Subo hoy un resumen de la obra:

Presentación del libro ¿Está usted de broma Mr Darwin? La retórica en el corazón del darwinismo. - csic.es

En ella se hace un exhaustivo análisis de la aportación de Darwin al evolucionismo. Enfatizando el uso de la Retórica para descubrir las incontables figuras retóricas usadas en su obra y los errores argumentales que intentan cubrir.



ANALIZANDO A DARWIN.
Aunque por comodidad asemejamos a Darwin como el fundador de la Teoría de la Evolución, sabemos que cuando en 1809 nace Darwin, resulta que Jean Batiste de Monet (Caballero de Lamarck, 1744-1829, a la sazón titular de la cátedra de Zoología de insectos, gusanos y animales microscópicos del Museo Nacional de Historia Natural de París), llevaba ya varios años dando cursos en los que exponía su teoría de la Transformación de las Especies (desarrolladas en sus libros:
- “Recherche sur l'Organisation des Corpes Vivants” (1802);
- Philosophie Zoologique (1809),
- “Histoire Naturalle des animaux sen vertébres” (1815).

No fue Darwin el primero en tratar sobre la transformación de las especies.
Y su libro “El Origen de las Especies por Medio de la Selección Natural o la Supervivencia de las Razas Favorecidas en la Lucha por la Vida” contiene muchas ideas y ejemplos tomados, literalmente, de Lamarck y presentados sin la debida referencia.

En carta del propio Darwin (al geólogo Leonard Horner) confiesa: “I always feel as if my books came hal out of Lyells’s brains & that I never acknowledge this sufficiently,... ” (siento que la mitad de mis libros proceden del cerebro de Lyell y que no lo he reconocido suficientemente …)
Pero lo que reconoce con Lyell le pasa, y en mayor medida, con Lamarck.

Algo falla pues si resulta que, como reconoce Darwin, la mitad de su obra procede de Lyell, y otro tanto, al menos de Lamarck … ¿dónde hay sitio para las aportaciones de Huxley, Malthus, Blyth, Gaertner, … y del propio Darwinc?.

Pierre Flourens, fundador de la neurobiología y secretario perpetuo de la Academia de Ciencias Francesa, en su libro: “Examen du libre de M. Darwin sur L'Origine des Espéces”:
Le fait est que Lamarck est le père de M. Darwin. Il a commencé son système. Toutes les idées de Lamarck sont, au fond, celles de M. Darwin.
M. Darwin ne le dit pas d'abord; il a trop d’art pour cela. Il effaroucherait son lecteur, et il veut le séduire; mais, quand il juge le moment venu, il le dit nettement et formellement
”.
(El hecho es que Lamarck fue el padre de M. Darwin. Fue él quien comenzó su sistema. Todas las ideas de Lamarck son, en el fondo, las de M. Darwin.
M. Darwin no lo dijo primero, él tenía demasiado arte para decirlo. Habría espantado a sus lectores y lo que quería era seducirlos, pero llegado el momento lo dice clara y formalmente).

La evolución no se basa en la obra de Darwin, sino en la de Lamarck.

Aquí no vamos a analizar tal teoría, sino la contribución de Darwin. Para ello analizamos a fondo su obra.
Especialmente el Cap. IV de el OSMNS (Origen de las Especies por Medio de la Selección Natural o la Supervivencia de las Razas favorecidas en la Lucha por la Vida), titulado LA SELECCIÓN NATURAL O LA SUPERVIVENCIA DE LOS MÁS APTOS.

Varios autores, como por ejemplo Jerry Coyne y Allen Orr comienzan el primer capítulo de su obra: “Speciation” citando el primer párrafo de El Origen y a continuación indicar:
Así comienza el Origen de las Especies, cuyo título y primer párrafo implican que Darwin tenía mucho que decir acerca de la especiación. Sin embargo, su obra maestra permanece en gran medida en silencio sobre “el misterio de los misterios” y lo poco que dice sobre tal misterio es para los evoluconistas modernos farragoso o erróneo.
El estudio de la especiación es, pues, uno de las pocas áreas de la Biología Evolutiva no eclipsado por los grandes logros de Darwin
”.

Pero ¿Cuáles son y dónde están esos inmensos logros?
Del título “El Origen de las Especies por Medio de la Selección Natural o la Supervivencia de las Razas Favorecidas en la Lucha por la Vida” se deduce una función clave para uno de los elementos en él incluidos: la Selección Natural.

La Selección Natural aportará los medios, es decir, la explicación del Origen de las Especies. De ser así la Selección Natural debería estar bien definida, con precisión y sin ambigüedad en alguna parte del famoso libro.
¿En dónde?
Tal vez en los dos últimos párrafos de la introducción que se dedican a la Selección Natural y dicen:
Este tema fundamental de la selección natural será tratado con alguna extensión en el cuarto capítulo, y entonces veremos cómo la selección natural, casi inevitablemente, causa una gran extinción de las formas menos perfeccionadas de la vida, y conduce a lo que he llamado divergencia de caracteres

Así, ya en la introducción queda definida la Selección Natural, es algo importante, fundamental. Y además, sabemos dos cosas:
1ª.- causa una gran extinción de las formas menos perfeccionadas de la vida.
2ª.- conduce a la divergencia de caracteres.

Pero esto es muy extraño pues, si hay algo que causa extinción debería ser bien visible y reconocido desde la noche de los tiempos.
Y ya nos sorprende leer “que causa gran extinción”, pues extinción es un término absoluto, una vez que algo se extingue ya está extinguido, no puede extinguirse más (ni menos).
Es todo muy complicado pero analizando 1 y 2, resulta que son contradictorios.
Si realmente hay algo que cause una (¿gran?) extinción de las formas menos perfeccionadas, entonces las que permanecen han de ser más perfeccionadas, esto implicaría CONVERGENCIA, no DIVERGENCIA.

La idea central del libro de Darwin es pues, de entrada, ambigüa y contradictoria.

Al leer el último párrafo de la introducción: “nadie debe sentirse sorprendido por tanto como queda todavía inexplicado respecto al origen de las especies y variedades, si tenemos en cuenta nuestra profunda ignorancia en lo que respecta a las relaciones mutuas de los muchos seres que viven a nuestro alrededor. ¿Quién puede explicar por qué una especie se extiende ampliamente y es muy numerosa, y por qué otra especie afín tiene un rango estrecho, y es rara? Sin embargo estas relaciones son de suma importancia, ya que determinan el bienestar presente, y como creo, el éxito futuro y la variación de todos los habitantes de este mundo.
Menos aún sabemos de las relaciones mutuas de los innumerables habitantes del mundo durane las muhas épocas geológicas pasadas de su historia. Aunque mucho es lo que queda oscuro, y quedará en la oscuridad durante largo tiempo, puede mantenerse, sin duda, después del estudio más deliberado y del más desapasionado juicio de que soy capaz, que la opinión que la mayoría de los naturalistas han mantenido hasta hace poco, y que yo he mantenido anteriormente, es decir, que cada especie ha sido creada independientemente, es errónea.
Estoy plenamente convencido no sólo de que las especies no son inmutables, sino que las que pertenecen a lo que se llama el mismo género son descendientes directos de alguna otra especie extinta, de la misma manera que las variedades reconocidas de cualquier especie son descendientes de ésta.
Además estoy convencido de que la selección natural ha sido el más importante, sino el único, medio de modificación
”.

De este fragmento se deducen dos ideas importantes, una general y otra sobre la selección natural.
1ª.- la idea general es que el autor expresa su intención principal: ir contra la opinión de que cada especie ha sido creada independientemente. Opinión mayoritaria en los naturalistas. No parece un lenguaje preciso ni científico.
¿Hay algún naturalista que haya expresado esa opinión por escrito?
¿es este autor el primero en escribir contra tal opinión?
¿desconoce Darwin la obra de Lamarck?
Seguro que NO, su finalidad es difundir una idea confusa: “la Selección Natural”

2ª.- la Selección Natural. Sobre ella indica que es medio de modificación. Esto es compatible con la divergencia de caracteres pero INCOMPATIBLE con algo que produce extinción.

Aquí nos vemos obligados a preguntarnos ¿Qué es la Selección Natural? ¿Qué aporta la obra de Darwin?

