4ª.- Parte : LAS FUENTES DEL DARWINISMO : LO NUEVO Y LO FALSO, LO CIERTO Y LO VIEJO.
La teoría Maltusiana, principal inspiración para la darwiniana, propone que la población crece geométricamente en tanto los recursos lo hacen de forma aritmética.
La realidad ha desmontado tal cosa pues la población no crece tan rápido como la capacidad productiva del hombre que avanza mucho más rápido que la demanda de recursos.
Charles Darwin recoge en su Autobiografía la opinión que tenía de su obre el profesor de Geología Samuel Haughton (1821-1897): “todo lo que allí se decía de NUEVO era FALSO, y lo que había de CIERTO era VIEJO”.
Adam Sedgwick (1785-1873) fue uno de los fundadores de la Geología moderna, maestro admirado por Darwin y su amigo hasta su muerte. Tras leer el Origen de las Especies … , se dio cuenta del peligro que podría tener para la humanidad si se aceptaban sus hipótesis: “si ese libro llegase a encontrar una aceptada generalización de la gente, ello implicaría una bestialización de la raza humana como nunca se ha visto antes”
CHARLES LYELL, EL MAESTRO, Y ALFRED RUSSELL WALLACE, EL TRASUNTO ESOTÉRICO.
EL PLAGIO DE DARWIN.
El escritor George Bernard Shaw (1856-1950), uno de los mayores defensores de la Eugenesia tal y como la definió Francis Galton, escribió: “cuando maduró el tiempo apareció el genio: se llamaba Charles Darwin”
Fuera Darwin un genio, o no, la verdad sobre su obra cumbre: El Origen de las Especies …, no suele contarse en la historia oficial, y los fanáticos darwinistas parecen desconocerla ¿Será porque todavía resulta menos políticamente correcta que el propio título (completo) de la obra?
Año y medio antes de que el encumbrado Darwin publicara su “genialidad” un personaje relacionado con él había expresado las mismas ideas sobre la selección natural, Darwin se limitó a plagiarlas.
El susodicho era el desequilibrado mental Alfred Russel Wallace (1823-1913). Su identidad se ha escondido para divulgar la historia oficial, porque sus “originales” ideas se mezclaban con planteamientos gnósticos vinculados a conceptos de socialismo utópico, hipnosis y espiritismo.
Es el propio Darwin el que informó de que su teoría ya había sido planteada antes por Wallace y que conocía el trabajo del mismo. Así lo hizo en la introducción (El Origen de las Especies …) al explicar el motivo de su publicación apresurada: “me ha movido, especialmente, a hacerlo el que Mr. Wallace, que está actualmente estudiando la historia natural del archipiélago malayo, haya llegado, casi exactamente, a las mismas conclusiones generales a que he llegado yo sobre el origen de las especies”.
Unas pocas páginas antes, Darwin, reconocía que su teoría sobre la selección natural ya había sido proclamada por Wallace: “la teoría de la selección es proclamada por mister Wallace co admirable energía y claridad”
Además Wallace acuñó, entre otros, los términos de: “ecología evolutiva” cuando hasta entonces se usaba el de “transmutación de las especies”, y el de “biogeografía”.
El joven aventurero destacó por sus expediciones al Amazonas, sus viajes científicos fueron financiados y apoyados por la Roya Geographical Society, una derivación de la masónica Royal Society.
¡EXTERMINAD A ESTOS BÁRBAROS!
Las experiencias de Wallace fueron la fuente de inspiración para su libro Viaje al Archipiélago Malayo (1869).
Joseph Conrad (1856-1924), novelista polaco, nacionalizado inglés, escribió su gran novela Lord Jim (1900) y su, aún mejor, El Corazón de las Tinieblas (1899) con la obra de Wallace como referente básico al que usaba como libro de cabecera (como afirma la página web de la Fundación Wallace: htpp://wallacefund.info , y eloriginal del viaje malayo de Wallace puede leerse íntegro (en inglés) en: Papua Web: The Illustrated Malay Archipelago (Table of Contents) .
Conrad denuncia en sus novelas el falso humanismo de la política colonial británica. La trama de Lord Jim transcurre en Malasia y la de El Corazón de las Tinieblas en el Congo.
La primera inspiró la película de igual nombre estrenada en 1965 (Director: Richard Brooks, e intérprete Peer O'toole).
La segunda inspiró la de Coppola (Apocalypse Now) donde la acción se traslada al Vietnam.
El exterminio de los bárbaros fue una de las consecuencias de las teorías de Wallace y Darwin, era uno de los “logros” a los que aspiraban quienes se los encargaron, las necesitaban para poder justificar con postulados “científicos” el exterminio.
LYELL EL ABDUCTOR DE DARWIN.
Charles Lyell (1797-1875) geólogo, masón y miembro destacado de la masónica Royal Society, deseaba aplicar sus teorías sobre el mundo inorgánico, el gradualismo y el uniformismo al orgánico.
Quería llegar a la conclusión de que existe una ley de equilibrio dinámico, de ciclos constantes, de erosión y sedimentación, de extinción y creación, reguladora de la aparición en la naturaleza de nuevas especies.
El uniformismo, o actualismo, es el principio según el que los procesos naturales que actuaron en el pasado son los mismos que actúan en el presente. Se opone al catastrofismo según el cual los caracteres geológicos actuales se originaron, repentinanmente, en el pasado por procesos radicalmente a los del presente. Si bien en realidad los caracteres geológicos actuales son fruto tanto del uniformismo como del catastrofismo, por lo que el dogma de Lyell sólo se corresponde de forma pacial y relativa con la realidad.
El gradualismo es la creencia según la que el cambio ocurre, o debe ocurrir, lentamente en pasos graduales, que han de ser observados y actantes en el presente. Geológicamente se opone al catastrofismo y en biología al saltacionismo.
En realidad es que ha partir del gradualismo ha sido imposible encontrar el más mínimo indicio que apoye el tansformismo darwinista. Por eso a día de hoy los transformistas han tenido que sacarse de la manga los fantasiosos principios alternativos correspondientes a la “teoría del equilibrio puntuado” y a la “teoría sintética”.
La primera postula la existencia alternativa en las especies de períodos prolongados de estasis o cambios menores con períodos más cortos de especiación (formación de una nueva especie) que se manifestarían en forma ramificada: una especie ancestral daría lugar a múltiples especies descendientes que, a su vez, o se extinguen o continúan ramificándose.
La segunda, la sintética, postula el mismo sistema temporal, pero la transformación se manifestaría de forma lineal o filogenética: de una especie pasaría a otra.
Ambas son, sin embargo elucubraciones que no han podido aportar prueba alguna.
Lyell formuló sus teorías geológicas en una obra (1830-1833) con el título de Principios de Geología. El propio Darwin la citó como una de las fuentes inspiradoras de El Origen de las Especies …, y se declaraba fiel seguidor de la escuela de Lyell: “bien se que esta doctrina de la selección natural, de la que son ejemplos los casos imaginarios anteriores, está expuesta a las mismas objeciones que se suscitaron al principio contra las elevadas teorías de sir Charles Lyell acerca de los cambios modernos de la tierra como explicaciones en la geología”
Pero las “elevadas teorías” del geólogo Lyell eran tan poco científicas como las del propio Darwin. Lyell pretendía haber demostrado, por supuesto sin probar nada, evidenciando en ello su escuela masónica y su hermanamiento con Darwin, que la investigación de los estratos de la tierra, la estratigrafía, permitía calcular la edad real de la misma.
