El el CCCB han inagurado una exposición sobre el fenómeno de la delincuencia en los años ochenta. Intenta, como no, comparar la situación actual con la herencia del franquismo. Pero la verdad, les ha salido rana, porque ahora el fenómeno de la violencia juvenil y la delincuencia esta mucho peor que entonces. Nos os perdáis la expo, vale la pena.
Bandas violentas intimidan a los vecinos del Born
Grupos de jóvenes se apoderan de calles con robos, intimidaciones y amenazas de muerte
"Es el callejón de la muerte". Todavía nadie ha muerto asesinado bajo el arco donde empieza la calle Carders, pero los vecinos de esta zona sí están muertos de miedo. Lo demuestra la expresión utilizada por la vecina R.D, que no quiere aparecer bajo su nombre completo por temor a las represalias de los intimidatorios grupos de jóvenes que controlan esta zona del Born barcelonés, en el barrio de la Ribera.
Los vecinos, que se han hartado de que salir a la calle o volver tarde a casa sea una aventura de alto riesgo y exigen mayor presencia policial o sistemas de videovigilancia, aseguran que se trata de "bandas marroquíes y dominicanas".
Se han apoderado del cruce de Carders con Allada Vermell marcando su terreno con una constante actitud chulesca y amenazadora, realizando pequeños hurtos a diario, amenazando de muerte y trapicheando drogas con total descaro. La Vanguardia.es comprobó cómo algunos de los jóvenes tomaban posiciones de vigilancia en las esquinas, ocupaban totalmente el acceso a la calle Carders e incluso cómo cambiaba de manos un pequeño paquete.
Consultados sobre la situación en la zona, los Mossos d'Esquadra no han explicado el grado de organización de los grupos ni han proporcionado cifras oficiales de robos en la zona.
Un vecino ha denunciado más de 80 veces la impunidad de los grupos
"Se sienten impunes, te lo hacen en la cara", asegura R.D, a quien le han intentado entrar en casa "seis u ocho veces" y sólo este año ya le han robado el bolso en dos ocasiones. El vecino A. B, que también se siente amenazado cada vez que sale por el portal de su casa, asegura que ha mandado al menos 80 escritos a la Guardia Urbana denunciando la situación de inseguridad.
El último episodio lo vivió hace un mes, cuando volviendo a casa de madrugada fue asaltado por una decena de los jóvenes que ve cada día frente a su portal: "me cogieron del cuello, me amenazaron de muerte y me robaron el poco dinero que llevaba encima", explica. Dos semanas más tarde asaltaron la farmacia situada en este cruce y los vecinos tienen claro que fue obra del mismo grupo.
Estos son sólo algunos de los episodios de la cotidiana inseguridad en la zona: a F.C le amenazaron con una botella hace sólo dos meses; a A.F, restaurador en Allada Vermell, le han amenazado de muerte en dos ocasiones.
El miedo y el sentimiento de impunidad que tienen los jóvenes es tal que todos estos vecinos se animan a denunciar la situación sólo con la condición de que se preserve su anonimato. Los responsables de la farmacia donde robaron hace pocas semanas, animados por los vecinos a denunciar lo sucedido públicamente –y no sólo ante los Mossos-, no osan levantar la voz ni bajo estas condiciones.
Última edición por Miquelet Chaira; 03/06/2009 a las 12:56
Regreso a la España 'quinqui' de 'El Vaquilla' y 'El Jaro'
YouTube - «Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle»
- El CCCB de Barcelona se aproxima al fenómeno con una exposición
- El germen de la cultura 'quinqui' es el cine sobre la delincuencia juvenil de 1978 a 1985
- Barrios periféricos como La Mina, en Barcelona, y San Blas, en Madrid, territorio germinal
- 'El Vaquilla' y 'El Jaro' quedaron inmortalizados en Navajeros y Yo, el Vaquilla
Ir a fotogalería Pósters de películas y recortes de periódicos que forman parte de la exposición "Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle", donde la figura del "quinqui" acuñada por el cine referido a la delincuencia juvenil producido en España entre 1978 y 1985 es el punto de partida de esta muestra que presenta el Centro de Cultura Contemporanea de Barcelona.TONI GARRIGA / EFE
EFE BARCELONA 25.05.2009La España de la heroína, la delincuencia juvenil y las películas que lo retrataban. Así era la España 'quinqui' de los años 80, que ahora regresa al Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) en forma de exposición, que supone la primera aproximación al fenómeno y la cultura "quinqui", acuñada por el cine en relación a la delincuencia juvenil en España entre 1978 y 1985.