Para responder ambas preguntas la clave es el Cap. IV, titulado, precisamente: LA SELECCIÓN NATURAL O LA SUPERVIVENCIA DE LOS MÁS APTOS.

Para ser lo más precisos posible debemos antes aclarar tres puntos:
- qué es la Retórica y su relación con la ciencia.
- ¿Cómo se enmarca el Cap. IV en el total de la obra?, y
- analizar las principales figuras retóricas que Darwin usa, tanto en el Cap. IV como a lo largo de su obra y componen el armazón tanto de la misma como del darwinismo.


RETÓRICA.

Según el RAE la Retórica es:
1- arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover.
2- teoría de la composición literaria y de la expresión hablada.
3- uso impropio o intempestivo de este arte.
4- sofisterías o razones que no son del caso. No se venga usted a mí con retóricas.

La Retórica es según las dos primera acepciones una técnica o arte (de decir bien), una rama de la Ciencia (sinónimo de conocimiento), pero con el tercer y cuarto significado se enturbia.
La historia de la Retórica siempre se encuentra en un eje entre estos dos polos, a un lado la luz, la brillantez, al otro las tinieblas de un lenguaje impropio, sofistería, intempestivo, charlatanería …

Una de las tareas principales de la Ciencia será pues separar la luz de la oscuridad, revelar el FRAUDE que puede haber en un discurso contaminado. A lo largo de la historia la Retórica se ha usado, también, con fines sectarios.

El análisis retórico permite ver cómo se ha construido un texto, si el autor ha tratado de presentar datos que confirmen interpretaciones nuevas de la realidad o si, por el contrario, ha usado recursos para fabricar un texto con alguna finalidad turbia.

La Retórica puede ayudar a descubrir la FINALIDAD REAL de un texto escrito.


LOS CUATRO NIVELES DE LOS ESQUEMAS ARGUMENTATIVOS.
Aristóteles enseña que hay dos tipos de pruebas: técnicas y No técnicas.
Hay que tener presente que el concepto de prueba retórica NO es el mismo que el de las ciencias experimentales. En sentido retórico PRUEBA es más semejante al concepto jurídico (del griego pistis o latín fides) conceptos ambos relacionados con la confianza (como en el lema notarial: “nihil prius quam fide”).

En todo caso las pruebas pueden ser usada por el argumentador.
Las pruebas no técnicas, probatoria extrínseca, son las que existen previas a la argumentación.
La probatoria intrínseca, argumentario técnico, tienen cuatro niveles teóricos: lógos , êthos, páthos, y lexis.

Sólo excepcionalmente será clara y objetiva la atribución de un texto a uno de los niveles pues dichos niveles son inherentes al lenguaje.

El lógos se apoya en:
- unas conclusiones racionales bien sentadas (pruebas incontrovertibles), y
- en una argumentación conjetural (basada en el eikós).
Tales conclusiones proceden de la observación de testimonios sistemáticos y otras fuentes extrínsecas al desarrollo estilístico y argumentativo (pruebas no técnicas) o a partir de muchos ejemplos.
El conjunto de muchos ejemplos sistemáticos analizados, paradeígmata, configura el conocimiento de un êthos común.

El lógos desarrolla la argumentación analizando el argumento en sí mismo. En él se fundamenta la argumentación deductiva y su desarrollo es como el de la lógica (entimemas o razonamientos que usa parámetros de la lógica o matemáticas).

El êthos argumenta sobre cada caso particular, incidiendo, sobre el argumentador o convence con el ejemplo (parádeigma) o del caso particular analizado (contexto, pertinencia del argumento) generando pístis (credibilidad del argumentador o fiabilidad de una prueba, vinculado al eikós, que no es necesariamente verdero pero si verosímil).
Se pone al nivel del êthos del interlocutor que juzga el argumento o que conoce un ejemplo, respectivamente. En él se fundamenta la argumentación inductiva desarrollada con analogías (cercanas a lo lógico o psicológico).

El páthos y la léxis son recursos de la poética, más allá de lo científico, basados en técnicas psicológicas.

El páthos trata de arrastrar al interlocutor con estados emocionales pasajeros, se centra en argumentación psicológica que calcula la modificación del sentido de las palabras o de las construcciones lingüísticas para generar o disipar EMOCIONES.

La léxis maneja diestramente el estilo combinando y usando palabras de forma persuasiva, psicológica, al margen de la razón (lógos).
La argumentación basada en ella se centra en la persuasión estilística del discurso, y como el páthos, es indiferente a la verdad o la verosimilitud.

Un conjunto sistemático de paradeígmata puede darnos la clave de que algo es siempre así o que un hecho se ha producido de una forma y no de otra, o que ese algo es así casi siempre (salvo excepciones).
Así procedemos de inducción a deducción, en el primer caso podremos decir que un hecho es incontrovertible, en el segundo que es más o menos conjeturable.

Con el lógos podemos discurrir acerca de los hechos a la inversa, desde la deducción a la inducción, al aplicarlos a un argumento en cuestión tomando como premisas o bien los hechos no técnicos o los incontrovertibles o conjeturables extraídos anteriormente por paradeígmata.
El páthos y la léxis sirven para completar la argumentación y darle fuerza ante el interlocutor, pero no para fundamentarla o substituirla (si queremos ser racionales y razonables).

La retórica aparece como técnica inseparable de la filosofía, una filosofía RELATIVISTA (todo es relativo) y, por tanto, hay que mover al interlocutor a que actúe y piense según nuestros deseos.

Actualmente, con la crisis del paradigma del progreso basado en la especialización, la retórica aporta las herramientas necesarias para distinguir una aportación original al conocimiento científico de lo que en principio podría parecer una colección de disparates sin sentido.
Será la retórica la que nos ayude a descubrir el significado que hay tras el conjunto aparente.


LA RETÓRICA Y EL LENGUAJE DEL MITO.
La poética es el medio original para el desarrollo de los mitos y es absorbida por la retórica.
En la poética todos los elementos están subordinados a la léxis (la poesía se construye en metros, parte de la léxis, el desarrollo de los contenidos está sujeto a la exigencia del metro).
Le sigue en importancia el páthos al que se someten el lógos y el êthos. La poesía debe producir deleite estético que cautive al interlocutor y con su poder evocador moverlo a determinadas emociones.
Sigue el êthos pues en la obra mítica los personajes deben transmitir pasiones concretas, congruentes con el êthos, arquetipo que representan.
Siendo el lógos el elemento de menor importancia pues la poética es indiferente a la verificación literal de los hechos y el mito no pretende reflejar la realidad no técnica pues posee su lógica interna que la hace creíble aunque sea disparatada y sin otra lógica.


CIENCIA Y RETÓRICA.
Según el RAE, la Ciencia es:
1- conjunto de conocimientos adquiridos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales.
2- saber o erudicción. Tener mucha, o poca, ciencia. Ser un pozo de ciencia. Hombre de ciencia.
3- habilidad, maestría, conjunto de conocimientos en cualquier cosa.
4- conjunto de conocimientos relativos a las ciencias exactas, fisicoquímicas y naturales.

En sentido amplio (1 a 3) los conocimientos son obtenidos mediante la observación y el razonamiento. En sentido estricto mediante el método científico basado en la experimentación.
Una característica de la ciencia es su división en disciplinas. Cada una sobre una parte definida de la Naturaleza. Según el RAE: exactas, fisicoquímicas y naturales.
Las exactas estudian entes abstractos: números, figuras geométricas, símbolos y sus relaciones.
Las fisicoquímicas las propiedades, transformaciones y estructura de la materia y energía a partir de su composición atómica.
Las naturales estudian la Naturaleza: Geología, Botánica, Zoología, …

La ciencia está estructurada y cada sección y subsección corresponde a un objeto de estudio inequívoco y definido con precisión.

La palabra EVOLUCIÓN se refiere tanto al proceso de transformación de las especies como a la ciencia que lo estudia.