Darwin afirmó que buena parte de su hipótesis sobre la selección natural se basaba en Lyell. Desde entonces, TODO EL DARWINISMO SE BASÓ EN LA INDEMOSTRADA Y MÁS TARDE REFUTADA TEORÍA DE LYELL.
Así Darwin y todos los darwinistas aplicaron la teoría de Lyell para interpretar y datar los fósiles orgánicos vivientes. Investigaciones posteriores demostraron que NO ERA VÁLIDA.
Los “estratos geológicos” no se encuentran en la secuencia uniforme que creían los darwinistas, por lo que no son un índice válido para reflejar procesos evolutivos.
Hay secuencias de estratos muy distintas en diversas partes porque los principios de:
- horizontalidad: los estratos se depositan de forma horizontal y permanecen así.
- continuidad lateral: un estrato tiene la misma edad a lo largo de toda su extensión,
- superposición: el estrato más antiguo es el inferior, el más moderno el superior,
- uniformismo: las leyes que rigen los procesos geológicos no variaron en la historia,
- actualismo: los procesos geológicos actuales so los mismos que actuaban en el pasado, y el de
- sucesión faunística: los estratos depositados en diferentes épocas geológicas tiene distintos fósiles.
Aunque tienen cierto valor estadísticos no se cumplen siempre.
Los fósiles presentes en estos estratos siguen un orden que refuta los supuestos de Lyell, pues los fósiles de las llamadas especies primitivas se encuentran en muchas zonas del mundo en estratos superiores, en vez de estar ahí los de las especies más avanzadas.
Además en el estudio estratigráfico se presentan los fenómenos del vacío erosional (desaparición de una deposición previa), y del hiato (tiempo en el que no hubo sedimentación) que conforman la denominada laguna estratigráfica que en algunos casos alcanza millones de años.
En resumen, la estratificación no es siempre regular, los fenómenos de erosión son siempre irregulares por lo que el uniformismo gradualista no está probado y, como mucho, sería relativo por lo que la estratificación, en la que inciden factores diversos, muchos de los cuales no son uniformes ni graduales, NO SIRVE como datador de edades.
Lo que sí queda demostrado, una vez más, es que el principio de la selección natural de Darwin no era una cuestión científica, ni un descubrimiento suyo, porque (según sus propias palabras) partía de la idea filosófica planteada por Lyell, que le permitió elaborar su teoría geológica absoluta, NO DEMOSTRADA y HOY REFUTADA, sobre la materia inorgánica.
Darwin se limitó a ilustrar esa hipótesis filosófica, NO CIENTÍFICA, con “casos imaginarios” en la materia orgánica (según propio testimonio): metabiología o metafísica de bar.
Lyell publicó múltiples ediciones corregidas y aumentadas de esa obra con hipótesis que el tiempo ha demostrado eran INVENTADAS.
DE CÓMO DARWIN SE APROPIA DE LA TEORÍA DE WALLACE.
Cuatro años tras publicar El Origen de las Especies …, Lyell sacó a la luz un estudio titulado: La Antigüedad del Hombre. En él dejó escrito el principal testimonio de cómo se fraguó la obra de Darwin.
Este fantasioso geólogo declaraba que la teoría de su acólito Darwin no fue fruto de sus investigaciones, pues SE TRATÓ DE UN ENCARGO, EXPRESO, DEL PROPIO LYELL y Hooker, al que Darwin reconoció su incondicional ayuda y que fue quien le marcó las pautas para que se hiciera “biológo”, es decir, como señala Lyell la obra cumbre de Darwin: El Origen de las Especies … fue un encargo para “birlar” a Wallace su teoría.
“el Dr. Hooker y yo instamos a Darwin repetidamente para que publicara sus estudios sin demora, pero fue en vano, porque siempre se negaba a interrumpir el curso de sus otras investigaciones. Esto fue así hasta que Alfred R. Wallace, que ha participado durante años en la recopilación y estudio de los animales del archipiélago de las Indias Orientales, de forma independiente, ideara por sí solo lo más novedoso e importante de lo que serían las teorías del señor Darwin. Su teoría la incluyó en su ensayo. Sobre la tendencia de las especies a formar variedades indefinidamente desde el momento original. El señor Wallace escribió su estudio en Ternate, febrero 1858, y se lo envió a Darwin con la petición de que me lo presentara a mí, si creía que el estudio era lo suficientemente novedoso e interesante. El Dr. Hooker y yo opinamos qu debería ser impreso de inmediato, y logramos persuadirlo para que permitiera al Sr. Darwin incluir uno de los capítulos de sus manuscritos en El Origen de las Especies …, concretamente el titulado “Sobre la tendencia de las especies a formar variedades, y en la perpetuación de las variedades y especies por medio de la selección natural, apareciendo las dos teorías al tiempo” (Charles Lyell, The Antiguity of Man, 1863: htpp://www.gutenberg.org/dirs/etext04/ntqm10.txt)
Es decir, Hooker y Lyell, los patrones de la Royal Society, estaban tras Darwin para que desarrollara la teoría naturalista general que ellos promocionada, con el fin de que tuviera acomodo en una hipótesis sobre el origen de las especies a partir de la selección natural.
Darwin no lo hacía porque prefería estudiar más los percebes y su situación económica era muy boyante.
A Hooker y Lyell les encantó la teoría de Wallace y lo “persuadieron” para que compartiera su autoría con Darwin, para ello sacaron a relucir una carta esbozo que decían había sido escrita por Darwin al botánico Asa Gray, un fanático calivinista presbiteriano. Gray había sido protegido del padre de Hooker durante su estancia en Londres y fue el encargado de difundir el darwinismo en EEUU, disponiendo de los derechos para publicar la obra de Darwin recibiendo una comisión por las ventas inusual, e injustificablemente, elevada (el 95% de la facturación) liquidando solamente a Darwin el 5% en concepto de royalties de autoría.
Esto está evidenciado en una carta enviada por Darwin a Gray (22 ayor 1860) en la que le agradece, entre otras cosas, la liquidación que le ha mandado por las ventas de la obra en EEUU. (El contenido original está en: htpp://www.darwininproject.ac.uk/darwininletters/calendar/entry-2814.html ).
Wallace declaró: “se imprimió (el ensayo) sin mi consentimiento, y por supuesto sin ninguna corrección de las pruebas”
Pero no emitió protesta pública y Alfred aceptó compartir la exclusiva pero con Darwin apropiándose todo el mérito. El porqué Lyell y Hooker tenían que persuadir y cómo persuadieron a Wallace para que renunciara a la autoría no está claro. Pero Hooker afirmó que fue “un arreglo delicado”, pero ni él ni nadie contó nunca más datos sobre la cuestion. (Joaquín Fernández Pérez, profesor Biología en Universidad Complutense Madrid en “Darwin y el Evolucionismo”, Ciencia y Cultura. De Rousseau a Darwin. http://www.gobcan.es/education/3/Usr...rencias/13.pdf)
Al parecer había que convencer a Darwin porque era más “fiable” (pertenecía a su grupo de élite, familia de masones y por su vinculación, sectaria así cómo, por dar mejor el pego, con su CV en el Beagle) era más serio que el excéntrico y pobretón Wallace y sus tendencias ocultistas.
Wallaces vivía estrechamente con subvenciones de la Royal Geographical Society que controlaba Lyell, derivación de la Royal Society controlada, a su vez, por Hooker del que Lyell era su principal colaborador. Y desde que llegaron al “acuerdo” no cesaron de lloverle subvenciones y premios a Wallace, al que también se le concedió la Orden del Mérito (la más alta condecoración civil entregada por la corona británica).
