Monseñor Williamson
Comentario Eleison Nº 126
5 de Diciembre de 2009
Delincuencia sin igual III
Para que un sacramento Católico sea administrado válidamente, el Ministro debe tener la Intención "de hacer lo que la Iglesia hace" (EC 124). Dicha Intención requiere de que el Ministro tenga por lo menos una idea en el fondo sana de lo que la Iglesia es y hace (EC 125). Ahora solamente falta por demostrarse que el Vaticano II debilitó dicha Intención corrompiendo esa idea y de una forma como nunca antes fue corrompida en toda la historia de la Iglesia.
Eso es debido a que el Vaticano II fue la oficialización, o el reconocimiento oficial dentro de la misma Iglesia Católica, del humanismo anti-Católico que retrocedía por lo menos al Renacimiento de los años 1400´s. Por cinco siglos, los sacerdotes Católicos que adoraban al único Dios verdadero se habían resistido fuertemente a sustituirlo por la adoración del hombre del mundo moderno, pero a medida que ese mundo, a través de 500 años se fue haciendo más y más pagano, dichos sacerdotes finalmente se rindieron en los 1960´s, y con el Vaticano II comenzaron a seguir al mundo moderno en lugar de guiarlo. Siempre habían existido dentro de la Iglesia seguidores del mundo, ¡pero nunca antes ese rumbo se había hecho oficial en la Iglesia Universal!
Sin embargo, los padres del Concilio no querían ni podían dar la espalda a la religión antigua de un solo tajo, en parte porque todavía creían en ella y en parte porque tenían que guardar las apariencias. Esta es la razón por la cual los documentos del Concilio se caracterizan por su ambigüedad, mezclando la religión de Dios en el lugar de Dios con la religión del hombre en el lugar de Dios. Esta ambigüedad significa que los Católicos conservadores bien pueden apoyarse en lo escrito de los textos del Concilio para aseverar que el Vaticano II no excluye la religión antigua, así como los Católicos progresistas pueden apoyarse en el espíritu implícito de estos mismos textos para aseverar que el Concilio estaba promoviendo la nueva religión - y con estos documentos, tanto los conservadores como los progresistas ¡tienen razón! Es así como la religión antigua aún estaba presente en el Vaticano II, pero sus cimientos ya habían sido dañados, y desde entonces ha venido desapareciendo.
Una ambigüedad similar aqueja a los Ritos sacramentales "renovados" bajo el espíritu del Concilio, quien rendía tributo hacia el exterior a la religión de Dios pero hacia su interior abrazaba ya la religión del hombre. La religión antigua aún puede subsistir ahí debido a que las Formas sacramentales (las palabras que son esenciales para su validez) no son, por regla, automáticamente inválidas, pero al mismo tiempo todos los Ritos que rodean dichas Formas están resbalando hacia la nueva religión. Por lo tanto, debido a la presión suave pero feroz del mundo moderno para ubicar al hombre en el lugar de Dios, y dado que todos los Ministros sacramentales poseen nuestra pobre naturaleza humana que al sentirse bajo presión fácilmente se inclina hacia el camino menos difícil, se tiene como resultado que estos nuevos Ritos son hechos a la medida para debilitar al paso del tiempo la Intención sacramental de los Ministros y, con ello, la validez de los sacramentos.
Católicos, mientras evitan ustedes los nuevos Ritos, mantengan el equilibrio de la verdad. No digan que estos Ritos son automáticamente inválidos, ni tampoco, pues que pueden ser válidos, que son inofensivos. Aún si son válidos, debilitan la Fe. Con respecto a los sacerdotes que los utilizan, no digan que han perdido la Fe, ni que son inofensivos al usarlos. Estos Ministros pueden bien conservar la Fe, pero pueden correr el riesgo de dañarlos a ustedes si usan Ritos diseñados para debilitar su Fe. Busquen los Ritos antiguos y los sacerdotes que utilizan estos ritos. Al hacerlo estarán ayudando a salvar el honor de Dios, su verdadera Religión y muchas almas que están perdiéndose sin esa religión.
Kyrie eleison.
Londres, Inglaterra
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