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El Cruzado publica esta desconcertante y, bajo cierto punto de vista, inexplicable noticia subida al blog La Denuncia Profética. ¿Qué debemos pensar los católicos de todo esto?
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El 24 de julio de 2009, durante sus vacaciones en el norte de Italia, el Papa Benedicto XVI pronunció una homilía en la Catedral de Aosta antes de Vísperas en la que comentó un extracto de la Epístola de San Pablo a los Romanos (Rom. 8: 1-2). Al final de su comentario, el Papa elogió al jesuita Francés Pierre Teilhard de Chardin como un modelo de sacerdote, atribuyéndole la idea de una liturgia cósmica, diciendo que era algo que ellos deberían tratar de realizar.
Teilhard es citado por el Papa en su homilía como si su doctrina fuese un manantial de agua pura a la que los fieles podrían acercarse para beber sin ninguna restricción. La verdad es todo lo contrario, ya que el trabajo teológico del controvertido jesuita – como su enseñanza sobre la evolución – fue condenada por la Santa Sede en el pasado.
El texto completo de la homilía puede ser vista aquí (segundo súbtítulo).Transcribimos un extracto de las palabras del Papa:
Teilhard de Chardin, SJ. Censurado en el pasado por el Vaticano por su teología gnóstica-panteísta-evolucionista
“De este modo, el hecho de dirigirse a Dios se convierte en un llamamiento a nosotros: es decir, Dios nos invita a ponernos de su parte, a salir del océano del mal, del odio, de la violencia, del egoísmo, y a identificarnos, entrar en el río de su amor.”
“Precisamente éste es el contenido de la primera parte de la oración que sigue: "Haz que tu Iglesia se ofrezca a ti como sacrificio vivo y santo". Esta pregunta, dirigida a Dios, se dirige también a nosotros mismos. Constituye una referencia a dos textos de la Carta a los Romanos: en el primero, san Pablo dice que tenemos que convertirnos en un sacrificio vivo (Cf.12, 16). Nosotros mismos, con todo nuestro ser, tenemos que ser adoración, sacrificio, restituir nuestro mundo a Dios y transformar así el mundo. En el segundo, donde Pablo describe el apostolado como sacerdocio (Cf. 15, 16), la función del sacerdocio consiste en consagrar al mundo para que se convierta en hostia viva, para que el mundo se convierta en liturgia: que la liturgia no se algo al margen de la realidad del mundo, sino que el mundo mismo se convierta en hostia viva, se convierta en liturgia. Es la gran visión que después tuvo también Teilhard de Chardin: al final, tendremos una verdadera liturgia cósmica, en la que el cosmos se convierta en hostia viva. Y pedimos al Señor que nos ayude a ser sacerdotes en este sentido para ayudar en la transformación del mundo, en adoración de Dios, comenzando por nosotros mismos. Que nuestra vida hable de Dios, que nuestra vida sea realmente liturgia, anuncio de Dios, puerta en la que el Dios alejado se convierta en Dios cercano, y realmente don de nosotros mismos a Dios.”
(Benedicto XVI, Homilía de Vísperas, 24 de julio de 2009 en la Catedral de Aosta, L’Osservatore Romano 29/07/2009)
Última edición por Jorge Zamora E.; 16/08/2009 a las 07:36
STAT CRUX DUM VOLVITUR ORBIS
En ocasiones uno se queda que no sabe qué pensar o decir. En relación directa con esto es prudente reproducir algunas cuestiones acerca de este más que controvertido personaje el cual, de pronto, es objeto de alabanza nada menos que por parte del Santo Padre.
No obstante, hay que recordar que el Papa sólo es infalible en "materia de fe", en lo demás sus opiniones son perfectamente cuestionables, pero por favor prescindamos del insulto.
Reproduzco algunos párrafos de un artículo de fondo publicado hace unos días en elnuevoalcazar.es por Ángel David MARTÍN RUBIO en la sección "Columnistas" y bajo el epígrafe "Evocando a Teilhard de Chardin":
"El 6 de diciembre de 1957, el Santo Oficio ordenaba retirar de las bibliotecas y librerías católicas las obras de Teilhard al tiempo que prohibía su lectura y difusión. El 30 de junio de 1962 la misma Congregación publicaba un Monitum en el que se declara: "Independientemente del juicio con respecto a los aspectos referentes a las ciencias naturales, es claro que sus obras presentan, en las materias filosóficas y teológicas, ambigüedades, más aún, errores graves, que dañan la doctrina católica".
Junto con este texto, en "L'Osservatore Romano" del mismo día apareció una exposición oficiosa atribuida al propio Santo Oficio sobre las razones que fundamentan la medida tomada. Se afirma en primer lugar que Teilhard incurre en una indebida transposición al plano teológico de términos y conceptos tomados de las teorías sobre el evolucionismo y que, como consecuencia, se derivan graves errores (seguimos la exposición hecha por José Luis LLANES en la GER):
--Una defectuosa explicación de la Creación, que no salva la libertad del acto creador divino ni la ausencia de un sujeto preexistente;
--diversos puntos débiles en la descripción de las relaciones entre Dios y el mundo, que hacen que no quede clara la trascendencia divina;
--presentar de tal manera a Cristo que no se salvan la libertad y gratuidad de la Encarnación;
--desconocer las diferencias y los límites entre la materia y el espíritu; una concepción insuficiente del pecado, que es reducido a una realidad de carácter exclusivamente colectivo;
--una presentación naturalista de la ascesis y de la vida cristiana.
Cualquier intento de reivindicar al heresiarca francés o de fundamentar alguna de las realidades de la fe católica o de la vida cristiana sobre la doctrina o ejemplo de quien proponía la autodisolución del cristianismo para dar paso a una religión renovada que es en realidad una nueva religión cómoda y aceptable para el hombre moderno, no podrá evitar las críticas racionales y teológicas que cabe hacer a la obra de Teilhard de Chardin, menos aún las referencias contenidas en la Humani generis y las condenas explícitas del santo Oficio. Esperamos, al menos, que si alguien así lo pretende, el discernimiento de sus afirmaciones ayude a los católicos a adherirse a la doctrina perenne de la Iglesia, incompatible con el discurso neo-modernista. Incompatible con la significación que Jacques MITERRAND, atribuye a la obra de Teilhard:
"Teilhard de Chardin cometió el pecado de Lucifer que Roma reprochó a los masones: en el fenómeno de la 'humanización', el hombre es el que se encuentra en el primer plano. Cuando la conciencia alcance su apogeo, el Punto Omega, como dice Teilhard, el hombre será tal como lo deseamos nosotros, libre en su carne y en su espíritu. Así Teilhard puso al hombre en el altar y, al adorarlo, no pudo adorar a Dios. (Jacques MITERRAND --Ex Gran Maestre de una logia y hermano del presidente socialista y también masón--, en RENÉ VALVÉVE, "Teilhard l'apostat" p.52, cit. por DOMINIQUE BOURMAUD, ob.cit., p. 246)
Sugiero la lectura completa del artículo en el enlace puesto más arriba. ¿Qué debemos pensar los católicos de todo esto? En mi opinión mantenernos en LA VERDAD del NT y en la Doctrina de Santos Padres, mientras tanto mantener la Esperanza porque todo está escrito, al igual que el triunfo final: "aquel que persevere será salvo".
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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