Re: Demasiado poco Castilla
En mi opinión, y es sólo eso y basada en una impresión personal obtenida de escuchar comentarios aquí y allá así como producto de leer comentarios más o menos sacados de contexto o puestos "ad hoc" según conviene, con la autonomía madrileña se ha pretendido -y supongo que en los conciliábulos sigue siéndolo-, la antesala de una "capitalidad federal" de un Estado todavía inexistente, pero al que toda la patulea libero-marxistoide tiende. Obviamente, tienen que inventar una federación sobre la base de una división político-administrativa totalmente falsa y artificial, hacerlo sobre la base histórico-geográfica de la realidad hispana para ellos sería como suicidarse, sencillamente, su existencia como grupos políticos, como "lobbies" masónicos dejaría de tener sentido. Así pues, es la imagen de la anti-España, justamente lo opuesto no al centralismo, sino a la España Católica.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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