En resumen la retórica es pues un arte (el del bien decir) y una disciplina de la Ciencia (análisis del discurso). Como el discurso de la Ciencia y de sus disciplinas deben ser escrutadas constantemente la retórica es fundamental en la Ciencia.
Como decían
- Condillac (Sistema de Lógica): “pensamos solo por medio de palabras -los idiomas son verdaderos métodos analíticos- El Álgebra, que se adapta a su fin en todas las especies de expresión, de la manera más simple, más exacta, y lo mejor posible, es al mismo tiempo un lenguaje y un método de análisis. -El arte de razonar no es más que un lenguaje bien organizado-”, y
- Lavoiser: “la imposibilidad de separar la nomenclatura de una ciencia de la ciencia en sí misma, es debido a esto, que cada rama de la ciencia física debe constar de tres cosas:
1ª.- la serie de hechos que son objeto de la ciencia,
2ª.- las ideas que representan a esos hechos, y
3ª.- las palabras con que se expresan esas ideas.

Son tres impresiones del mismo sello: la palabra debe producir la idea, y la idea ser una imagen de la realidad, y como las ideas se comunican y conservan por medio de palabras se deduce que no podemos mejorar la redacción de cualquier ciencia sin mejora la ciencia en sí, ni podemos mejorar la ciencia sin mejorar la nomenclatura o el idioma que le pertenece.
Por muy ciertos que sean los hechos de cualquier ciencia y acertadas las ideas formadas de esos hechos podemos comunicar una falsa impresión si no disponemos de las palabras por las que expresar adecuadamente las ideas.

Esto es, el análisis del discurso es un aspecto esencial de la ciencia.


ANÁLISIS DEL CAPÍTULO IV DEL ORIGEN DE LAS ESPECIES ...
Del propio título de la obra de Darwin se deduce una función clave para uno de los elementos en él incluidos: la Selección Natural.
Es la Selección Natural la que aportará los medios (means), es decir, suministrará la explicación del origen de las especies.
Como tal explicación la Selección Natural aspira al rango de Teoría Científica, en ciencia se pide a las teorías que aporten explicaciones.
De ser así, la Selección Natural debería estar bien definida, con precisión y sin ambigüedad en algún lugar del libro. Pero ¿dónde?

No en la introducción.

Ni en el Cap. I: VARIACIÓN EN EL ESTADO DOMÉSTICO. Dedicado a la variación en condiciones de cautividad en el que no hay ninguna información de especies nuevas pues la vida en la granja poco tiene que ver con las condiciones de la naturaleza, y en la granja no se obtienen especies nuevas y la variación en cautividad nada aporta a la evolución.
En este capítulo la expresión: “selección natural” sólo aparece mencionada una vez, indicando que se explicará más adelante.

Ni en el Cap. II: dedicado a la VARIACIÓN EN LA NATURALEZA y en el que se presenta la cuestión de forma miope y limitada. Sin alusión alguna a Linneo ni a las categorías taxonómicas y centrándose en algunos ejemplos dudosos de especies.
Es un buen ejemplo de ESCRITURA IDEOLÓGICA (Umberto Eco: “la estructura ausente”) centrada en aspectos PARCIALES de la realidad.
En este capítulo aparece la expresión “selección natural” de forma interesada en tres ocasiones, en dos de ellas se indica que se explicará más adelante.

En el Cap. III: LA LUCHA POR LA EXISTENCIA. Aparecen menciones a la “selección natural”, incluso una definición. Es decir: “este principio por el cual toda ligera variación, si es útil, se conserva, lo he denominado yo con el término de selección natural, a fin de señalar su relación con la facultad de selección del hombre; pero la expresión frecuentemente usada por Mister Herber Spencer de la supervivencia de los más adecuados es más exacta y es algunas veces igualmente conveniente.
Hemos visto que el hombre puede, indudablemente, producir por selección grandes resultados y puede adaptar los seres orgánicos a sus usos particulares mediante la acumulación de variaciones, ligeras pero útiles, que le son dadas por mano de la Naturaleza; pero la selección natural, como veremos más adelante, es una fuerza dispuesta a la acción y tan inconmesurablemete superior a los débiles esfuerzos del hombre como las obras de la Naturaleza lo son de las del Arte
”.

Pero este párrafo contiene varias dificultades y debería decir: “Hemos visto que el hombre puede, indudablemente, por mejora genética (breeding) grandes resultados y puede adaptar los seres orgánicos a sus usos particulares mediante la acumulación de variaciones ligeras, pero útiles, que le son dadas por la mano de la Naturaleza”.

Pues los humanos no hemos conseguido resultado alguno por selección, sino por el proceso completo de mejora genética (breeding) del que la selección es sólo un parte.

Darwin comete aquí el error de tomar la parte por el todo tomando el término de “selección” en vez de el de “mejora” (breeding).
Este error retórico se denomina metonimia, en este caso un descuido fundamental pues sin el mismo NO podría concebirse el término “selección natural”.
Tal vez sean las metonimias y otras figuras retóricas las que expliquen los probelmas de Darwin y darwinistas para dar una definición adecuada de “selección natural”.

Es lógico, NO puede haber definición alguna para UN SIGNIFICANTE CARENTE DE SIGNIFICADO, para UN NOMBRE CUYA EXISTENCIA ESTÁ BASADA EN UN ERROR.
Así sus definiciones son confusas, y si en el párrafo final de la introducción hay tres definiciones CONTRADICTORIAS para la selección natural que eran:
1ª.- causa de extinción de las formas menos perfeccionadas de vida.
2ª.- causa de divergencia de caracteres, y
3ª.- medio de modificación.

Ahora hay que usar otras dos nuevas definiciones:
4ª.- principio por el cual toda pequeña variación, si es útil, se conserva, y
5ª.- supervivencia de los más aptos.

Ni en la introducción ni en los tres primeros capítulos puede encontrarse una definición satisfactoria de “selección natural”, pero en el Cap. VI: DIFICULTADES DE LA TEORÍA, implicaría que la tal teoría tendría que estar expuesta antes de dicho Cap. VI. Pero no puede estarlo en el Cap. V: dedicado a LAS LEYES DE LA VARIACIÓN.

Y el título del Cap. IV: LA SELECCIÓN NATURAL O LA SUPERVIVENCIA DE LOS MÁS APTOS (Natural Selection: or the survival of the fittest) indica que es aquí, en el Cap. IV, donde hay que buscar la experada explicación de tan importante elemento del IDEARIO darwiniano: “la selección natural”.

Efectivamente, en el texto del capítulo IV, incluyendo epígrafe y títulos de secciones aparece mencionada 86 veces, por tanto, es este capítulo el que debe analizarse en profundidad pues aquí es dónde pretende asentar (ya que no puede definir, al basarse en un error) la expresión: “selección natural”.

Es en este Cap. IV donde se contienen los párrafos comprendidos entre el 112 y el 210 de la obra.
Una lista (epígrafe) al inicio del capítulo incluye 14 apartados, pero sus títulos son diferentes de los que aparecen a lo largo del capítulo.
Otro descuido que se suma a la ARBITRARIEDAD del lenguaje manifestada en el título de los apartados, tanto los iniciales como los que aparecen en el curso del capítulo y que comparamos a continuación:
1.- Selección Natural: su fuerza comparada con la selección del hombre; su poder sobre caracteres de escasa importancia; su influencia en todas las edades y en los dos sexos.
2.- Selección Sexual.
3.- Acerca de la generalidad de los cruzamientos entre individuos de la misma especie.
4.- Circunstancias favorables y desfavorables para los resultados de la Selección Natural, a saber: cruzamiento, aislamiento y número de individuos.
5.- Acción lenta.
6.- Extinción producida por la Selección Natural.
7.- La divergencia de caracteres relacionados con la diversidad de los habitantes de toda estación pequeña y con la aclimatación.
8.- Acción de la Selección Natural mediante la divergencia de caracteres y la extinción, sobre los descendientes de un progenitor común.
9.- Explica la agrupación de todos los seres orgánicos.
10.- Progreso en la organizaición.
11.- Conservación de las formas inferiores.
12.- Convergencia de caracteres.
13.- Multiplicación indefinida de las especies.
14.- Resumen.

