puerto por sobre el istmo, se retiró en una canoa a bordo del África, llevando consigo catorce hombres que eran la guarnición de la balandra y la batería. Apoderado de dicha batería el enemigo, paso a atacar la inmediata de punta de Abanicos formado en dos columnas, una de las cuales iba por la orilla del manglar, cubriéndose del mismo, y la otra columna por la playa, de modo que se dirigía, la primera a la espalda de la batería de Abanicos (totalmente descubierta), y la segunda al flanco de ella, el cual cubría un débil parapeto que tenía dos troneras a las cuales colocó Campuzano cuatro cañones. A la espalda dio el enemigo dos descargas generales de fusilería a la que respondió con dichos cañones Campuzano, más cuando aquel quiso operar con el fusil se halló con un sólo sargento, once hombres del Regimiento de Aragón, y dos artilleros de la plaza, por haberles abandonado los demás, lo que le precisó a hacer la retirada a San José, y luego al Galicia.
Constaba la guarnición de dicha batería de sesenta soldados de Cartagena, y los restantes hasta ciento cuatro eran artilleros de la plaza y marineros desarmados de los navíos, estos sólo destinados al servicio de la artillería. Pegó fuego el enemigo a ambas baterías y las dejó inmediatamente abandonadas sin duda por la dominación del fuerte de San Luis a la expresada de Abanicos, la cual se halló clavada, y en ambas muchos muertos (cuyo número afirma llegó a setenta y dos), y se trajeron a bordo distintas armas y despojos viniendo la mayor porción del Varadero.
La oscuridad de la noche no permitió contar el crecido número de lanchas. Pero el citado Forbes nos lo aclara diciendo que:
“Fueron todas las de los navíos, llevando cada una diez soldados y treinta marineros y que mandaron esta acción cuatro ó cinco capitanes de navío y otros subalternos, y más abajo dice, pero sea por falta de los capitanes o por la voluntad de los marineros y soldados que iban mezclados, no se ejecutó todo lo que se debía porque la batería quedó medio destruida solamente, y los españoles hicieron fuego de ella sobre nosotros inmediatamente, y dos días después ejecutaron lo mismo con siete cañones contra nuestro campo”.
William Forbes
Al siguiente día 30 se empezó a desmantelar la batería de Abanicos consiguiendo hacerlo fácilmente, por no ser los clavos de temple y arponados que se necesitaba, y aquel el 31 de dicho marzo y el 1 de abril se utilizaron diez cañones contra el enemigo, no obstante que sin hacer reparo alguno a las ruinas del incendio.
El día de Pascua 2 de abril, a las 7 de la mañana, rompió el enemigo el fuego de veinte cañones, habiéndoles descubierto de entre un bosque que había en una hoyada distante poco más de tiro de fusil del fuerte San Luis, a donde se dirigían para desmontar la artillería y batir en brecha, y la acompañaban en dos baterías dieciocho morteros de bombas y granadas. A las 9 del día se atravesó a batirlas el Galicia, lo que ejecutó con la mayor viveza hasta las cinco de la tarde, como también el San Felipe con solo tres cañones, y las baterías del San José y Abanicos, con cuya diligencia taló el cañoneo el bosque a poco rato, quedando descubierta la batería de cañones cuyo fuego y el de las demás se entibió tanto que por la tarde se vio más de una hora suspendido. A las 4 de la tarde pasó un navío de 70 cañones a batir anclado la batería de Abanicos, lo que siguió haciendo hasta la noche oscura con el cuidado de quedar fuera de tiro de cañón de los navíos nuestros, y dicha batería le respondió continuamente con un cañón sólo por no presentar al flanco de los otros.
Hablando de este día dice Forbes:
” Y nos respondió el Castillo con marcialidad igualmente que los navíos, el fuego de estos rara vez daba en nuestra batería pero pasaba nuestro campo, y también el fuego de San José cogiéndolo de perfil de cabo a cabo y nos mataron mucha gente con un coronel, un teniente coronel y diferentes capitanes“.
