JOSÉ JAVIER ESPARZA
Desde antiguo sabe el tirano que los grandes espectáculos presentan una enorme utilidad política: sirven para desviar la atención del pueblo y que no se fije en las miserias cotidianas. Por eso, ahora que ha terminado la Eurocopa, conviene hacer repaso de esas miserias. Bienvenidos a la España real.
Política económica: el IPC ha alcanzado su nivel más alto desde 1997 (el 5,1%), la bolsa sufre la mayor bajada de Europa, el Banco de España dice que el sistema de pensiones se ha hecho insostenible, las previsiones de crecimiento se hunden, la venta de viviendas baja un 32% en un trimestre, la morosidad se multiplica ¡por dos! en un año, la previsión de paro se eleva al 11% para el año que viene, el Gobierno ha subido la tarifa de la luz un 5,6% perjudicando sobre todo a las familias… Zapatero reacciona diciendo que la culpa la tienen los americanos.
Política exterior: el Gobierno español ha donado seis torpedos Mark 46 a Marruecos. Simbólico coste de la operación: un euro (o sea que el saldo es negativo, porque el transporte lo pagamos nosotros). En otros términos: el Gobierno español ha donado armas a un Gobierno extranjero que mantiene reclamaciones territoriales sobre parte del territorio nacional español (Ceuta y Melilla). Es de aurora boreal. Las terminales del poder se han apresurado a subrayar que esos torpedos están viejos. Ya, ya: eso dijeron los romanos cuando vieron los andrajos de los hunos. Es una cuestión de principio: no engordes a quien puede ser tu enemigo, porque engordándole no le convertirás en tu amigo. Ojo.
Inmigración: el Gobierno español se ha metido en un lío formidable por pura demagogia. Primero arremetió violentamente –hasta el punto de crear un conflicto diplomático- contra países que, como Italia, se disponen a endurecer su política de inmigración. Al mismo tiempo, defendía –Zapatero mismo lo hizo- las nuevas medidas de la Unión Europea para controlar la inmigración ilegal. Y también al mismo tiempo, reunía a los embajadores iberoamericanos para decirles que la política de inmigración española no va a cambiar (o sea, que aquí va a seguir entrando quien quiera). Y además, por supuesto al mismo tiempo, nuestro Gobierno anunciaba una reunión con Francia para definir una política de inmigración, reunión que acabó en fiasco. ¿Tiene el Gobierno español una política de inmigración? No, pero la laguna la ha tapado la Eurocopa.
Política interior: la Fiscalía, dependiente del Gobierno español, ha pedido que se archiven las actuaciones por el hundimiento del barrio del Carmelo, en Barcelona. ¿Recordamos? Una flagrante negligencia, compartida al parecer por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat, provocó el hundimiento de un barrio entero a consecuencia de unas obras del ferrocarril. Tras varios meses intentando escurrir el bulto, los capitostes de la pomada catalana callaron las voces de los afectados llenándoles la boca de billetes y presionándoles –“una oferta que no podrás rechazar”- para que se retiraran de la causa. Lo hicieron. Ahora, la Fiscalía aduce esa retirada para enterrar el asunto. ¿Y las responsabilidades políticas? Esas no existen en la España de ZP.
Política interior bis: el Gobierno español se ha abstenido de intervenir en el caso de corrupción del Ayuntamiento de Estepona, cuyo alcalde, socialista, ha sido pillado con las manos en la masa. Contrariamente a lo que ocurrió en Marbella, que se convirtió en asunto de política nacional –porque al Gobierno socialista le convenía, hasta que dejó de convenirle-, en Estepona no habrá intervención de la Administración General del Estado. Tampoco de la Junta de Andalucía, que ya acumula bajo las alfombras varios estratos de porquería, sólo comparables a un vertedero del bajo imperio romano. Pronto se nos dirá que Estepona no existe.
Podríamos seguir con cosas como lo de Ibarretxe, pero no vale la pena: todo esto, y otras cosas más, es lo que ha pasado en España mientras la población mantenía la vista puesta en la Eurocopa.
A despertar, señores: la Eurocopa ha terminado, vuelve la realidad.
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