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Saludos cordiales.
Solicito encarecidamente información sobre Josep Dencás y «Estat Català».
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«Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.
Gracias Kontrapoder, sinceramente.
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Según José Peirats, uno de los objetivos de la Esquerra era neutralizar la poderosa influencia de la CNT en Cataluña, organización que por su carácter internacionalista constituía un obstáculo para los planes separatistas de los nacionalistas catalanes. ERC incluso llegó a formar una organización específicamente obrera y catalanista, la Federación Obrera Catalana (FOC), rival de los «murcianos» de la CNT pero fracasó. Entonces el catalanismo de «izquierdas» empezó a difundir la idea de que el anarcosindicalismo era algo extranjero, de importación. Peor aún: cuando la II República le concedió competencias en orden público a la Generalitat los nacionalistas, en el gobierno autonómico, formaron un cuerpo parapolicial integrado por miembros de las juventudes de Estat Catalá (facción mas extremista de la Esquerra), los «escamots», que secuestraron, torturaron y asesinaron con total impunidad a no pocos militantes de la CNT y la FAI bajo el mandato del Consejero de Gobernación de la Generalitat Josep Dencás (ya advirtió el presidente Lluis Companys, según contaba el destacado militante ácrata Juan García Oliver, que a los anarquistas, especialmente a los de la FAI, había que «apretarles los tornillos»). De Dencás, por cierto, Toryho escribió:
«Dencás era un separatista que odiaba a España con fervor satánico. Poseía todos los rasgos que el psiquiatra halla en el paranoico. Con anterioridad a la República había militado en la Lliga. Luego se pasó a la Esquerra y Estat Catalá. Siendo diputado de las Cortes Constituyentes, su pueril fervor antihispánico le llevó a desgarrar con una hoja de afeitar los escudos de la República Española que había grabado en los pupitres de los escaños correspondiente a Esquerra Catalana.»
Por su parte, Joaquín Maurín, militante del POUM opinaba de este personaje lo siguiente:
«Dencás, jefe de la fracción de “Estat Catalá”, turbio en sus propósitos, no podía ocultar sus intenciones deliberadamente fascistas. Todo su trabajo de organización y toda su actividad política tendían hacia un objetivo final: un fascismo catalán. Su declaración de guerra a los anarcosindicalistas, sus “escamots” de camisas verdes regimentadas, todo eso tenía un denominador común: el nacional socialismo catalán.»
Aquí habría que añadir que Josep Dencás, había ido hasta Italia para buscar el apoyo de Mussolini para la causa catalanista, de hecho los «escamots» por él creados eran una copia de las milicias fascistas mussolinianas.
No parece, pues, que los nacionalistas catalanes hicieran un gran servicio a la II República. De hecho, siempre estuvieron conspirando contra ella como demuestra el conato de secesión de octubre de 1934, que fracasó gracias al desmarque de la CNT, que tenía pensado secundar la insurrección de Asturias pero que desconvocó todas las acciones para que los nacionalistas no aprovecharan la confusión para pescar en río revuelto. Esto hizo a la CNT ganarse la antipatía de ERC, cuya facción Estat Catalá se alió con los estalinistas del PSUC para atacar a la CNT durante los «sucesos de mayo del 37» en los que murió más gente que durante el 19 de julio del 36.
Hay que decir, no obstante, que el ejemplo de la CNT en Cataluña no cundió en buena parte de la izquierda no nacionalista. Así el estalinismo, siempre jugó con dos barajas, la centralista con el PCE y la separatista con el PSUC en Cataluña. Tampoco se salva el POUM, partido que estaba formado por dos facciones marxistas críticas con Moscú, una de las cuales, el Bloque Obrero y Campesino, había tomado parte en el intento de secesión de Cataluña en 1934. No es extraño que Trotski desconfiara de esta formación política, que nunca llegó a formar parte de la IV Internacional. De hecho, el mítico líder bolchevique describió la ideología del ya citado Maurín, dirigente del Bloque Obrero y Campesino, como «nacionalista-provinciana y pequeño burguesa» además de un «galimatías ecléctico». No es de extrañar, pues, que el trotskismo patrio posterior haya tenido tanto lastre nacionalista (recordemos que parte de una de las más emblemáticas formaciones trotskistas de la década de los 70, la Liga Comunista Revolucionaria, procedía de una escisión de ETA V Asamblea).
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