En cuatro ocasiones aparece Selección Natural en esta lista de contenidos que encabeza el capítulo IV. Pero al analizar dicho Cap. IV vemos que de esos 14 apartados prometidos en el epígrafe sólo aparecen 11 que son los siguientes:
1.- Introducción (sin título). Trece párrafos (112-124).
2.- Selección Sexual. Cinco párrafos (125-129).
3.- Esta sección del epígrafe (Acerca de la generalidad de los cruzamientos entre individuos de la misma especie) no aparece en el texto.
4.- Circunstancias favorables y desfavorables para la Selección Natural, …) No se encuentra en el texto.
5.- Acción lenta. No se encuentra en el texto.
3.- Ejemplos de la Selección Natural o de la supervivencia de los más aptos. Esta sección NO consta en el epígrafe, comprende 10 párrafos (130-139).
4. Sobre el cruzamiento de los individuos (Acerca de la generalidad de los cruzamientos entre individuos de la misma especie) con 12 párrafos (140-152).
5.- Circunstancias favorables para la producción de nuevas formas por Selección Natural (circunstancias favorables y desfavorables para los resultados de la Selección Natural, a saber: cruzamiento, aislamiento y número de individuos). 14 párrafos (153-166).
6.- Extinción producida por la Selección Natural. 3 párrafos (167-169).
7.- Divergencia de caracteres (la divergencia de caracteres relacionada con la diversidad de los habitantes de toda estación pequeña y con la aclimatación). 10 párrafos (170-179).
8.- Efectos probables de la acción de la Selección Natural, mediante la divergencia de caracteres y la extinción, sobre los descendientes de un progenitor común (Acción de la Selección Natural mediante la divergencia de caracteres y la extinción, sobre los descendientes de un progenitor común). 18 párrafos (180-197).
9.- Explica la agrupación de todos los seres orgánicos. Anunciada en el epígrafe No aparece en el texto.
10.- Sobre el grado en que tiende a progresar la organización (Progreso en la organización). 8 párrafos (198-205).
11.- Conservación de las formas inferiores. Anunciada en el epígrafe No aparece en el texto.
12.- Convergencia de caracteres. 3 párrafos (206-208).
13.- Multiplicación indefinida de las especies. Anunciada en el epígrafe No aparece en el texto.
14.- Resumen. 6 párrafos (209-214).

Por tanto se observa que:
a) en el texto se reducen el número de apartados de 14 a 10. Si bien hay 11 (por la Introducción que aparece sin título).
b) aparece sin título el primer apartado que en el epígrafe denominó: Selección Natural, su fuerza comparada con la selección del hombre; su poder sobre caracteres de escasa importancia; su influencia en todas las edades y en los dos sexos.

Se supone que este apartado es fundamental para comprender el concepto de selección natural. Analicémoslo.
Contiene 12 párrafos en los que aparece 28 veces la expresión selección natural.
Lo que nos indica que tiene grandes dificultades para definir esta expresión confirmando que se ha basado en un error (netonimia de confundir selección natural con mejora genética) error que mantiene a base de añadir un conjunto de figuras retóricas interrelacionadas.

Es lógico, la única forma de intentar escapar de un error, sin reconocerlo, es construir a su alrededor una montaña de más errores.


EL DARWINISMO ESTÁ FORMADO POR CUATRO FIGURAS RETÓRICAS PRINCIPALES Y VARIAS MÁS DE SEGUNDO ORDEN.
El Cap. IV es la parte central, el motor de la obra de Darwin, el corazón que bombea CONFUSIÓN a todos los rincones de la obra.

Dicho capítulo está construido con una serie de figuras retóricas ancladas unas sobre otras. Frecuentemente las figuras descubiertas mediante el análisis del estilo son la fachada visible de una serie de defectos de la argumentación.

Haremos un análisis formal para describir el conjunto de esas figuras que forman una fachada aparente (estilística) y descubriremos la estructura real con sus errores de argumentación construidos sobre el error fundamental de la metonimia del darwinismo en que el autor confunde selección con mejora tomando la parte por el todo, denominando “selección” a todos los procesos que intervienen en la actividad de mejora genética (breeding).

Las principales figuras retóricas que usa Darwin en su obra son:
- Metonimia.
- Oxímoron.
- Pleonasmo.
- Prosopopeya.
- Interrogación retórica.
- Aposiopesis.
- Aliteración.
- Destallamiento.
- Congeries.
- Pefífrasis y Metalepsis.
- Epítetos.
- Obsecratio.
- Concesio.

Además usa, frecuentemente, la expresión “selección natural” que intenta definir, sin éxito, por lo que para mantenerla en pie precisa darle un sin fín de atribuciones.

Y este el proceso de la retórica darwinista basada en cuatro figuras retóricas principales: Metonimia, Oxímoron, Pleonasmo y Prosopopeya que ocultan en su núcleo central sendos errores de argumentación.
A estas figuras principales (y sus errores argumentales) añade toda una serie de secundarias que mantienen vivo y dinámico el conjunto. A éstas pertenecen: interrogación retórica; aposiopesis; aliteración; detallamiento; congeries; perífrasis y metalepsis; epítetos; obsecratio; y concesio.

Aún usa alguna más, pero estas 13 configuran el esquema fundamental sobre las que el autor ha desarrollado su obra con múltiples repeticiones. Insistiendo una y otra vez para que el lector trague su píldora y admita que la selección natural como algo real y serio.
Fuerza, acción, poder, teoría, ley, ley natural, ley científica, cualquier cosa o combinaciones varias con tal de no mostrar la única verdad posible: LA SELECCIÓN NATURAL NO EXISTE.

La selección natural, significante sin significado, es un concepto basado en un error por lo que resulta imposible fundamentar una teoría científica sobre el mismo.
Una teoria científica requiere precisión, rigor, y jamás podrá definirse bien un concepto basado en una concepción errónea.

Unas veces hecho, otras fenómeno o proceso, mecanismo, teoría, hipótesis, ley o principio. NUNCA podremos saber de qué se trata pues simplemente es un juego de palabras.
La selección natural nunca podrá medirse, cuantificarse a menos que se tome prestada otra magnitud cualquiera que, si se puede medir, estará bien definida y, por tanto, NO será la selección natural.

Contaremos el número de individuos que tienen una característica determinada o calcularemos la proporción de alelos en una población, y tales medidas tendrán sus unidades pero no admitiremos que mediante ellas estemos midiendo la selección natural.
Contaremos indivudos, calcularemos proporciones de alelos o genes, hablaremos de cambios de frecuencia … pero en la Naturaleza NO existen UNIDADES DE SELECCIÓN porque en la naturaleza no hay selección.

En un intento de ocultar su error fundacional y para transmitir las premisas básicas de una IDEOLOGÍA, Darwin sembrará la confusión repitiendo una y otra vez las figuras retóricas de su esquema, los clichés favoritos de su ideología: la selección natural, la supervivencia de los más aptos, la lucha por la vida.

En el propio título del Cap. IV, Darwin presenta, condensados, tres de las cuatro figuras retóricas principales: La Selección Natural o la Supervivencia de los más Aptos.

En el uso veraz del lenguaje las figuras retóricas están enderezadas a completar la argumentación, no a substituirla.
La expresión: “selección natural” encierra dos de ellas:
- una metonimía (confusión entre selección y mejora), y
- un oxímoron (la naturaleza no selecciona y nada puede ser, a la vez, natural y seleccionado).
Expresión sin significado a la que ya en el título el autor otorga un significado arbitrario: la supervivencia de los más aptos. Lo que resulta en un pleonasmo (¿quiénes son los más aptos? Los que sobreviven. La selección natural, que no puede significar nada pues la naturaleza no selecciona, viene a significar un pensamiento circular: sobreviven los que sobreviven que salvo confusión no aporta nada más).

Darwin construye castillos en el aire, pero para ser creíbles necesita que el edificio tenga una fábrica compleja, que su estructura principal, un conjunto de errores, no sea visible. Pero es el propio Darwin quien descubre sus cartas aunque volverá a ocultarlas inmediatamente en un prodigioso juego malabar.
En un párrafo monumental (añadido para las últimas ediciones) en 328 palabras contiene más de 30 figuras retóricas. Acumula recursos sobre recursos, figuras retóricas sobre figuras retóricas, ocultando una serie encadenada de errores con una sola condición: la osadía del autor no tiene límites.