En resumen, Wallace fue objeto de un plagio perfectamente diseñado, luego compraron su silencio y aceptación. Cayó en la trampa que le tendieron, víctima de un engaño propiciado por unos hechos consumados. El 6 de octubre de 1858, meses después de que hubieran publicado su ensayo, sin su conocimiento, escribió a su madre: “he recibido cartas de Mr. Darwien y Dr. Hooker, dos de los más eminentes naturalistas de Inglaterra, que están muy contentos conmigo. Enviér al Sr. Darwin un ensayo sobre un tema sobre el que ahora me he puesto a escribir una gran obra. Se lo mostró al Dr. Hooker y a Sir C. Lyell, que decidieron leerlo de inmediato en la Linnean Society. Esto me asegura el reconocimiento y la asistencia de estos hombres eminentes cuando regrese a casa” (Citado en Michael Shermer (1954) en “The Real Evolution anniversary” htpp://www.skeptic.com/eskeptic/08-08-02. Shermer es un prestigioso escritor e historiador estadounidense. Fue fundamentalista protestante pero ahora se declara ateo militante, en el artículo trata de poner paños calientes al plagio perpetrado por Darwin, Lyell y Hooker con la colaboración de Gray, pero los datos y documentación que aporta confirman más que niegan el hecho).
El inexperto y confiado Wallace cayó en la trampa de hechos consumados, cuando regresó, incluso antes, pudo comprobar que su teoría se había presentado y editado como segundona de la de Darwin. Sólo le quedaban dos vías:
1ª.- intentar reivindicar su autoría enfrentandose a sus poderosos expoliadores, que además tenían una serie de ingenuas cartas suyas de agradecimiento y soportar la marginación de la “comunidad científica” que aquellos controlaban. Y su destino la indigencia, sus únicos ingresos provenían de
instituciones que ellos también controlaban.
2ª.- tragar con su papel de secundario para obtener cierto reconocimiento e ingresos.
Tragó como tantos y tantos “negros” y plagiados.
Darwin “escribió” en menos de dos años lo que no quiso o no pudo hacer antes y lo hizo sobre el trabajo de Wallace, y lo hizo con el apoyo y aliento de los “popes”. Merced a la publicación exhaustiva patrocinada por la Royal Society se inició la “Industria Darwin” (o darwincentrismo es el conglomerado de acciones divulgativas y publicitarias cuyo fin es imponer a Darwin en la cultura como el gran genio de la historia de la ciencia).
¿CÓMO WALLACE ELUCUBRÓ SU TEORÍA?
Wallace enfermó de disentería, para tratar la enfermedad se trasladó a la Isla de Ternate (oeste Nueva Guinea) pero con tan mala fortuna que allí contrajo malaria.
En los delirios y el tratamiento con quinina, don Alfred recordó haber leído algo sobre las máquinas de vapor en el Ensayo sobre el principio de la población (Thomas Robert Malthus). Las ideas genocidas de Malthus para el “necesario” control demográfico también inspiraron (casualmente) a Darwin.
Es curioso que el antropólogo “iluminado” Gregory Bateson, gnóstico recalcitrante de los creyentes en el pleroma y otras patrañas, así como impulsor de la New Age, fue un gran admirador de Wallace. Definió el momento de esa revelación como “una experiencia psicodélica” que en la terminología usada por Bateston quiere decir esquizofrenia.
Una vez restablecido Wallace se estableció en una isla cercana: Gilobo (hoy Halmahera). Durante febrero 1858 escribió el ensayo al que nos hemos referido y que luego plagiaría Darwin.
A Wallace se le ocurrió comparar la acción de la selección natural con la del regulador de presión instalado en las máquinas de vapor de James Watt (otro inventor del grupo de los lunáticos de Erasmus Darwin y uno de los masones que a lo largo de la historia se apoderaron de los inventos ajenos. La máquina de vapor la inventó, realmente, un modesto herrero en 1712: Thomas Newcomen que partiendo de maquinaria creada por científicos españoles del XVI; como los herederos de Newcomen no disponían de recursos para la patente, se entrometió Watt que la registró por su cuenta y a su nombre. Para colmo la historia “oficial” pretende atribuirle el invento al potentado masón, pero es que ni Wallace ni Newcomen pertenecía al secreto y privilegiado grupo de elite).
Wallace pensó que la selección natural actuaba igual que el servomecanismo de la máquina de vapor que explicaría la aparición y desaparición de las especies en función de su adaptación al medio sin tener que recurrir a otras causas ni a razón mayor.
Es decir, a falta de pruebas que explicaran su teoría en la naturaleza recurrió al mecanismo de una máquina diseñada por el hombre, usando el mismo tipo de argumentos que luego usaría Darwin (otra casualidad).
Wallace envió el manuscrito a Darwin y éste se la apropió pasando Wallace a ser el “negro”.
WALLACE : FARSANTE O DELIRANTE EXPIRITISTA.
Birlada su “ingeniosa” (e indemostrada) teoría Wallace no tenía ni 40 años, no se sabe si por secuelas de la malaria, por “psicodelia” o por ser un “negro” no podía dejar de creer en espíritus vagantes, y se dedicó a la hipnosis, la frenología y las sesiones espiritistas aunque sin abandonar, de todo, la Zoología.
No parece que su “misticismo” fuera fruto de una demencia senil, máxime cuando llegó a los 90 años de vida. Publicó cientos de delirantes trabajos sobre temas tan “científicos” como el espiritismo. Muchos tratan sobre sesiones que él mismo realizaba en su casa.
Wallace afirmaba que la evolución era un proceso ascendente de perfeccionamiento. Las facultades paranormales serían el paso siguiente en el proceso evolutivo del hombre. En el curso del proceso, la selección natural debería continuar tras la muerte, pues entonces aparecerían las “inteligencias sobrehumanas”.
Estas ideas tan “razonables, razonadas y científicas” fueron tomadas por Yelena Petrovna Blavátskaya (1831-1891) la célebre Madme Helena Blavatsky para formular su TEOSOFÍA en cuyos postulados se fundamentan hoy cuantos iluminados esoteristas pululan por el mundo.
Son los que engañan incautos con su “misticismo” declamativo, cuando no fraudulento. Wallace se convirtió en un ferviente seguidor, incondicional, de la Blavatsky.
Los defensores de la teoría de la selección natural transformista, desde entonces y hasta hoy, han tomado -respecto de la cuestión religiosa- dos posturas:
- una exotérica materialista atea, modelo Darwin-Marx, o una
- esotérica sincrética panteísta, modelo Wallace-Blavatsky.
Ambas posturas son antítesis relativas que se sintetizan en el ataque al cristianismo, al humanismo y la misma vida.
La primera serviría para la cosmovisión atea comunista. La segunda para la “mística” fascista. El fin, la síntesis, en última instancia era reforzar el capitalismo “liberal” controlado por los banqueros internacionales tal y como la Historia ha demostrado.
En todo caso Darwin fue la versión exotérica “vendible” y “científica” de la teoría de la selección natural, cuyo verdadero elucubrador Alfred Wallace, resultaba y resulta, salvo para los esoteristas iluminados, poco tragable.
Y así en la historia oficial, la “académica” el biologo espiritista, el “negro de Darwin”, queda en un plano esotérico.
5ª.- Parte : LA SINRAZÓN DEL TRANSFORMISMO.