William Forbes
El 3 de abril rompió el fuego el enemigo con dicha batería dirigiendo cuatro cañones de ella a los navíos nuestros y el que se dijo ayer siguió en batir con mas inmediación el de Abanicos. A las 7 de la mañana se atravesó a batir la tierra el San Felipe con toda diligencia, hasta las doce, en que viéndose ordenar en línea trece navíos sobre la boca del puerto volvió al cordón y desde entonces estuvo suspenso el fuego de ambas partes hasta las 3 de la tarde que volvió a romperse el combate habiendo llegado el comandante Lestock con siete navíos a batir los fuertes de la boca y nuestros navíos arrimándose más el que batía la batería de Abanicos. Fueron los enemigos respondidos con vigoroso fuego de los fuertes, navíos San Felipe y África, no haciéndolo el San Carlos ni el Galicia por estar en cubiertos del fuerte San Luis. A las 4 de la tarde pasaron otros dos navíos y un paquebote a la ensenada de Abanicos, acompañados de catorce lanchas al abrigo de sus costados, se dirigían a aquella batería y hallándose desmontada parte de ella por no haberse reparado los daños de su quema, se vio obligado Campuzano a retirarse con su gente a las 5 de la tarde.
Ataque inglés a Cartagena de Indias en 1741
El comandante Lestock, que a distinción de los demás se había empeñado bastante en el canal, se vio obligado a salir del combate antes de ponerse el sol, sin duda por haber recibido grave daño, lo que ejecutó a la vela, y otro navío casi al mismo tiempo poniéndose al abrigo de punta de Abanicos. Los restantes siguieron el combate hasta la noche oscura en que cesó entre ambas partes por la boca, más no en los tres navíos inmediatos a San Luis, que estos continuaron en batirle hasta las nueve.
Esta noche del 3 al 4 quemaron la batería de Abanicos los enemigos y la balandra había quedado intacta en la del Varadero, abandonando luego entre ambos puestos.
“continuó con gran ardor ese día el fuego de ambas partes y en particular de los navíos haciendo grandes estragos a nuestro campo hasta obligarnos a mover un ala a la otra parte hasta que yendo el comandante Lestock con una escuadra para Bocachica, volvieron los enemigos sus costados contra nuestros navíos quedando con esto nuestro campo libre de molestia y más abajo, los cañones del castillo estaban ya desmontados por nuestras baterías a excepción de dos que juntamente con los navíos y San José hicieron continuo fuego sobre nuestros navíos que quedaron terriblemente maltratados y nos mataron muchos hombres, entre ellos a Lord de Beanclair, capitán del Prince Frederick“.
William Forbes
Hirieron este día levemente a don Manuel Huoni, capitán del San Felipe y de mayor gravedad a Francisco Garay, comandante de la batería San José, a quien fue a subsistir José de Campuzano.
El día 4 volvió a romperse el combate por mar y tierra por ambas partes aún con mayor vigor que el día anterior, si bien no amanecieron mas que cinco navíos en el paraje desde el que batieron la tarde anterior, y tres de ellos salieron del combate a las 7 de la mañana a los que vinieron a sustituir otros dos que se anclaron más distantes, y dos que quedaban en acción más inmediatos se apartaron a ponerse en línea con los recién venidos en cuyo modo batieron y fueron batidos estos cuatro todo el día por San José ySan Luis, y los navíos San Felipe y África.
A las 9 del día se atravesó el navío San Carlos a batir la tierra con la mayor actividad y lo continuó minorando la viveza con que de aquella jugaban por la mañana sus baterías contra nuestros navíos y San Luis sin oposición alguna. Hirieron por segunda vez este día al Capitán del San Felipe y dice Forbes:
“no pudiendo nuestros navíos conseguir nada se vieron precisados a retirarse”.
William Forbes
El 5 de abril desde el amanecer jugó sus batería de tierra vigorosamente el enemigo contra el fuerte y los navíos, no usando el principal más que dos cañones por tener ya desmontados los demás ni haciendo nuestros navíos fuego alguno en todo el día, tanto por haberles quedado pocas balas cuanto porque no pudiendo ser sostenidos por San Luis ni por Abanicos creyeron tener combate al siguiente día con la escuadra mediante haberse levado para estas cercanías hoy a las 9 y haberle faltado el viento, a cuyo fin reservaron las municiones.