El lenguaje se transforma en metalenguaje y la selección natural, la lucha por la supervivencia no solo es admitida sino que adquiere categoría de mito, DOGMA DE FE, axioma, principio intocable e indiscutible sobre el que se fundamentan multitud de textos escritos a lo largo de casi 200 años de locuacidad estéril sobre la evolución.

Cuando un recurso falaz está a punto de ser descubierto se añade otro, y luego otro más, y otro, y así sucesivamente de forma que no haya lugar a frenar el discurso y decir ¡Basta!
Con el apoyo de instituciones más o menos científicas, poderosas editoriales, y la única condición de no reconocer jamás, bajo ningún pretexto el error fundacional, un ya nutrido grupo de autores construye castillos en el aire de la magnitud deseada, ilimitada.
Con la condición única de acetar el DOGMATISMO y no ver la única realidad posible que la selección natural no existe más que como un conjunto de errores. La única forma de mantener la farsa es hacerlo indefinidamente, en los juegos de palabras a mayor disparate más sostenible se vuelve. Sin límites.
Veamos cómo se construye la máquina de crear confusión.

METONIMÍA.
Es tomar la parte por el todo. La construcción de la expresión “selección natural” está basada en una falta de atención e interés en el tema del estudio. Si el autor hubiera distinguido adecuadamente entre selección y mejora, nunca habría llamado a nada selección natural pues el trabajo de los mejoradores agrícolas y ganaderos no se denomina selección artificial sino mejora genética (breeding).

Así, para acuñar la expresión “selección natural” el autor cometió el error de tomar la parte por el todo.
Cuando se presentan únicamente una parte de los hechos esto equivale a decir literalmente la verdad pero diciendo implícitamente una mentira, mejor implicándola.

Tanto metonimía como sinécdoque son figuras de la sustitución basadas en una relación de contigüidad, del todo a las partes o viceversa.

OXÍMORON.
O cohabitación es una figura que suele considerarse una forma especial de la antítesis. La antítesis contrapone grupos sintácticos o elementos semánticos opuestos mientras que el oxímoron establece una función sintáctica de dos constituyentes incompatibles o contradictorios por su significado, por lo que entre ambos hay una incoherencia sémica interna que hacen que se excluyan mutuamente.
Argumentalmente puede incluirse dentro del lógos. El valor argumentativo del oxímoron radica en que combinado con otras figuras como el políptoton conforma “esquemas de disociación” (técnicas que desgajan elementos considerados componentes de un todo o de un conjunto solidario) que condicionan la elección del interlocutor al que se pretende disuadir.

Atrapado en el oxímoron en el que se encuentra obligado a creer firmemente, el lector es presa de un autor que usará el lenguaje a su voluntad (hay buenos ejemplos en la obra de Orwell: 1984 y de los que se sirve el poder para establecer la confusión entre sus súbditos, así los amedrentan y dominan), también abundan ejemplos en el lenguaje cotidiano, y aún el aparentemente científico (crecimiento negativo, déficit cero, derecho de estado, ADN basura, economía de la naturaleza, filosofía materialista, fondos públicos, fuego amigo, gen egoísta, historia del universo, libertad vigilada, opción única, progreso indefinido, servicio secreto, soberanía popular, …)

Selección Natural es otro de estos términos imposibles pese a lo cual se usa hasta la saciedad, un fantasma semántico (flatus vocis).
Darwin ha partido en el Cap. I de trabajos de ganaderos y agricultores (mejora genética: breeding) en los que la selección es parte importante pero no la totalidad. Al usar “selección” el autor confunde la parte con el todo. Las variedades de animales y plantas domésticas se han obtenido por procesos de mejora genética.

Así el título de este Cap. IV debería haber sido: “Natural Breeding or Survival of the Fittest ” (La mejora natural o la supervivencia de los más aptos) con lo que la famosa teoría se habría ido al garete poniendo en evidencia su falsedad, pues no hay nada que pueda llamarse natural breeding, o mejora natural, o selección natural.

EN LA NATURALEZA NADIE SELECCIONA NI HAY SELECCIÓN ALGUNA.

Hay otros ejemplos de oxímoron en dicho capítulo, en sus primeros párrafos: “casi universalmente, la variabilidad que encontramos en nuestras producciones domésticas no está producida directamente por el hombre, el hombre no puede crear variedades ni impedir su aparición; puede únicamente conservar y acumular aquellas que aparezcan; involuntariamente, el hombre somete a los seres vivientes a nuevas y cambiantes condiciones de vida”

Atrapado en flagrante delito el autor escapa de la situación con otra figura retórica: el Pleonasmo.

PLEONASMO.
El Oxímoron de “selección natural” caería por su propio peso de no apoyarse en un tercer recurso. Por ello Darwin escribe raudo una definición de “selección natural” está en el título del propio capítulo: “la selección natural o la supervivencia de los más aptos”.f
¿Qué significa ser más apto para la vida? … tener mayor posibilidad de supervivencia. El más apto es el que sobrevive.

Se cae en pleonasmo cuando se sobrecarga la frase con palabras inútiles, innecesarias por redundantes (subir arriba, mundo mundial, entrar dentro, …). Si sobra una palabra es pleonasmo, si sobran más, incluso una oración entera, es macrología o perisología (tautología cuando lo que se repite, sin necesidad, es la misma palabra o grupo de ellas).
Las tres figuras tienen la característica de reforzar y confundir lo que se dice.
Algunos autores han descrito la expresión: “supervivencia de los más aptos” como una tautología y Fernando Vallejo (2002) la denominó: “la tautología más hipócrita de la historia de la ciencia”.

“Supervivencia de los más aptos” es una tautología argumental pero bajo un análisis formal es un pleonasmo. La expresión “supervivencia de los más aptos” equivale a decir que “sobreviven los que sobreviven” pero no contento con ello, Darwin añade una nueva figura: la duplicación léxica, al equipararlo a “selección natural”.

Dos formas de añadir confusión sin decir nada relevante o novedoso. Añadir palabras sin significado alguno. Esta es la razón por la que la estructura no puede permanecer estática, se descubriría enseguida que está construida por un conjunto de errores. Para evitarlo el autor debe dar alas a estos juegos de palabras inútiles, imprimirles movimiento.

Ambas expresiones “selección natural” y “supervivencia de los más aptos” carentes de significado alguno cobran significado aparente, FALSO, cuando el autor les otorga capacidades de acción. Y emplea un cuarto recurso retórico: la prosopopeya.

PROSOPOPEYA.
Es la personificación o creación ficticia de una persona a partir de algo que no lo es. Es, literalmente, un FINGIMIENTO que permite atribuir a una cosa características de una persona.
Argumentativamente se incluye en el êthos. El valor argumentativo y persuasivo de esta figura radica en que permite convertir objetos en sujetos activos reales condicionando la elección del interlocutor. Psicológicamente predispone al interlocutor a aceptar, emocionalmente, una argumentación.
Es de dos tipos:
- mediante el fingimiento de discursos.
- mediante el fingimiento de comportamientos personales.

Y no es difícil encontrar la prosopopeya que sostiene esta extraña mezcla de metonimia, oxímoron y pleonasmo que es el título del Cap. IV.
Basta leer su primera frase: “La lucha por la exitencia, brevemente discutida en el capítulo anterior, ¿cómo obrará en lo que se refiere a la variación?”

Junto al pleonasmo (la lucha no obrará de ninguna manera), encontramos otras dos figuras retóricas:
- interrogación retórica, y
- aposiopesis,
vinculadas a esta prosopopeya implícita en la pregunta.

INTERROGACIÓN RETÓRICA.
Como la afirmación retórica no define nada. Crea un acuerdo entre autor y lector. Su función no es aclarar una cuestión sino que es lanzada como un guiño (complicidad) para crear solidaridad. De ella no se espera respuesta alguna, al contrario, pretende eliminar las las discordancias con la afirmación que lleva implícita, usando el patetismo y la emotividad haciendo insostenible la afirmación contraria a la pregunta que se plantea, atacando la tesis contraria sin presentar ninguna demostración lógica. Agita las pasiones del interlocutor, no para obtener un arespuesta, sino su consentimiento a tesis parciales que llevarán a aceptar la tesis principal.