LOS PIONEROS DEL TRANSFORMISMO MODERNO.
El rasgo fundamental del darwinismo, al margen de su indemostrada teoría de la selección natural del “mejor adaptado” es EL TRANSFORMISMO.
El Transformismo ya había sido proclamado, entre otros, por Jean-Baptiste Lamarck (1744-1829) que fue discípulo de Jena-Jacques Rousseau (1712-1778) un enfermo mental ilustrado (con delirios paranoicos y prolongadas depresiones incapacitantes como el mismo reconoció en sus Confesiones, obra en la que además de declaraba masoquista y exhibicionista que le impidieron mantener relaciones sexuales normales con mujeres y sus perversiones fueron fuente de “inspiración” para una de las tantas memeces psicoanalíticas de Sigmund Freud (1856-1939): “todos los educadores saben, desde las Confesiones de J.J. Rousseau, que la dolorosa excitación de la piel de las nalgas constituye una raíz erógena del instinto pasivo de crueldad; esto es, del masoquismo” (Freud, en Tres Ensayos Para una Teoría Sexual” http://www.tuanalista.com/SigmundoFr...05-pag.41.html).
Y del naturalista Georges Louis Lecrerc, Conde de Buffon (1707-1788).
Rousseau era un “avanzado” en plantear la patraña transformista a partir de la clasificación ARBITRARIA del sueco Carl Linné (1707-1778) en su obra Systema Naturae (1735) en la que había incluido dentro del género “homo” junto a los primates, al hombre, la especie “homo sapiens".
Rousseau, en la nota X de su delirante Discurso sobre el Origen y los Fundamentos de la Desigualdad de Condiciones Entre los Hombres (1755) sugería la posibilidad de que los seres antropomorfos descubiertos por viajeros europeos pudieran ser hombres en estado natural.
El deseo de otorgar a algunos primates una naturaleza humana, o casi humana, se extendió durante la segunda mitad del XVIII. Lo manifestaron muchos ilustrados masones que se presentaban como angelicales filántropos llenos de sensibilidad al evaluar y elevar las condiciones de esos primates. Pero su objetivo real era dotar de una coartada intelectual a la explotación, esclavización y genocidio de los indígenas, pues éstos serían un estado intermedio entre el homo sapiens y el resto de los homos.
Así, por ejemplo, el masón materialista mecanicista Pierre Louis Moreau de Maupertuis (1690-1759), miembro de la Royal Society era partidario de EXTERMINAR SIN SENTIMENTALISMOS a los individuos que presentaran lo que él definía como “mutaciones deficientes” y que, al mismo tiempo, afirmaba sobre los primates, con una sensibilidad melodramática: “puedo concluir quizás que no están hechos para vivir en sociedad conmigo, pero no debo concluir por ello que no tengan alma” (Oeuvres Completes, Lettres, Lyon, 1756, Tom II, pgs. 218-219).
Curiosamente estas posturas son muy afines con las de los ULTRAPROGRESISTAS promotores del proyecto Gran Simio (fundado en 1993 por una serie de “intelectuales” ultradarwinistas para promover una Declaración de los Derechos de los Grandes Simios por la masónica ONU. En mayo 2006, la mayoría de sus planteamientos fueron asumidos en España por el PSOE y Los Verdes, que presentaron una propuesta de ley para dotar a los simios de la mayor parte de los derechos que les son reconocidos a los humanos.
Ante las críticas de una postura tan irracional, el proyecto sería aparcado. La propuesta progre es irracional porque EL DERECHO EMANA DE LA LIBERTAD DEL HOMBRE, que, a su vez, es FRUTO DE LA RAZÓN. Es decir, sólo puede ser objeto de derecho quien está dotado de hecho o en potencia de razón y solo puede ser sujeto a responsabilidad quien posee razón de hecho.
El Proyecto Gran Simio, encabezado por Peter Singer “el profesor muerte” es un fanático promotor de la eutanasia, en general, y del infanticidio en particular, a partir de un criterio igualitarista entre las especies.
De entre aquellos ilustrados diociochescos destacaban por sus trabajos científicos el Conde de Buffon, el otro maestro de Lamarck. El propio Darwin reconocería (6ª Edi. El Origen de las Especies …) que Buffon fue el primer autor moderno en tratar la selección natural desde un punto de vista científico (http://es.wikipedia.org/wiki_Lord_Monboddo). Lo que no citó Darwin, aunque lo sabía perfectamente, es que Buffon RECHAZÓ LAS IDEAS TRANSFORMISTAS cuando reparó en su falsedad, al confirmar la constancia de las especies y la infertilidad de los híbridos.
Buffon se preguntaba, con razón, algo que aún hoy los transformistas no han podido contestar: ¿Cómo podría suceder que dos individuos “degenerasen” enla misma dirección, hasta el punto de transformarse en otra especie? ¿Cómo es que no se encuentran enlaces intermedios entre ambas especies?
No hace falta ser un “genio” como Darwin, ni un “intelectual” como Rousseau, ni un “científico” como Maupertunis, ni tan siquiera un “profesor muerte” como Singer para reparar en que, sea cual sea su raza, pigmeos o lituanos, equimales o japoneses, los hombres y mujeres son capaces de reproducirse, en tanto esto es imposible entre seres humanos y simios, por mucho de que algunos de esos “progresistas” acepten esa posibilidad.
Buffon mantuvo una prolongada discusión con el excéntrico juez, lingüista, empresario teatral y masón James Burnett; Lord Monboddo. Burnett era colega del abuelo Erasmus Darwin, que lo citaba en sus obras, pues no en balde eran “hermanos” de la Logia Camongate y pertenecía, como no, a la Royal Society.
A los argumentos racionales y científicos de Buffon, Moboddo oponía una dialéctica sofística y vacía, basada en abstracciones inaplicables en la vida real y definidas de forma arbitraria (una dialéctica que podríamos denominar: de los supongamos imposibles).
En la obra Origin and Progress of Language, el Lord afirmaba que el hombre y los simios “hermanos del hombre” tienen un origen común, o que el hombre es un estado evolutivo que proviene de algún simio (Lord Monboddo - Wikipedia, la enciclopedia libre , Y en el primer volumen de su Obra y en algunas cartas personales defendió apasionadamente la humanidad de los orangutanes, primates cuyo nombre de origen malayo, siginifica: “hombre que habita las selvas”).
Su afán por identificar a los humanos con los orangutanes lo llevó a atribuir a éstos características que los monos no tienen ni en la versión Disney del Libro de la Selva. Llegó a sostener y dogmatizar que los humanos tienen rabo y que las comadronas se lo cortan al nacer (Op. Cit. 2ª Edi. Tom. I, 1774, pgs. 289-293). Entendemos que lo de la comadrona era una broma pero lo del rabo lo sostuvo, muy en serio en reuniones con “científicos”.
Lo alarmante y revelador de las ideas de Monboddo no es la falsa descripción angelical hasta lo grotesco de los orangutanes, ni la estupidez sobre el rabo humano, sino lo que argumentaba sobre los simios, indígenas y niños. Pues creó escuela y habría de ser referente para los genocidios que estaban por llegar: desde el de los indígenas de ayer, a los que definía como más salvajes que las bestias, hasta el aborto o infanticidio de hoy, pues situaba en un mismo nivel valorativo al nonato e incluso al niño que los animales.