Mery Cuesta, comisaria de la exposición "Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle", ha explicado que el germen de esa cultura es el cine: "Consideramos el cine quinqui como un género cinematográfico bautizado desde el entorno popular, que no ha recibido esa consideración en el ámbito académico".
Carteles, fotocromos y guías de prensa demuestran que la producción de películas sobre delincuencia juvenil en la España de los 80 fue muy prolífica (unos 30 filmes entre 1978 y 1985) y gozó de una calurosa acogida.
Hoy en día, algunas de estas películas siguen encabezando el ránking de las más taquilleras del cine español, con más de un millón de espectadores, recuerda Amanda Cuesta, también comisaria de la muestra.
En el ecuador de la exposición, que estará abierta al público hasta el próximo 6 de septiembre, se muestra el contexto socioeconómico en el que germinó la cultura quinqui.
Paro y crisis = marginación
Los barrios creados en los años 60 para absorber al mayor número de chabolistas en el menor tiempo posible y al coste más bajo dio lugar a "un urbanismo de pésima calidad", con unos barrios mal comunicados que carecían de los servicios más básicos, como alcantarillado, escuelas o ambulatorios.
Según las comisarias, esa situación, lejos de resolver los problemas sociales derivados de la inmigración masiva y el desarraigo, no hicieron más que maquillarlos y trasladarlos a la periferia.
La crisis económica de los 70 y los elevados índices de paro, especialmente entre los jóvenes, convirtieron estos barrios en el territorio germinal del quinqui, un fenómeno analizado en el CCCB a partir de tres casos: el barrio de La Mina en Barcelona, Otxarkoaga en Bilbao y San Blas en Madrid.
Una serie de máquinas recreativas -marcianitos, ping-ball, comecocos- con las que los visitantes pueden jugar evoca las nuevas formas de ocio que, según Amanda Cuesta, "conectan, por primera vez en nuestro país, a aquella generación de jóvenes de los 70 con la industria de la cultura juvenil en su contexto internacional y sus formas de consumo capitalista".
La recreación de ese mundo se completa con la música de grupos como Las Grecas, Los Chichos, Burning o Eskorbuto.
Iconos adolescentes
Amanda Cuesta asegura que "no se trata de una exposición sobre los delincuentes, sino sobre la construcción del mito alrededor de esos jóvenes delincuentes".
La presencia que los jóvenes delincuentes tenían en los medios de comunicación y en la prensa amarilla (El Caso) es, según las comisarias, "clave para entender la conversión de esos adolescentes en iconos".
'El Vaquilla' y 'El Jaro' son las estrellas más brillantes de ese universo, auténticos héroes de la marginalidad gracias a los biopics cinematográficos: Navajeros, la saga Perros callejeros y Yo, El Vaquilla.
Un mito que todavía sigue vivo, sobre todo en Internet, en el cine documental y "a través de la gran influencia que este cine ha ejercido y ejerce en la producción cinematográfica latinoamericana actual".
Para José Guirao, director de La Casa Encendida de Madrid, donde se exhibirá la exposición posteriormente, "en pocas ocasiones lo periférico y lo marginal han tenido tanta presencia en la cultura española".
"QUE IMPORTA EL PASADO, SI EL PRESENTE DE ARREPENTIMIENTO, FORJA UN FUTURO DE ORGULLO"
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