A la taimada pregunta retórica: “la lucha por la existencia, brevemente discutida en el capítulo anterior ¿cómo obrará en lo que se refiere a la variación?”
Pues de ninguna manera, Mr. Darwin, La lucha es acción y las acciones no obran. Obran los sujetos que las protagonizan, es una prosopopeya clásica. Pero hay más.

No contento con esa pregunta retórica el autor la expone a continuación de otra forma: “El principio de la selección, que hemos visto es tan potente en manos del hombre, ¿puede tener aplicación en las condiciones naturales?”
Así se confirma el error. NO HAY PRINCIPIO ALGUNO DE SELECCIÓN, ni en la naturaleza ni en las manos del hombre. Ni se ha visto nunca ni lo veremos.

En la naturaleza NO hay nada que pueda llamarse “Principio de la Selección”.
Hay selección cuando el ganadero elige los progenitores de la próxima camada o el agricultor escoge las semillas de su próxima siembra pero en ningún caso es “potente” en manos de nadie si no hay una disposición de la naturaleza que nada tiene que ver con la acción de seleccionar.
La potencia de las técnicas de mejora genética NO estriba en la “selección” sino en la combinación de la selección realizada por el hombre y el potencial heriditario que hay en un carácter (herencia).

Por lo que la pregunta retórica de Darwin debería contestarse como sigue:
P.- El principio de la selección, que hemos visto es tan potente en las manos del hombre ¿puede tener aplicación en condiciones naturales?
R.- JAMÁS, Mr. Darwin. Deje de preguntar banalidades. El principio de selección nunca se ha visto, ni es potente en manos del hombre porque NO EXISTE. Mucho menos tendrá aplicación en condiciones naturales. NUNCA ningún prinicipio de selección, ni nada parecido, ha actuado en condiciones naturales.

APOSIOPESIS.
Al incluir antes de la pregunta la expresión “hemos visto”, el autor introduce una nueva figura retórica antes de plantear la pregunta retórica.
Al igual que la que aparece en la frase anterior, cuando al referirse a la lucha por la existencia añadía: “brevemente discutida” como si realmente hubiera algo que decir de la lucha por la existencia.

Esta nueva figura retórica es la Aposiopesis (reticencia, epitorcasmo o percursio) muy relacionada con preterición (parasiopesis o paralipsis) y que a veces son difíciles de distinguir unas de otras.
La Aposiopesis suele definirse como la interrupción imprevista de algo que ya había sido enunciado o iniciado. La Preterición es una declaración de que se deja de hablar de un argumento del que se menciona el nombre y sus rasgos principales.

La importancia de estas figuras es que originan el Entimema y por eso se engloban en el lógos, pero según el uso particular de cada caso pueden aproximarse al êthos y la páthos.
Además acrecientan la emoción y refuerzan el argumento generando sensación de objetividad, sinceridad, ponderación del argumentador.

En el análisis se detallan varias figuras retóricas más usadas por Darwin para encubrir su error argumental de partida, asi se revisa el uso por Darwin de
- la Hipoteposis (leptología),
- Congeries (sinatroísmo),
- Duplicación Léxica (ditología, hendíadis, y diálage).
- la Perífrasis,
- la Metalepsis.
- el Obsecratio (deesis u obsecración),
- el Concesio (paramología),
etc.


CONSTRUCCIÓN DE LA PRESA : ANÁLISIS DEL TÍTULO, EPÍGRAFE Y DOS PRIMEROS PÁRRAFOS.
En el Cap. IV de su obra, Darwin NO contribuye a entender ni el proceso de formación de especies, ni propone explicación alguna sobre el mismo. Puede valorarse como una “ORIGINAL” aportación al lenguaje científico al desarrollar una forma de hablar sobre la naturaleza en el que expresiones VACÍAS DE CONTENIDO como: selección natural; supervivencia de los más aptos; lucha por la vida; etc. se acepten como si fueran conceptos científicos.

Al analizar el título de este Cap. IV: “La Selección Natural o la Supervivencia de los más Aptos” vemos que ya contiene condensadas tres importantes figuras retóricas: Metonimia, Oxímoron y Pleonasmo.
Además, implícita en la conjunción disyuntiva (y) hay una oculta una pseudo definición importante: la Selección Natural es la Supervivencia de los más Aptos, es decir, otra figura retórica, una Duplicación Léxica.
Y como el Pleonasmo es una expresión con exceso verbal (supervivencia de los más aptos = supervivencia de los que sobreviven = nada) al igualar esta expresión con una tercera está repetiendo la misma vacuidad tres veces. Es decir: selección natural = sobreviven algunos = sobreviven los que sobreviven = NADA.

Y a la pregunta: ¿Qué es la selección natural? Que respondía ambiguamente en capítulos anteriores responde, ahora confirmando la ambigüedad, pues la respuesta es: La selección natural es que no todos los seres vivos sobreviven, sólo algunos.
Obvio, estamos de acuerdo, pero ¿Cuáles son los que sobreviven?
La respuesta es que sobreviven los más aptos, esto es, los que sobreviven.
Bien, entonces ¿qué significa sobrevivir?
Pues sobrevivir es un verbo que no significa nada sino se indica de qué estamos hablando. Siempre se sobrevvie a algo (hambruna, catástrofe, correr de los años, …) pero en el último caso la supervivencia siempre tiene lugar de modo limitado, nadie aguanta sin límite el transcurso del tiempo.

Es IMPOSIBLE BASAR UNA TEORÍA CIENTÍFICA en un concepto tan amplio y difuso como es la “supervivencia” pues no podemos medir la supervivencia (contar los individuos que sobreviven) ni precisar las condiciones tan diversas que afrontaron.
JAMÁS podremos encontrar REGLA ALGUNA APLICABLE a TODOS LOS CASOS Y SEA EXPLICATIVA de por qué unos sobreviven y otros no. Pues CADA CASO requerirá una EXPLICACIÓN PARTICULAR y METICULOSA, justo LO CONTRARIO A UNA TEORÍA CIENTÍFICA que por definición ha de tender a dar explicaciones de validez general
.

La confusión está sembrada pues además de los recursos retóricos empleados por Darwin los usa sobre UN ERROR (confusión de tomar la parte por el todo, confundiendo Selección con Mejora) y usando un verbo (sobrevivir) que necesita una precisión de la que aquí carece.

La selección natural NO existe, la supervivencia de los más aptos es una vacuidad que no dice nada si no se indica frente a qué condiciones se considera dicha supervivencia.
No tiene nada que ver la supervivencia de los cocoteros tras un tsunami con la supervivencia de los cachorros de una camada de setter, ni nada tiene que ver la supervivencia de los cachorros en la naturaleza que en una tienda de mascotas pues los factores de unos y otros casos son bien diferentes.
Por tanto si según Darwin selección natural = supervivencia de los más aptos, hay que concluir que ninguna de las dos afirmaciones significa nada.

Ante estos juegos de palabras que siembran la confusión, el análisis retórico formal descubre las figuras presentes que se corresponden con sendos errores argumentales, fallos en la argumentación.

Podemos preguntarnos:
¿Realmente cree Darwin que está dando alguna explicación científica?
¿Puede alguien hacer un experimento para mostrar o refutar tesis alguna?

Pero es evidente que NO puede haber interés científico en sembar tanta confusión. El empeño del autor no cesa y la única forma de salir adelante ante la ambigüedad y confusión es seguir insistiendo, repetir, tapar un disparate con otro mayor y volver a repetir, una y otra vez para llevar al lector a … ninguna parte.

Es el propio Darwin quien escribe la finalidad de tanta insistencia, tanta repitición: “familiarizándose un poco, estas objeciones tan superficiales quedarán olvidadas ...
El propio Darwin descubre su juego y la razón de tanta palabrería: ADOCTRINAR, borrar cualquier posible objección y para ello añade a la netonimia, oxímoron y pleonasmo una nueva figura pues la simple repetición de estas figuras no lleva a ningún lado salvo al desenmascaramiento.

Para evitarlo imprime un nuevo giro mediante la Prosopopeya, para mantener estas figuras hay que personaficarlas, darles ciertos atributos variados.
Así, con la “selección natural” que no es nada, dirá: hará tal y tal cosa, no hará tal otra.
Con “la lucha por la vida” que no significa nada, dira: tendrá poder para tal y tal, o no para cual.
Con “la supervivencia del más apto”, otra vacuidad, dirá: modificará … , etc.