El Lord tomaba directamente buena parte de sus ideas de las de Rousseau y tres fuentes más:
1ª.- un ensayo de 1699 de Edward Tyson (1640-1708): anatomista, psiquiatra y miembro de la Royal Society (Orangoutang, sive homo sylvestris; or, the anatomy of a Pygmie compared wiht that of a Monkey, an Ape, anda a Man) en el que se daban “argumentos” alucinantes entre los seres
humanos y llegaba a la siguiente conclusión “científica”: “en esta Cadena de la Creación, como vínculo intermedio entre el simio y el hombre, colocaría a nuestro Pigmeo”.
2ª.- Voyage to Surta in the year (1696) de sir John Ovington, capellán anglicano al servicio Royal Navy, gran amante del zoroastrismo y de la medicina china, admirador entusiasta de las esculturas orientales para adoración de animales y uno de los introductores del te en las costumbre
gastronómicas inglesas.
Su principal contribución a la causa del transformismo (que no de la ciencia) fue afirmar que los hotentotes son: “exactamente lo contrario del género Humano … de modo que si existiese un punto intermedio entre un animal Racional y una Bestia, el Hotentote reivindicaría
justamente ese lugar” (htpp://books.google.com/books?id=OVPc5Z6y3LkC&printsec=frontcovert&hl=es&source=gbs_v2_summary_r&cad=0#v=onepage&qf=false )
3ª.- recopilación de artículos: The Lay Monastery de Richard Blackmore (1654-1729) un médico y poeta épico (plagiador) cuyas temáticas preferidas iban desde las leyendas astúricas y las ensoñaciones miltonianas, hasta la apologética de los reyes ingleses. Defensor fanático de que no se diera
atención sanitaria gratuita a los pobres de Londres y partidario de un puritanismo unitarista y raista en el anglicanismo.
En resumen, el masón Lord a partir de las elucubraciones del enfermo mental Rousseau, y del trío anterior inspiraron la hipótesis transformista de Darwin y la previa de Lamarck, y las de quienes hasta hoy siguen postulando el transformismo, SIN PRUEBA ALGUNA, pero con consecuencias muy reales.
JEAN-BAPTISTE LAMARCK : PRECURSOR DE DARWYN Y APÓSTOL DE LA HERENCIA MÁGICA.
El discípulo de Rousseau, precursor de Darwin es el fantasioso “científico” jacobino y masón Jean-Baptiste Lamarck.
Lamack intentó dar respuesta a las preguntas lógicas de Buffon, para ello ideó la FALSA hipótesis, más digna de un mago que de un científico, llamada: HERENCIA DE LOS CARACTERES ADQUIRIDOS.
Según Lamarck los genes serían capaces de transmitir las características de las respuestas adaptativas generadas por los organismos durante su existencia. Como luego Darwin, intentaba encontrar una filosofía universal que iluminara la ciencia, que la hiciera progresar, porque no creía en el mero empirismo probatorio, en la razón, como motor del progreso.
Así lo exponía él mismo: “sabemos que cualquier ciencia debe tener su filosofía y que solo por este camino hace progresos reales. Los naturalistas gastarán, vanamente, su tiempo describiendo nuevas especies, captando nuevos matices y todas las pequeñas particularidades de sus variaciones para agrandar la lista inmensa de las especies inscritas, en una palabra, instruyendo diversos géneros, cambiando sin cesar el empleo de las consideraciones apra caracterizarlas; si la filosofía de la ciencia se descuida, sus progresos no serán reales y la obra entera quedará imperfecta” (Citado en MáximoSandín en “Sobre una redundancia: El Darwinismo Social, Revista Asclepio, Vol. LII, Fascículo 2, 2000, CSIC. Sandín es profesor de Biología en la Univesidad Autónoma Madrid).
Esta hipótesis “filosófica” EL TRANSFORMISMO es una afirmación SIN PROBATURA CIENTÍFICA ALGUNA. Todavía hoy, los darwinistas y/o lamarckistas de la “progresía” se la siguen creyendo, mientras la mayoría de la comunidad científica, elude decir de una vez por todas su falsedad. NO SE ATREVEN A REBATIR EL TRANSFORMISMO EVULOCIONISTA DE FORMA ABIERTA, para no perder la financiación necesaria para sus investigaciones, SALE MUY CARO IR CONTRA EL DOGMA IMPUESTO.
Puede comprobarse que, en El Orgien de las Especies … de Darwin, se produce un caso de modificación del texto para que su contenido original no lo torne en grotesco. Es un fenómeno parecido al que después presentó George Orwell en su novela 1984, como una de las estrategias empleadas por el Ministerio de la Verdad de esa distopía totalitaria: “Si el Partido podía alargar la mano hacia el pasado y decir que este o aquel acontecimiento nunca había ocurrido, esto resultaba más horrible que la tortura y la muerte … Si todos los demás aceptaban la mentira que impuso el Partido, si todos los testimonios decían lo mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia y se convertía en verdad. El que controla el pasado -decía el slogan del Partido- controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado … La mentira elegida pasaría a los registros permanentes y se convertería en la “verdad”” (George Orwell, 1984, Cpts. III y IV, Edicones P/L, 2000, pgs. 44 y 56. htpp://www.hacer.org/pdf/1984.pdf )
El Profesor Sandín cita lo que decía Darwin en la 1ª Edi. De El Origen de las Especies … sobre la transformación de los osos: “una raza de osos, gracias a la selección natural, se haga cada vez más acuática en su estructura y sus costumbres, con un hocico cada vez más grande hasta que surja una criatura tan monstruosa como la ballena”.
El Profesor explica cómo este párrafo, una charlotada, desapareció en las ediciones que hoy se publican de la obra de Darwin.
Lo trágico es que con el paso del tiempo, el asentameinto entre los “científicos” de la hipótesis INDEMOSTRDA de la Selección Natural supuso la aceptación generalizada del TRANSFORMISMO IRRACIONAL y ha teminado IMPONIÉNDOSE EL DOGMA DARWINISTA, que hoy sufrimos como un PARADIGMA indiscutido, amparado por un invisible, pero real, Ministerio de la Verdad tan eficaz como el orwelliano de 1984.
EL CUENTO DEL CUELLO DE LA JIRAFA.
Un caso emblemático de la explicación “científica” lamarckista-darwinista es el del largo cuello de la jirafa (Para esta y otras simplezas absurdas del darwinismo “científicamente correcto” visitar la web: Evolución, la Miseria del Darwinismo: http://evolución-y-darwinismo.blogspot.com: Evolución, la miseria del darwinismo )
Se pretende colar una demostración facilona para asentar el dogma. El cuento, más o menos es como sigue:
Una vez había jirafas con el cuello corto (similares al okapi o cebra de los bosques) un artiodáctilo con siso entre cebra y jirafa. De entre las jirafas cuellicortas, las que lo tenían algo más largo se alimentaban mejor, y por eso, se reproducían más. Sus descendientes, de forma progresiva heredaban un cuello más largo, (algo que no sucedió a otros herbívoros que vivían en el mismo hábitat, sólo porque al creador del cuento le acomoda mejor así).
La diferencia en la longitud del cuello de unas y otras se iba acrecentando con el paso generacional, al tiempo que la media de longitud del mismo era cada vez un poco mayor. Gradualmente se llegó a las jirafas actuales.
Parece una historia verosímil, pero es un cuento menos imaginativo que el del príncipe que transforma en rana, o el hombre que en las noches de luna llena se vuelve lobo.