Ataque británico a Cartagena de Indias. Obra del pintor Luis Gordillo
Quedaban en la ensenada de Abanicos dos navíos y un paquebot asegurando la provisión de aquellas baterías y a las 4 de la tarde se vieron ir a dicha ensenada todas las lanchas enemigas cuyo movimiento se entendió con la finalidad de abrir canal en la estrecha garganta del Varadero para pasar al puerto y atacar por la espalda la batería de San José o cortarnos para tomar la retirada. A las 4 y media de la tarde se acabó de desplomar la brecha de San Luis quedando totalmente perfecta y accesible a la caballería (si la hubiese) e inmediatamente se vio venir al enemigo por la playa marchando en dos columnas con todo el grueso de su ejército.
La guarnición de dicho fuerte se componía de ciento setenta hombres de infantería destacados de la de Cartagena, de algunos condestables y artilleros de las brigadas de Marina, y doscientos marineros destinados para el servicio de la artillería, y faltaba en dicho fuerte tierra y cuanto se necesita para hacer las reparaciones y defender la brecha, para que siendo la determinación del Virrey el reforzar la plaza y reunir en ella aquella gente y la de los navíos, tenía dadas las ordenes y providencias para retirarla aquella noche, por lo que no era la determinación el esperar asalto, y advirtiendo donCarlos de Hernán que en dicho estado no podría resistirle, llamaba para capitularse, la cual desatendió el enemigo siguiendo en avanzar, lo que advertido por la gente que se contempló indefensa forzó la puerta poniéndose en desordenada fuga, la cual hubieron de secundar el mencionado comandante y demás oficiales que procuraron impedirla con las armas y habiendo entrado el enemigo por la brecha sin oposición, arboló su bandera en dicho fuerte.
Nuestros navíos estaban prevenidos para dejarles a pique en caso necesario, y a dicha hora acababan sus comandantes de recibir la orden para ejecutarlo y retirarse cuando llegase el caso extremo de abandonar el fuerte, a cuyos se les decía vendrían embarcaciones suficientes, más viendo las tripulaciones que faltaban estas, temiendo el no caber en las de los navíos solamente, o bien movidas del impulso que imprime la poderosa fuerza del ejemplo al ver fugitiva la guarnición del fuerte y a aquel que era su apoyo convertido en riesgo, se empezaron a embarcar desordenadamente las del San Carlos y Galicia, cuyo ejemplo siguieron las demás en igual forma, pero habiendo acudido los capitanes y oficiales, los contuvieron y repartieron en las lanchas y botes, logrando ordenarlos de tal suerte que no sólo no quedó hombre alguno en los navíos San Carlos, San Felipe y África, sino que también en el último desembarcaron en brazos todos los heridos que había en los tres anteriores días.
Abrieron los agujeros al San Carlos y al San Felipe, pegando fuego al mismo tiempo a las obras muertas de popa de este ultimo navío. El capitán del San Carlos disparó nueve cañonazos contra el fuerte y el África todas sus dos andanas de artillería, al mismo tiempo que otros dos cañones dispuestos para echar el navío a pique en la bodega, habiendo sido el conjunto de esta tripulación el último que se vio desatracar de su navío respectivo.
Al mismo tiempo, se retiró la guarnición del San José en canoas prevenidas por su comandante, y no obstante que el Galicia tenía más embarcaciones que los otros entre las suyas y las de los marchantes, sin saber el motivo quedaron en aquel su capitán don Juan Hordan, el de fragata don Lorenzo Alderete, el alférez don Juan Domingo Ordosgoiti, cuarenta y seis hombres de infantería, un primer piloto, un primer y segundo condestable, un contramaestre y cuatro marineros por falta de embarcación, a los cuales hicieron prisioneros los enemigos a las 2 de la noche, y por no haber podido liberar a los mencionados ese fue el motivo de no haber echado este navío a pique.
Hicieron fuego sobre nuestras embarcaciones los dos navíos desde la ensenada de Abanicos y las baterías de tierra sin hacernos daño alguno. Llegó el Virrey con esta coyuntura con gran porción de embarcaciones que traía desde Cartagena para retirar las guarniciones de aquellos puestos y navíos aquella noche, en consecuencia de la resolución tomada, y se embarcó sobre ella la del fuerte San Luis. Vieron hundir el África, luego el San Carlos, y después arder y volar el San Felipe, al igual que la fragata Jardín de la Paz (almacén de pólvora) a quien Félix Celdrán le pegó fuego y dejamos la marinería en los navíos de la Boca nueva y la infantería en el Castillo Grande, desde el cual se retiró por tierra a Cartagena.
