Llega a África una máquina creada en el Viso que produce agua a mínimo coste

Alberto Guillén / El Viso del Alcor



El presidente de Namibia, país que sufre sequía extrema, la recibirá «con todos los honores». Chile y otros países se interesan por ella.


A.G.
Enrique Veiga, en el centro, es el ingeniero que inventó la máquina




La empresa visueña Altecfrío acaba de presentar al mundo una máquina capaz de producir ciento veinte litros de agua al día en mitad de un desierto y con las peores condiciones climáticas. Con apenas el consumo energético equivalente al gasto medio de una lavadora en un hogar, la máquina es capaz de generar, de manera independiente, agua totalmente potable y de características muy similares al agua de lluvia.


El supervisor de la máquina e inventor del sistema de «generadores Aquaer», responsables de la extracción de humedad del aire y la producción del agua, es Enrique Veiga, de setenta y cinco años de edad y natural de Vigo, un ingeniero frigorista que aterrizó en Sevilla hace ahora cincuenta años. Vine a Sevilla, recuerda Veiga, «en 1965 para trabajar en el puerto». Desde entonces ha desarrollado una amplia trayectoria profesional como director técnico y asesor de empresas dedicadas al frío industrial, así como la elaboración de proyectos técnicos de industrias de todo tipo.


El funcionamiento de la máquina es «sencillo y milagroso», explica su inventor. «El principio físico del que parte es simple, el de condensación de vapor de agua, que es lo que sucede, para que nos entendamos, con los aparatos de aire acondicionado domésticos. Claro, esto resultaría muy evidente en atmósferas con un gran porcentaje de humedad, lo complicado es desarrollarlo en condiciones de sequía extrema». Esta primera máquina construida no supone más que un primer paso en la explotación de este tipo de tecnología. El sistema diseñado por Veiga ya cuenta con prototipos capaces de producir «cinco mil litros diarios en atmósferas con cuarenta grados centígrados y una humedad en torno al diez por ciento».


Hasta llegar al actual sistema, Viega confiesa que han trabajado duro. «Comencé a trabajar en la máquina hace veinte años, la primera patente es de 1995, a raíz de una sequía que atravesaba España y que me hizo ponerme a trabajar en esto», explica el ingeniero. Al poco se incorporan al proyecto Manuel García y Luis Fernández, gerentes de Altecfrío y se comienza a trabajar en la producción de los actuales «Generadores Aquaer».



La primera máquina salida de los talleres de Altecfrío fue montada en un avión rumbo a Namibia, donde va a ser recibida con los brazos abiertos como un verdadero «asunto de Estado». El propio Sam Nujoma, presidente de esa nación africanaa, se ha interesado personalmente por la recepción de la máquina y tiene preparada una fiesta en Windhoek, capital del país africano, donde será presentada al pueblo namibio «con todos los honores», comentan sus responsables a ABC Provincia.


Por sus propias características geográficas y las contrariedades climatológicas, Namibia es uno de los clientes estrella, «tenemos que abastecer a toda una nación, es un proyecto muy bonito», confiesa Veiga. Según los datos aportados por la empresa, gracias a estas máquinas se podría garantizar la cantidad de 15 litros de agua al día por persona que exige el informe internacional «Water for life». Siempre según los cálculos de los constructores, «el coste aproximado de un litro de agua producido pagando el Kw/h a 0.06 euros es de 0.0173 euros /litro, lo que supone una tecnología bastante asequible en zonas con pocas posibilidades o bajo desarrollo».


Juan Veiga, hijo del inventor, es el encargado de gestionar el proyecto «Aquaer» desde las oficinas. Para el joven director, la máquina podría salvar vidas y prestar una ayuda inestimable en «unidades desplazadas de ayuda humanitaria, poblaciones sin acceso al agua potable, campos de refugiados y situaciones extremas o de emergencia, ya que debido a su movilidad puede ser trasladada cuando se restablezca el sistema de agua potable».


Motor para el empleo


Según Veiga, «hay distintos países de Centroamérica, otros en el sur como Chile y varias naciones del continente africano que ya están en contacto con la empresa para interesarse por la adquisición de la máquina».


Luis Fernández y Manuel García, creadores de Altecfrío allá por 2003, se encuentran también orgullosos por el importante impulso al empleo. Para cuando empiecen a construir la máquina a pleno rendimiento, dicen que «aumentaremos la plantilla». Si las primeras estimaciones que manejan estos empresarios resultan reales, la máquina producida por Altecfrío podría llegar a generar «en torno a cien puestos de empleo directos y cerca de la mitad de puestos indirectos».


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