El supuesto alargamiento espontáneo del cuello de las jirafas habría producido graves problemas al animal que implicarían un cambio enorme de sus sistemas cardiovascular y circulatorio. Las jirafas no tienen problemas al bajar la cabeza (aumento de la presión sanguínea) porque poseen una serie de válvulas en las arterias del cuello que modulan el flujo sanguíneo, esta peculiar característica, por mucho que lo juren los “magos profetas” del travestismo no es creíble que puediera tenerla en sus genes la extinta jirafa cuellicorta a la espera de esta concreta evolución.
Pero la magia lamarckista-darwinista no acaba aquí, pues para el necesario alargamiento de cuello y es que hay otra modificación en las venas del cuello para permitir el retorno sanguíneo desde la cabeza, una vez baja ésta, y sin la cual moriría de inmediato. El múculo de las venas se contrae par conseguir un efecto impulsor, como el del corazón, y así la sangre no se acumule en la cabeza del animal.
En definitiva, creer en un error en la copia del genoma que pudiera dar lugar a la aparición de una estructura anatómica nueva, como se pretende que sea el cuello de la jirafa, es creer en algo casi imposible.
Si es así en el cuello de la jirafa imaginar lo que haría falta transformar para evolucionar de un oso a una ballena, tal y como pretendía Darwin es un caso que deberia encargarse a San Judas Tadeo (causas imposibles).
Para sostener su tesis los lamarckistas-darwinistas sólo tienen una alternativa: creer en el “poder maǵico” de unos duendes ancestrales que actuarían hasta hoy y desde no se sabe cuando. Sería un poder mágico creador de unos mecanismos, totalmente desconocidos, que actuarían con una constancia y precisión mayores que las de un reloj suizo (de los de antes), sincronizada mejor que las campeonas olímpicas de natación sincronizaa y siempre en la misma dirección. Y todo ello, sólo para que la supuesta e inexistente jirafa cuellicorta (con menos similitud con la jirafa que un león y un tigre) se transformara, de forma y manera progresiva, en la jirafa que conocemos.
Hay infinidad de ejemplos similares al del cuello de las jirafas que demuestran lo imposible del supuesto transformismo, por ejemplo el ojo de los mamíferos, compuesto por docenas de estructuras separadas que funcionan armónicamente. Si cualquiera de estas estructuras se destruye (o deja de funcionar) el ojo pierde la visión. Sólo en términos mágicos recalcitrantes puede darse una explicación al hecho de que se hayan producido infinidad de mutaciones armónicas y coordinadas en diferentes estructuras, como las del ojo de los mamíferos, y que estas además surgieron por azar. Si el ojo del mamífero fuera fruto de una supuesta evolución transformista de todas sus estructuras, sólo sería capaz de ver una vez conformada al 100%, pues durante el proceso previo de miles y miles de años, el ojo sería inútil.
¿Cómo puede defenderse la hipótesis de la selección natural darwinista, la ley de supervivencia adaptativa, la ley del más fuerte, al tiempo que la gradual conformación transformativa milenaria de un órgano, que no sirve de nada hasta que está completamente conformado?
¿Cómo habrían sobrevivido pues esos animales durante milenios?
La respuesta, obviamente, es porque no estaban ciegos, sus ojos veían desde el principio y NO SON RESULTADO DE LA PATRAÑA EVOLUCIONISTA TRANSFORMISTA.
MORFOGÉNESIS LÓGICA FRENTE A TRANSFORMISMO AZAROSO.
SEGÚN LA CIENCIA ACTUAL, TODO APUNTA A QUE LA FORMA DE CADA ESPECIE SE MANIFIESTA A PARTIR DE GENES DIRECTORES O REGULADORES: los llamados GENES HOX (regulan la morfogénesis y la diferenciación celular durante el desarrollo de cada una de las especies) y de secuencias de ADN denominadas HOMEOBOX (parte de los genes implicados en la morfogénesis, codifican proteínas que indican a las células de los distintos segmentos del embrión en desarrollo la clase de estructuras que tienen que conformarse.
Fueron descubiertos en 1983 y supuso la PUNTILLA DEFINITIVA AL TRANSFORMISMO, también responde a las preguntas que se hacían a Darwin (como las alas que no vuelan de pingüinos, ojos que no ven de insectos, etc.)).
Así la ciencia actual manifiesta un principio cada vez más evidente en los procesos naturales que cuentan con la actuación de un LOGOS Y NO DEL PURO AZAR.
Profundizar en esta línea permite responder a posibles cambios evolutivos en el marco de cada especie, imposibles de explicar por puro azar y el transformismo entre especies, porque, entre otras cosas, si todos los seres vivos se generaron a partir de una célula de forma azarosa ¿Cómo hay tal variedad de formas en la naturaleza? ¿Cómo decide una célula que órgano va a formar?
Pese a que las investigaciones morfogenéticas de hox y homeobos, están muchas veces ninguneadas, limitadas y abandonadas o escondidas ante el gran público para intentar preservar el DOGMA TRANSFORMISTA, PERO AUNQUE LAS EVIDENCIAS CIENTÍFICAS DESTRUYEN EL TRANSFORMISMO DARWINISTA, hay fanáticos y recalcitrantes defensores que empiezan a postular la llamada EVOLUCIÓN MODULAR.
Ante el repetido y continuado fracaso para encontrar alguna prueba del transformismo gradual a partir de mutaciones en genes específicos, ahora pretenden demostrar el transformismo partiendo de supuestas alteraciones, duplicaciones o cambios de lugar de módulos completos capaces de conformar grandes estructuras físicas nuevas, como los ojos de los mamíferos o los cuellos de las jirafas.
Se trata de la última mutación, el clavo ardiendo al que agarrarse para intentar salvar, a toda costa, el DOGMA INDEMOSTRADO del falso transformismo entre especies.
Nos tememos que es el penúltimo pues la evolución modular es infumable y cada vez menos posible, pues las investigaciones demuestran que el tiempo necesario para que se produjeran todos esos hipotéticos transformismos excedería, con mucho, al de la existencia en la Tierra de las condiciones para propiciar la vida, algunos científicos empiezan a postular que el origen de la vida es extraterrestre, proveniente de meteoritos que la depositaron en un estado ya avanzado: “creemos que las primeras formas de vida pudieron adoptar nucleobases procedentes de fragmentos de meteoritos, para us uso en el código genético que las capacitó para transmitir rasgos beneficiosos a las generaciones siguientes” (es la conclusión a la que llegó recientemente un equipo de científicos encabezados por la Dra. Zita Martins del Departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del prestigioso y centenario Imperial College de Londres, que fundaron y financieron los bancos de la City y vinculado a la Royal Society. Sus colaboradores pertenecen a la NASA, la Universidad de Maryland en Baltimore, el Instituto Carnegie de Washington, el Instituto de Investigación de Ciencias Planetarias y Especiales de la Opern University de Gran Bretaña … ver: El origen extraterrestre de la vida | Noticias Más Allá | horoscopo, ovnis, misterios, cursos,agenda, arqueología )
El colmo es que, en paralelo, investigadores implicados en el PROYECTO DEL GENOMA HUMANO, van camino de dar cobertura y ser la coartada para el mayor fraude científico de la Historia.
Ante la imposibilidad de descubrir una cadena genética entre Hombre y otros animales, al comprobar la ENORME DISTANCIA GENÉTICA ENTRE HOMBRE Y CHIMPACÉ (“esperamos conteniendo la respiración, a ver el genoma del chimpacé. Pero sabiendo ahora cuán pocos genes humanos tiene, me pregunto si aprenderemos algo de una simple comparación entre los genomas de éstos y los humanos” declaraciones de David Baltimore, presidente de la Caltech y Premio Nobel de Medicina (1975) por sus trabajos en biología molecular, New York Times, 25 junio 2000).