Blas de Lezo. Museo Naval de Madrid
En los días intermedios que no se hace mención ha sido desigual el fuego de una y otra parte, y ordinariamente vino por los días y lento por las noches. Aunque distintas noches y días ha dirigido el enemigo sus bombas a nuestros navíos ninguna ha puesto dentro de ellos y sólo algunas de ellas en los costados y muchas en sus inmediaciones. Aunque en los días de los combates por la mar se confundió la cuenta de las bombas tiradas por los enemigos que exacta se llevaba por los centinelas no obstante, a cien más o menos, se computan 5.800 bombas y granadas reales disparadas contra nosotros en los 17 días de aquel sitio, además de algunas ollas de fuego y flecha de las cuales usaron contra todos los navíos, los dos últimos días cayó daño de ilícita ofensiva, no tuvo consecuencia habiendo sido atajada fácilmente.
Por cuatro o cinco veces han atacado algunas partidas nuestras las avanzadas de los enemigos y siempre se han retirado aquellos bajo el cañón de sus navíos. Aunque se ignora la gente que fue al avance del San Luis se sabe que fue aún más que todo el ejército de tierra, porque nos dice Forbes que el primero de abril se desembarcó el regimiento de Bland y parte del de Lord Cavendish para reforzar el campo, no obstante que era sólo su destino el servir en la Marina, por lo que el brigadier general Wentworth revisó mucho el darles la alternativa con los demás del ejército de aquí. Todos los días del sitio se han visto a la vela distintos navíos de la armada enemiga mudando el lugar de fondeo y otros fingiendo maniobra de marcharse, con el fin de tenernos en alarma al reconocer nuestras defensas y al de abrigar sus trabajos de tierra con el cañón de aquellos, cuyos dos primeros jefes nunca han entrado en acción, ni se ha visto su comandante general en Bocachica hasta el día del avance.
Puede decirse en verdad que nuestros navíos fueron batidos todos los días de la acción de mar y tierra, en que se notan dos baterías oblicuas contra aquellos desde la tierra y boca de este puerto y otras perpendiculares en las que fueron mal dirigidas al fuerte de San Luis desde la mar (terribles todas) a más del fuego respetable de morteros. A bordo estas como quiera que no se desmontaron las maderas era resolución constante el mantenerlos sobre el agua, cuyos conductos cerraban tapabalazos abundantes el paso que la bala enemiga les abría. Hasta llegar el caso de faltar las defensas de tierra que les sostenía contra la numerosa armada inglesa, en quien se notan las ventajas de relevos cada día de combatientes y navíos, cuando los nuestros y su gente siempre fueron los mismos.
Ataque inglés a Cartagena de Indias. Autor desconocido
En todas las funciones del expresado sitio ha habido sólo 50 muertos y 356 heridos de nuestra partes, entre los fuertes y los navíos. Se ha observado tener el enemigo en tierra no malos ingenieros, pero poco diestros bombarderos y artilleros, su tropa bien disciplinada aunque no aguerrida, en mar buenos navíos, buenos artilleros, audaz marinería, y aquella desigual destreza que se encuentra entre todas las naciones para operar en guerra notada en los navales movimientos siendo de aprobar los de los navíos que batieron las baterías de Santiago y Abanicos, la del que cubrió la bombarda (referida al 21 de marzo) y la del Comandante Lestock por su arresto y no desigual conducta los de los que se notan empeñados con mala consecuencia, los que aferraron las gavias para andarse al tiro en que se arriesga gente y dificulta la salida sin que lo apoye el quitar el blanco al enemigo, ni la fuerza del viento porque con él nunca se debe batir siendo fresco. Los que llevaron sus coderas en las lanchas al San Luis presentaban su popa a la batería de Abanicos, la cual por parte flaca y del timón debemos resguardar para evitar infaustas consecuencias en mar y tierra, se advierte en fin en el enemigo la vana confianza más no es este el primer error en que se había estudiado el escarmiento.
La noche del 5 al 6 de abril se espiaron a los canales de entre Castillo Grande y Manzanillo los navíos Dragón, Conquistador, y el de Trechuelo acabando de ocupar aquellas adonde ya se hallaban todos los marchantes de los galeones al fin de echarlos a pique para tener distante al enemigo e impedir que pudiesen batir la plaza con su armamento.
