Revista FUERZA NUEVA, nº 137, 23-Ago-1969
Frente al “show” cismático
En Barcelona está incubada, y realmente consumada, a nuestro entender, una auténtica hendidura cismática. Ya nadie lo duda. Una pluma tan poco sospechosa como la de Manuel de Unciti, en “Vida Nueva”, no puede menos que confesarlo con estas palabras:
“¿Habrá que hablar de algunos “gérmenes de cisma” por utilizar aún recientes palabras de Pablo VI con referencia a la Iglesia universal? Tal vez no sea aún el caso y ojalá que nunca haya que quitar ese “aún”. Las noticias, no del todo controladas, que día a día van llegando, no son tranquilizadoras. Se habla de un pequeño grupo de sacerdotes y seglares católicos que rechaza al prelado (el “charnego” mons. Marcelo Glez.) porque su designación para la sede de Barcelona se hizo de acuerdo con el privilegio tradicional de intervención del poder civil en el nombramiento de los obispos. Ese grupo, que quiere decididamente seguir en comunión con la Iglesia universal, apela a una directa sumisión al Papa hasta que sea posible contar con un pastor propio, nombrado sin intervención de poderes extraños a la Iglesia.
Se dice que este mismo grupo desaprueba el nombramiento de los cuatro obispos auxiliares de la Iglesia de Barcelona, porque en su designación no fue democráticamente consultada la base de la comunidad eclesial diocesana. Se dice, por fin, que el llamado “Forum Sacerdotal” no ha visto con buenos ojos la reclusión voluntaria de seis sacerdotes para realizar la huelga de hambre, ya conocida; huelga que terminó el viernes día 13. La razón invocada para esta desaprobación es espectacular. Se dice que dicen que HAY QUE IMPEDIR QUE EL MOVIMIENTO DE RESISTENCIA A LA JERARQUÍA POR ELLOS ORGANIZADA PUEDA DIVIDIRSE Y FRACCIONARSE… Todo esto es mucho más que perturbador, sin duda. Si no en sus motivaciones, difíciles de enjuiciar, sí como postura de cara al futuro”.
Lo espectacular, en realidad, no es solamente todo ese berenjenal del “Fórum”, de la huelga de hambre, de los obispos auxiliares y del “aún”, que tanto puntualiza Manuel de Unciti. También es espectacular que a ese pseudo-teólogo, en un semanario que se dice católico, no le parezcan perturbadoras los motivaciones y actuación de esta secta y sus cipayos.
De hecho, nosotros creemos que el “cisma” hace tiempo que funciona con toda impunidad y conocimiento superior. Cuando el nombramiento de los obispos auxiliares se difundieron millares y millares de octavillas denunciando que tales nombramientos habían sido efectuados “sin consulta ni aquiescencia de las comunidades de fieles”. No puedo olvidarse que el antedicho “Fórum Sacerdotal” se celebró en el Seminario Conciliar, cuyos dominios deben pertenecer a su Rector, Dr. Ventosa Aguilar, al obispo Torrella -el que fue suspendido por su indisciplina en el ejercicio del ministerio sacerdotal por el Patriarca-Obispo de Madrid-, y en definitiva al Arzobispo Dr. Marcelo González Martín.
Repetimos que el “cisma” funciona, con todas las implicaciones que solamente un canonista podría deducir a efectos incluso de validez de los Sacramentos que administran y de la Misa que celebran. No serán tan ingenuos que públicamente rompan con la jerarquía diocesana y nacional. De hecho, prescinden de las mismas y actúan contra ellas. Lo más grave es que eso se conoce y se tolera sin más. Ahí está, por ejemplo, la homilía que se pronunció el 11 de junio en la parroquia de San José Oriol, con un estilo grisáceo y típicamente nebuloso pero en que se difumina la figura de la Iglesia, convirtiéndola en una comunidad sin “superestructuras cada vez más alejadas de la gente”, que para el que no es tonto se entiende bien lo que significa.
De ahí el desmayo, la desmoralización, el decaimiento de la fe en Barcelona, que ha sido entregada fríamente en el último trienio a aquéllos que, eclesiásticamente desde muy lejos, preparaban este desastre imprevisible con una autoridad eclesiástica que simplemente no hubiera sido conscientemente cómplice o inverosímilmente ciega para llegar hasta donde se han llegado. (…)
Jaime Tarragó
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