Y esto es obvio al leer los títulos de los distintos apartados tal y como figuran en el encabezamiento del capítulo:
- selección natural: su fuerza comparada con la selección del hombre,
- su poder sobre caracteres de escasa imporancia,
- su influencia en todas las edades y en los dos sexos, etc. etc.

Clichés y expresiones sin significado alguno por mucho que las repita.
¿Su fueza? … ¿cuál es la fuerza de algo que no existe?
¿su poder?
¿sus resultados?
¿su acción?
¿sus producciones? …
El autor ve a los seres vivos como productos de la acción de algo inexistente.

Y sigue la repetición de figuras retóricas:
- Oxímoron (selección natural) se repite cuatro veces y otro más con (selección sexual).
- Prosopopeya se encuentra ocho veces al atribuir sendas acciones a la selección natural (fuerza, poder, influencia, resultados, acción lenta, extinción producida, acción, explica agrupación seres orgánicos).
- Congeries y repeticiones (la selección del hombre, en todas las edades y en los dos sexos).

Si se analiza el texto comienza en el primer párrafo remitiendo al lector al capítulo anterior (la lucha por la vida) en que el autor descubre su IDEOLOGÍA: TODA VIDA ES LUCHA y da una clave importante:
“¿Cómo obrará la lucha por la existencia que hemos descrito brevemente en el capítulo anterior en lo que se refiere a la variación?”
En tan pocas palabras se comprimen las figuras retóricas dentro de la pregunta retórica. Pregunta que como vimos antes tiene una fácil respuesta: De NINGUNA MANERA. La lucha es acción y las acciones no obran.

Las acciones no obran, obran los sujetos que las protagonizan, y así sucesivamente, podría batir un record Guinness al emplear en un texto de 558 palabras más de 50 figuras retóricas: metonimías, oxímoron, paradojas, pleonasmo, prosopopeya, …

Todas estas piezas retóricas giran y se repiten sin parar llevando al lector a creer que:
1.- que la selección natural existe.
2.- que es igual a la supervivencia de los más aptos.
3.- que, a su vez, ambas son iguales que la lucha por la existencia.
4.- que las tres, a su vez, son iguales que la grande y compleja batalla de la vida.
5.- que, al igual que el hombre somte a los seres vivos a nuevas y cambiantes condiciones de vida, cambios semejates también ocurren en la naturaleza.

Descubierta tal acumulación de figuras retóricas en los títulos, epígrafes y texto podemos sacar dos conclusiones:

1ª.- la INTENCIÓN.
Es imposible acumular tanta palabrería sin sentido, tantas contradicciones, sin una intención.
La contradicción sirve al poder para TRANSIMITIR SU IDEOLOGÍA, un NUEVO CÓDIGO DE VALORES, en que la voluntad del poder, su autoridad, queda siempre por encima de toda duda.
El poder se ejerce anulando la crítica y esta se basa en la capacidad de PRECISIÓN DEL LENGUAJE
.

2ª.- Principales ELEMENTOS USADOS PARA TRANSMITIR SU IDEOLOGÍA (DARWINISTA).
La selección natural, la supervivencia de los más aptos, la lucha por la existencia o la vida, … configuran el entramado de DOGMAS centrales del Darwinismo.
El lector está OBLIGADO a CREER que estas ideas, FRUTO DE UN ERROR debido al desconocimiento del autor de las prácticas agrícolas-ganaderas son elementos fundamentales en la dinámica de la naturaleza y para explicar el origen de las especies.

Tras la introducción del Cap. IV (párrafos 112 y 113) le siguen otros 11 (114-124).

El párrafo 114 comienza así: “Comprenderemos mejor la marcha probable de la selección natural tomando el caso de un país que experimente algún ligero cambio físico, por ejemplo de clima ...

El objetivo es claro: obligarnos a comprender la marcha (probable) de la selección natural.

¿Cómo? ¿Marcha probable? … en el epígrafe hablaba de “su fuerza”, de “su poder”, de “su influencia”, de “su acción”, y de “sus resultados”.
Cuando según Darwin,en el Cap. II, también atribuía a la selección natural:
“ser causa de la extinción de las formas menos perfeccionadas de la vida”
“conducir a la divergencia de caracteres”
“medio de modificación” …

Demasiadas atribuciones para una causa tan … ¿IMPRECISA? … siguen las contradicciones. ¿A qué viene ahora lo de “marcha probable” (probable course).

Es imposible que pueda existir algo a lo que atribuir todas esas propiedades contradictorias, además si la selección natural fuera algo no podríamos hablar de “su marcha probable” . HABRÍA QUE DEFINIRLA. Si se trata o no de una magnitud, si es medible, en qué unidades, …
Lo de “marcha probable” suena a algo esotérico, es una prosopopeya que oculta un error y siembra más confusión.

El párrafo entero es un ejemplo de macrología (escritura vana) en el que aparecen oxímorons, prosopopeyas, congeries, … Y siguen el mismo camino los otros párrafos.


ALGUNAS FALACIAS Y UNA FIGURA FINAL CIERRAN EL CAPÍTULO.
Al comienzo de la sección titulada DIVERGENCIA DE CARACTERES (párrafo 170) hay una frase que contradice TODA la Historia Natural, pasada, presente y futura así como gran parte de las afirmaciones que el propio Darwin vertió en su obra anteriormente:
sin embargo, en mi opinión las variedades son especies en vías de formación o, como las he llamado especies incipientes

¿Cómo podrá explicar esto? … difícil tarea que el autor emprende en el siguiente párrafo (171), y según su costumbre, acudiendo al trabajo de los ganaderos.
siguiendo mi costumbre, he buscado alguna luz sobre este particular en las producciones domésticas. Encontraremos en ellas algo análogo. Se admitirá que la producción de razas tan diferentes como como el ganado vacuno short-horn y el de Hereford, los caballos de carrera y de tiro, las diferentes razas de paloma, etc., no pudo efectuarse en modo alguno por la simple acumulación casual de variaciones semejantes durante muchas generaciones sucesivas. En la práctica llama la atención de un cultivador una paloma con el pico ligeramente más corto; a otro criador llama la atención otra paloma con el pico un poco más largo, y -según el principio conocido de que los “criadores no admiran ni admirarán un tipo medio, sino que les gustan los extremos”- ambos continuarán, como positivamente ha ocurrido con las sub-razas de la paloma volteadora, ...

Aquí Darwin usa la figura retórica del detallamiento, son cosas que pueden observarse en la granja, pero NO se ve la formación de especie nueva alguna.
Si se sigue la lectura encontramos problemas en frases demasiado largas o en ejemplos confusos. Pero, de repente, se hace la luz (párrafo 178):
“considerando la naturaleza de las plantas y animales que en un país han luchado con buen éxito con los índigenas y que han llegado a aclimatarse en él, podemos adquirir una tosca idea del modo como algunos de los seres orgánicos indígenas tendrían que modificarse para obtener ventaja sobre sus compatriotas, o podemos, por lo menos, inferir qué diversidad de conformación, llegando hasta nuevas diferencias genéricas, les sería provechosa

Es decir, la obra NO trata del origen de las especies sino de la lucha entre VARIEDADES. Lo que explicaría la misteriosa frase del inicio del libro: “cuando estaba como naturalista a bordo del Beagle, buque de la marina real, me impresionaron mucho ciertos hechos que se presentan en la distribución geográfica de los seres orgánicos que viven en América del Sur y en las relaciones geológicas entre los habitantes pasados y actuales de aquel continente. Estos hechos, como se verá en los últimos capítulos de este libro, parecían dar alguna luz sobre el origen de las especies, este misterio de los misterios, como lo ha llamado uno de nuestros mayores filósofos

Efectivamente, TODO ERA APARIENCIA. Los hechos PARECÍAN dar alguna luz sobre el origen de las especies. PERO NO LO DABAN pues consistían en la manera en que unas variedades o razas se habían impuesto a otras.