Los días 6 y 7 entró parte de la armada inglesa a Puntal y Perico y se dividieron en piquetes de cincuenta hombres las siete compañías de marina que hicieron la guarnición al mando de Félix Celdrán, agregando a aquellas los oficiales sueltos de marina y las demás tripulaciones se destinaron al servicio de la artillería y los trabajos.
El 8 se echaron a pique en los canales dichos marchantes que mandó sus obras muertas sobre salientes del agua para ver que se iba acercando el enemigo y no los dos de guerra nombrados Dragón y Conquistador, quienes tuvieron las ordenes de hacer hasta la última defensa contra la armada enemiga acompañando lo que debía practicar el Castillo Grande a cuyo fin pasó a bordo el comandante Blas de Lezo a exhortar a la tripulación de dichos navíos. Se llamaba por ironía Castillo Grande y Santa Cruz por nombre propio un fuerte cuadrado regular el cual constaba de ocho cañones. Tenía un foso de agua por dos lados circundado de la tierra con su grasa arruinada sin estacada ni esplanada, al cual llegaba un bosque de manglar y por la parte del puerto que miraba a la plaza (como quien dice al revés) se hallaba reforzado aquel frente una falsa braga compuesta de diez cañones. Había en él treinta cañones del navío San Felipe además del de su dotación que se encontraban despreciables por corridos del tiempo situándose en la península que sale desde la puerta de Santo Domingo, de esta plaza, hasta la boca nueva distante al tiro de cañón, y enfrente de él, al otro lado del puerto, se hallaba un reducto sin artillería nombrado el Manzanillo.
Con los navíos semihundidos quedaba tapada el canal al Manzanillo y parte de el de Castillo Grande, el cual debían acabar los dos navíos y estando expuestos a ser remolcados o abordados por navíos, por no tener otro apoyo que la débil defensa de aquel fuerte para tan numerosa armada enemiga, y contemplando que la flaqueza de Santa Cruz podía hacer defensa de poca duración, porque el fondo permite llegar a los navíos más grandes a tiro de pistola, lo que podría ser motivo de inevitable tropelía a los navíos nuestros sobreponiendo la importancia de impedir la entrada a los navíos enemigos para atacar la plaza, se determinó el echarlos a pique; Se ejecutó la noche del 10 al 11, abandonando al mismo tiempo el expresado fuerte de Santa Cruz, en el cual quedo clavada la artillería de San Felipe, y se retiraron a la plaza las municiones y pertrechos, excepto ochenta barriles de pólvora que se echaron en su aljibe.
El 11 se apoderaron los enemigos de dicho fuerte y el reducto del Manzanillo arbolando en él primero su bandera y disparando algunos cañones contra las murallas del barrio de Getsemaní, y fue entrando su armada a las inmediaciones.
Ataque inglés a Cartagena de Indias. Autor desconocido
El día 12 se arrimó un navío al Conquistador y habiéndolo movido lo perfiló con el canal en que no quedo a pique, sino es flotante por la falta de su lastre cuyo peso no bastó a suplir su artillería puesta en la bodega excepto nueve cañones que se le habían quedado en batería y por el sitio que ocupaba entraron dos bombardas a las inmediaciones de la plaza.
El 13 a las 10 de la mañana empezó a bombardear la plaza el enemigo con dichas dos bombardas, y habiendo movido más el Conquistador entró un navío de 60 cañones y otras fragatas las cuales se fueron situando junto a las costas de Gracia y Manzanillo.
Los siguientes días 14 y 15 los batieron nuestros piquetes avanzados en aquellas orillas. El 16 a las 4 de la mañana el ejército enemigo hizo un desembarco en las costas de Gracia y Manzanillo, abrigándolo con el navío referido, un paquebote y tres fragatas que hicieron continuado fuego a tierra. Marchó en dos columnas, hacia la quinta en cuyo paso se le presentó una partida de las nuestras a darle una descarga. Desde Gavala hasta la quinta se hallaban apostados ocho piquetes nuestros, y siendo el primero de la izquierda la Compañía de Granaderos del Batallón de España dio su descarga a la primera columna, pero habiendo sido respondido por aquella se desordenó poniéndose en precipitada fuga y no obstante que los demás piquetes hiciesen también fuego sucesivamente siguieron también aquel primer ejemplo sin método de guerra, si bien les era imposible retirarse en orden a causa de la mucha metralla que aquel paquebote despedía sobre ellos. Así mismo, por la desigualdad tan grande de enemigos, como por no haber en dicho sitio, tierra levantada, ni en otra parte alguna de aquel campo siguió marchando el enemigo sin descomponerse, ni picar la retaguardia, y aquella noche quedo acampado en la quinta y sus avanzadas en el campo de Lozano.