PERO LOS TRANSFORMISTAS NO SE RINDEN FÁCILMENTE, AHORA DICEN QUE LA MAYORÍA DEL ADN HUMANO LO PUSIERON EN LA TIERRA LOS ALIENÍGENAS.
Y NO, NO ES BROMA. Un grupo de investigadores que trabajan en el Proyecto del Genoma Humano, afirman, seriamente, que han hecho un descubrimiento científico asombroso: creen que el 97% de las secuencias no codificadas en el ADN humano conforman un código genético de formas de vida extraterrestre.
Y lo afirman rotundamente, como si conocieran la existencia de algún tipo de vida extraterrestre y ésta estuviera analizada genéticamente: un delirio, sí pero muy “científico”.
Tras un análisis extenso y con ayuda de informáticos, científicos, programadores y matemáticos el Profesor Sam Chang (1960) (una especie de Fumanchú de lo más misterioso y raro. Fue director del Proyecto Genoma Humano, pero de repente desapareció del mapa científico, hasta su entrada en wikipedia ha sido borrada, ahora aparece como magnate inmobiliario y propietario de hoteles. Pero en otras entradas aparece como dueño de multitud de patentes relacionadas con el Genoma Humano y con productos farmacéuticos) afirmó que el aparente “ADN basura humano, fue creado por algún tipo de “programador extraterrestre”.
Pero toda esta fantasía no es más que la vuelta al gnosticismo cabalístico que en su momento formularon los iluminados y falsos Mesías como el sefardí Sabbatai Zeví (1626-1676); Jacob Frank (1726-1891).
Cuando se sustituyen los términos hebreos y otros obsoletos de esa escatología cabalística por sus equivalentes actuales, se ve hasta que punto toda esta SUPUESTA CIENCIA NO ES MÁS QUE LA MODERNIZACIÓN DE LA PATRAÑA antigua.
Por eso no sorprende que crezca el existencialismo destructivo, si se cree que uno es el producto de un caos o la marioneta preprogramada por extraterrestres y que está abocado a un final disolutivo en el todo o la nada, que lo mismo da. Pero cada cual es libre de creer en lo que le pete, aunque es triste que a uno le parezca bien desaparecer.
Cuando Darwin publicó en 1871 El Origen del Hombre pocos pensaron que el hombre era una evolución transformada de algún simio, que el hombre descendiera del mono.
PARADÓJICAMENTE HOY CASI TODO EL MUNDO LO CREE, QUIENES DEBERÍAN MOSTRAR SU AUTORIDAD PÚBLICAMENTE PARA DESMENTIRLO, CALLAN Y MIRAN PARA OTRO LADO. SUS RAZONES TENDRÁN, PERO LA RAZÓN NO ES SU CAUSA.
6ª.- Parte : CRIACIONISMO Vs DARWINISMO.
EL PIONERO DEL EVOLUCIONISMO CIENTÍFICO.
Antes de que el darwinismo recibiera todo tipo de apoyos y promoción para implantarlo DOGMÁTICAMENTE había surgido una hipótesis EVOLUCIONISTA mucho más científica y humanista. La formuló Juan Ignacio Molina (1740-1829) un jesuíta chileno.
Mientras los “grandes ilustrados” hacían ciencia-ficción al analizar el sistema reproductivo de las plantas y animales invertebrados (para ellos era cosa de generación espontánea), Molina, en 1760, ya hacía descripciones científicas sobre los procedimientos sexuales de las plantas.
Fueron los estudios del Abate Molina la base para que años después Jean Baptiste Lanmarck fundamentara sus estudios sin, por supuesto, citar su fuente.
Molina también desarrolló una teoría evolutiva: la Criación, mucho más verosímil que el transformismo teorizado por Darwin que además era unos 40 años posterior (1859) a la publicación de los trabajos del genial jesuíta.
En sus obras: Analogías Menos Observadas de los Tres Reinos de la Naturaleza (1815) y Sobre la Propagación del Género Humano en Distintas Partes de la Tierra (1818) Molina presentaba una cosmovisión del mundo, tanto del orgánico como del inorgánico, basada en una criación evolutiva que partía de una interdependencia existencial. Fundamentaba su hipótesis racionalmente, mediante gran cantidad de analogías, y señalaba como conclusión: “no existe ni puede existir ninguna distinción absoluta entre los seres creados; todos están conjuntamente encadenados por recíprocos vínculos, de modo que existe entre ellos una progresión gradual, en virtud de la cual los minerales llegan insensiblemente a vincularse con los vegetales, y éstos con los animales”. (Anales de la Universidad de Chile, abril-junio 1965, nº 134, pg. 5; htpp://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0012717.pdf)
Su hipótesis, fruto de una extraordinaria intuición aunque con muchos ejemplos un tanto inocentes aunque disculpables por el conocimiento limitado de la época. El jesuíta la sintentizaba en el inteligente axioma: “los productos de la naturaleza forman un todo único en el diseño y vario en la ejecución” (Idem).
Luego vendrían Darwin y sus herederos, incapaces de crear nada original y al servicio de los que se tienen por “elegidos” para tergiversar los estudios de Buffon y de Molina.
Los usaron de forma torticera para que fueran las principales fuentes en la elaboración de su SU CAÓTICA E IRRACIONAL TEORÍA TRANSFORMISTA, CIMENTADA EN UN MECANISMO MERAMENTE FUNCIONAL Y SUSTENTADA EN UN HIPOTÉTICO EVOLUCIONISMO AZAROSO, CUYA CONSECUENCIA ES EL ANTIHUMANISMO Y, EN ÚLTIMA INSTANCIA, UNA VEZ SE ACEPTA, EL GENOCIDIO.
Los fanáticos transformistas califican los planteamientos sobre el origen del universo fundametnados en un criacionismo evolutivo como un intento de los cristianos de dar una alternativa al darwinismo. Pero NO DICEN QUE LA HIPÓTESIS DEL CRIACIONISMO EVOLUTIVO ES ANTERIOR y tampoco que lo que tiene de racional el evolucionismo darwinista es fruto del plagio manipulador y tergiversador que se hizo de la hipótesis de Molina y de los datos recogidos y analizados por científicos de verdad, como Buffon, que en la mayoría de los casos eran clérigos.
EL IMPOSIBLE DARWINISMO Y LA ALTERNATIVA CIENTÍFICA.
Hoy científicos como el bioquímico Christian De Duve (1917) Premio Nobel de medicina (1974) siguen sosteniendo el mito del darwinismo como origen de la ciencia moderna, al menos de cara a los mass media. Tal vez sea porque De Duve ha trabajado la mayor parte de su vida para la Fundación Rockefeller. Y es probable que los que actúan como él lo hacen por motivos similares.