Así, sin necesidad de leer más adelante todo se va a aclarar al ver la figura, única de toda la obra. En ella se presenta el caso, llamado por el propio autor IMAGINARIO, es decir, un ejemplo que NO ES EJEMPLO (un ejemplo imaginario es un caso de oxímoron), en el que una serie de especies representadas por mayúsculas bajo la línea horizontal inferior (A, B, C, D, …) van a ir modificándose a gusto del autor según una secuencia temporal expresada a la izquierda con números romanos (I, II, III, …).
Y es a gusto del autor porque si en un momento, en la línea de base, hay especies, no vemos la razón por qué en el siguiente momento (marcado como I) deja de haberlas y pasan a ser variedades. Esto NO es resultado de observación alguna sino, simplemente, de la IMAGINACIÓN del autor. Lógico, cuando él mismo comenta que son ejemplos IMAGINARIOS en los que por definición todo vale (aunque no tenga mucho, ni poco, que ver con la ciencia).

Así, por ejemplo, después de un millar de generaciones se supone que la especie A ha producido dos variedades perfectamente marcadas: a1 y m1. Pero eso no es correcto pues a1 y m1 pertenecen, aún, a la especie A (la especie ni siquiera ha cambiado en el diagrama).
Si el autor va a pintar en el diagrama especies, entonces en las líneas I, II, III, … deberá aparecer la especie A, igual que en el origen. Si, por el contrario va a pintar variedades debería pintar variedades en el origen, no la especie.

Ante un planteamiento teórico hay poco que objetar. Todo vale si se discuten OCURRENCIAS y NO HAY HECHOS NI OBSERVACIONES. Pero incluso en el más teórico de los planteamientos hay una técnica y reglas que deben exponerse. Los errores proceden de no exponer las reglas, como ocurre en este caso, o por saltárselas a la torera.

En el párrafo 183 dice el autor: “si estas dos variedades son, pues, variables, las más divergentes de sus variaciones se conservarán, por lo común, durante las mil generaciones siguientes
Pero si las condiciones son similares también debería serlo la variabilidad. Bajo iguales condiciones no sólo se mantendrían las variaciones más divergentes sino también el mismo estado de variabilidad, es decir, todo el conjunto de variedades. La variedad a1 seguirá siendo a1 y perteneciente a la especie A.

En el párrafo 184, otra vez más, se contradice corrigiendo, parcialmente el error anterior: “tampoco supongo que las variedades más divergentes invariablemente se conserven: con frecuencia, una forma media puede durar mucho tiempo y puede o no producir mas de una forma descendiente modificada”

En la naturaleza no hay puestos vacantes (como indica en el párrafo 116) ni mejor o peor ocupados como indica en otras ocasiones, ni desocupados ni imperfectamente ocupados como indica en este párrafo.
Si el tiempo avanza, entonces los nichos ecológicos cambian pero nadie ocupa el lugar de nadie ni ninguna línea destruye a otra (párrafo 185).

Cuesta creer que dicho diagrama ERRÓNEO (y único en la obra) haya superado las sucesivas ediciones y traducciones. Es increíble que nadie le haya puesto reparos y que semejante error haya permanecido tantos años.
En los párrafos anteriores el autor lo vuelve más confuso, pero he aquí, al final del 186 que aparece la explicación necesaria: “De este modo, creo yo, se multiplican las especies y se forman los géneros”.

Cumpliendose lo que dijera Thonpson al comentar la obra de Darwin: “Darwin no presentó en el Origen que las especies se hubieran originado por selección natural, sino que simplemente se demostró, sobre la base de ciertos hechos y SUPOSICIONES, cómo esto podría haber sucedido, y así como él se había convencido a sí mismo, así también fue capaz de convencer a otros”.

Pero la finalidad no es simplemente convencer de que los cambios graduales y la competición explican el origen de las especies. La obra de Darwin va más lejos que eso.


LA FINALIDAD MÍTICA AL DESCUBIERTO.
Cuenta Bertrand Russell en su autobiografía que en su infancia era habitual que las abuelas o madres de familia reunieran a los hijos/nietos en torno al fuego para leerles sermones de predicadores famosos y así adormecerlos (literalmente darles sentido del ritmo).
En la Inglaterra del XIX parece que algunos clérigos anglicanos tuvieron notable éxito en la confección de estos sermones, de gran sonoridad y capacidad rítmica (soporífera).
Darwin de formación, no científica ni naturista, sino clerical (anglicano) no fue ajeno a ello.

En la Inglaterra de esa época había un grupo poderoso: Lytton Strachey, Bloomsbury, Aldous Huxley, … responsables de extender la IDEOLOGÍA del imperio británico por los confines de la ciencia y la cultura, tanto europea como norteamericana.

A tal fin, la obra de Darwin: El Origen de las Especies … cumple una función importante al portar NUEVOS VALORES: competición, fe en el progreso, etc. y ANIQUILADORA de VALORES ANTERIORES: humildad, solidaridad, …

A este respecto es notable la amputación de una de las citas que encabezan la obra. La tercera cita, tomada de la obra de Francis Bacon: Advancement of Learning se presenta mutilada.
El trozo amputado es: “only let men beware that they apply both to charity, and not to swelling; to use, and not to ostentation; and again, that they do not unwisely mingle or confound these learnings together”. (… mas tengan cuidado de aplicarlo a la caridad, y no al orgullo, al servicio y no a la ostentación, y no mezclen o confundan imprudentemente estos aprendizajes juntos).

El Origen de las especies … es parte importante del intento de establecer una nueva visión del mundo y de lanaturaleza acorde con el imperialismo.

Su función consiste en instaurar una NUEVA LENGUA y a este respecto podríamos calificar a Darwin de logoteta, crador de un lenguaje, de un nuevo modo de pensar que reforma las estructuras más profundas de la mente CREANDO MITOS tanto desde el punto de vista antropológico como lingüístico.

Eugenio D'Ors vio la función de logoteta de Darwin cuando escribió: “donde las ideas aparecen, el resultado suele ser todavía peor. Porque el historicismo, durante los años que nos preceden, tan se ha puesto a la escuela del prejuicio evolucionista, que la sombra de Darwin parece presidir la íntima devoción de cada una de estas compoilaciones que, a escuela darwiniana se colocan, cuando no ocurre que, no poco a estilo de monsieur Jourdain, hablen en darviniano sin saberlo.
Esto se las conoce en su general relativismo, y más aprentemente aún y para empezar, en la gran preponderancia que se les ve conceder, desde las primeras páginas, no ya a lo prehistórico, sino a lo palenteológico, y hasta a lo geológico, cuando no se llega a lo astronómico, con tendencia evidente a rebajar el color propiamente humano en la evocación del pasado del mundo.
Así como en la hora de Copérnico y Galileo la Tierra pasó a ser, astronómicamente, un simple caso particular, en un sistema cosmológico más vasto, de concepción más “neutral” desde el punto de vista de los intereses humanistas o del orgullo humano, así, en otra paralela, el evolucionismo moderno tiende a sumir la civilización en la vida y ésta en la materia, con lo cual la historia humana, capitulillo insignificantepor el que dice a su duración en tiempo, viene a achicarse en importancia, ante las grandes cifras que representan cronológicamente el proceso de los mundos.
No hay que insistir en lo que representan, como radicalismo evolucionista, las tres versiones de diversa envergadura dadas en su esquema de la Historia por Herbert Wells.
Pero tampoco hay por qué ocultar que principios análogos presiden, sin duda, la Historia del Mundo de José Pijoan. No poco de lo bueno que contiene este notable esfuerzo queda inútil por culpa de este desdichado espíritu que ha obligado a abrir, por ejemplo, las ilustraciones del primer volumen, con grabados y láminas de plesiosauros, volcanes, bólidos y otras nebulosas
”.

Ahora sabemos que lo que llevó a Darwin a escribir su libro no es el Origen de las especies sino EL ADOCTRINAMIENTO para inculcar en la mente del lector que la vida es lucha, competición. Que las razas avanzadas (favorecidas) sobreviven y las inferiores sucumben.

En resumen la obra de Darwin es un MANUAL PARA LA INTRODUCCIÓN SOCIAL DE LA EUGENESIA, una teoría que pese a su desastrosa trayectoria a lo largo del XX todavía hoy goza de más salud que la deseable.