El 17 ocuparon los enemigos el cerro de la popa y arbolaron en aquel convento su bandera. La noche del 17 al 18 atacaron los enemigos nuestras avanzadas, las que se retiraron por orden que tenían para llamarlos bajo la artillería de San Lázaro, lo cual no pudieron conseguir por no haber querido seguir el alcance el enemigo.
El 18 al amanecer atacaron los enemigos un piquete y setenta milicianos que había en la Cruz Grande guardando el paso a la boquilla y habiendo ganado el enemigo dicho puesto, pegó fuego dejando intacta la trinchera. Habiéndolo abandonado, inmediatamente lo volvieron a ocupar los nuestros. El 19 volvió el enemigo a atacar Cruz Grande y fue rechazado dejando en el campo quince muertos y un negro prisionero.
Se llama San Felipe de Barajas (y por la inmediación del Hospital de Lazarinos) el castillo de San Lázaro, un pequeño fuerte irregular situado sobre un cerro que se extiende desde enfrente del baluarte de Santa Catherina de esta plaza, hasta enfrente el fortín en media luna por la parte de tierra, pero aunque dicho fuerte tiene fortalecido el artificio hasta hacerle inexpugnable con distintas cortaduras, baterías y trincheras que forman obras exteriores en la montaña cuyo terreno es favorable para los trabajos. La noche del 19 al 20 de abril a las tres y media de la mañana atacaron los enemigos San Lázaro en dos columnas, dirigiendo una de ellas sobre el mismo cerro a un terraplén que entonces tenía solo un cañón, y la otra columna a una batería situada debajo del opuesto frente del fuerte. Al mismo tiempo, batían a dichas baterías con el navío de 60 cañones arriba mencionado y las bombardas, y en ellas se hallaba sólo cuatro piquetes de la marina y tierra. Fue rechazada fácilmente la columna que atacó la batería baja, la cual se incorporó después con la que operaba contra el terraplén, a la que hicieron extraordinario fuego por pelotones sucesivos, graneando el fusil en las intermisiones y volviendo a cargar a la retaguardia, la cual cubría del fusil y el cañón de dichas líneas, una quebrada que forma dicho cerro, que fue por donde subieron a atacarle este el que hubiere visto avanzar de este modo.
Castillo de San Felipe de Barajas. Cartagena de Indias
Se retiraron a dichas cortaduras tres piquetes apostados, y con un fuego continuo de fusil y del cañón de San Lázaro y de algunos de la Plaza que enfilaban en parte la quebrada, resistieron por tres horas y media dicho avance en que se vio horroroso fuego de una y otra parte. Venía una tercera columna por la playa a reforzar las columnas y habiendo sido batidas de la artillería de dicho fuerte fue toda desordenada, no obstante que se mantuvo retirada entre el canal en pelotones. Había como mil hombres de esta guarnición apostados en el fortín y media luna, y habiendo destacado cuatro piquetes de estos a reforzar el cerro sin dar tiempo a que operasen, se puso en precipitada fuga el enemigo, al cual siguieron los nuestros hasta la quebrada de la montaña, no habiendo tenido por conveniente el continuar mas adelante Melchor Navarrete y el Gobernador de esta plaza que mandaba las líneas.