Curiosamente cuando esos científicos actúan rigurosamente destruyen, aún sin querer, la tesis darwinista y se acercan a la de Molina. Así por ejemplo De Duve declaró (entrevista 2002, eso sí, sin aportar argumento alguno: “toda la biología moderna ha venido a configurar la teoría de Darwin sobre los mecanismos de la evolución” htpp://www.cinvestav.mx/Portals/0/Publicaciones%20y%20Noticias/Revistas/Cinvestav/otdic%202006/duve.pdf)
Algo que resulta CONTRADICTORIO con lo que él mismo escribió sobre el origen del universo unos años antes en una de sus obras científicas cuya reflexión racional iba en la línea de Molina: “a la famosa frase de Monod, según la cual el univeso no contenía el germen de la vida, ni la biosfera el del hombe, yo respondo: se equivoca. Lo contenía … Podemos observar, en un sentido puramente factual, que el universo ha sido construido de tal manera que esta multitud de planetas llenos de vida debían nacer necesariamente”
(Jacques-Lucien Monod (1910-1976) era un bioquímico francés fanáticamente darwinista y eugenista. Recibió el Nobel (1965) y su obra más conocida: El Azar y la Necesidad. Ensayo Sobre la Filosofía Natural de la Biología Moderna (1970) difundida a bombo y platillo como si fuera la visión definitiva sobre el origen de la vida. De Duve se refiere a la idea: naturalista-nihilista-mecanicista expuesta en ella).
Es decir De Duve en su obra descarta la validez de los azarosos mecanismos funcionales de la evolución propuestos por Darwin como actantes en el origen de la vida.
Las elucubraciones darwinistas se fundamentan en la idea de que todo sería fruto de un azar relacional entre elementos materiales enfrentados, cuya pervivencia dependería de su mayor o menor capacidad o adaptabilidad para sobrevivir y engendrar progenie: la selección natural.
A partir de ahí se genera un número casi infinito de transformaciones, cuya conformación sería -tal y como la conocemos- un imposible estadístico al ser una suma de casualidades, prácticamente inverosímiles y de las que aún hoy, 150 años después, aún no ha aparecido la menor prueba ni han podido ser demostradas dichas transformaciones.
Hasta el propio Monod, darwinista fanático, reconocía en su obra (El Azar y la Necesidad) que el darwinismo, que defendía dogmáticamente, cree en la magia o en una suerte casual inverosímil, pues afirma: “la condición humana es un número entre millones jugando a la lotería” (citado en el artículo Alain de Benoist: “El Azar y la Necesidad” http://es.geocities.com/sucellus24/3035.htm ), si esto fuera así respeto a la condición humana, habría que imaginar la increíble (imposible) suerte que supondría que, entre millones de números, tocara siempre, una y otra vez sucesivamente el jugado para poder establecer la condición de toda la naturaleza.
En 1968, Robert Shapiro (1935) doctorado en Harvard y Cambridge, Profesor de Química en la Uniersidad de New York y especialista en ADN, en su obra Origins, a skeptic's guide to the creation of the life on earth (1986) ya deja clara LA IMPOSIBILIDAD DE QUE EL AZAR FUNCIONAL DARWINISTA FUERA EL ORIGEN Y EL MECANISMO DE LA VIDA.
Las probabilidades de obtener una enzima funcional, que contenga los 200 aminoácidos, que a su vez hayan sido combinados de la única forma adecuada, es de 1 entre 10 elevado a la 29 potencia.
A partir de ahí habría, aún y por lo menos, que reunir unas 2.000 enzimas para conseguir la reproducción de una simple bacteria, lo cual totaliza una posibilidad IMPOSIBLE, de 1 entre 10 elevado a cuarenta y cuatro mil.
Shapiro concluye: “esto es, aproximadamente las mismas probabilidades de que un tornado en un desguace produzca un Boeing con el motor encendido” (Op. Cit.).
Y, si es así para una simple bacteria, las probabilidades para apoyar la posibilidad de que semejante casuística, un imposible estadístico, que se produzca una sola vez, se requeriría millones de veces para conformar toda la naturaleza.
Por el contrario, siguiendo ahora a De Duve, si el universo ha sido construido para que aparezca, necesariamente la vida, conteniendo el germen de la misma, y si la biosfera ha sido construida conteniendo el germen del hombre, lo más verosímil sería decir que el universo es el fruto necesario de la aplicación de un plan inteligente, mediante el cual habría sido creado y con seguimiento criado.
Aplicando la lógica de ese diseño inteligente, se habría situado el germen del hombre en el lugar adecuado par posibilitar su crianza, su existencia a partir de los genes HOX específicos.
Es decir, la Biología moderna está en el camino de confirmar la teoría del Criacionismo evolutivo, por mucho que la mayoría de los científicos que se mueven en ese límite especulativo, incluido De Duve, no quieran reconocerlo públicamente.
La Biología moderna y las demás ciencias naturales descubren de forma constante mecanismos para la conformación morfológica de las especies a partir de unos principios inteligentes y determinados en cada una, muy cercanos a los intuidos en la teoría presentada hace más de 200 años por el humilde jesuíta Molina.
Aunque muchos se agarren al clavo ardiendo de la IMPOSIBLE PROBABILIDAD DEL AZAR DARWINISTA, fortuito y funcional, sólo POR NO QUERER ADMITIR QUE EL UNIVERSO, LA VIDA, EL HOMBRE SON LO QUE SON EN VIRTUD DE UN LOGOS, que hoy muchos científicos dicen que actúa mediante el RELOJ MOLECULAR EN EL QUE NO ACTÚA LA SELECCIÓN NATURAL MAŚ QUE ACCESORIAMENTE.
La Teoría del Reloj Molecular, es IMPOSIBLE AJUSTARLA AL DARWINISMO, y está AMPLIAMENTE FUNDAMENTADA CON TODO TIPO DE PRUEBAS Y ARGUMENTOS, además de estar aceptada por buena parte de los científicos más importantes actuales.
Su paradigma lo explica muy bien: José Escorihuela:
“Es como si este mecanismo fuese regido por el tiempo cósmico y fuese independiente de los fenómenos biológicos que los postdawinistas consideran fundamentales para la evolución (adaptación al medio; lucha por la supervivencia; especialización; etc.).
Es más, si clasificamos las especies según este medidor vemos que desfilan una detrás de otra sin transición alguna, no hay eslabones perdidos.
Es como si en el reino vegetal, o animal, se pusiese en marcha un programa fijado con antelación que incluyese los cambios que pudiesen afectarle durante millones de años, cambios independientes del entorno, al cual el animal o vegetal se adapta, mejor o peor, y sólo se verá afectado de manera superficial por las mutaciones.
Según estas recientes teorías, habría en realidad dos programas evolutivos:
- el de la hélice (cadena de ADN) a corto plazo, que reacciona ante cambios cotidianos, y
- el del citoplasma, que reacciona a muy largo plazo del que deviene la auténtica evolución de las especies.
El registro fósil de la Tierra ha ofrecido a los palentólogos valiosas pistas sobre la evolución de las especies. En los estratos geológicos del Cámbrico (+ 500 millones años) aparecen representantes de los organismos de esta Era que presentan sus formas diferenciadas ya desde su aparición inicial. Es más, están tan bien diferenciadas que ninguno se puede considerar intermediario en relación a otros grupos. El problema se agrava cuando se observa que en los estratos precedentes no hay nada.
Podría pensarse que es un problema que afecta a los invertebrados, pero ocurre lo mismo con las plantas que aparecen, bruscamente, en el Cretácico, no habiendo eslabones enlos estratos anteriores.
En el Paleozoico los invertebrados aparecen diferenciados en la casi totalidad de los grupos mayores que conocemos hoy: cefalópodos, bivalvos, gaterópodos. Parece como si las especies cuando aparecen portasen una memoria sintética de las cualidades a desarrollar con el tiempo por la evolución”
(José Escorihuela: “El Plan Secreto de la Naturaleza”, revista Esfinge, nº 21, febrero 2002. htpp://www.editorial-na..com/articulos/articulo.as?art=93 )
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