Existe una clara campaña de desprestigio contra Anglada y su partido. Algo inusual porque, si dicho partido careciese de expectativas, no haría falta ensañarse con él de esta manera, se le ignoraría simplemente.
Ello demuestra que supone un peligro para los apesebrados, una bomba de relojería que, con su programa, los disolvería para ocupar su puesto y eliminarlos del panorama político.