Obró este día la piedad y política española y en hombros de los nuestros se retiraron a nuestros hospitales sesenta y cuatro ingleses heridos, trayendo entre ellos un capitán de Granaderos, dos tenientes (uno de los cuales fue el citado Forbes), y un cadete de casa distinguida. Además se tomaron treinta y uno prisioneros entre los cuales algunos marineros distinguidos por su vestimenta y sus sombreros. Hallaron en dicho sitio 400 herramientas de zapadores que constaban sólo de palas y zapas, picos, distintos sacos de lana y manteletes, siete cajas de guerra, 700 armas, muchas ropas, y casi igual número de birretinas en que a distinción de los distintos cuerpos se leían los diferentes motes que se siguen: hic murus à henerus, esto, fac et espera, perseverando, per mare, per terran, por lo que se deduce que allí perdieron la mayor parte de los granaderos. Al poco rato y mientras se retiraba a la plaza lo expresado, hizo llamada el enemigo pidiendo se le dejase retirar los heridos y muertos, lo cual fue concedido bajo la condición de haberlos de retirar en la playa donde los fueron bajando nuestra gente, y se les entregaron trescientos sesenta y uno cadáveres al tiempo se les aseguraba que sus heridos retirados tendrían la mejor asistencia, como efectivamente se hizo.
De nuestra parte hubo sólo catorce muertos y veinte heridos este día. Dijeron los prisioneros en orden al número de gente que fue a avanzar al Cerro asegurando algunos que eran 23.200 hombres de infantería y hasta 4.800 entre marinería y negros, y otros que fueron 3.200 hombres de tropa y algunos negros solamente. Es mas verosímil lo primero por la cantidad de marineros que entre los prisioneros hemos visto. Por otros prisioneros y desertores se supo después que perdió el enemigo 600 hombres este día entre muertos y desaparecidos y que llegaba hasta 1.100 hombres el número total de muertos y heridos, contando entre los muertos al coronel Grant, comandante de la acción de este día y hasta veintitrés oficiales inclusos los que tuvimos prisioneros, que murieron todos. Desde este día se procuraron perfeccionar las cortaduras del cerro haciendo algunos reparos y trabajos nuevos, y se montó en aquellas toda la artillería que es posible tener.
Estatua dedicada a Blas de Lezo en Cartagena de Indias.
El 21 se vio tiraba una línea el enemigo desde el Cerro de la Popa al mar para cubrir su campo, haciendo dentro de ella su cabeza de playa para la artillería que empezó a desembarcar el 22. La noche del 22 al 23 empezaron a actuar dos morteros desde dicha línea al cerro de San Lázaro.
El día 23 hirió una bomba a don Melchor de Navarrete en dicho cerro, gobernador interino de esta plaza, con el mayor desvelo se había mantenido mandando el todo fuera de ella, y en su lugar pasó a lo mismo don Félix Celdrán, quien fue relevado por don Juan Ovando, aquel por don Ignacio de Salaberria, y este por don Pedro Sans, volviendo a empezar el círculo el primero el cual se ha continuado hasta el 21 de mayo por dichos capitanes de navíos.
El 25 bombardearon los enemigos con otros dos morteros de bombas desde la Isla de Manga contra el cerro.
El 26 llevaron los enemigos nuestro navío Galicia a las inmediaciones de la plaza y el 27 al amanecer empezaron a batir con él las murallas del barrio de Getsemaní y sus baluartes, lo que continuó con el mayor vigor hasta la una del día que no pudo resistir nuestro fuego desde la Plaza. Picó entonces sus cables y con la brisa se fue a varar en el bajo de entre Castillo Grande y Manzanillo. El mismo día se vio embarcar la artillería al enemigo, notamos que bombardeaban con solo un mortero que estaba dando fuego a algunos navíos de la armada y finalmente suspendieron el fuego las bombardas, saliendo la parte de fuera del Castillo Grande, siendo todo señales de embarcar y de partir.
La noche del 27 al 28 se embarcó el ejercito enemigo y el 28 al amanecer estaba su campo abandonado, el cual fue ocupado por los nuestros inmediatamente, tomándose en él algunos prisioneros, entre ellos el jefe de los negros (que era blanco), y se hallaron algunas armas sueltas y un cajón con granadas de mano, un barril de pólvora, dos de cartuchos de fusil y otros cajones, dos barriles de alquitrán, 800 útiles distintos de gastadores, ollas de campaña, y tiendas, algunas cajas, ropas y otros equipajes, por lo que se deduce que se embarcó precipitadamente al llegar el día.
A las once del día vino un bote a parlamentar pidiendo el canje de los prisioneros, y habiendo vuelto el 30 con algunas lanchas trajeron setenta y uno españoles con el alférez Ordosgoiti apresado del navío Galicia, siendo la mayor parte de los apresados en las embarcaciones, en cuyo cambio se les enviaron sesenta y seis prisioneros de su tropa, incluyéndose entre ellos veintiocho heridos, que fueron los que vinieron solamente de los sesenta y cuatro que se dijo que se habían retirado el día 20 en el ataque del cerro, y se estipuló que se debía completar la desigualdad del número de prisioneros a favor de la parte que quedase acreedora de los que se hubiere hecho en otra parte ó que se hiciesen.
