Montilla justifica que sus hijas acudan a uno de los colegios más caros de Barcelona

Redacción MinutoDigital


Ser de izquierdas es gozar de impunidad completa. Puedes hacer lo que te dé la gana, porque eres de izquierdas. El andaluz José Montilla, el político mejor pagado de España, impone el catalán en la enseñanza, en la Administración y en las relaciones con los ciudadanos, pero de la obligación quedan excluidos él y su familia. Sus hijos acuden al Colegio Alemán de Barcelona, donde aprenden español, inglés y alemán.

¿Pensó alguna vez el andaluz José Montilla que iba a ser presidente de la Generalidad catalana y que sus hijos iban a asistir al Colegio Alemán, donde estudió Jordi Pujol antes y después de la guerra civil española?, ¿pensó que iba a cobrar más de 160.000 euros anuales?

El día 19, Montilla acudió al programa Tengo una pregunta para usted. Los ciudadanos se cebaron en las diferencias entre su ideología, socialista y catalanista, y los actos de su vida privada.

A la pregunta de por qué lleva a sus hijos pequeños a una escuela privada, el andaluz respondió: “Es una opción personal”, replicó y añadió que, como presidente, su objetivo es lograr el más alto nivel para la enseñanza pública. pero, mientras tanto, sus hijos van al Colegio Alemán y así están en mejores condiciones para superar a los antiguos vecinos de sus padres.
Las hijas de Montilla así están libres de inmigrantes, de profesores incapaces, de inmersión lingüística y de falta de disciplina. ¿Por qué Montilla niega a los catalanes lo que él hace? ¿Estudian las niñas Educación para la Ciudadanía?, ¿están exentas de la prueba de catalán en la selectividad?

DOS SUELDOS PÚBLICOS EN CASA
Los Montilla son una familia que vive desde hace décadas a costa de los contribuyentes. Aparte del sueldo de José, que supera los 30 millones de pesetas, su segunda esposa, Anna Hernández, que es concejala del Ayuntamiento de Sant Just Desvern y diputada provincial de Barcelona, mete otro sueldo público en casa. O sea que el dinero, gracias a los contribuyentes catalanes, no es un problema en el hogar de los Montilla.

Otro asunto de interés fue el referido a la imposición del catalán como elemento de discriminación. Una mujer le dijo: “Se puede ser ‘president’ sin tener el nivel C de catalán, como es su caso, pero no se puede trabajar en la Generalidad si no lo tienes”. Montilla recordó que los funcionarios han de poder atender a los ciudadanos en sus respectivas lenguas. Otra invitada reprochó que el catalán sea el idioma exclusivo en la correspondencia de la Generalidad con los ciudadanos y el andaluz le precisó que la lengua catalana sigue siendo la más débil y que por ello necesita ayudas.

Montilla definió el PSC como partido “catalanista, pero no nacionalista” y no subordinado al PSOE. Insistió en que Cataluña tiene “una historia, una cultura y una lengua propias”, los argumentos habituales de los nacionalistas.

La contradicción ha molestado tanto a los catalanes que el secretario de organización del PSC, José Zaragoza compareció al día siguiente del programa en rueda de prensa para apoyar a su jefe. Zaragoza dijo que una cosa “son las opciones personales y otras las políticas”, y ha lamentado que se confunda “lo que defiende un partido y un gobierno con las opciones personales y familiares”.