El Castañar de Casillas, el Tiemblo y la Adrada
A unos cincuenta y tantos kilómetros de Madrid, camino de Plasencia, por la carretera que transcurre por Gredos. Nada más entrar en la provincia de Ávila, ya casi en el Valle del Tietar, encontramos un desvío que nos conduce a la localidad abulense de Casillas. Nada más pasar el desvío que conduce a la presa, nos adentraremos en un frondoso bosque de castaños que nada tiene que envidiar a otros bosques muy similares, si no idénticos... existentes en nuestra geografía más norteña, atlántica o cantábrica.
El recorrido transcurre durante algunos kilómetros bajo la umbría regalada por esta magnífica arboleda centenaria. Siempre que paso por allí, me recuerdo a una bella carretera que une el Valle de Cabuérniga con la localidad santanderina de Reinosa, antes de subir al Puerto de Palombrera, en plena reserva natural del Saja-Besaya. Otras zonas recuerdan a tierras gallegas... En cualquier caso, seguimos estando en tierras de Castilla, y a menos de sesenta kilómetros de la capital de España.
Así de magníficos son estos parajes que nos muestra esta bella carretera que transcurre por tierras de Ávila, justo al comienzo de la sierra de Gredos.
Una vez llegados a Casillas, nuestro recorrido transcurrirá, si así se desea, desde el mismo centro del pueblo, tomando la carretera que nos lleva a Sotillo de la Adrada, cruzando una zona de pinares silvestres y unas pequeñas instalaciones deportivas municipales, hasta adentrarnos de nuevo en el bosque. Veremos que abundan los robles y los castaños, muchos de ellos centenarios, en una senda que un par de kilómetros después nos conducirá hasta los prados que rodean a la vieja ermita, hoy convertida en zona de recreo para visitantes y lugareños.
Desde allí, caminando hacia el este, y dejando al oeste el pueblo de Casillas, nos encontraremos con el antiguo camino del Tiemblo. Siguiéndolo entre castaños, pinos y robles alcanzaremos primero el collado de la Archivilla para llegar posteriormente a la cuerda principal de Gredos en el Collado de la Hiedra.
En los troncos de los robles que hay junto al collado veremos escaleras de madera por las que se sube a puestos de caza de palomas. Desde estas atalayas hay una buena vista de la Garganta de la Yedra. Por el mismo camino que veníamos siguiendo comenzamos a descender hacia el norte hasta llegar a un refugio de piedra abovedado.
Si se desea ampliar las imágenes, se puede pulsar sobre ellas...
Estamos en el corazón del castañar observando ejemplares verdaderamente impresionantes de esta especie arbórea. Un poco más abajo está la zona recreativa "El Regajo" a la que se puede acceder en vehículo desde el Tiemblo.
Desde allí podemos subir por la pista que lleva a la Era del Corcho, pasando junto a uno de los más emblemáticos castaños de este paraje.
Si se visita en otoño, más o menos durante el mes de noviembre, se puede regresar a casa cargados con un buen puñado de castañas. Ojo con los lugareños que, lógicamente, se mosquean... Todos estos árboles son del pueblo y viven de ellos. Por lo que yo os recomiendo que, de vuelta al pueblo, le compréis un par de kilos de castañas (que son buenísimas las de esta tierra) a las señoras que ponen sus puestos a las puertas de sus viviendas. No salen caras... mucho más baratas que ir a comprarlas al supermercado de la esquina. Y muchísimo más frescas y sabrosas.
Es una magnífica ruta de montaña que no hay que perderse antes de reposar con nuestros huesos en la tierra.
Si alguien desea más información, puede visitar cualquiera de estas dos páginas:
Ayuntamiento de Casillas
Página de turismo de Casillas
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Un saludo
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