El mismo día 30 pegaron fuego al Galicia y al Conquistador, y consumió aquel las obras muertas que de entre ambos sobresalían sobre el agua. En los días que no se hace mención, y en los demás desde el 13 al 27 de abril (inclusive) no han cesado las bombardas sobre la ciudad día y noche, aunque con fuego desigual y lento por las noches, en cuyo tiempo se regula que de aquellas y de los morteros de tierra habrá tirado el enemigo unas 2.800 bombas y granadas, cuyo efecto y ruina ha sido de bien poca consecuencia.
En todas las ocasiones, combates del Galicia y bombardeo durante el sitio de esta plaza sólo hemos tenido 64 muertos y 110 heridos. Por la variedad de informes nunca ha podido saberse a punto fijo la gente de desembarco que traía el enemigo. La más verosímil noticia que se ha hallado fue una lista firmada por don Harry Blahunsy, mayor general del Ejército que contenía la gente de él desembarcada, nombrando los siguientes diez batallones: 1º Harrison, 2º Wentuorthes, 3º Wolfs, 4º Robinson, 5º Louthers, 6º Winyardes, 7º Grants, 8º Mortons, 9º B. Gooch, 10º B. Gooch. A los cuales se añaden los dos regimientos de Bland y Lord Cambedich, que Forbes dice vinieron destinados a servir en la marina. 800 Hombres que dicen trajeron de la guarnición de Jamaica, 160 artilleros y bombarderos que se hallaron nombrados en otra lista, y 3.200 hombres que de las colonias francesas llegaron a Jamaica desde Virginia y Carolina, además de toda la gente de las embarcaciones del asiento de negros por cuya cuenta se ajusta de 14 a 16.000 hombres de desembarco, suponiendo cada batallón de 800 hombre, aunque algunos desertores dijeron que eran de 1.000.
Blas de Lezo en Cartagena de Indias. Obra de Augusto Ferrer Dalmau
Concuerdan todos en que dicho ejército y armada padecieron enfermedades graves en su viaje desde Inglaterra en el que murieron al menos 2.000 hombres. Afirman que en los ataques de Bocachicaperdieron 700 y entre ellos el ingeniero en jefe Mouzes, y que con estos los perdidos en el ataque a San Lázaro más los muertos de enfermedades, sumaban 5.000 hombres los que faltaban desde el 15 de marzo en que llegaron a este puerto hasta el 30 de abril en que hicieron esta deposición sus desertores más sensatos, asegurando ser la falta de gente el motivo de levantar el sitio.
Desde el primero de abril habían empezado a salir algunos navíos y embarcaciones del convoy del enemigo, lo cual continuaron en hacer en distintos convoyes hasta el 20 de mayo en que salió con el último, el capitán en jefe Lestock, y habiendo llevado la cuenta de barcos desde el Cerro de la Popa don Bartolomé de Montes, salieron de este puerto 186 embarcaciones de las 195 que entraron, y tan solo dos navíos de tres puentes y uno de 70 cañones.
Hallamos demolidos los fuertes y baterías de Bocachica, Castillo Grande y Manzanillo, y el canal de dicho Castillo Grande despejado en parte tras retirar al semihundido Conquistador, y el deBocachica libre totalmente, quedando en este último las ruinas de nuestros navíos San Felipe y las de dos navíos de los enemigos a quienes pegaron fuego, los cuales supusimos eran los que atacaron en Bocachica, que debieron de quedar inútiles de navegarse y por ello habían sido incendiados.
En las ruinas del fuerte de San Luís se hallaron dos cintas en que se leía en la latín lo siguiente:
en predatio vestra que previti duxit
Aquí vuestro pillaje puesto en evidencia
Se halló al mismo tiempo cubierto de cadáveres el puerto, y dimos respuesta muda a las cintas despegando los labios solamente para dar risas, siendo felicidad que un sitio de tan poderoso armamento se concluyera en risa.
https://laviejaespaña.es/la-heroica-...gena-de-indias
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)
Marcadores