Casal de Catalunya
Ser independientes
Nota escrita per el president del Casal de Catalunya de Buenos Aires, Josep Puig, en castellà per fer difusió a l’Argentina del desig històric de Catalunya per ser independent./ Nota escrita por el presidente del Casal de Catalunya de Buenos Aires, Josep Puig, en castellano para hacer difusión en Argentina del deseo historico de Catalunya por ser independiente.
Por Josep Puig Boo
16/09/12 - 02:21
El 11 de septiembre en Catalunya se recuerdan, conmemoran y celebran varias hitos de la humanidad. Los catalanes recordamos la
pérdida de la independencia en 1714.
A muchos esa expresión les resultará insólita ya que poco se conoce de Catalunya. Como todo territorio europeo tuvo sus idas y vueltas. Sus primeros colonos se fueron aglutinando con otras culturas e hicieron nacer una nueva identidad. Catalunya fue el lugar de asentamiento griego desde el siglo VI antes de Cristo, luego fue puerto romano hasta que en el siglo IX, de la mano Carolingia, se conforma la organización feudal franca, que a fines del mismo siglo, funda la dinastía nacional catalana rigiendo los destinos del país por cinco siglos.
El infortunio de la no descendencia del Martín el Humano, hace que una rama Castellana se introduzca en Catalunya. A pesar de ello, siguieron estando vigentes las leyes que se habían promulgado y las instituciones parlamentarias que ya estaban de la mano del florecimiento del idioma.
Suceden varias revueltas provocadas por varios reyes absolutistas, en las que el pueblo catalán defendió su identidad e idiosincrasia,
llevándolos a ser considerados extranjeros y por ello
no les fue permitido ser colonizadores de América, –cosa que nos alegra
ya que no se participó de esa barbarie–.
En 1714 el resistirse a la política uniformadora de Felipe V y reconocer a Carlos de Austria como soberano, le costó a Catalunya un proceso de asedio de ocho meses en Barcelona, finalmente, el pueblo catalán, cae un 11 de septiembre de la mano de las tropas castellanas y francesas, debido a que sus aliados,
los ingleses y Carlos de Austria no se hicieron presentes y abandonaron al pueblo catalán a su suerte.
Esta sucinta historia demuestra que la identidad catalana consta de más de 1200 años y que en ellos
sólo casi 300 fueron los que se viven bajo el dominio foráneo.
Desde el Siglo XIX con el renacimiento catalán se viene gestando una fuerte impronta de
sentimiento nacional, que en estos últimos años se vive con mayor intensidad debido a los agravios del poder central en el uso del idioma.
Hoy en día,
políticos de la Unión Europea piensan en la posibilidad de una Catalanya independiente. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha admitido por primera vez que:
“en el caso hipotético de una secesión de Catalunya, la solución se tendría que encontrar y negociar en el marco legal internacional”. Afirmación que hace unos años atrás no existía.
Nos vemos envueltos en un mundo donde cada vez más las minorías culturales necesitan ser reconocidas y aceptadas desde su particularidad e independencia.
En Québec acaba de ganar la postura independentista y Escocia camina por el mismo rumbo, esto se comprueba en la sentencia del Tribunal Internacional de Justicia de las Naciones Unidas sobre la
independencia de Kosovo y las convenciones de Viena de 1978 y 1983.
Ser independiente en el caso catalán, sería volver a recobrar las libertades para poder mostrar al mundo una cultura milenaria que lo enriquece desde su peculiaridad. Es un error pensar que la globalización significa uniformidad y conlleva a que las culturas preponderantes ahoguen a las pequeñas. Necesitamos de la diversidad cultural para que enriquezca a un mundo que necesita ser mejorado.
*Presidente del Casal de Catalunya de Buenos Aires.
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